Un devastador terremoto de magnitud 7
en la escala de Richter asoló el Norte de Marruecos el viernes por la noche
causando por el momento más de dos mil muertos.
Eran
las 23.11 horas del viernes 7 de septiembre de 2023 cuando el Reino de
Marruecos sufrió la peor catástrofe natural de su historia con un aterrador
saldo de al menos 2.012 personas han muerto y otras 2.059 han
resultado heridas, de las cuales 1.404 se encuentran en estado crítico, a causa
de un terremoto de magnitud 7 en la escala Richter registrado en la provincia
de Al Hauz.
El
Norte de África es una región sísmica por la confluencia de las placas
tectónicas africana y euroasiática. En 1980, el terremoto en El Asnam de
magnitud 7,3, en la vecina Argelia, fue uno de los seísmos más destructivos de
la historia contemporánea al dejar un saldo de 2.500 fallecidos y al menos
300.000 personas sin hogar.
En
2004, fue el turno de Marruecos, un terremoto asoló la región de Alhucemas,
situada al noreste del país, arrojando un saldo de 628 personas muertas y 926
heridos. Pero la tragedia del pasado viernes supera ampliamente esta cifra de
víctimas.
Según
testimonio, el temblor se sintió en las localidades norteñas como Larache, a
550 kilómetros del epicentro, así como en Casablanca y Rabat, a 300 y 370
metros, respectivamente, donde sus habitantes salieron a las calles y
permanecieron allí hasta la madrugada por temor a un segundo temblor. También
afectó las provincias y municipios de al Hauz, Tarudant, Chichaoua y Uarzazate
donde se produjeron derrumbes de varios edificios.
Alternative
tuvo la oportunidad de hablar con un residente de Rabat quien refirió que al
sentir el temblor tomó a sus hijas y salió al jardín de su vivienda y allí vio
como en el agua de su piscina se formaban olas.
El
terremoto también se sintió en Portugal de forma moderada, aunque no se
registraron víctimas ni daños materiales.
De
acuerdo con el boletín de alerta sísmica difundido por el Instituto Nacional de
Geofísica de Marruecos, el movimiento telúrico tuvo su epicentro en la
localidad de Ighil, situada a 63 kilómetros al sureste de la ciudad turística
de Marrakech, a una profundidad de ocho kilómetros.
Las
autoridades marroquíes reaccionaron de inmediato actuando con rapidez y
eficacia dada la gravedad de la situación iniciando el rescate de las víctimas
que quedaron atrapadas entre las ruinas de sus viviendas. Trabajaron
incansablemente toda la noche con la ayuda de voluntarios de las poblaciones
locales afectadas.
Pero,
dada la magnitud de la tragedia, los hospitales y centros de salud de la región
pronto se vieron colapsados.
El Rey Mohammed VI se puso inmediatamente al frente de
las operaciones de rescate y socorro a las víctimas. Siguiendo sus expresas
directivas los servicios de orden, los equipos de protección civil y los
cuerpos médicos se centraron rápidamente en:
-
El
refuerzo de los medios y equipos de búsqueda y de socorro a fin de acelerar las
operaciones de salvamento y de evacuación de las personas heridas.
-
El suministro en agua potable
de las zonas afectadas;
-
La distribución de los kits
alimentarios, tiendas y mantas a favor de los siniestrados;
-
La reanudación rápida de los
servicios públicos.
También siguiendo Instrucciones
de Su Majestad el Rey Mohammed VI, las Fuerzas Armadas Reales desplegaron con
urgencia importantes recursos humanos y logísticos, aéreos y terrestres, así
como módulos de intervención especializados a base de equipos de búsqueda y
salvamento, así como un Hospital Médico-Quirúrgico de Campaña.
En este marco, el Rey
dio también instrucciones para continuar con celeridad las acciones de socorro
llevadas a cabo sobre el terreno, así como para:
-
Crear inmediatamente un comité
interministerial encargado de desplegar un programa de emergencia destinado a
rehabilitar y ayudar a reconstruir lo antes posible las viviendas destruidas en
las zonas siniestradas.
-
Atender a personas en
situación de desamparo, especialmente huérfanos y personas vulnerables.
-
- Atender inmediatamente a
todas las personas que se han quedado sin hogar a causa del terremoto,
especialmente en lo que se refiere a alojamiento, alimentación y todas las
demás necesidades básicas.
-
Animar a los operadores
económicos con vistas a reanudar rápidamente las actividades en las zonas
concernidas.
-
Abrir una cuenta especial en
el Tesoro y en Bank Al Maghrib para recibir las contribuciones voluntarias de
solidaridad de los ciudadanos y de los organismos privados y públicos.
-
La plena movilización de la
Fundación Mohammed VI para la Solidaridad, con todos sus componentes, a fin de
prestar apoyo y acompañamiento a los ciudadanos de las zonas afectadas.
-
La constitución de reservas y
stocks de primera necesidad (medicamentos, tiendas, camas, alimentos, etc.) en
todas las regiones del Reino para hacer frente a cualquier tipo de catástrofe.
-
También se decidió declarar tres
días de luto nacional, con las banderas a media asta en todos los edificios
públicos.
Por otra parte, en su
carácter de máxima autoridad religiosa del Reino (Amir Al Muminin), el Rey dio
instrucciones al ministro de Habices y Asuntos Islámicos para cumplir la
Oración del Ausente (Salat Al Ghaib) en todas las mezquitas del Reino, para el
descanso del alma de las víctimas.
La tragedia por la que
atraviesa el pueblo marroquí debido al seísmo ha despertado la solidaridad de numerosos
países hermanos y amigos, como así de diversas organizaciones plurinacionales
(ONU, UE, UA, etc.) y cientos de ONG y asociaciones solidarias, varios de los
cuales manifestaron su disposición a aportar ayuda material y equipos de
socorro en estas circunstancias particulares. Por lo cual el Rey Mohammed VI en
un Comunicado del Gabinete Real expresó su agradecimiento personal y el del
Reino de Marruecos.
Esta terrible tragedia,
que hoy enluta al Reino de Marruecos y conmueve al mundo, seguramente mostrará
la capacidad de residencia del pueblo marroquí quien, después de llorar a sus
muertos comenzará la reconstrucción del país y retomará su senda de crecimiento
con aún mayor impulso, porque nada puede detener a los marroquíes en la
búsqueda de su destino de grandeza.
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