Todos los años al llegar el mes de
octubre la Organización de Naciones Unidas reúne a su 4to Comité para tratar la
descolonización de 17 territorios en disputa entre los cuales se encuentran las
Islas Malvinas y las provincias marroquíes que constituyen el Sáhara
Occidental.
En esa ocasión, los miembros del Comité
escuchan la opinión que sobre los distintos conflictos de soberanía expresan
diversos de expertos en política internacional, miembros de ONGs dedicadas a la
defensa de los derechos humanos y otras personas interesadas en el tema.
Desde hace un par de años concurro
a este Comité para expresar mi opinión con respecto al conflicto que afecta a
una parte del territorio marroquí. Lo que sigue es el texto de mi intervención
en este foro internacional el pasado martes 13 de octubre de 2015.
Señor Presidente:
Tengo la distinción de exponer libremente mi opinión
ante esta Honorable Comisión como académico y politólogo argentino.
El Conflicto del Sáhara está por cumplir cuarenta años. A lo largo de esas cuatro décadas,
el Frente Polisario y sus mentores argelinos han sido un obstáculo permanente para
la estabilidad y el desarrollo de la región bloqueando por consiguiente todos
los esfuerzos para solucionar este diferendo.
Este movimiento separatista que incita desde hace años
a la violencia y amenaza con el retorno a las armas, detiene con engaños y por
la fuerza a una parte de la población de la región en condiciones infrahumanas
en miserables campamentos dentro del territorio argelino.
Lo cierto es que la única propuesta realista para la
solución de este conflicto ha sido aportada por Marruecos, en abril de 2007,
cuando presentó la Iniciativa de Autonomía para la Región del Sáhara que
recibió inmediatamente un amplio apoyo y consenso de la comunidad internacional
y que constituye una garantía para la estabilidad en el Magreb, el desarrollo
en África y la paz en el Mediterráneo.
Pero, también desde el primer momento, tanto el Frente
Polisario como Argelia, se han negado sistemáticamente a discutir esta Iniciativa o aportar cualquier otro
tipo de solución política realista para resolver el conflicto. Su única demanda
es que Marruecos acepte todas sus irrisorias imposiciones separatistas.
Frente a esta actitud irreflexiva y criminal, es
obligación de este Honorable Comité exhortar al Frente Polisario y a sus secuaces
argelinos a deponer tal actitud encarando, de una vez por todas, negociaciones
diplomáticas francas y honestas en base a la hoja de ruta establecida por la
propuesta de Autonomía como única solución realista para
este conflicto.
Todas las partes del conflicto deben aceptar la
iniciativa presentada por Marruecos que garantiza una verdadera integración
regional dado que el costo económico y de seguridad de la actual situación de
inseguridad y disgregación resulta insostenible no solo para los países del
Magreb sino para el conjunto de los países del continente africano y de la
Unión Europea.
La Propuesta de Autonomía constituye igualmente una
posición de avanzada contra la balcanización de la región y la irrupción de los
focos de inseguridad, tales como el incremento de las amenazas terroristas en
la región del Sahel.
En este contexto, Argelia, debe contribuir seriamente
a la promoción de la paz y la prosperidad en la región cesando todo apoyo económico,
diplomático y militar al Frente Polisario que amenaza sistemáticamente la
estabilidad de la región con la recurrente apelación a la violencia para lograr
sus mezquinos objetivos.
El conjunto de la comunidad internacional debe estar
consciente que la no aplicación del Estatuto de Autonomía como solución del
conflicto, acrecentará aún más el sufrimiento de la población en Tinduf, permitirá
la multiplicación de las diferentes actividades ilícitas llevadas a cabo por el
Polisario y los demás grupos mafiosos locales y dejara abierta una “ventana de oportunidad” que puede ser
aprovechada por el extremismo religioso para desestabilizar a todo el Magreb.
Permítanme desde este honorable instancia, hacer un
llamamiento a la ONU y a la comunidad internacional para instar a Argelia y el
Frente Polisario a posibilitar a los secuestrados en los campamentos volver a
su madre Patria -Marruecos- para vivir allí dignamente entre sus familiares
después de tantos años de separación y sufrimiento.
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