“Bola
de baba débil y mentirosa” es como denomina el presidente Donald Trump al ex
director del FBI, James Comey, al conocer la publicación de su libro “A Higher
Leyalty” -traducido como “Una lealtad más alta”-. El texto que constituye un
nuevo y demoledor ataque contra el presidente.
En poco tiempo James Comey
acumuló varios honores. No sólo fue el primer director del FBI despedido por
falta de lealtad hacia su presidente, sino que fue capaz de hacerse odiar por
igual por demócratas y republicanos.
Los demócratas -y en especial
Hillary Clinton- lo culpan por su derrota en las elecciones presidenciales de
octubre de 2016. Comey anunció quince días antes de votación, cuando Hilary
encabezaba las encuestas, que el FBI contaba con nueva información y que en
consecuencia reabriría la investigación sobre el affaire de los correos
electrónicos clasificados, derivados al servidor personal de la candidata
cuando todavía era Secretaria de Estado. Ese anuncio podría haber afectado el
resultado final de los comicios.
Los republicanos, y en
especial del presidente Donald Trump, desconfiaron siempre de los manejos
personales de Comey, en especial en las investigaciones realizadas sobre
miembros del equipo de campaña republicano en el marco de lo que se conoce como
“la trama rusa”.
Recientemente, el presidente
Donald Trump por su parte, consignó en un tuit una descalificación total del ex
director del FBI: “James Comey es un
filtrador y un mentiroso probado -escribió el presidente- virtualmente, todos
en Washington pensaron que debería despedirlo por el terrible trabajo que hizo,
hasta que fue despedido. Filtró información clasificada, por lo que debería ser
procesado.” […] “Es un terrible
director del FBI. Su manejo del caso de la corrupta Hillary Clinton y los
eventos que lo rodean, pasará a ser uno de los peores malos trabajos de la
historia. ¡Fue un gran honor despedir a James Comey!”
Por su parte, Comey no es
menos insidioso al referirse al presidente a quien compara como una suerte de gánster
al estilo de Michael Corleone o John Gotti.
Comey dijo que lidiar con Trump
le recordó sus días al enjuiciar a los jefes de la mafia con su “círculo silencioso de consentimiento” […]
“El jefe en control total. Los juramentos
de lealtad. La cosmovisión de nosotros contra ellos. La mentira sobre todas las
cosas, grandes y pequeñas, al servicio de algún código de lealtad que pone a la
organización por encima de la moralidad y por encima de la verdad.”
Comey reconoce que discutió
con Trump el contenido del dossier elaborado por el ex agente del MI6, Christopher
Steele -con la colaboración del envenenado desertor del GRU Sergei Skripal-. En
especial la versión sobre la contratación de prostitutas por parte del magnate
inmobiliario durante una visita a Moscú.
El hecho resulta llamativo
porque el polémico dossier fue confeccionado con el objetivo de desacreditar al
candidato republicano durante la campaña presidencial. Por lo tanto, su
veracidad y objetividad fue puesta en duda en los medios políticos demócratas
que tuvieron acceso a él y por la prensa en general. Pero el FBI, por vía de su
director James Comey otorgaba credibilidad al informe e incluso comentaba su
contenido con el presidente.
¿Qué esperaba lograr Comey al
discutir el tema? ¿Advertir al presidente, medir la veracidad de la información
por su reacción o poner en jaque a Trump?
Nunca lo sabremos con certeza.
Lo único que si sabemos es que el presidente se desprendió inmediatamente del
polémico director del FBI.
Comey dejó el cargo resentido
y mascullado su venganza. Esta llega ahora en forma de un libro que no aporta
demasiadas novedades -o directamente ninguna-.
El exfuncionario como escritor
de memorias vuelve sobre hechos y datos ya conocidos combinados con comentarios
incisivos y despectivos contra su antiguo jefe. No aporta nada más.
El libro proporcionara a Comey
una buena remuneración. Una suerte de indemnización por su intempestivo despido
y una sensación de revancha. Pero dejará una imagen de él como un individuo
rencoroso, dispuesto a revelar cuestiones confidenciales y a tomar venganza
contra sus superiores. Esto puede poner fin a su carrera como funcionario
público.
Donald Trump, por su parte,
tendrá un breve dolor de cabeza, pero, después de todo, que le hace una mancha
más al tigre…
Por el momento al menos, el
escándalo promueve las ventas de un libro intrascendentes que hoy se traduce a
varios idiomas y un año más tarde nadie recordará. ¿Quién recuerda acaso el
libro “What Happened” (“Lo que
pasó”), presentado el 12 de septiembre pasado por Hillary Clinton,
donde la ex senadora se despachó a gusto contra James Comey?
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