UNA
ECONOMÍA EN CRISIS
Argelia, el país más extenso
del continente africano y un importante proveedor de hidrocarburos para la
Unión Europea, enfrenta actualmente una aguda crisis institucional y
socioeconómica que proyecta sus efectos sobre todo el norte de África.
Con el 85% de su territorio
desértico -además, pierde anualmente 40.000 hectáreas de su de por sí escasa
tierra cultivable-, la economía argelina es muy poco diversificada. Los
hidrocarburos constituyen el 97% de sus exportaciones totales, el 37% del PBI y
el 63% de los ingresos fiscales del Estado. Es por ello, que la economía
argelina ha entrado en crisis después del brusco descenso del precio
internacional del petróleo.
Para mantener un cierto grado
de paz social el gobierno destina el 30% del PBI a subsidiar los precios de los
productos básicos de consumo y emplea al 60% de los trabajadores formales. Sin
embargo, la desocupación afecta al 30% de los jóvenes y el 25% de la economía
real transcurre en la informalidad.
LA
GOBERNABILIDAD AMENAZADA
En Argelia la gobernabilidad
se ha visto seriamente afectada en los últimos años por el descenso del precio
del petróleo, la debilidad del dólar y diversos factores institucionales.
La naturaleza del régimen
argelino es difícil de definir porque presenta rasgos híbridos entre una
democracia tutelada por los militares y una dictadura de partido de inspiración
soviética.
Aunque periódicamente se
realizan elecciones presidenciales, el poder, desde 1999, se concentra
férreamente en manos de Abdelaziz Bouteflika del histórico Frente de Liberación
Nacional. Pero, actualmente el presidente de 78 años enfrenta serios problemas
de salud después de sufrir un accidente cerebro vascular en abril de 2013, que
ha afectado -no se sabe bien en que grado- su capacidad para regir los destinos
del país.
El lento eclipse del anciano
líder, está generando una sórdida lucha por el poder en el círculo más íntimo
del gobierno argelino. Sin embargo, el secretismo propio de este tipo de
regímenes autoritarios impide saber con certeza quien gobierna actualmente y
quién podría heredar el poder una vez que Bouteflika deje definitivamente el
escenario político.
La crisis de gobernabilidad ha
generado protestas esporádicas en los últimos años, que el régimen ha conjurado
aplicando fuertes medidas represivas.
En enero y febrero de 2011,
una suba de precios en diversos productos básicos y el contagio de los sucesos
ocurridos en Túnez dispararon protestas que provocaron al menos cinco muertos
-tres de ellos por inmolarse al estilo bonzo- y seiscientos heridos. Para
controlar la protesta el gobierno encarceló a más de mil personas, debió anular
el aumento de los precios y otorgó un sustancial incremento de salarios para conjurar
la crisis.
En octubre de 2014, fueron los
propios agentes de policía quienes marcharon en protesta por las calles de
Argel demandando mejoras salariales.
El 8 de julio de 2015 estalló
un conflicto intercomunitario entre mozabitas bereberes y árabes en Ghardïa,
localidad del centro de Argelia próxima al yacimiento de gas natural de Hassi
R`Mel, debido a la decisión gubernamental de apelar al fracking para la producción de hidrocarburos. Los dejaron un saldo
de al menos de 22 personas y cientos de heridos y detenidos.
Además, Argelia registra una
activa presencia de grupos yihadistas. Recordemos que en enero de 2013, el ataque
contra la planta de gas de Tinguentourine, en la wilaya (provincia) de In
Amenas. En esa ocasión, un comando integrado por al menos 32 terroristas de
varias nacionalidades perteneciente al grupo `Al Moulathamin -Los que firman
con sangre- un grupo vinculado a Al Qaeda en el Magreb Islámico -AQMI-, que
lideraba el conocido yihadista argelino Mokhtar Belmokhtar, “Mister Malboro”, capturó
las instalaciones tomando a más de 800 rehenes en su mayoría técnicos
extranjeros. La recuperación de la planta dejó un saldo de 37 rehenes muertos
todos -salvo un guardia argelino- extranjeros y 32 terroristas muertos.
