jueves, 12 de mayo de 2022

PEDRO SÁNCHEZ REMUEVE A LA DIRECTORA DEL CENTRO NACIONAL DE INTELIGENCIA


 

El presidente de Gobierno español Pedro Sánchez para hacer frente al escándalo de espionaje interno mediante el programa Pegasus, interviniendo los teléfonos de los  dirigentes separatistas catalanes y miembros del propio gobierno, ha debido sacrificar a la Directora del Centro Nacional de Inteligencia Paz Esteban reemplazándola por una antigua funcionaria de “La Casa”, con cuarenta años de experiencia: Esperanza Casteleiro.

El affaire Pegasus

El 18 de abril el laboratorio canadiense independiente Citizen Lab, que se especializa en análisis de intervenciones telefónicas, reveló un informe señalando que 65 políticos y líderes del separatismo catalán habían sufrido la intervención de sus teléfonos por medio del programa israelí de inteligencia conocido como Pegasus.

Entre los aparatos intervenidos figuraban los del propio presidente de Gobierno español Pedro Sánchez, la ministra de Defensa Margarita Robles, la exministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Pero lo que detonó la crisis fue la revelación de que 18 personas relacionadas con el independentismo catalán, entre los que se encontraban el actual presidente de la Generalitat, Peré Aragonés, fueron sometidos a escuchas con autorización judicial por parte del Tribunal Supremo, como exige la ley, según informó la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban.

La revelación de la funcionaria indignó a los miembros de los partidos independentistas y de izquierda que forman parte de la coalición de gobierno que sostiene a Pedro Sánchez y cuyos votos son esenciales para sobrevivir hasta el final de la presente legislatura en diciembre de 2023.

Los socios del gobierno objetos del espionaje oficial no aceptaron explicaciones y exigieron renuncias, en especial la de Margarita Robles, ministra de Defensa de quién depende formalmente el CNI.

Pero, Pedro Sánchez se negó a ir tan lejos, al menos por el momento, y la crisis se ha saldado con la destitución de la directora del CNI, Paz Esteban, a quién el presidente Pedro Sánchez ha entregado como “chivo expiatorio” para calmar a sus aliados.

Paz Esteban es una funcionaria de carrera de la inteligencia española. Se inició en el antiguo Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) y permaneció en él cuando se transformó en CNI, en 2002. Fue la primera funcionaria de carrera y la primera mujer en dirigir la inteligencia española.

Tiene una personalidad de bajo perfil, como requiere su profesión a quién sin embargo s la atribuyen diversos fallos, en especial que el CNI fue incapaz de descubrir que los teléfonos de Sánchez, Robles, González Laya y Grande-Marlaska estaban intervenidos, hasta un año después, durante la crisis con Marruecos provocada por la presencia del terroristas saharaui Brahim Ghali en mayo de 2021.

La directora Paz Esteban se negó a renunciar como le sugirieron desde el Gobierno alegando que no cometió ningún error o delito en el desempeño de sus funciones, Pedro Sánchez se vio obligado a destituirla.

La nueva directora

Para reemplazar a Paz Esteban, el gobierno eligió a otra mujer del mismo perfil profesional con cuarenta años de servicio en el organismo, Esperanza Casteleiro hasta hoy secretaria de Estado de Defensa.

Una funcionaria que ha estado vinculada al PSOE desde hace dos décadas, en los tiempos del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Poco se conoce de su vida privada no han trascendido datos personales suyos, tales como: quiénes integran su núcleo familiar, si tiene pareja e hijos, o cuáles son sus pasatiempos.

Esperanza Casteleiro es una madrileña de sesenta y cinco años con una licenciatura n Filosofía y Ciencias de la Educación otorgada por la Universidad Complutense de Madrid.

Al asumir Pedro Sánchez el gobierno, dejó su cargo en el CNI para desempeñarse en el ministerio de Defensa, primero como directora de Gabinete de la ministra Margarita Robles y desde el 1° de julio de 2020 como Secretaria de Estado de Defensa.

Ingresó al CESID a los 25 años contratada por el teniente general Emilio Alonso Manglano quien condujo el organismo durante catorce años. A lo largo de su carrera fue analista, jefa de División de Contrainteligencia y jefa del Área de Recursos Humanos. También cumplió misiones en el exterior en Portugal y Cuba.

En 2004, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con José Bono como ministro de Defensa, la nombró secretaria general de la CNI cargo que desempeñó hasta 2008.

Después de dejar ese cargo y pese a que era una funcionaria de inteligencia conocida como tal, se la destino en 2008, para dirigir la “antena” del CNI en Cuba bajo cobertura diplomática.

No duró mucho en esa posición, tan sólo unos seis meses. La detención del empresario cubano Conrado Hernández, delegado de la Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial, que era un informante del CNI, por parte de la contrainteligencia cubana precipitó una su salida de Isla junto a otros agentes para evitar que fueran expulsados como “personas no gratas”.

Después de cumplir otras funciones dentro del CNI, en 2014 fue nombrada jefa de la unidad de inteligencia del CNI en el centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) cargo que desempeñó hasta junio de 2018 cuando la convocó Margarita Robles.

Esperanza Casteleiro es considerada una experta en terrorismo y en el Magreb.

Conclusiones

La resolución del Affaire Pegasus por Pedro Sánchez es un claro ejemplo de como la responsabilidad siempre recae sobre los organismos y funcionarios de inteligencia cuando en realidad la crisis son resultado de decisiones superiores emanadas de funcionarios políticos.

En otras palabras en toda crisis que involucre a los servicios de inteligencia estos serán los “cabeza de turco” en la resolución de conflicto.

También el caso nos habla de la habilidad política de Margarita Robles que no solo evitó hacerse responsable del escándalo, sino que de un solo golpe adquirió un enorme poder sobre el CNI y eliminó del ministerio de Defensa a una posible sucesora en caso de que Pedro Sánchez decidiera prescindir de sus servicios.

Por último, es un hecho muy positivo que un gobierno designe al frente de su máximo organismo de inteligencia a profesionales surgidos del propio organismo y con muchos años de servicio en los mismos.

No como ocurre en Argentina donde los sucesivos presidentes insisten en designar al frente de los organismos de inteligencia a personas ajenas a esta actividad que lo ignoran todo sobre la misma y que suelen tomar decisiones faltas de total profesionalismo y muchas veces de criterio.

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