El
Rey de Marruecos emplea el tradicional discurso a la Nación con motivo de la
XIX° Fiesta del Trono para proponer una profunda reforma administrativa que
abra un nuevo rumbo de crecimiento económico a la sociedad marroquí.
Ante
la conmemoración del XIX° Aniversario de su ascenso al trono, en 1999, el Rey
Mohammed VI, se dirigió a su pueblo estableciendo las bases para un pacto
social que refuerce la tradicional unidad entre el monarca y su pueblo y, al
mismo tiempo, garantice a este último el pleno disfrute del Estado de bienestar.
Habitualmente,
el discurso de la Fiesta de Trono se convierte en una oportunidad propicia que
el Rey suele aprovechar para introducir cambios en la agenda política y social
del Reino para ese año.
En
esta ocasión, el monarca alauita comenzó alertando a sus súbditos sobre la
actividad insidiosa de elementos “castrofistas
y nihilistas” empeñados infructuosamente en intentar alterar “la unidad, seguridad y estabilidad”
inquebrantable del Reino. Es por ello, que amenazas de este tipo deben ser
permanentemente atendidas y vigiladas por las fuerzas armadas y de seguridad.
Por
otra parte, el monarca marroquí reconoció que diversas agencias gubernamentales
no cumplen con diligencia y eficacia sus funciones generando un innecesario
desperdicio de recursos. Por lo tanto, “invitó
al Gobierno” a llevar a cabo una profunda y necesaria reestructuración
global de los programas de acción social.
Mohammed
VI considera que es necesario forjar un nuevo “pacto social” destinado a solucionar los problemas que Marruecos,
al igual que otros países del Sur, enfrenta, como ser: la excesiva burocracia,
las deficiencias en la gestión de subsidios, las interferencias entre
ministerios y agencias, la inoperancia de los sistemas educativos y sanitarios
o la necesidad de crear continuamente nuevos empleos para una población en
constante expansión.
Precisamente
para atender estos problemas es que el Mohammed VI dispuso la adopción de las
siguientes medidas concretas, a saber:
1.-
Una profunda reforma educativa destinada a combatir, en especial, la deserción
escolar y permitir un mejor aprovechamiento de los fondos destinados a la
educación.
2.-
Una tercera etapa en la Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano que
apunta a proporcionar una mayor capacitación y especialización a la mano de
obra marroquí que le permita desempeñar con idoneidad empleos de mayor
complejidad tecnológica.
3.- La
profunda reforma de Sistema Nacional de Sanidad para atender la salud de todos
los marroquíes, allí donde se encuentren, con mejores servicios y prestaciones.
4.- Un
programa diversificado de apoyo a las pequeñas y medianas empresas consideradas
como generadoras “de oportunidades de
empleo productivo que garantizan la dignidad”. Precisamente para apoyar el
desarrollo de estas empresas, el Rey impulsa la promulgación de la Carta de Descentralización Administrativa,
la Carta de Inversión e Implementación de
la Reforma de los Centros Regionales de Inversión y la adopción de otras
medidas para agilizar el funcionamiento de las tramitaciones administrativas en
los proyectos de inversión que generen más y mejores puestos de trabajo.
Estas
reformas estructurales, sumadas a la iniciativa para la creación del Registro Social Unificado constituyen
una profunda transformación de la administración pública marroquí destinada a
dotarla de mayor dinamismo y eficacia en la ejecución de los programas sociales
y de mayores facilidades para atender las necesidades de las nuevas empresas.
En
esta forma, la conducción estratégica de Mohammed VI, que se expresa a través
de iniciativas sociales y económicas como las anunciadas en este discurso,
garantiza que Marruecos no se aparte de la senda de gobernabilidad que le proporciona
una estabilidad política y un crecimiento económico que duplica la media del
resto de los países africanos.
Es
así, como la unidad del Rey con su pueblo a lo largo de casi dos décadas, ha
garantizado el desarrollo y grandeza de Marruecos, haciendo del país una
potencia en África.
No hay comentarios:
Publicar un comentario