En los
últimos seis meses barcos de guerra, el ministro de Relaciones Exteriores y
ahora el presidente de Irán se han hecho presentes en la región del Caribe
evidenciando el sostenido interés de la República Islámica de Irán por América
Latina.
Contenido
El presidente iraní Ebrahim Raisi ha efectuado a
principios de junio una gira por América Latina, destinada a consolidar e
incrementar su influencia sobre los gobiernos de la región, que comprendió a
los gobiernos aliados de Venezuela, Nicaragua y Cuba y en la cual el mandatario
shií firmó importantes acuerdos económicos y políticos.
Esta gira constituye una nueva penetración de Irán en
el bajo vientre de la esfera de influencia de los Estados Unidos en su propio
continente y una muestra más del creciente interés que muestran por la región
países aislados internacionalmente como China, Rusia e Irán.
Una relación ampliada y consolidada
a partir de 2005
Históricamente, las relaciones de
América Latina con Irán fueron casi inexistentes. El Irán imperial mantenía
vínculos diplomáticos formales con pocos países latinoamericanos: con México
desde 1895, con Argentina, desde 1902; con Brasil y Uruguay, desde 1903; y con
Venezuela desde 1947. Teherán, en 1935, abrió una embajada en Buenos Aires y
Argentina hizo lo propio en Teherán en 1948.
El petróleo, fuente principal de
los recursos iraníes, había abierto una nueva vía de contacto con la Venezuela
de Carlos Andrés Pérez, iniciadora de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP). El sha Reza Pahlevi visitó Caracas en 1975, y Carlos Andrés
Pérez viajó a Teherán en 1977. Más tarde, la Revolución Islámica de 1979, que
derrocó la monarquía, no supuso cambios cualitativos en la relación mutua.
Apenas se pueden señalar algunos contactos y proyectos, por ejemplo, en 1979,
Fidel Castro invitó a Irán a la Cumbre de Países no Alineados, aunque podrían
analizarse hoy día, con la perspectiva del tiempo acumulado, como pasos
premonitorios.
Entre 1986 y 1991, Argentina e Irán
establecieron una cooperación nuclear civil bajo control de la Agencia
Internacional de Energía Atómica (AIEA). El proyecto agotó rápidamente sus
potencialidades por dos razones. Por un lado, contradecía otros proyectos
desarrollados entre Argentina, Egipto e Iraq (especialmente el programa llamado
Cóndor II[i]).
Por el otro, la guerra entre Irán e Iraq, el alineamiento político-militar de
Argentina con Estados Unidos y la participación argentina en la primera Guerra
del Golfo llevaron a la nación sudamericana a suspender toda forma de
cooperación con la Organización Iraní de Energía Atómica (AEOI, por sus siglas
en inglés) en 1991, ya bajo el gobierno de Carlos Menem.
En 1992 se produjo el atentado
contra la Embajada de Israel en Buenos Aires y, en 1994, otro coche bomba
destruyó el edificio de la Asociación Mutual Israelita en Argentina (AMIA)
ambos atentados fueron atribuidos a Irán a través de la organización terrorista
libanesa Hezbollah. Seis altos dirigentes iraníes, entre los que se encontraba
el agregado cultural de la Embajada de Irán en Buenos Aires sheik Mohsen
Rabbani fueron imputados por la justicia argentina. Aunque los organismos de
inteligencia de Argentina e Israel atribuyen la planificación y autoría del
atentado al jefe de inteligencia de Hezbollah Imad Fayez Mugniyah quien
encontró la muerte en Damasco, Siria, el 12 de febrero de 2008 en la explosión
de un coche bomba. Irán acusó a Israel por el atentado.
