Dejando atrás
al trágico sismo de Al Hauz, el Reino de Marruecos avanza firmemente en la
reconstrucción siguiendo las directivas de su Rey.
El programa de reconstrucción
Desde la funesta noche del viernes 7 de septiembre, en
que desató su furia el terremoto que asoló la región de Al – Hauz, Marruecos ha
pasado desde la conmoción por el temblor, al horror por las 3.000 víctimas
fatales y los 5.000 heridos y de allí a la firme acción de rescate. Hoy el
Reino bajo la certera conducción del Rey Mohammed VI muestra todo su potencial
de resiliencia en la recuperación de las áreas afectadas por el seísmo.
El esfuerzo de reconstrucción contempla, no solo la
reparación de los daños provocados por el terremoto, sino la mejora de las
infraestructuras preexistentes proporcionando una respuesta fuerte, coherente,
rápida y eficaz a los daños provocados por el seísmo.
El programa de reconstrucción implica una inversión de
más de 11.000 millones de euros en cinco años. Se trata de una inversión que el
Reino solventará con recursos propios sin requerir ayuda externa. La inversión
es muy grande y solo la puede solventar una economía próspera y sólida como la
marroquí.
La inversión cubrirá las necesidades de las seis
provincias y prefecturas afectadas por el seísmo: Marrakech, Al Hauz, Tarudant,
Chichaúa, Azilal y Uarzazat, atendiendo las urgencias de una población de 4,2
millones de afectados.
Esta estructurado sobre la base de cuatro objetivos
esenciales:
-
Relocalizar
a las personas afectadas, reconstruir viviendas e infraestructuras.
-
Terminar
con el aislamiento de las comunidades montañosas y mejorar los territorios.
-
Atender
los déficits sociales en las zonas montañosas.
-
Incentivar
el desarrollo económico y el empleo, en especial apoyando iniciativas locales.
En materia de prevención, por la reiteras actividad
sísmica que presenta la zona, el programa contempla la creación de una gran
plataforma de reserva de materiales y equipos para atender emergencias (tiendas
de campaña, mantas, camillas, medicamentos, alimentos, agua potable, etc.) para
enfrentar situaciones similares.
El Rey Mohammed VI instruyó a los altos funcionarios
del Reino para que estén atentos a las necesidades y demandas de la población
para poder atenderlas solícita, rápida y eficazmente.
Agradecimientos a los socorristas
Al concluir las labores de rescate llevada a cabo por
equipos extranjeros (españoles, británicos, qataríes y emiratíes), tras once
días de esforzados trabajos, rescatando a las personas atrapadas entre los
escombros y asistiendo a los heridos, el Rey Mohammed VI ha despedido a los
rescatistas destacando su labor y agradeciendo a los gobiernos de los cuatro
países involucrados por su solidaria participación.
Con España, en particular, el rey alauí expresó su
agradecimiento por el desempeño de la Unidad Militar de Emergencias en las
labores de rescate, tanto al jefe de Gobierno Pedro Sánchez como a su amigo el
Rey Felipe VI, reafirmando la alianza estratégica entre ambos reinos.
Mientras que, con el otro gran aliado internacional de
Marruecos, los Estados Unidos de América, Su Majestad mantuvo una prolongada
entrevista telefónica con el presidente Joe Biden. En esa ocasión el mandatario
estadounidense trasmitió al monarca marroquí sus condolencias personales, las
de su pueblo y del Gobierno estadounidense.
Biden reiteró en la conversación la disposición de los
Estados Unidos de prestar la ayuda y el apoyo que demande el Reino sobre la
base de las necesidades identificadas por las autoridades marroquíes conforme
avance el plan multiforme implementado por el Reino en cumplimiento de
directivas reales.
Quién no tomó para bien el ser marginado de las
labores de reconstrucción fue el presidente francés Emanuel Macron, quién
insiste en no querer reconocer y aceptar los cambios geopolíticos operados en
África del Norte.
