Marruecos ha logrado atraer una importante inversión
de 557 millones de euros aportados por la firma multinacional de capitales
franceses PSA Peugeot Citroën con destino a la construcción de una importante
fábrica automotriz.
La operación se concretó, el 19 del corriente, con la
firma de un convenio entre Carlos Antunes Tavares, presidente de la empresa
francesa y el ministro marroquí de Industria, Comercio, Inversiones y Economía
Digital, Moulay Hafid Elalamy, en el Palacio Real de Huéspedes, en la ciudad de
Rabat en presencia del Rey Mohammed VI de Marruecos.
En esa ocasión el ministro marroquí expresó: “Esta inversión industrial demuestra, una
vez más, la idoneidad de nuestra política que favorece las inversiones de los
más importantes fabricantes mundiales, lo que convierte a Marruecos en el
principal enclave para el desarrollo de la industria del automóvil en el
continente africano gracias a la existencia de un auténtico ecosistema
automovilístico que dispone de todas las competencias necesarias en materia de
fabricación, ingeniería y proveedores.”
La fábrica francesa se instalará en la localidad de
Ameur Seflia, cerca de la costa atlántica, a unos setenta kilómetros de la ciudad
de Rabat y dependerá de la plataforma industrial integrada de la Zona Libre
Atlántica, en la región de Gharb Chrarda Bni Hssen.
La nueva instalación industrial deberá comenzar su
producción en 2019, inicialmente fabricando anualmente unas 90.000 unidades y
pronto acrecentaría su capacidad hasta alcanzar las 200.000 unidades según se
incremente la demanda de vehículos en la región.
La estrategia de la firma francesa consiste en
incrementar progresivamente la capacidad de producir vehículos dentro de la propia
zona para satisfacer la demanda de los mercados de África y Oriente Medio, cuyo
potencial se estima en unos ocho millones de vehículos, en 2025. PSA Peugeot
Citroën aspira a abastecer ese mercado con un millón de autos al año.
El complejo industrial marroquí de PSA Peugeot Citroën
producirá motores y vehículos del segmento “B y C”, es decir, los automóviles
compactos y medianos, que la compañía considera la parte más rentable del
mercado regional.
Cuando el complejo alcance su plena producción, generará
unos 4.500 puestos de trabajo directo y 20.000 empleos indirectos. También
permitirá el desarrollo de un área de investigación y desarrollo que ocupará a
unos 1.500 ingenieros y técnicos superiores.
El proyecto francés se basa en el aprovechamiento de
una extensa y diversificada red local de proveedores de equipamiento y piezas.
Inicialmente la producción del complejo se abastecerá en un 60% con piezas
fabricadas localmente, gradualmente esta proporción se incrementará hasta
alcanzar el 80% en años futuros.
Pero la posibilidad de aprovechar la producción local
de autopartes no es lo único que ha decidido a la multinacional francesa para
realizar esta importante inversión en Marruecos. Francia se ha convertido en el
principal inversor extranjero en Marruecos porque ha sabido reconocer que el
reino magrebí ofrece grandes ventajas para los inversiones extranjeras; entre
las que cabe citar: la estabilidad institucional, un sostenido crecimiento
económico, acuerdos de libre comercio con otros países de la región, una
estratégica posición geográfica y reformas estructurales que han generado un
favorable clima de negocios en el país.
En este sentido podemos mencionar la existencia de una
infraestructura de acogida de calidad (Plataformas Industriales Integradas) con
costos competitivos y una excelente conectividad logística ferroviaria, de
autopistas, portuaria y aeroportuaria, una hotelería de calidad y bien
diversificada, así como una estructura de formación de recursos humanos para el
sector automotriz conformada por cuatro establecimientos de capacitación, dos
situados en la ciudad de Tánger y otros dos en Kenitra y Casablanca
respectivamente.
No obstante, el factor que parece haber tenido mayor
peso, entre los directivos de la multinacional francesa, al momento de decidir
en el país donde radicar esta importante inversión, es el creciente
protagonismo internacional de Marruecos.
El reino alauí ha expandido continuamente su
ascendiente en África y en el mundo árabe en general, gracias a la hábil
diplomacia que ha desplegado sin descanso el rey Mohammed VI, desde su ascenso
al trono, que le ha brindado un gran reconocimiento internacional a su
liderazgo.
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