Un
detallado informa de un prestigioso instituto europeo pone en evidencia las
vinculaciones del Frente Polisario con el terrorismo y el crimen organizado.
En reiteradas ocasiones
expertos en seguridad internacional han denunciado las vinculaciones del Frente
Polisario con el terrorismo y el crimen organizado transnacional. En un
principio fueron ataques terroristas implementados por sus milicianos contra ciudadanos
e intereses españoles en el Sáhara provocando centenares de víctimas fatales y
cuantiosos daños.
Luego aparecieron evidencias
de la participación de elementos del Frente Polisario en el lucrativo negocio
del secuestro de extranjeros que visitan el Sáhara. En especial “cooperantes” pertenecientes a ONG
europeas que concurren al Magreb a brindar su trabajo solidario.
Luego aparecieron las
evidencias de vínculos entre miembros del Polisario con organizaciones
terroristas como Al Qaeda en el Magreb Islámico y el Estados Islámico.
Ahora, es un detallado informe
de una prestigiosa institución europea independiente que desnuda la
participación del Frente Polisario en el comercio ilegal de armas en la región.
Veamos el detalle de estos hechos.
El Frente
Polisario asesino a casi trescientos ciudadanos españoles durante las décadas
de los años 70 y 80. Los pescadores españoles que faenaban en la zona de El
Aaiún o los trabajadores que picaban piedras en las minas de fosfato de
Fosbucraá fueron aniquilados en masa. Barcos con toda la tripulación pasada a
machete, secuestros, torturas físicas y psicológicas o fusilamientos con
ráfagas de ametralladora eran algunas de las desastrosas “postales” que dejaron los terroristas separatistas que nunca
fueron debidamente investigadas ni sancionadas, según afirma la Asociación
Canaria de Víctimas del Terrorismo (ACAVITE).
Más tarde,
el 24 de octubre de 2011, la madrileña Ainhoa Fernández Rincón, el mallorquín
Eric Gonyalons y la italiana Rosella Urru, todos ellos cooperantes europeos
pertenecientes a diversas ONG, fueron secuestrados en Rabuni, la sede
administrativa de los campamentos argelinos controlados por el Frente
Polisario, mientras desarrollaban actividades humanitarias.
Del
secuestro de los cooperantes participaron elementos del Frente Polisario en
asociación con terroristas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), vinculados
a Mokhtar Belmokhtar, el terrorista conocido periodísticamente como “Míster Marlboro”, desde sus tiempos de
contrabandista de tabaco.
Los
cooperantes fueron trasladados por sus captores en vehículos 4X4, primero a
territorio de Mauritania y luego al norte de Malí. Meses después, luego de
intensas negociaciones y de que sus gobiernos pagaran a los terroristas un
sustancial rescate, fueron liberados.
Recientemente,
el 15 de febrero de 2018, en Marruecos, la Oficina Central de Investigaciones
Judiciales, el organismo responsable en Marruecos de la lucha contra el
terrorismo y la delincuencia transnacional, que dirige Abdelhak Khim como parte
de la Dirección General de la Supervisión del Territorio Nacional, la eficiente
DGST marroquí, arrestó en las ciudades de Laayun, Salé y Marrakech a tres
individuos, de entre 24 y 30 años, miembros de una célula terrorista del Dáesh.
En el
proceso, las autoridades antiterroristas marroquíes secuestraron documentación,
uniformes y hasta una bandera pertenecientes al Frente Polisario.
Precisamente,
una semana antes, en declaraciones formuladas a la prensa, Khim había advertido
sobre los vínculos del Dáesh con el Frente Polisario y las actividades del
terrorismo yihadista en el sur de Argelia.
Dijo
el alto funcionario de seguridad marroquí:
“El Dáesh no ha desaparecido. Hubo una reubicación; se reorganizaron en la zona
sahelo – sahariana y en Libia. Donde encuentran áreas sin ley, allí se
establecen”. Para luego agregar: “El
problema se incrementa con la falta de cooperación de los argelinos y la
existencia de un área controlada por un grupo terrorista que es el Frente
Polisario.” Concluyendo: “Al Qaeda en
el Magreb Islámico sigue intentando controlar el sur de Argelia y al norte de
Mali”.
Las
recientes revelaciones de los vínculos del Frente Polisario con el tráfico de
armas a grupos terroristas yihadistas no hacen más que confirmar lo acertado de
las declaraciones del jefe antiterrorista.
Ahora,
es el Instituto Flamenco para la Paz, una prestigiosa institución financiada
por la Unión Europea quien aporta nuevos elementos de Juicio. Un informe
titulado: “Mercado ilícitos y Adquisición
de Armas de Fuego por Redes Terroristas en Europa”, elaborado como parte
del “Proyecto Safte”, consigna la
colusión entre el Frente Polisario y grupos terroristas sahelianos, como MUJAO
y Ansaru Din, en el período 2010 a 2016.
Las
armas traficadas por los separatistas polisarios provenían del arsenal
acumulado por el dictador libio Muhammad Gadafi y que terminó en manos de
grupos irregulares después de su derrocamiento y asesinato.
La ONU
ha estimado que Gadafi se encontraba en posesión de entre 250.000 y 700.000
armas de fuego portátiles, entre un 70 y 80% de ellas eran fusiles de asalto. La
mayor parte de estas armas salieron de territorio libio y se esparcieron por la
región sahelo - sahariana.
Muchas
de ellas ingresaron a los campamentos de Tinduf llevados por elementos del
Polisario que actuaron como mercenarios al servicio de Gadafi durante la guerra
civil libia. Esto permitió al Frente Polisario, con la complicidad de Argelia,
abastecer de armamento moderno a sus arsenales y vender el excedente a grupos
terroristas y organizaciones criminales.
Recordemos,
que existen antecedentes de la asociación entre funcionarios argelinos
corruptos y dirigentes Polisario en el robo y tráfico de ayuda humanitaria
proveniente de gobiernos y ONG europeas.
Así lo
constató la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude -OLAF- en un detallado
informe elaborado en 2008.
Estos
hechos confirman que el Frente Polisario tiene un largo historial de
actividades terroristas. También son inocultables los vínculos del Frente
Polisario con el crimen organizado internacional.
Por lo
tanto, nunca podrá hablarse de verdadera seguridad en la zona sahelo -sahariana
mientras persistan los campamentos controlados por el Frente Polisario donde
vive y recibe adiestramiento militar una población sin futuro, propensa a
radicalizarse y a engrosar las filas de organizaciones terroristas como el Dáesh
o AQMI.
Población
que el Frente Polisario mantiene sumida en la pobreza y en la desesperación.
Esos habitantes desocupados, para ganarse la vida, se ven naturalmente tentados
a realizar actividades ilícitas.
El Frente Polisario es un grupo terrorista con vínculos en el
crimen organizado, las pruebas están allí quien quiera verlas las verá y quien
persista en su infantil creencia de que trata con una minoría perseguida
enfrentará, más tarde o más temprano, las consecuencias.
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