Marruecos se ha convertido en un productor clave en el
mercado de las energías renovables del mundo.
En un momento en que la guerra en Ucrania se combina
con el cambio climático (que incrementa el uso del aire acondicionado y por
consiguiente el consumo de energía eléctrica) los ojos del mundo se dirigen a
Marruecos como líder mundial en la producción de energías limpias y renovables.
Desde 2009, el Rey Mohammed VI, con su visión
estratégica de largo plazo, impulsó el desarrollo de las energías limpias para
aliviar la dependencia del Reino de la importancia de hidrocarburos (gas y
petróleo) y carbón, que en ese entonces constituían el 97% de su consumo
energético
Al mismo tiempo, el monarca, siempre dedicado a luchar
por la preservación del medio ambiente, no dudo en que el país debía apostar a
largo plazo por las energías limpias.
Mohammed VI fue el primero con comprender las ventajas
competitivas naturales de que disponía el Reino para el desarrollo de este tipo
de energías.
Es así, como tan sólo en los últimos diez años
Marruecos ha destinado U$S 5.650 millones de dólares para el desarrollo de
energías limpias.
Su ubicación geográfica y sus favorables
características climáticas convierten a Marruecos en uno de los principales
países africanos con capacidad potencial de energía renovable. Con más de
trescientos días de sol al año en su extensos y despoblados parajes desérticos,
aprovechables con paneles solares, y un potencial eólico de gran rendimiento
por su regularidad, Marruecos puede aprovechar su situación privilegiadas para
avanzar hacia la independencia energética, con lo que aumentaría su seguridad
energética y, al mismo tiempo, produciría excedentes para la exportación a
Europa a un costo muy competitivo.
La ventaja comparativa que le proporciona a Marruecos
sus características climáticas hace que el rendimiento de sus paneles solares
sea muy superior al de cualquier país europeo, como fácilmente se puede
apreciar visitando las plataformas que recogen la energía solar en cualquier
parte del mundo y que indican que se puede explotar el recurso solar de manera
óptima en casi dos tercios del territorio marroquí.
En lo que hace al aprovechamiento de la energía
eólica, todo el sur de Marruecos tiene un potencial excepcional al ser uno de
los grandes corredores mundiales de viento, lo que lo convierte en el país africano
mejor posicionado para generar este tipo de energía. A ello debe añadirse su
baja densidad de población, por las condiciones desérticas de esas regiones,
que favorece la instalación de enormes parques eólicos con poca interferencia
en la vida de sus habitantes. En esto se diferencia de Europa, donde las
regiones más ventosas se sitúan en las áreas más pobladas del norte del
continente y en las islas británicas.
Estas ventajas naturales convierten a Marruecos en un
potencial proveedor eléctrico renovable para Europa debido a su estabilidad
política y la mayor facilidad que tienen las compañías extranjeras para
invertir en el país.
Marruecos promulgó, el 11 de febrero de 2010, la Ley
N° 13-09, que liberaliza el sector de las energías renovables, permitiendo la
competencia de empresas privadas, tanto en la producción de electricidad
renovable, como en la exportación a través de la red nacional.
El resultado fue una mayor participación de las
concesiones privadas en la producción de electricidad, de manera que, a fines
de 2021, el sector privado controlaba más de dos tercios (71,8%) de la
producción de energía eléctrica de Marruecos. Además, la participación de las
energías renovables en la generación total de energía aumentó de alrededor de
11%, en 2011, al 18%, en 2020.
Los
principales beneficiados de la producción concesionaria privada, ya sea de
origen fósil o renovable, han sido empresas transnacionales francesas (Engie),
españolas (Gamesa), saudíes (Acwa), emiratíes (Taqa) y alemanas (Siemens),
normalmente en cooperación con empresas nacionales como Al Mada o Verde de
África.
En
los próximos años, Marruecos va a continuar desarrollando nuevos proyectos
hasta alcanzar una capacidad renovable de 12 gigavatios para 2030. El objetivo
estratégico sería lograr que, para entonces, las energías renovables supongan
el 52 % del mix energético total, frente al 40 % actual y hacerlo al precio muy
competitivo de menos de 3 centavos el kilovatio hora para la eólica y entre 2 y
3 centavos para la solar fotovoltaica.
El
éxito de los proyectos energéticos marroquíes, en los últimos años, ha hecho
que varias las empresas privadas europeas hayan visto en Marruecos un campo
para nuevas oportunidades económicas. El mejor ejemplo de ello es el proyecto
británico de Xlinks,
que pretende producir electricidad con fuentes renovables por una potencia total
de 10,5 GW de generación fotovoltaica y eólica junto con 25 GW/h de
almacenamiento de batería cerca de Tantán en el sur de Marruecos y llevarla
mediante un cable submarino hasta Reino Unido.
El
proyecto responde a una lógica económica evidente: dado que la generación solar
en el Reino Unido es muy baja durante el invierno, cuando la demanda de energía
es mayor, y la producción eólica puede variar mucho de una semana a otra… la
solución obvia es ubicar la generación solar y eólica en el Sáhara… que se
beneficia de altos niveles de irradiación solar durante todo el año.
El
objetivo actual de Xlinks es básicamente producir masivamente energía renovable
en Marruecos y llevarla al Reino Unido para alimentar a siete millones de
hogares para el 2030. Las ventajas son los menores costes, algo muy apreciado
ante el aumento de la demanda.
Los
que Xlinks planea es ejecutar 3,6 GW de capacidad de cable submarino desde
Marruecos, bordeando la plataforma continental alrededor de Portugal, España y
Francia hasta el Reino Unido. El objetivo final sería proporcionar hasta el 7,5
% de la electricidad del Reino Unido a un precio de alrededor de $ 70 por
megavatio/hora, frente a los $ 125 (a las tarifas actuales) por megavatio/hora
acordada, en 2012, para Hinkley Point C, la planta nuclear más reciente del
Reino Unido.
Sin
embargo, el objetivo de este proyecto es fundamentalmente geopolítico. Se
trataría de reducir la dependencia energética de la Unión Europea en un
contexto de Brexit.
El
problema principal que lastra el ambicioso plan marroquí es el de la
financiación. Todos los proyectos recientes de generación de energía están
financiados por préstamos de bancos privados internacionales, el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo y
agencias de desarrollo francesas, alemanas y japonesas, frente a los cuales la
Agencia Marroquí de Energías Renovables (MASEN, por sus siglas en inglés)
contrae deudas que están garantizadas por el Estado marroquí.
Los financistas
son, por tanto, internacionales y tienen la última palabra en todas las
decisiones estratégicas de estos proyectos. Mientras estos consideren que el
Estado marroquí tiene solvencia para garantizar el retorno de los préstamos y,
además, las empresas involucradas en los distintos proyectos ya sean como
operadores (la francesa Engie, la alemana Siemens, etc.), o como proveedores de
equipos (la francesa Alstom, la japonesa Mitswi, etc.), correspondan con la
nacionalidad de los financistas. Marruecos podrá seguir desarrollando su
ambicioso plan.
Es
precisamente, allí donde la capacidad negociadora de su Majestad Mohammed VI,
su credibilidad y prestigio internacional están haciendo la diferencia y permitiendo
a Marruecos obtener las alianzas y recursos económicos para continuar con su sólida
apuesta a las energías renovables como parate del nuevo paradigma de desarrollo
y preservación del medio ambiente que el planeta necesita urgentemente.
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