El intento de injerencia francesa
En la última década, Francia fue perdiendo los
privilegios con que contaba como ex potencia colonial. En un comienzo dejó de
ser el primer socio comercial y principal inversor en el Reino. España superó
ampliamente a Francia en ese rol.
En los últimos años, también resignó posiciones
políticas como aliado de Rabat, por su persistente negativa a aceptar que la
única solución realista, justa y posible al diferendo artificial en el Sáhara es
la Propuesta para la Negociación de un Estatuto de Autonomía en la Región del
Sáhara, presentada por Marruecos ante Naciones Unidas, en 2007, que cada día
cuenta con mayor apoyo internacional.
Lógicamente al Eliseo también le cuesta digerir la
soberanía marroquí sobre su Sáhara, medida adoptada unilateralmente en
diciembre de 2020.
A ello se suman las veladas acusaciones impulsadas
desde Paris a través de la prensa culpando a Marruecos por las supuestas
tentativas de infiltrar los teléfonos celulares de Macron y de varios de sus
ministros.
A consecuencia de ese enfriamiento entre París y
Rabat, Marruecos mantiene vacante su embajada en Francia desde hace meses y se
negado reiteradamente a poner una fecha para la visita de Estado de Macron al
reino alauí, pendiente desde hace mucho tiempo.
En ese contexto, Macron tomó muy mal que no se
aceptara la ayuda francesa para hacer frente al seísmo y sí la proveniente de
España, el Reino Unido, Qatar y Emiratos Árabes Unidos.
Macron evidenció sobre este tema una muy curiosa
ansiedad. Primero, su ministra de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna,
anunció una próxima visita de Estado de Macron a Rabat cuya fecha no se había
establecido.
Rápidamente, el ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos
reaccionó ante el intento de implementar la política del hecho consumado por
parte de Francia, negando categóricamente que se hubiera establecido una fecha
para esa visita.
Insólitamente, el martes 19 de septiembre, en una
clara interferencia en los asuntos internos de otro Estado, el presidente Macron
se dirigió en forma directa al pueblo marroquí, a través de un vídeo de la red
social X (antes conocida como Twitter) con la intención de fijar su posición
sobre el tema de la ayuda ofrecida por Francia,
“Obviamente
depende de Su Majestad el Rey y del Gobierno de Marruecos, de una manera
totalmente soberana, organizar la ayuda internacional y, por lo tanto, estamos
a disposición de su elección soberana”, declaró el presidente francés,
quien añadió: “Estamos a su lado, hoy y mañana”.
“Esto
es desde el primer segundo lo que hacemos de una manera completamente normal y
por eso me gustaría que todas las controversias que dividen, que complican las
cosas en este momento que ya es tan trágico, puedan ser silenciosas por respeto
a todos”, añadió.
“Estaremos
allí a largo plazo en el nivel humanitario, en el nivel médico, para la
reconstrucción, para la ayuda cultural y patrimonial, en todas las áreas donde
el pueblo marroquí y sus autoridades nos consideran útiles”, añadió.
El
hecho de que Macron no empleara los canales diplomáticos o incluso los medios
de prensa incurriendo en una grave intromisión en los asuntos internos de
Marruecos, cometiendo una grave injerencia sobre las decisiones soberanas del
Reino es algo habitual en el comportamiento del presidente galo.
Algo similar ocurrió, en septiembre de 2021, cuando el presidente Emanuel
Macron reprochó al sistema “político militar” argelino el mantenimiento
de una “renta de memoria” (contra Francia en torno a las violaciones a
los derechos humanos durante la guerra de liberación colonial).
Pero, fue sobre todo su cuestionamiento de la
existencia de una nación argelina antes de la colonización lo que ofendió al
gobierno y al pueblo de Argelia y provocó un incidente diplomático.
Pero, su actual intento de injerencia en las
decisiones soberanas de Marruecos sobre de quien recibe ayuda humanitaria,
cuando y donde, es un bocado mucho más grande de lo que Macron puede digerir y lo
tiene atragantado en la garganta.
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