domingo, 10 de abril de 2022

PLANES SOCIALES, CLIENTELÍSMO Y OTROS MALES DE LA DEMOCRACIA ARGENTINA


 

Planes sociales y organizaciones piqueteras elementos claves de un entramado clientelar que mantiene al 37,3% de los argentinos en la pobreza.

CONTENIDO

El multitudinario acampe realizado por las organizaciones piqueteras, el pasado 31 de marzo, con su caótico e intimidante panorama de carpas y fogatas en pleno centro porteño ha desatado el debate en la sociedad argentina sobre el control de los piquetes y la utilidad de los planes sociales,

El sábado 9 de abril los principales diarios argentinos Clarín y la Nación se ocuparon del tema de los planes sociales con artículos de Jorge Lanata y Jorge Fernández Blanco respectivamente.

Lamentablemente, el artículo de Jorge Lanata incurre en algunos errores que es oportuno aclarar, como el afirmar que: “los planes comenzaron en 2001: fue la respuesta desesperada al 25% de desocupación”.

Esto no es cierto, los planes sociales comenzaron mucho antes de esa fecha y de que la desocupación llegara a esos niveles y surgieron por decisión del presidente Carlos S. Menem.

Me he ocupado del tema de los planes sociales hace unos veinte años en mi libro “Nuevas Modalidades de la Violencia” que publicara la Editorial Ábaco en 2004.

En las páginas 136 y 137 explique el origen y evolución de los planes. Voy a trascribir mi texto de entonces para informar al lector: “La relación de los piqueteros con los Planes Trabajar y otros tipos de subsidios surge con los sucesos de Cutral-Có -y luego Tartagal- entre mayo y junio de 1997: tras la protesta y un corte de ruta que se prolongó por un mes, el gobierno les ofrece dichos planes para desmovilizarlos.

“Varios gobiernos provinciales y municipales organizaron ‘consejos de emergencia’ para administrar los Planes Trabajar. Estos planes eran, según la resolución de entonces, ‘una ocupación transitoria de los trabajadores desocupados, preferentemente jefes de familia, que no podrá tener una duración inferior a los tres meses o superar los seis, en los que el beneficiario debe realizar obras sociales de infraestructura social y económica’.

Esto significa que una iniciativa que se pensó como una solución de emergencia por muy corto plazo se ha transformado en un problema para los argentinos desde hace veinticinco años. Pero retomemos el texto de 2004.

“Esto significaba que el desocupado no recibía un salario, sino una ayuda económica no remunerativa, primero de 200 pesos, más tarde de 160 y luego de 150. El beneficiario no realizaba aportes jubilatorios, no percibía salario familiar ni aguinaldo, tampoco contaba con obra social ni cobertura por invalidez o fallecimiento.[i]

“La gran expansión del fenómeno se produce durante la administración De la Rúa. Con el doble objetivo de afectar la estructura clientelista en la provincia de Buenos Aires y limitar el crecimiento de pequeños grupos de piqueteros en el conurbano, el Ministerio de Desarrollo Social, por entonces en manos de Graciela Fernández Meijide, introduce una modificación en la distribución de los planes -hasta entonces en manos de los municipios gobernados, en su mayoría, por intendentes pertenecientes al partido de la oposición: el PJ-, proponiendo que estos sólo sean asignados a ONGs que se responsabilicen de su ejecución.[ii]

“Pero en lugar de contener la práctica piquetera, esto la institucionaliza y la potencia, las organizaciones de desocupados crean sus propias ONGs, ofician de coordinadoras de los pequeños grupos que surgen en los barrios más pobres del Gran Buenos Aires, y se convierten en movimientos sociales organizados con mayor poder de presión, una administración económica propia, y con una práctica sistemática de piquetes y cortes de ruta para mantenerla.

“Actualmente (2003) hay en todo el país unos 2.050.000 beneficiarios de subsidios. Las organizaciones piqueteras distribuyen el 10% de estos planes. Los 200.000 beneficiarios de planes para desocupados se reparten entre las organizaciones piqueteras y representan casi veinte millones de pesos por mes”

Voy a transcribir el Cuadro 9 del libro donde el lector podrá verificar que los “gerentes de la pobreza” en Argentina son los mismos desde hace más de veinte años.

Distribución de los planes de asistencia social por organizaciones piqueteras en 2002[iii]

Organización

Cantidad de planes

Porcentaje

Corriente Clasista y Combativa

50.000

25%

Federación Tierra y Vivienda

50.000

25%

Bloque Piquetero Nacional

30.000

15%

Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados

10.000

5%

Movimiento Barrios de Pie

10.000

5%

Movimiento Teresa Vive

10.000

5%

Movimiento Teresa Rodríguez

10.000

5%

Coordinadora Aníbal Verón

20.000

10%

Organizaciones menores: Movimiento Territorial de Liberación, Movimiento Político y Sindical, Casa Pueblo, Coordinadora de Unidad Barrial, etc.

