jueves, 10 de marzo de 2022

¿DEBE SER UCRANIA UNA NUEVA MASSADA?


 

Debe el pueblo ucraniano inmolarse como los judíos de Massada para mantener a Zelensky en el poder y ayudar a la OTAN a contener el expansionismo ruso.

La historia registra muchos hechos de resistencias heroicas y desesperadas hasta la muerte.

Algunos de ellos han sido protagonizados por reducidas fuerzas militares como la tan recordada del rey Leónidas y sus trescientos guerreros espartanos en el desfiladero de las Termópilas durante la Segunda Guerra Púnica, en el 480 a. C.

O la resistencia hasta el último hombre de los soldados de la 3º Compañía de la Legión Extranjera Francesa, al mando del capitán Jean Danjou, en la hacienda mejicana de Camarón, el 30 de abril de 1863.

Los legionarios eran 62 hombres de tropa y dos oficiales y se enfrentaron a una fuerza mejicana de 850 hombres. Atrincherados en un pequeño rancho de adobe resistieron sabiendo que no podían ser socorridos y pese a las intimaciones de rendición de los lanceros mejicanos del comandante, Francisco de Paula Milán, quién garantizó a los sitiados su vida. Muertos los oficiales y agotadas las municiones los últimos tres legionarios en pie, aunque estaban heridos calaron sus bayonetas y cargaron contra cientos de soldados mejicanos que ante su heroísmo decidieron respetar su vida. Durante el combate murieron 52 legionarios y los doce que sobrevivieron resultaron heridos de gravedad.

Otros hechos más terriblemente heroicos fueron llevados a cabo por poblaciones civiles. Los ejemplos más conocidos ocurrieron en la Antigüedad en Numancia y Massada.

La población celtíbera de Numancia, situada en el Cerro de Muela, actual provincia de Soria en España.

Los numantinos en el 133 a. C. prefirieron suicidarse antes de rendirse a las tropas romanas de Publio Cornelio Escipión Emiliano, el Africano Menor y ser reducidos a la esclavitud.

Por último, pero no menos heroica fue la resistencia de los judíos en la meseta fortificada de Massada.

Allí, en el 66 d. C. durante la primera guerra judeo – romana un grupo de judíos zelotes liderado por Eleazar ben Yair decidió inmolarse antes de rendirse a las fuerzas del gobernador romano de Judea Lucio Flavio Silva.

A punto de ser capturados, para no violar las leyes judías que prohíben el suicidio, los hombres dieron muerte a sus familias, y posteriormente eligieron por suertes a diez de ello para quitarle la vida al resto. Finalmente, entre estos diez eligieron de nuevo a uno de ellos que acabo con la vida de los demás, y antes de arrojarse sobre su espada prendió fuego a la fortaleza, excepto a los depósitos de víveres, para así demostrar a sus enemigos que actuaban por resolución y no por desesperación.

Hoy los nuevos soldados israelíes acuden al lugar y prestan su juramento con tres palabras: “No más Massada”.

Todos estos ejemplos históricos de heroísmo colectivo resultan muy conmovedores e inspiradores sobre el valor y el amor a la libertad, pero nos llevan a preguntarnos si los gestos testimoniales son recomendables cuando se condena a este trágico destino a toda una nación.

Por eso, las palabras del presidente ucraniano Zelensky a la Cámara de los Comunes del Parlamento británico, donde parafraseando al primer ministro inglés Winston Churchill en junio de 1940, dijo: “No nos rendiremos y no perderemos. Lucharemos hasta el final, en el aire. Seguiremos luchando por nuestra tierra, cueste lo que cueste, en los bosques, en los campos, en las costas, en las calles”.

Zelensky, en realidad está alentando al pueblo ucraniano a resistencia hasta el último hombre tan heroica como desesperada y estéril.

Cuando Churchill pronunció su histórico discurso, después de la derrota de la Fuerza Expedicionaria Británica en Francia y su evacuación (abandonando todas las armas pesadas y equipos) por el puerto de Dunkerque en la Operación Dínamo.

El Reino Unido parecía a punto de ser derrotado cuando en realidad no lo estaba.

Después de Dunkerque, el Imperio Británico contaba con la Royal Navy, la flota más poderosa de su tiempo y el apoyo de sus colonias en India, Australia y Canadá, un Imperio de 500 millones de almas. La prueba está en que pese a toda su retórica Adolfo Hitler no se animó a invadir las Islas Británicas.

El discurso de Winston Churchill alentado a la resistencia tenia sentido. Además, Churchill no solo hablaba para el pueblo inglés, sino a los Estados Unidos anunciándoles que el Imperio Británico no se rendiría frente a las fuerzas de la Wehrmacht como había hecho el gobierno francés.

El resultado de ese discurso fue la sesión por parte de Estados Unidos de cuarenta destructores por el sistema de préstamo y arriendo, la apertura de importantes créditos para la compra de alimentos y armamentos y la colaboración de la armada americana en la custodian de los convoyes de barcos mercantes que trasladaban esos materiales por el Atlántico.

Pero la situación en Ucrania es muy distinta. El ejército ucraniano y los civiles que lo apoyan luchan denodadamente para contener el avance de las fuerzas rusas. En algunas ocasiones logran retrasarlo e incluso le provocan grandes bajas. No obstante, las fuerzas rusas continúan avanzando, bombardeando y destruyendo la valiosa infraestructura de Ucrania: viviendas, caminos, puentes, escuelas, hospitales, redes de suministro de agua y energía eléctrica, etc. Al mismo tiempo se incrementan las víctimas civiles y la población desplazada fuera de Ucrania supera los dos millones de personas.

Aunque Ucrania reciba algún armamento y voluntarios de escaso valor militar, no parece posible que el su Ejército sea capaz de derrotar a los rusos sin la participación de fuerzas de la OTAN.

Pero, al menos por el momento, los países de la OTAN no parecen dispuestos a intervenir. Especialmente porque Rusia ha manifestado que replicará con armas nucleares y nadie parece dispuesto a correr el riesgo de poner a prueba determinación de los rusos.

En consecuencia, demorar lo inevitable solo causa mayores daños al pueblo ucraniano. Aunque claro está una vez que logre un alto al fuego posiblemente Zelensky y sus partidarios serán excluidos del gobierno de Ucrania.

Continuar la lucha aumentando los costos para el Kremlin de su agresión a Ucrania al costo de la devastación del país solo es funcional a los intereses de la OTAN que busca detener lo que interpreta como una expansión de la influencia de Rusia en Europa Oriental. Por eso la OTAN resiste hasta el último ucraniano.

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