miércoles, 20 de julio de 2016

MARRUECOS RETORNA A LA UNIÓN AFRICANA


La histórica decisión de Marruecos de retornar al seno de la Unión Africana, después de treinta dos años de ausencia, marca el principio del fin para las aspiraciones de los separatistas del Frente Polisario sobre el Sáhara.

UNA DECISIÓN MUY MEDITADA
El 12 de noviembre de 1984, durante la XX Cumbre de la Organización de Unidad Africana, el rey Hassan II, tomó la dolorosa decisión de que Marruecos dejara de formar parte de esta organización internacional debido a que ciertas resoluciones adoptadas por la misma atentaban contra su soberanía en la región del Sáhara. No obstante, el entonces monarca marroquí aclaró: “Marruecos es africano y africano seguirá siendo, y todos los marroquíes continuaremos al servicio de África… estaremos en la vanguardia para preservar la dignidad del ciudadano africano y el respeto de nuestro continente…”
Recientemente, revisando esa decisión, el rey Mohammed VI ha enviado un mensaje a la 27-ª cumbre de la Unión Africana, que se celebra en Kigali, Ruanda, donde expresa la decisión de Marruecos de retornar a dicha organización.
En su misiva el monarca precisa: “Hace ya mucho tiempo que nuestros amigos nos piden regresar para estar con ellos, y para que Marruecos recupere el lugar natural que le corresponde en el seno de su familia institucional. Así pues, este momento ha llegado.”
“Tras pensarlo, nos ha parecido evidente que cuando un cuerpo está enfermo se cura mejor desde dentro que desde fuera.”
“El tiempo de las ideologías ha quedado atrás,” agregó Mohamed VI. “Nuestros pueblos necesitan hechos concretos y acciones tangibles. La geografía no se puede cambiar. Tampoco podemos substraernos al peso de la historia.”
“He aquí cuantos hechos abogan por que Marruecos deje de permanecer fuera de su familia institucional y pueda, de este modo, recuperar su lugar natural y legítimo en el seno de la Unión Africana. Actuando desde el interior, contribuirá a hacer de la misma una organización más fuerte, orgullosa de su credibilidad y aliviada de los oropeles de un período superado.”
“Con este regreso, Marruecos quiere continuar su compromiso al servicio de África, reforzando su implicación en todas las cuestiones que le preocupan.”
“De este modo, se compromete a contribuir de manera constructiva a la agenda y actividades de la UA.”
El mensaje de Mohamed VI fue saludado con beneplácito por diversas personalidades internacionales Así, por ejemplo, el presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, subrayando que Marruecos aporta mucho a ''la seguridad y la prosperidad'' del continente, dijo: "Estoy muy contento con el mensaje de SM el Rey Mohammed VI en el que ha tomado esa decisión de volver al seno de la Unión Africana''.
Por su parte, el presidente de Chad y presidente en ejercicio de la 27ª Cumbre de la Unión Africana, Driss Déby Itno, manifestó luego de escuchar el discurso del monarca marroquí: "Si Marruecos quiere volver, nadie puede rechazar su regreso".
La decisión de Marruecos ha despertado el beneplácito de la mayoría de las naciones africanas. Tras el mensaje de Mohammed VI, 28 países miembros han pedido suspender la membresía del seudo estado de la "República Árabe Saharaui Democrática" dentro de la organización panafricana.
La inteligente decisión del monarca marroquí contribuye a acelerar considerablemente la decadencia y el aislamiento internacional que sufre el Frente Polisario.

UN MARCADO AISLAMIENTO INTERNACIONAL

Recordemos a título ilustrativo que el supuesto Estado de la RASD nunca ha sido aceptado como tal por la Organización de las Naciones Unidas, ni por la Organización de la Cooperación Islámica o la Liga de los Estados Árabes. Tampoco pertenece a ninguna otra institución subregional, regional o internacional.
Para la RASD, el único ámbito internacional donde gozaba de cierto reconocimiento era la Unión Africana. Ahora también perdió ese apoyo.
Actualmente, al menos 34 países, de los 54 estados que integran el Continente Africano no reconocen a esta entidad.
Incluso de los 26 países que apoyaron el ingreso de la RASD a la OUA, en 1984, hoy sólo una escasa decena de estados siguen manteniendo ese apoyo.
Es que nadie puede creer realmente que un conjunto de jaimas perdidas en la hamada argelina, cuyo único sostén es la ayuda humanitaria que le proporcionan la ONU y la Europa comunitaria, y que carecen de lo más elemental (hasta de agua potable) puede constituir un estado soberano es una fantasía o una burla cruel.
Es por ello, que en un acto de marcado realismo político, muchos estados están cortando sus vínculos con el Frente Polisario. Está pérdida de apoyos internacionales  no se reduce tan sólo a África, es una clara tendencia mundial. Desde el año 2000, 36 países retiraron su reconocimiento al Estado fantasma.
Otro factor que contribuirá al mayor deterioro de la posición internacional del Frente Polisario es la nueva jefatura de la organización separatista. La muerte del líder histórico, Mohamed Abdelaziz, y su reemplazo por un dirigente como Brahim Ghali, sobre quien pesan acusaciones de todo tipo (desde terrorismo y transgresiones a los derechos humanos, hasta por la violación de una joven) harán más difíciles sus actividades diplomáticas. 
En un mundo cada vez menos gobernado por las ideologías, resulta evidente que la única voz del pueblo marroquí es su Rey. Por lo tanto, un grupo separatista, manipulado desde Argel, carece totalmente de representatividad real. El Frente Polisario sólo puede ejercer su autoridad sobre la población que retiene contra su voluntad en los campamentos argelinos de Tinduf. Aunque incluso allí está siendo seriamente cuestionado.

UN SERIO REVÉS PARA ARGELIA

El retorno de Marruecos a la Unión Africana no es sólo un fracaso estratégico para el Frente Polisario. Es por sobre todas las cosas una grave derrota diplomática de Argelia que señala su pérdida de liderazgo en África.

Con una jefatura envejecida y achacosa, cuestionada en los últimos años por los problemas económicos derivados del brusco descenso en los precios del petróleo y el gas, Argelia no fue capaz de bloquear el ingreso a esa organización de su tradicional rival regional.

A partir del retorno de Marruecos a la organización panafricana, la influencia argelina sobre la Unión Africana se verá drásticamente reducida. No sólo perderá un voto incondicional –el de su seudo estado satélite, la RASD-, sino que dejará de ser la principal voz del Magreb dentro de la Unión Africana.





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