Unos años más tarde, en 2000, Irán
participó otra vez en Caracas en una reunión de la OPEP. Chávez estaba ya en el
poder. Y a partir de ese evento hubo, efectivamente, una aproximación, pero aún
limitada; se trataba por el momento de una relación bilateral y de poca
densidad. Más tarde, el jefe de Estado venezolano se desplazó tres veces a Irán
entre 2000 y 2005. Y en el mismo periodo, su homólogo Mohamad Khatami (jefe de
Estado entre 1997 y 2005) visitó Caracas en tres oportunidades.
La llegada de Mahmud Ahmadineyad a
la presidencia iraní, en 2005, coincidió con el ascenso de gobiernos que se
inspiraban en el “Socialismo del siglo XXI”: Luiz Inácio “Lula”
da Silva en Brasil (2003), Néstor Kirchner en Argentina (2003), Evo Morales en
Bolivia (2006) y, poco tiempo después, Rafael Correa en Ecuador (2007),
Fernando Lugo en Paraguay (2008) y José “Pepe” Mujica en Uruguay (2010);
estos cambios propiciaron una diversificación y extensión de las relaciones.
El presidente iraní se desplazó
cuatro veces a América Latina entre 2006 y 2010; dos veces más en 2012 y tres
entre enero y mayo de 2013. Visitó Venezuela en cada uno de estos viajes, pero
también Bolivia (en dos oportunidades), Brasil (2009), Cuba, Ecuador y
Nicaragua. Los presidentes de estos países latinoamericanos devolvieron estas
visitas: Chávez estuvo seis veces en Teherán, Evo Morales en dos ocasiones, y
Rafael Correa, Lula y Daniel Ortega viajaron en una oportunidad. Después de los
jefes de Estado, ministros y diputados intercambiaron visitas cruzadas.
Pero más allá de estos viajes, por
primera vez las relaciones iraníes-latinoamericanas se materializaron en algo
más que visitas. Las dos partes dieron más importancia a sus representaciones
diplomáticas. Irán abrió embajadas en Bolivia, Colombia, Chile, Nicaragua
(2007), San Vicente y Granadina (2008) y Ecuador (2009); Bolivia inauguró una
legación en Teherán.
Después de un seminario
internacional dedicado a América Latina, organizado en 2007 en Teherán, el
Instituto Iraní de Estudios Políticos Internacionales (IPIS, por sus siglas en
inglés) creó un departamento dedicado al mundo hispanohablante, al tiempo que
Ahmadineyad nombraba cuatro asesores regionales en 2010. Uno de ellos fue
especialmente encargado de los temas de América Latina. Del lado latinoamericano,
algunas universidades crearon espacios específicos para responder las demandas
de los Estados, como el Centro de Estudios del Medio Oriente Contemporáneo
(Cemoc), que funciona desde 2002 en la ciudad argentina de Córdoba, y en 2011,
en Heredia (Costa Rica), se fundó el Centro de Estudios de Medio Oriente y
África del Norte (Cemoan).[ii]
Estas instancias facilitaron la
firma de variados acuerdos y tratados. Por ejemplo, en 2007, Irán se integró a
la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), creada por
iniciativa de Venezuela. Adicionalmente, Irán y Cuba activaron conferencias
económicas conjuntas en 1986, y Brasil e Irán crearon un foro de diálogo en
1999. La lista sigue: en 2002, Caracas y Teherán constituyeron una comisión
mixta para asegurar el seguimiento de su cooperación (entre 2000 y 2011 fueron
suscriptos 271 tratados). Paralelamente, Bolivia e Irán instituyeron un
dispositivo de consultas políticas en 2007 (se firmaron decenas de acuerdos
bilaterales en ese marco). Estos tratados abrieron un amplio abanico de forma
de cooperación entre la nación islámica y algunos países latinoamericanos:
armamento con Bolivia y Venezuela, energía y petróleo con Ecuador y Venezuela,
finanzas con Bolivia, Cuba y Venezuela, inversiones iraníes en Bolivia,
Nicaragua y Venezuela.
