El Reino de
Marruecos ha sumado a Panamá a la lista de países que apoyan la soberanía
marroquí sobre su Sáhara tomando como única base a la Propuesta para la
Negociación de un Estatuto de Autonomía para esa región.
La diplomacia marroquí, en base a la orientación e
impulso que recibe de Su Majestad el Rey Mohammed VI, no descansa en su labor
de promover los intereses de Marruecos en el escenario internacional.
Cuando no elabora la visita del presidente de Nigeria Bola
Ahmed Adekune Tinubu a Rabat para suscribir nuevos acuerdos de cooperación
económica esta recibiendo el apoyo de Panamá a la Propuesta para la Negociación
de un Estatuto de Autonomía de la región del Sáhara, presentada por el reino ante
Naciones Unidas en 2007, como única solución al conflicto del Sáhara.
Este reconocimiento fue suscripto entre el canciller
marroquí Nasser Bourita y su par panameña Janaina Tewaney, el pasado 30 de enero.
Así, Panamá se alinea con una mayoría aplastante de la
comunidad internacional (más de un centenar de países), que subraya la
centralidad de las Naciones Unidas y de su Consejo de Seguridad en particular,
en la búsqueda de una solución política definitiva.
En resumen, Panamá defiende hoy, de manera inequívoca, una solución realista de
compromiso, que allane el camino a las partes y a las Naciones Unidas para
aplicar esta solución que ofrece paz, estabilidad y prosperidad a la región del
Magreb y del Sahel.
Además, este reconocimiento es el primer paso para el
establecimiento de nuevos acuerdos de cooperación económica y significativas inversiones
entre ambos Estados, cuyas posiciones geográficas son tan únicas como
estratégicas, en el estrecho de Gibraltar por un lado y el canal de Panamá por
el otro.
La realista decisión de Panamá es un duro revés para
el Frente Polisario y su delirante intención de conseguir apoyo internacional
para su frustrado intento de crear un Estado saharaui, la inexistente República
Árabe Saharaui Democrática, una abstracta entidad sin territorio propio ni
reconocimiento internacional, que en América Latina solo reconocen los aliados
ideológicos de Argelia: Cuba, Nicaragua y Venezuela, estados parias, sancionados
por el sistema internacional, solo
conocidos por sus sistemáticas violaciones a los derechos humanos.
El apoyo que la causa marroquí recoge en América
Latina es un indicador más del creciente peso internacional que el Reino de la
mano del Rey Mohammed VI ha adquirido en el mundo.
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