domingo, 6 de marzo de 2022

CUANDO EL MEDIADOR ES TAMBIÉN UN ESPÍA


 

En un confuso incidente es asesinado Homiel Denis Kireev miembro de la delegación ucraniana en las conversaciones de paz destinadas a lograr un alto al fuego en el conflicto con Rusia.

En medio de la invasión rusa a Ucrania y mientras se agudiza el drama humanitario del millón y medios de refugiados que han abandonado el país y se incrementan las sanciones económicas y políticas de la OTAN sobre Rusia, un confuso episodio con indicios de lucha por el poder termina con la vida de tres supuestos “agentes” a manos del SBU el servicio de seguridad ucraniano.

El sábado 5 de marzo pasado se dio a conocer la muerte de Homiel Denis Kireev, integrante de la delegación ucraniana que concurrió a las dos rondas de negociaciones de paz con su homóloga rusa.

Poco es lo que se sabe de la vida y actividades de Krieev, solo es conocida su participación en el directorio de supervisión de Ukreximbank, uno de los tres bancos más importantes de Ucrania y el 10º de Europa, una entidad dedica a los negocios de importación y exportaciones, entre 2006 y 2012, simultáneamente, entre 2010 y 2014, se desempeñó como vicepresidente de Oschadbank, el Banco Estatal de Ahorros de Ucrania.

Ignoramos que ha hecho después, como así también en que carácter representaba al estado ucraniano en las trascendentales conversaciones de paz.

La escueta información consigna que Krieev junto con otras dos personas no identificadas resultaron muertas por disparos cuando resistieron su arresto bajo la acusación de traición y espionaje por parte del personal del SBU.

El Sluzhba Bezpeky Ukrayiny (SBU) fue creado al independizarse Ucrania de la antigua Unión Soviética, en 1991, sobre la base del personal ruso que integraba la delegación de la KGB en Ucrania.

Por tal motivo, siempre se ha considerado a SBU como una organización infiltrada por la inteligencia rusa y los servicios de inteligencia de los países de la OTAN recelan de colaborar con él.

En el caso de Krieev, el SBU afirma disponer de información y hasta de grabaciones de conversaciones telefónicas, como pruebas de la traición del banquero a su país al trasmitir ciertos datos a los rusos.

No obstante, estas acusaciones nunca fueron presentadas ante un tribunal y no justifican la ejecución de un sospechoso sin un debido proceso judicial.

Por lo tanto, la muerte de Krieev despierta la sospecha de que se este librando en Ucrania una sórdida lucha por el poder en medio de una brutal guerra.

Recordemos siempre que, las clases dirigentes en todo el espacio soviético (incluida Ucrania) surgieron de una alianza entre los administradores de empresas estatales, oficiales del KGB y criminales del floreciente mercado negro de la era soviética.

A fines de los años ochenta, solo ellos contaban con el “know how” (llamémoslo conocimiento de como se hacen las cosas), capitales y contactos locales e internacionales para construir una economía capitalista y demostraron muy bien contar con el talento y la voluntad necesarios para aprovechar el derrumbe del sistema soviético y el surgimiento de nuevo orden. Rápidamente se enriquecieron sideralmente y se convirtieron en magnates a escala mundial.

Ese proceso no fue sencillo ni incruento se forjó empleando venenos, minas lapa en los automóviles y sicarios provenientes de las tropas Spetsnaz.

Muertes misteriosas como la de Krieev muchas veces son un resabio de épocas pasadas y se inscriben en la lógica de “molestar a quién no se debe” más que en un hecho de espionaje.

 

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