Estos foros y acuerdos empezaron a
producir efectos concretos a finales de la primera década del milenio. Primero
aparecieron instrumentos de facilitación de relaciones bilaterales. Se
suspendió la obligación del visado entre Irán, Bolivia, Nicaragua y Venezuela. Iranair
y Conviasa abrieron, en 2007, una línea aérea que une semanalmente
Caracas, Damasco y Teherán. El Banco Industrial de Venezuela y el banco iraní
Edbi crearon una filial común en 2009, mientras las naciones del ALBA
organizaban una feria comercial en Teherán en 2010. Todo esto facilitó las
primeras inversiones: una fábrica de tractores y coches iraníes en Venezuela
–Venirauto y Venirantractor por ejemplo–, plantas de producción de lácteos en Bolivia,
etc., lo cual, lógicamente, alimentó el comercio bilateral.
Los porcentajes de crecimiento,
aunque impresionantes, deben ser necesariamente relativizados, ya que antes del
año 2000 casi no había intercambios. Con Argentina, por ejemplo, se multiplicaron
por 100 entre 2000 y 2008. Pero a pesar de los centenares de tratados firmados
por Venezuela, Irán figuraba en 2009 como su importador número 39, y como su
exportador en la posición 72.
Paradójicamente, son Argentina y
Brasil, países que no están entre los que firmaron más acuerdos con Irán, los
que tienen más intercambios relativos.
En la medida en que la Unión
Europea se resiste al ingreso de los productos agroindustriales del Mercosur,
resulta lógico que los países latinoamericanos busquen socios comerciales allí
donde estén disponibles, entre los BRICS o incluso Irán.
En el caso del acercamiento de
Brasil a Irán, durante el gobierno de Lula da Silva, ha jugado también la
ambición de Itamaraty de convertir a su país en un “global player” [iii]ingresando
como miembro permanente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en representación
de América Latina y de los países del Sur.
Durante los gobierno de los
sucesores de Lula da Silva (Dilma Roussef, Michael Temer y Jair Bolsonaro) los
vínculos se enfriaron, pero con el regreso del líder del Partido de los Trabajadores
al Palacio de Planalto, a principios de 2023, los contactos se reanudaron con
fluidez, tal como lo demuestra la presencia de buques de guerra iraníes en
puertos brasileños.
Paralelamente, herramientas de
comprensión colectiva mutua acompañaron esa red de lazos políticos,
económico-comerciales y contractuales. Estas iniciativas reflejan, además, una
voluntad compartida por los gobiernos de crear puentes entre pueblos muy
alejados tanto en sus definiciones sociales como en las religiosas y culturales.
En 2006, el teatro de la Universidad Azat de Teherán presentó una obra relativa
a uno de los héroes de la independencia venezolana, Rafael Urdaneta. Un año más
tarde se organizó en Teherán, por primera vez, un congreso de literatura
latinoamericana. Como contrapartida, en América Latina surgieron cátedras de
lengua y literatura persas y, finalmente, se concretó la cooperación entre
Telesur e HispanTV, el canal oficial iraní abierto en español en el año 2010. A
ellos se suman como canales de difusión de Irán hacia América Latina la Agencia
de Noticias Ahl ul-Bayt[iv]
y el canal Baiitullah[v].
La última visita de un presidente iraní
por la región fue en 2016 cuando Hassan Rohani visitó Cuba y Venezuela antes de
participar en la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
En julio de 2022, Nicolás Maduro
visitó Teherán donde firmó un acuerdo de cooperación entre ambos países por
veinte años que incluyeron temas de energía, gas y militares. En esa
oportunidad el dictador venezolano ofreció a Irán un millón de tierras
soberanas para “fines agrícolas”.
Afirmando el interés iraní en
América Latina, el 13 de enero de 2023, atracó en Río de Janeiro, la 86°
flotilla iraní compuesta por el destructor IRIS Dena (un destructor clase
Moudge, fabricado en Irán, de 1.300 toneladas de desplazamiento, armado con
misiles, torpedos y cañones, que entró en servicio en 2021) y el buque de
guerra IRIS Makran (un petrolero convertido en buque logístico de uso militar,
con un peso de 121.000 toneladas), que desde fines de septiembre de 2022 se
encontraba paseando pabellón en una vuelta al mundo para mostrar el poder
militar de Irán.
