miércoles, 3 de febrero de 2016

DAESH SE ASOCIA AL FRENTE POLISARIO PARA OPERAR EN LA REGIÓN SHARO-SAHELIANA


DENUNCIA DESATENDIDA
En reiteradas ocasiones desde esta columna en Total News hemos señalado sobre las amenazas a la seguridad del conjunto saharo -saheliano que se gestan por la presencia de una fuerza paramilitar ilegal en el territorio argelino aledaño a la frontera entre Marruecos y Argelia en el desierto del Sáhara.
Hemos advertido insistentemente que las bases de entrenamiento y los campos de concentración que administran los separatistas del Frente Polisario mantienen retenidos a un número indeterminado de ciudadanos marroquíes, constituyen el caldo de cultivo y la fuente de hombre y armamentos que abastecen al terrorismo yihadista y a los grupos del crimen organizado transnacional que operan en el Norte de África en una relación simbiótica con los elementos terroristas.
En muchos casos, tanto los separatistas polisarios, sus “organizaciones de frente” y sus habituales “compañeros de ruta” de las ongs humanitarias y de los grupos progresistas europeos han criticado con dureza nuestras conclusiones.
Sin embargo, la reiteración de hechos terroristas y el descubrimiento de redes mafiosas que involucran a elementos de dirección del Frente Polisario corroboran la certeza de nuestras afirmaciones. Veamos los últimos acontecimientos que respaldan estas conclusiones.
CÉLULA TERRORISTA DESARTICULADA
A comienzos de la presente semana el Buró Central de Inteligencia Judicial dependiente de la Dirección General de Vigilancia del Territorio de Marruecos desarticuló una célula del llamado Emirato Islámico (EI, ISIS o Daesh) que operaba en las ciudades marroquíes de Marrakech, Laayún y Bujador, deteniendo a siete de sus integrantes.
Los terroristas de Daesh reclutaban combatientes entre los elementos radicalizados de España, Argelia y Marruecos. Las últimas cifras facilitadas por el Ministerio del Interior del Reino magrebí indican que, desde 2013 hasta finales del mes de julio de 2015, un total de 1.350 marroquíes han viajado a Siria e Irak, en su mayoría siguiendo rutas saharianas, para hacer la yihad. Las autoridades marroquís también han constado la muerte de 286 marroquíes radicalizados en acciones de combate.
Es por ello que los organismos de seguridad de Marruecos desarrollan, desde 2013, una estrategia preventiva contra el terrorismo y para evitar la incorporación de sus ciudadanos en las filas del Emirato Islámico mediante el endurecimiento de su arsenal jurídico y desmantelando continuamente las células terroristas, en muchos casos colaborando con sus similares de Europa.
A mediados del mes de enero pasado, este grupo terrorista difundió cuatro vídeos en las redes sociales. En estos vídeos Daesh critica la actuación de AQMI, la franquicia de Al Qaeda en la región saharo – saheliana, por no realizar atentados contra los gobiernos de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia.
En uno de los vídeos los terroristas de Daesh plantean el objetivo de reconquistar Al Andalus. En una de las imágenes se observa como una ola de sangre tiñe de rojo la Península y señalan a La Alhambra de Granada como el máximo exponente de esa tierra que pretenden recuperar. Además, una flecha que sale de Madrid a París indica el camino que deben recorrer los yihadistas.
LAS RUTAS DEL POLISARIO
Los funcionarios del Buró Central de Investigaciones Judiciales al desarticular está célula terrorista encontraron evidencias de que los yihadistas contaban con la asistencia de elementos del Polisario -que dominan las rutas de contrabando en el Sur del Sáhara argelino- para trasladar a sus nuevos reclutas rumbo a Libia, Siria o Irak a través de las fronteras entre Marruecos y Mauritania.
Lo que realmente ocurre es que el Frente Polisario ha pasado de llevar a cabo ataques terroristas y de piratería contra pesqueros españoles en los años setenta y ochenta, ha robar y traficar con la ayuda humanitaria europea destinada a los secuestrados de Tinduf, a cobrar rescate por los cooperantes secuestrados en los campamentos que ellos mismos controlan, a actuar, desde el estallido de la Primavera Árabe en 2011, como mercenarios al servicio de Muammar Gaddafi o radicalizarse en las filas de alguna franquicia de Al Qaeda o Daesh.
En tanto que otros elementos del Polisario se enriquecen participando de tráficos ilegales de todo tipo, desde la ayuda humanitaria hasta la cocaína sudamericana, pasando por las armas y los infortunados inmigrantes subsaharianos que aspiran a llegar a las costas comunitarias, gracias a su control de las rutas que atraviesan las fronteras de Mauritania y Mali con Argelia.
TERMINAR CON LOS CAMPOS DE LA VERGÜENZA
Es que los campos de concentración de Tinduf son un reservorio de “mano de obra” militarizada, frustrada y radicalizada dispuesta a brindar sus servicios a cualquier causa o conflicto que tenga lugar en el Norte de África o tomar parte en cualquier actividad ilícita que constituya un medio de vida. Así, los miembros del Polisario participan de cualquier actividad ilícita con las organizaciones del crimen transnacional que opera en la región saharo-saheliana.
La Organización de Naciones Unidas y su Secretario General deben tomar conciencia de esta situación y cuanto antes exhortar a Argelia para que desmantele esos campamentos de Tinduf y permita a la población secuestrada retornar a su hogar nacional en Marruecos.  



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