La visita del
subsecretario de Estado para el África del Norte a Marruecos refuerza los
vínculos estratégicos entre Washington y Rabat.
Las estrechas y prolongadas relaciones de asociación
entre el Reino de Marruecos y los Estados Unidos de América son algo bien
conocido en la política internacional.
Este histórico vínculo se remonta al momento, en el
siglo XVIII, en que Marruecos se convirtió en el primer Estado del mundo en
reconocer la independencia de los Estados Unidos y se ha mantenido y
fortalecido a través de los años.
Entre otras evidencias de esta asociación estratégica,
Estados Unidos ha declarado que Marruecos es su aliado extra-OTAN para preservarlo
de las posibles agresiones de sus rivales regionales.
Sin embargo, esta asociación alcanzó un nuevo, más
firme y prometedor, nivel en diciembre de 2020, cuando el departamento de Estado
de los Estados Unidos de América anunció que reconocía la plena y total
soberanía de Marruecos sobre su Sáhara, cerrando en los hechos más de cuatro
décadas de una estéril disputa en el marco de un conflicto artificial en torno
a ese territorio.
Una posición que no se ha modificado con la asunción
de la presidencia por el demócrata Joe Biden, demostrando que se trata de una
política de Estado y no de una determinada administración.
Muy por el contrario, el 16 de mayo de este año, el
secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Bliken mantuvo una
conversación con el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Cooperación
Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita reiterando
que la Propuesta para la Negociación de un Plan de Autonomía para la Región del
Sáhara, presentado por Marruecos ante Naciones Unidas, en 2007, era una opción
“seria, creíble y realista”, subrayando además que el Reino Alauí “es una
fuerza importante para la estabilidad, la paz, el progreso y la moderación”.
Posteriormente, el viceportavoz del departamento de
Estado, Vedant Patek, reiteró que “No hay ningún cambio en la posición de
Estados Unidos sobre este asunto”.
La política de los Estados Unidos con respecto del
Sáhara tuvo una nueva ratificación durante la visita que realizó, esta semana, a
Marruecos, el subsecretario adjunto de Estado de los Estados Unidos para África
del Norte, Joshua Harris. En esa oportunidad, la embajada de los Estados Unidos
en Rabat emitió un comunicado oficial señalando que; “los Estado Unidos siguen
considerando el plan marroquí como serio, creíble y realista.”
En la reunión que mantuvieron Joshua Harris y Puneet
Talwar, embajador de Washington ante Rabat, con el ministro marroquí Nasser
Bourita, los diplomáticos estadounidenses manifestaron al jefe de la diplomacia
marroquí su profunda gratitud por “los esfuerzos” desempeñados por Marruecos
en una amplia gama de desafíos regionales y globales”, incluida la
situación en la región del Sahel, el apoyo a las elecciones en Libia y la
promoción de medidas de libertad, seguridad y prosperidad para los israelíes y
los palestinos.
Marruecos ha planteado para conciliar sus justos
títulos soberanos en el Sáhara con los intereses de la población de origen
saharaui una propuesta de amplia autonomía para la región bajo soberanía
marroquí que consiste en otorgar amplias facultades de autogobierno para los saharauis,
reservando las competencias de seguridad y política exterior para el Estado
marroquí, todo este esquema se realizaría respetando las resoluciones de
Naciones Unidas.
Esta iniciativa ha concitado un amplio respaldo
internacional de países como los Estados Unidos, Israel, Emiratos Árabes Unidos,
Alemania, Japón y España, para no nombrar a los países africanos, que han
manifestado reiteradamente que consideran a esta propuesta como la más seria,
creíble y realista para terminar finalmente con este dilatado diferendo
artificial.
Tal como puede apreciarse, la asociación entre los
Estados Unidos y el Reino de Marruecos de total vigencia y fortaleza. Se trata
de una relación histórica que perdura aún con administraciones de distinto
signo ideológico y político.
Una asociación que el Rey de Marruecos, Mohammed VI ha
sabido cultivar con paciencia e inteligencia obteniendo para su Reino las
mayores ventajas posible.
La soberanía de Marruecos sobre su Sáhara es cada vez
más una realidad que pocos se atreven a poner en duda y que cuando lo hacen
automáticamente se marginan de los centros internacionales donde se adoptan las
grandes decisiones de este tiempo.
Porque hoy, Marruecos, de la mano de su Rey se ha
convertido en una pieza clave en el esquema de seguridad de Occidente
cumpliendo un rol de vital importancia en problemáticas tales como los flujos
migratorios irregulares, el crimen organizado transnacional (tráfico de
personas, drogas y armas) y en la lucha contra el terrorismo yihadista y la
difusión del islamismo radical.
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