Se trata de Abu Ibrahim
al Hashemi al Qurashi quien resultó muerto en una operación aerotransportadas
de fuerzas estadounidenses en un poblado del noroeste de Siri. Sobre el
terrorista pesaba una recompensa de cinco millones de dólares ofrecida por
Washington.
En una incursión de las fuerzas especiales
estadounidenses transportadas por helicópteros efectuada, a las 01.00 a. m.
hora local, en el pequeño poblado de Atmeh dentro de la provincia de Idlib de
Siria (región bajo control de las Fuerzas Democráticas de Siria y donde operan
grupos yihadistas) resultó muerto Abu Ibrahim al Hashemi al Qurashi. El
yihadista muerto era, desde 2019, el segundo califa del grupo terrorista
“Estado Islámico de Irak y el Levante”, también conocido por las siglas ISIS o
Daesh.
En la operación anti yihadista también perecieron trece
civiles (6 niños y 4 mujeres), las fuerzas estadounidenses no sufrieron bajas.
El deceso del líder yihadista se produjo cuando este
decidió detonar un artefacto explosivo de gran poder para evitar ser capturado
con vida por las fuerzas estadounidenses.
Abu Ibrahim al Hashemi al Qurashi, cuyo nombre real
habría sido Amir Muhammad Saïd Abd-al-Rahman al-Mawla, nació entre 1976 y 1978
en el seno de una familia turcomana en la ciudad iraquí de Tal Afar. Se lo
considera como uno de los fundadores del ISIS/DAESH.
Dentro de su organización era considerado como un erudito
religioso debido a que contaba con un título universitario en derecho islámico
(Sharía) otorgado por la Universidad de Mosul.
Fue detenido en 2004 por las fuerzas estadounidenses y
encarcelado en Camp Bucca, un centro clandestino de prisioneros de los Estados
Unidos, ubicado en Um Kasar en las afueras de la ciudad de Basora, aislado en
el desierto, en el sur de Iraq.
Se considera que este centro de detención fue el lugar de
nacimiento del ISIS/DAESH porque sus principales líderes estuvieron detenidos
allí, incluso al Baghdadi y al Qurashi. Camp Bucca dejó de funcionar en 2009.
En 2021, el diario The Washington Post, basándose en 53
reportes desclasificados por el gobierno de los Estados Unidos y el testimonio
de Christopher Maier, ex subsecretario de Defensa para Operaciones Especiales y
Conflictos de Baja Intensidad, reveló que al Qurashi durante los
interrogatorios a que fue sometido durante su detención en Camp Bucca se
convirtió en informante de las fuerzas estadounidenses brindado datos que permitieron
la captura de miembros del ISIS/DAESH. Lógicamente la información no pudo ser
corroborada por una fuente independiente.
En 2019, una semana después de la muerte del primer
califa del ISIS/DAESH, Abu Bakr al-Baghdadi, el Consejo de la Shura de la
organización yihadista designó a Abu Ibrahim al Hashemi al Qurashi como nuevo
califa, supuestamente siguiendo el consejo dado en vida por al Baghdadi.
El nuevo califa recibió la pleitesía de la provincia del
Sinaí del Estado Islámico, organizaciones yihadistas de Bangladés, Indonesia,
Yemen, Túnez, de Abu Sayyat y Boko Haram, así como celular en las zonas
iraquíes de Bagdad, Diyala, Raqqa o Kirkuk, entre otros.
El 24 de marzo de 2020, el Departamento de Estado de los
Estados Unidos lo calificó como Terrorista Global Especialmente Designado
(SDGT) en virtud de la Orden Ejecutiva 13224 y ofreció una recompensa de cinco
millones de dólares por información que permitiera su captura.
Como califa, al Qurashi emitió fatuas autorizando el
genocidio de la minoría yazidi de Iraq que fue exterminada por el ISIS/DAESH.
Tras la eliminación de al Qurashi, todas las
especulaciones giran en torno a cuáles serán las consecuencias de esta muerte.
Se pretende determinar quién sucederá a al Qurashi como califa del ISIS/DAESH;
qué efectos tendrá sobre la organización la pérdida de su máximo líder y,
especialmente, que represalias tomará el grupo terrorista para vengar la muerte
de su califa.
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