Una fotografía
de la visita del enviado especial de Naciones Unidas, Steffan de Mistura se
convierte en testimonio de las violaciones del Frente Polisario al derecho
humanitario.
Desde hace años diversas organizaciones humanitarias
internacionales han presentado denuncias y periodistas independientes han
publicado artículos con fotos y vídeos denunciando la presencia de niños
soldados en las filas del Frente Polisario ante la indiferencia de las
autoridades de Naciones Unidas y la Unión Europea.
La impunidad internacional de que gozan los dirigentes
polisarios y el gobierno de Argelia es de tal magnitud que se permitieron la
presencia de un niño soldado en la comitiva que días atrás acompañó al enviado
especial del secretario general de Naciones Unidas señor Steffan de Mistura en
su primera visita a los campamentos de población marroquí retenida en la región
argelina de Tinduf, tal como atestiguan las fotografías que documentan la
visita.
Es importante destacar que la presencia de un niño
soldado como integrante de una milicia paramilitar como lo es el autodenominado
Ejército Popular Saharaui esta violando un conjunto de instrumentos del derecho
internacional humanitario.
Entre esos instrumentos cabe mencionar la Convención de
Ginebra de 1949 relativa a la protección de las víctimas de los conflictos
armados internacionales en su Protocolo Nº 1 de 1977, en su Sección III,
Capítulo II: Medidas en favor de las mujeres y niños, que establece que “Los niños serán objeto de un respeto especial y serán protegidos
contra cualquier forma de asalto indecente”, y
también prohíbe su reclutamiento en fuerzas armadas y la participación en
hostilidades.
También viola la Convención de Naciones Unidas contra la
Delincuencia Organizada Transnacional, el Convenio Internacional para la
Represión de la Financiación del Terrorismo, la Convención de Naciones Unidas
sobre los Derechos del Niño y en especial el Protocolo Facultativo de la
Convención sobre Derechos del Niño relativo a la participación de niños en
conflictos armados, entre otros.
La Unicef define a un niño soldado como cualquier persona de
menos de 18 años que es obligado a integrar un grupo armado regular o
irregular, habiendo o no un conflicto armado. Pero, como ni el Frente Polisario
ni la inexistente República Árabe Saharaui Democrática son en realidad un
Estado por lo tanto violan impunemente el derecho internacional.
Es necesario recordar que
la vida de niño soldado no es fácil. La formación militar es agotadora, con largas horas
de entrenamiento físico, adoctrinamiento político o religioso, prácticas de
tiro, a veces sin suficiente comida o descanso. Por lo general, a los niños
pequeños y mal alimentados les resulta muy difícil superar las exigencias del
entrenamiento.
Los niños descubren enseguida que, una vez reclutados, no pueden
cambiar de idea sin más o dejarlo. El Frente Polisario aplica fuertes sanciones
a las familias que intentan evitar el reclutamiento de sus niños. Los niños que
no quieren ser reclutados no tienen a donde escapar y los castigos por
desobedecer o por falta de cooperación suelen ser brutales. Sin mencionar que
muchos de estos niños son enviados a Cuba y otros países aliados del Frente
Polisario para recibir instrucción militar.
Todos estos hechos deberían ser tomados en consideración por
organizaciones humanitarias como las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora
o los Curas en Opción por los Pobres y algunos exlegisladores
socialistas que firman peticiones para que Argentina reconozca a un grupo
terrorista que viola permanentemente los derechos de la población,
especialmente niños y mujeres, que retiene ilegalmente en el sur de Argelia.
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