10.000

10%

Total

200.000

100%

 

EL PROBLEMA ACTUAL

Hasta aquí el pasado, ahora veamos algunos datos interesantes consignados en el artículo de Jorge Fernández Blanco: “Momentos difíciles: un disparo en la línea de flotación de Cristina Kirchner”, allí se señala: “Mauricio Macri creó 256 planes por día. En su gobierno, (los planes) crecieron 197% en comparación a lo que había heredado de Cristina Kirchner”

Luego agrega Fernández Blanco que el Frente de Todos sumó, hasta agosto de 2021, 1.000 nuevos beneficiarios de planes sociales cada 24 horas. El mayor incremento en el otorgamiento de planes se produjo en julio de 2001 como parte del “plan platita” coincidiendo con las elecciones legislativas que perdió el oficialismo. Es decir, cuando más necesito reforzar su esquema clientelar para retener a sus votantes.

Uno de cada dos planes sociales otorgados pertenece a la provincia de Buenos Aires distrito superpoblado pero que no reúne a la mitad de la población del país y donde ha gobernado el peronismo 40 de los 48 años de democracia. Dentro de esta provincia, el partido de La Matanza es el mayor receptor de beneficios sociales y donde el peronismo gobierna desde 1983.

Para concluir volvamos al artículo de Jorge Lanata, que menciona, en 2022, la existencia de 4 millones de AUH, 3 millones de jubilados por moratoria y 1.300.000 planes sociales a desocupados. Esto significa al menos 8 millones de beneficiarios de algún tipo de planes sociales en Argentina.

COMO SON LOS “PLANEROS”

Pero, Lanata también cita un trabajo elaborado bajo las directivas de Carolina Stanley, durante el gobierno de Macri, que proporciona el siguiente perfil de los beneficiarios de planes sociales.

63% no tiene secundario completo y el 30% solo tiene educación primaria.

El 11% ni siquiera finalizó la escuela primaria.

El 27% vive hacinado.

Solo el 24% percibía tener un oficio

Más del 66% llevaba más de siete años en el programa.

Estas cifras indican que más de la mitad de los beneficiarios de planes sociales son “desocupados crónicos” que no han podido o querido obtener un trabajo en siete o más años. También refleja la incapacidad del Estado para crear empleos para estos trabajadores y al mismo tiempo revela que el Estado tampoco ha sido capaz de capacitar a estos individuos para que puedan insertarse en el mercado laboral de manera formal.

REFLEXIÓN FINAL

Los planes sociales han demostrado ser una errónea solución al problema de la pobreza, no obstante, cada gobierno en los últimos veinticinco años no ha hecho otra cosa para intentar infructuosamente contenerla que incrementar el número de pobres dependiente de la ayuda estatal.

Este hecho lo demuestra existencia de 37,3% de la población en la pobreza y de 8 millones de personas dependiendo de la ayuda social. Con estos datos resulta evidente que los gobiernos democráticos no han encontrado la forma de encarrilar al país hacia el desarrollo sostenido.

También es claro que la existencia de altos niveles de pobreza y de dependencia del Estado han generado un caldo de cultivo ideal para la consolidación de prácticas clientelares que han beneficiado especialmente al peronismo y algunas expresiones de la izquierda combativa.

La sociedad argentina debería estar pensando si es posible continuar con más de veinte años de protestas sociales y sindicales diarias y, al mismo tiempo, otorgando a algunas personas beneficios sociales ininterrumpidos prácticamente desde aún antes de nacer y por el resto de su vida. Especialmente, cuando estos supuestos beneficios solo son aparentes ya que los mantienen en la pobreza y la marginalidad por el resto de sus vidas.



[i] SCHNEIDER MANSILLA, Iván y CONTI, Rodrigo A.: Piqueteros. Una mirada histórica, Astralib. Bs. As. 2003. P. 49

[ii] BURDMAN, Julio: Origen y evolución de los piqueteros en http://www.mastercard.nuevamayoría.com/invest/sociedad/cso180302.

[iii] FUENTE: DOLBER, Luciano: Piqueteros manejan 200 mil planes, Infobae, del 7/11/2002 y YOUNG, Gerardo; GUADNINI, Lucas y AMATO, Alberto: Piqueteros: el Estado les da casi 20 millones al mes, Clarín, del 4/9/2002.

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