La 86° Flotilla es una de tres
escuadras desplegadas actualmente por Irán en aguas internacionales, la 88°
Flotilla se encontraba en el océano Indico y la 89° Flotilla en el Pacífico.
En febrero de 2023, recorrió los
países amigos del Caribe el ministro de Relaciones Exteriores, Hossein
Amir-Abdollahaian, en un viaje preparatorio de la gira de su presidente por
Venezuela, Nicaragua y Cuba.
El avión de la discordia
Recientemente, las actividades clandestinas de Irán en
Argentina cobraron nueva actualidad por el arribo, el 6 de junio de 2022, de un
avión Boing 747, con matrícula venezolana YV3531, perteneciente a la empresa
venezolana Emtrasur, tripulado por 14 militares venezolanos y cinco militares
iraníes perteneciente a la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica
(IRGC, según sus siglas en inglés). Esta organización paramilitar ha conformado
una suerte de Estado paralelo dentro de Irán actuando como nexo entre la cúpula
del poder persa y los diversos grupos terroristas dependientes de Teherán a
quienes entrena y suministra armamento.
La aeronave, que originariamente había pertenecido a empresa
iraní Mahan Air (y antes de ello a Qeshm Fars Air), fue empleada para trasladar
armamentos a diversos grupos terroristas. Debido a ello los Estados Unidos
aplicaron sanciones a Mahan Air y solicitaron el embargo del avión al gobierno
argentino.
Finalmente, la justicia argentina retuvo por un tiempo al
avión, a cuatro tripulantes iraníes y a tres venezolanos por sospechas de estar
vinculados a actividades ilícitas. Entre los iraníes retenido se encontraba el
piloto Gholamreza Ghasemi. Sobre este individuo pesan las mayores sospechas de
su participación en actividades terroristas y a quien se le secuestró un
celular donde figurarían conversaciones amenazando con cometer un “genocidio” en
Argentina.
En medios de inteligencia argentinos existe la firme sospecha
de que la presencia del avión en la región estaría vinculada a actividades
iraníes relacionadas con el terrorismo o el narcotráfico, especialmente en la
zona sin ley de la Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay), donde reside
una gran comunidad chií.
Randolph Moss,
juez federal de los Estados Unidos, ordenó el decomiso definitivo
del avión venezolano tripulado por iraníes que permanece incautado en el
aeropuerto de Ezeiza. El juez Moss escribió en dos carillas y media que el 20
de octubre de 2022, EE. UU. presentó una demanda verificada por decomiso de la
una aeronave Boeing 747-300 de origen estadounidense, con el número de cola
YV-3531 y el número de serie del fabricante 23413.
La actual gira
del presidente iraní
Ebrahim Raisi,
un jurista de 62 años que anteriormente fue presidente de la Corte Suprema de
su país asumió la presidencia de Irán el 5 de agosto de 2021 y desde entonces
ha logrado un triste récord de 580 ejecuciones por año. Esta es su primera gira
por la región. Lo acompaña en el viaje su esposa Jamileh-Sadat Alamohold,
doctora en Filosofía de la Educación por la Universidad Tarbiat Modares y
miembro de una influyente familia religiosa.
Jamileh es
actualmente profesora asociada de la Facultad de Ciencias de la Universidad
Shahid Beheshti, directora del Instituto de Investigación de Estudios Básicos
en Ciencia y Tecnología de esa casa de altos estudios y titular de la Comisión
de Educación del Consejo de la Revolución Cultural.
Desde que
llegó al poder, Raisi incrementó el gasto militar, restauró relaciones con
Arabia Saudí y fortaleció su acercamiento con China y Rusia. Irán ha ofrecido
drones a Rusia para atacar a Ucrania y recientemente ha efectuado pruebas de un
nuevo misil hipersónico.