En abril de 2014, los terroristas
de AQMI asesinaron a 11 soldados en una emboscada realizada en Cabilia.
En septiembre de 2014, la
filial argelina del grupo yihadista Estado Islámico, los denominados Jund
al-Khilafat -Soldados del Califato- secuestró y decapitó al súbdito francés Hervé
Gourdel.
Entre enero y julio de 2015,
las fuerzas de seguridad afirmaron haber acabado con la vida de 202 yihadistas
en enfrentamientos.
Sin embargo, en julio de 2015
otra emboscada de AQMI, esta vez en Ain Defla, culminó con el asesinato de 14
soldados argelinos.
Además, el importante think thank americano, The Soufan Group, estima que al menos
unos trescientos argelinos combaten en las Filas del Estado Islámico en Siria,
Irak y Libia.[i]
En respuesta a esta
conflictiva situación en materia de seguridad el gobierno de Boteuflika ha
apelado a concentrar su estructura se seguridad en manos de la Gendarmería
Nacional. Este organismo ha incrementado continuamente su personal y sus
funciones desde la asunción del presidente. Así pasó de 50.000 efectivos en el
año 2000 a los135.000 en la actualidad. Además, absorbió a la Agrupación de
Guardias de Fronteras (GGF) encargada de proteger los 5.511 kilómetros de
fronteras terrestres de Argelia.
Mientras que la otrora
poderosa Dirección de Inteligencia y Seguridad (DRS, en sus siglas en francés)
era progresivamente mutilada al perder la Dirección de Seguridad Interior
(contraespionaje), la Dirección General del Servicio de Protección del
Presidente, la Unidad de Inteligencia Económica, el Grupo de Intervención Especial
-tropas comando-, el Centro de Comunicación y Difusión y su Servicio Central de
Policía Judicial. Además, perdió otras funciones como el control de las
escuchas telefónicas, la facultad de prohibir la salida de ciudadanos del país
sin intervención judicial y sus facultades para intervenir en la acreditación
de corresponsales extranjeros en Argelia.
EL
ARSENAL DEL MAGREB
Por otra parte, debemos
recordar que Argelia registra el gasto militar más elevado de África. En 2014,
Argelia invirtió 11.862 millones de dólares en armamentos, una suma que
representó el 5,4% de su PBI. Ocupa para ello el séptimo lugar entre los veinte
estados que dedican a sus presupuestos de defensa del 4% de su PBI. Argelia
tiene las fuerzas armadas más numerosas entre todos los estados del Magreb y
del Sahel.
En 2014, Argelia adquirió un
portahelicópteros comprado en Italia, un lote de 48 sistemas de defensa
antiaérea a Rusia y 50 cañones autopropulsados a China, y tiene pendiente
recibir de Rusia dos submarinos y 42 helicópteros de combate, y de Alemania 926
transportes blindados de personal.[ii]
CONCLUSIONES
Los problemas de
gobernabilidad de Argelia unidos al reforzamiento de las estructuras represivas
y al desarrollo de una competencia armamentística en la región sahelo-sahariana
es un factor de gran inestabilidad nos sólo para el Norte de África sino
también para todo el Mediterráneo.
Al efecto basta, recordar que
ocurrió cuando los grandes arsenales y medios militares acumulados por
dictadores, como Saddan Hussein en Iraq, Muammar Gaddafi en Libia y Bashar
Al-Assad en Siria, terminaron en manos de grupos yihadistas.
Resulta inquietante imaginar
qué puede ocurrir con los recursos petroleros y gasíferos de Argelia y los
grandes arsenales que acumula este país, sí el régimen argelino finalmente
colapsa y los grupos yihadistas toman el control de parte de estos recursos.
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