En el resto de
la numerosa comitiva destacan los ministros de Relaciones Exteriores Hosein
Amir-Abdollahain y Defensa general Hosein Dehqán.
En Venezuela,
el dictador Nicolás Maduro recibió con todos los honores a Raisi en el Palacio
de Miraflores donde suscribieron 25 acuerdos.
En los últimos
años, Irán ha enviado cargamentos de combustible a Venezuela para atender las
fallas de abastecimiento en el país y suministra repuestos para la reparación
de las vetustas refinerías venezolanas. Ambos países también han ampliado un
acuerdo de canje para intercambiar condensado iraní por crudo pesado
venezolano.
Irán también
participa en un proyecto de modernización en el complejo de refinería más
grande de Venezuela, que incluye las refinerías de Amauay y Cardón, con el
propósito de restaurar su capacidad de
destilación.
En esta
oportunidad el presidente iraní destacó: “El nivel de cooperación económica
estaba en 600 millones de dólares hace dos años, hoy día esa cooperación
comercial y económica ha aumentado a 3.000 millones de dólares. La meta es
llevar ese nivel de cooperación a 10.000 millones de dólares, y el próximo paso
es a 20.000 millones de dólares”.
Por otra
parte, en la Isla Margarita, vive una comunidad de 120.000 libaneses y
descendientes de libaneses. Allí tiene la organización terrorista Hezbollah
seis campos de entrenamiento donde adoctrina y capacita militarmente a los
conversos latinoamericanos que reclutan por toda la región.
En Nicaragua,
Raisi se convirtió en el segundo presidente en visitar el país, después de que Mahmud
Ahmadineyad lo hiciera en 2007 y 2012.
Al recibir al “hermano
presidente”, el dictador Daniel Ortega resaltó la coincidencia del triunfo
de la revolución islámica, en febrero de 1979, que derrocó al sha Reza
Pahlevi, y de la llamada revolución sandinista que expulsó al dictador
Anastasio Somoza Debayde en julio del mismo año.
Mientras que, con Venezuela y Cuba, el presidente
iraní rubricó numerosos acuerdos y memorandos, se desconoce si ocurrió lo mismo
con Nicaragua, ya que, pese a que la vicepresidenta Rosario Murillo había
adelantado que así sería, el Gobierno de Ortega no hizo pública ninguna
firma.
En todo caso, Raisi prometió, en presencia del
mandatario nicaragüense, incrementar y profundizar la cooperación en materia
científica, tecnológica y de otras áreas.
También aseguró que los vínculos con el país
centroamericano “no son relaciones habituales, tradicionales, (sino que) son
relaciones completamente estratégicas”.
Entre las áreas que Teherán quiere “incrementar y
profundiza” en su cooperación con Nicaragua se encuentran las “políticas,
económicas y culturales, en todos los ámbitos, sobre todo en materia de ciencia
y tecnología”.
En Cuba, en el
plano político destacó la firma en La Habana de un acuerdo de “cooperación
integral” entre ambos Gobiernos y otro para el establecimiento de consultas
regulares entre ambas Cancillerías, lo que eleva cualitativamente la
vinculación entre ambos Ejecutivos. También se suscribieron acuerdos
bilaterales para cooperar en los ámbitos de las telecomunicaciones, la justicia
y en materia aduanera.
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel, que se
comprometió a viajar a Teherán para devolver la visita, abogó por “aprovechar
las potencialidades” para ahondar en las relaciones económicas, en tanto
que Raisi apuntó, en un foro empresarial a puerta cerrada, que tratarían de
buscar oportunidades en la generación eléctrica, la biotecnología y la
minería.
Apreciaciones finales
Pese a la distancia geográfica y cultural, para
Teherán, América Latina constituye un área estratégica y desde mediados de los
años ochenta, su presencia en el continente se ha incrementado constantemente.
De hecho, el desde el ministerio de Relaciones Exteriores de Irán se ha
declarado que sus relaciones con América Latina son “muy valiosas en la
lucha contra el capitalismo y el sistema global”.
Los vínculos iraníes con América Latina son una manera
de atenuar el aislamiento internacional y las sanciones económicas que le
imponen Estados Unidos y sus aliados, debido al programa nuclear que Teherán
lleva a cabo y por patrocinar el terrorismo y el crimen organizado.
Mientras que, para las dictaduras caribeñas, que
también sufren sanciones internacionales y aislamiento diplomático por las
continuas violaciones a los derechos humanos en sus respectivos países, Irán es
un importante socio comercial. Estas dictaduras han destruido sus economías y sobreviven
como una suerte de parásitos internacionales que cambian su apoyo en las
votaciones de los foros internacionales y las declaraciones públicas por
petróleo, créditos blandos, inversiones estatales y la posibilidad de exportar
algunas materias primas a un mercado de setenta millones de personas.
Con tal de sobrevivir un día más Maduro, Ortega y
Diaz-Canel firman cualquier tipo de acuerdo de cooperación (que luego por
inoperancia suelen no cumplir) y entregan los pocos recursos de que disponen.
Así le entregan a Irán un millón de hectáreas de tierra productiva o le
permiten a China instalar en Cuba una base para espiar las comunicaciones de
los Estados Unidos.
[i] PROGRAMA CÓNDOR: fue un
proyecto tecnológico de la Fuerza Aérea Argentina desarrollado entre los
años setenta y noventa. Originado como un demostrador tecnológico de un
lanzador satelital de la Comisión Nacional de Investigaciones
Espaciales (CNIE), fue reconvertido en un proyecto de misil
balístico tras la guerra de las Malvinas. Su desarrollo fue llevado a cabo
por grupos de investigación de la Fuerza Aérea Argentina con apoyo del
Instituto de Investigación Y Verificación Alemán para la Aviación y los Vuelos
Espaciales, proveedores privados como Messerschmit-Bölkow-Blohm y SNIA S.P.A. y
con financiamiento de Egipto, quienes a su vez recibían dinero de Irak. Su
desarrollo fue polémico desde su reconversión a un proyecto militar, tanto por
su naturaleza como por presiones internacionales, principalmente de los
Estados Unidos t el Reino Unido, quienes temían que un plan de semejante
envergadura, con potenciales capacidades nucleares y único en el subcontinente,
podía desestabilizar la región e iniciar una carrera armamentista entre
los países sudamericanos, los cuales en su mayoría todavía se encontraban bajo
dictaduras militares y con litigios territoriales. Las presiones llegaron a su
máximo hasta que el presidente Carlos Menem ordenó la cancelación. La
cancelación del Cóndor llevó a la disolución de la CNIE y el traslado de las
actividades espaciales del país de manos militares a civiles con la creación de
la Comisión Nacional de Actividades Espaciales y la adhesión de la Argentina al
Régimen de Control de Tecnología Misilística.
[ii] KOURLIANDSKY,
Jean-Jacques: Irán y América Latina; más cerca por una coyuntura de futuro
incierto. Artículo publicado en Nueva Sociedad N° 46, Julio / Agosto 2013.
ISSN 0251 3552.
[iii] PINEDO, Federico y Otros: Informe sobre las relaciones entre Irán y
América Latina. Friends of Israel Iniatiative. Paper N° 34, Nov. 2015. En
español. P. 12.
[iv] AHL UL-BAYT: significa la gente de la casa y se usa a la
familia o hijos de una persona. En la terminología Islámica, se refiere a la
familia del profeta Mohammed. La palabra Ahl ul-Bayt debe ser dicha
respetuosamente.
[v] BAIITULLAH: expresión
en árabe que significa “la casa de Dios” y puede hacer referencia a La Kaaba o
a cualquier mezquita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario