sábado, 1 de agosto de 2015

INTERVENCIÓN DEL EMBAJADOR YOUSSEF AMRANI ANTE EL CARI

CONFERENCIANTE INVITADO

El embajador Youssef Amrani es miembro del Gabinete Real de Marruecos, recientemente a concurrido al Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales para exponer sus ideas sobre la política internacional de su país. El embajador Amrani ha tenido la atención de brindarnos el texto de su disertación, que consignamos seguidamente.

INTRODUCCIÓN
La identidad africana de Marruecos viene a reflejar la historia de esta tierra, su geografía, mezclas humanas, valores culturales y ancestrales lazos espirituales;
África constituye la prolongación natural de nuestro país, así como su hinterland y profundidad estratégica, no sólo desde un punto de vista político, sino también securitario, espiritual, cultural, económico y financiero;
Orgulloso de esta evidente dualidad de su pertenencia geográfica al continente africano y su manifiesta apertura sobre el mundo occidental, motivada por una ventajosa posición geoestratégica, Marruecos, desde la independencia, obra constantemente por consolidar sus relaciones seculares con los países africanos hermanos, poniendo en marcha una política de solidaridad efectiva y de innovadora cooperación;
El compromiso de Marruecos a favor de su continente se ha verificado en la lucha por la libertad y la dignidad del continente, así como a través de los esfuerzos desplegados a favor de la unidad e integración de África, amén del irreversible apoyo al desarrollo de los pueblos africanos;
Tal compromiso hacia nuestros socios africanos constituye una constante de la política exterior y de la actividad diplomática del Reino. Efectivamente, la acción diplomática de nuestro país en el continente se ejerce en muchas direcciones, enmarcándose dentro de un compromiso a favor de la promoción de una creativa y audaz cooperación Sur-Sur, en armonía con las expectativas de los países africanos socios, poniendo especialmente el acento sobre los sectores prioritarios del desarrollo;
Esta solidaridad ha quedado particularmente ilustrada mediante las numerosas visitas efectuadas por Su Majestad el Rey Mohammed VI a las tierras africanas, así como por la ampliación y diversificación de dominios y alcance de los programas de cooperación con los países africanos;
Con el fin de inyectar una nueva dinámica a la cooperación marroquí-africana, se debe aprovechar óptimamente el potencial de mejora de nuestras relaciones bilaterales con los países africanos, construyendo sobre la base de nuestros logros y fructificando las oportunidades que se nos ofrece, gracias a nuestras numerosas bazas y a la evolución del contexto regional e internacional;
Tomando en consideración los imperativos del respeto de las constantes nacionales, integridad territorial, buena vecindad y seguridad colectiva, el refuerzo de las relaciones de Marruecos con los países africanos se funda sobre el desarrollo y arraigo de los intereses compartidos;

 LOS FUNDAMENTOS DE LA POLÍTICA AFRICANA DEL REINO
La política exterior del Reino con respecto a África ha sido decidida, concebida e impulsada por Su Majestad el Rey Mohammed VI que, desde su entronización, no ha cesado de hacer de la cooperación con los países africanos un eje principal de la política exterior del Reino;
He aquí una visión del Soberano cimentada en cuatro fundamentos que son: el anclaje histórico, la solidaridad activa y la escucha de las ambiciones de nuestros hermanos africanos, un compromiso constante a favor del desarrollo socioeconómico de África, además de una perspectiva renovada;
Este compromiso se traduce también mediante actualizadas y renovadas formas de cooperación que se asientan sobre profundos logros, en particular los seculares lazos civilizatorios, espirituales, humanos, geográficos y económicos;
La actual gira de Su Majestad el Rey Mohammed VI viene a consolidar los logros y arraigar los fuertes lazos que nos unen con estos países, inyectándoles una nueva dinámica, con el fin de ampliar el espectro de la actual cooperación. También constituye una señal fuerte del  apego del Reino a su vital y estratégica prolongación natural, sobre una base de comprensión mutua, solidaridad y cooperación activa;
La política exterior del Reino con respecto a África se ha intensificado a través del refuerzo de tres ejes de acciones específicas y complementarias, a saber, la promoción de la paz y la seguridad, el imperativo de un crecimiento compartido y el deber de solidaridad;
PROMOCIÓN DE LA PAZ Y SEGURIDAD
El primer eje de nuestra política exterior con respecto a África abarca nuestro compromiso constante a favor de la promoción de la paz y la seguridad en el continente, hecho que se desprende claramente de la acción diplomática de Marruecos en el seno de las principales instancias subregionales e internacionales, principalmente la ONU donde Marruecos ha sido miembro no permanente del Consejo de Seguridad, junto con Argentina, en tanto que portavoz del continente ante los distintos retos políticos, securitarios y socioeconómicos a los cuales se enfrenta la región del Sahel y el Sahara, y todo el continente africano;
La estabilidad en África descansa sobre determinados principios fundamentales, entre los que se cuenta el respeto de la unidad e integridad territorial de los Estados; sobre mecanismos de gobernanza, como pueden ser la ONU y el Consejo de Seguridad, y sobre los Estados fuertes. Actualmente, este modelo ha sido fragilizado principalmente a causa de la porosidad de las fronteras de numerosos países africanos, la paralización de las instituciones multilaterales frente a determinadas crisis y la ausencia de compromiso de algunos Estados fallidos para con la paz y estabilidad. Si efectivamente el actual modelo se muestra ineficaz y es puesto en cuestión sobre todo en África, no es menos verdad que la comunidad internacional no ha podido proponer soluciones alternativas y sobre todo la reforma del Consejo de Seguridad. Esta misma constatación es compartida aquí en América Latina;
Además, las encarnizadas luchas étnicas se propagan cada vez más en África, debido a la proclamación de grupos terroristas tales como Boko Haram, Ansar Eddin,  Ansar  al-Islam Aqmi, que no conocen fronteras y otorgan primacía a las regiones sobre la noción de Estado;
Marruecos siempre ha preconizado una acción para reforzar los Estados y permanece determinado a acompañar a sus socios africanos en sus acciones soberanas para construir un proyecto común, con el objetivo de instaurar espacios de paz y prosperidad compartida, dentro del respeto de los parámetros fundamentales de la resolución pacífica de los diferendos, la no intervención en los asuntos internos y el respeto de la unidad e integridad territorial de los Estados;
El imperativo de la seguridad y estabilidad tendría que constituir el zócalo sobre el que han de asentarse las iniciativas. En este sentido, nuestra cooperación está llamada a integrarse en las distintas acciones y estrategias adoptadas tanto a escala subregional, como regional e internacional, con el fin de aportar su valor añadido y contribuir a la pacificación de nuestro espacio común, dentro del total respeto de la soberanía y unidad nacional y territorial de nuestros respectivos países;
Este compromiso del Reino no es nuevo, ya que Marruecos ha participado de manera eficaz en diversas operaciones de mantenimiento de la paz, como la llevada a cabo en la República Democrática del Congo y Côte d´Ivoire (¿Costa de Marfil?);
 El 31 de enero de 2010, y con una participación de 1562 miembros de las FAR en las OMP, Marruecos ocupa el  puesto 18 en el ranking de los países que contribuyen con tropas a escala mundial, el 3º en el mundo árabe y el 8º en el continente africano;
Sirva de ejemplo el caso maliense, en el que Marruecos no ha cesado de apoyar a este país con el objetivo de restablecer su unidad e integridad territorial en este difícil periodo. La acción multiforme a favor del Malí se materializó mediante una participación concreta y voluntarista en el marco de los esfuerzos de las Naciones Unidas para la búsqueda de una solución definitiva a este conflicto, movilizando a la comunidad internacional acerca de la urgencia de esta cuestión. Todo ello ha quedado reflejado en la adopción de la resolución 2085 bajo la presidencia marroquí del Consejo de Seguridad;
Finalmente, los enfoques securiatrios y militares ya no son suficientes para afrontar estos desafíos, por lo que la promoción del desarrollo económico y social ha de ser llevada a cabo de manera simultánea;
EL IMPERATIVO DE CRECIMIENTO COMPARTIDO
El imperativo de crecimiento compartido, por converger con nuestra labor solidaria, se funda sobre la convicción de que nuestro éxito no puede ser sino colectivo. A la vez que rechazamos las tesis fatalistas relativas a África, estamos convencidos de que nuestro continente posee todos los recursos necesarios para llevar con éxito su verdadero despegue económico y responder a las necesidades y aspiraciones de su población;
Desde esta óptica, es fundamental aprovechar las numerosas oportunidades que se nos presentan, desarrollando de manera más importante nuestras capacidades respectivas e intercambiando nuestras experiencias y saber hacer con el fin de aprovechar mejor las potenciales sinergias en todos los dominios;
La acción diplomática del Reino se asienta sobre esta convicción, esta voluntad y este pragmatismo. La misma se traduce sobre todo a través de un compromiso activo a favor de la promoción de una cooperación Sur-Sur audaz, creativa y multidimensional;
 En efecto,  la cooperación con los países africanos ya no constituye una opción sino más bien un imperativo que permite a los países del Sur responder a las aspiraciones de sus pueblos de alcanzar un desarrollo humano equitativo y un crecimiento económico sostenible. Ello queda necesariamente supeditado a una creciente implicación de los operadores marroquíes en los esfuerzos de transferencia del saber hacer  y del intercambio de experiencias;
Conviene aprovechar el potencial que encierra nuestro continente y las oportunidades que se nos ofrecen, así como superar los distintos retos, a fin de efectuar un salto cualitativo y cuantitativo en materia de desarrollo;
En relación con las perspectivas de dicha cooperación, nuestro país dispone de múltiples bazas que permiten profundizar sus relaciones con África, entre las que destacan la diversidad de su economía y la experiencia adquirida en numerosos dominios, como bien reconocen sus socios africanos. Por otra parte, convendría capitalizar el sólido sistema financiero de la economía marroquí, cuyos actores públicos y privados destacan por su éxito africano;
En este sentido, las inversiones marroquíes en África se distinguen por su variedad y riqueza sectorial, a la imagen de los servicios que constituyen un componente esencial de la demanda africana. Marruecos es el segundo mayor inversor del Continente. El cúmulo de las inversiones marroquíes realizadas en África en los 5 últimos años, se eleva a 1,7 mil millones de dólares. Estas inversiones se centran especialmente en el sector de la construcción y obras públicas, TIC, Banca, electrificación, industria farmacéutica, transporte aéreo, minas,… especialmente en el sector bancario, transporte aéreo, seguros y telecomunicaciones;
Actualmente, el objetivo consiste en incrementar, consolidar y profundizar los logros de nuestro partenariado económico con África, a fin de fructificar el conjunto de oportunidades económicas y comerciales que Marruecos y los países africanos socios ofrecen.
DEBER DE SOLIDARIDAD 
Con respecto al deber de solidaridad, los programas de cooperación iniciados por Marruecos han experimentado una ampliación y un dinamismo significativos debido al crecimiento sustancial del número de países beneficiarios y de la diversificación de las formas del apoyo aportado;
Marruecos ha obrado por la puesta en marcha de numerosos proyectos de desarrollo en varios países africanos, en dominios tales como la sanidad, la agricultura, las lluvias artificiales, la gestión de recursos hídricos, la irrigación, la lucha contra la langosta, la electrificación, el desarrollo de infraestructuras básicas y la educación y formación, entre otros dominios;
La formación de cuadros en el ámbito universitario, técnico y profesional, ha constituido, igualmente, una de las actividades más destacadas, con resultados muy tangibles. En efecto, Marruecos recibe a más de 8000 estudiantes en los establecimientos superiores, entre los cuales, 6500 becarios, procedentes de 42 países africanos;
La solidaridad de Marruecos se manifiesta, asimismo, a  través de la ayuda humanitaria a favor de los países afectados por catástrofes naturales y conflictos (donación de cereales, medicamentos, material médico, hospitales de campaña…) así como bajo forma de cooperación que se asienta sobre profundos logros, especialmente, los seculares lazos culturales y espirituales;
Con este ánimo, el Soberano ha inaugurado el Instituto Mohammed VI para la formación de imames, con una capacidad de 1000 plazas, destinado a acoger a estudiantes marroquíes y a otros procedentes de los países africanos, sobre todo;
Esta institución se enmarca dentro de la puesta en marcha de una estrategia que pretende inculcar los valores del Islam de la medianía, a las nuevas generaciones de imames, con vistas a proteger nuestro entorno y de modo particular nuestra juventud, contra las veleidades del extremismo, y preservar su identidad, marcada por la ponderación, la apertura y la tolerancia, y afianzando su resplandor religioso;
Consciente del papel crucial de la atención humana que se ha de dedicar a la situación de los migrantes, Marruecos, bajo el impulso del Soberano, ha puesto en marcha, una nueva política migratoria para los migrantes subsaharianos, humanista en su filosofía, global en su contenido, responsable en su enfoque y pionera regionalmente, con el objetivo de garantizarles los derechos fundamentales, conforme a los compromisos internacionales;
La cuestión migratoria se relaciona con una responsabilidad compartida, en un momento en que se hace necesario promover el surgimiento de un verdadero “pacto” Norte-Sur en torno a la temática migratoria y de asilo, fundamentado esencialmente sobre el refuerzo de las sinergias entre migración y desarrollo;
Efectivamente, la migración ha de ser abordada desde un planteamiento global que haga de la misma un factor más bien positivo y no discriminante, del que se desprenda una nueva arquitectura continental que aporte respuestas globales y solidarias, construidas sobre el principio de corresponsabilidad entre los países de origen, tránsito y destino;
La Iniciativa Real a favor de una nueva visión de la política migratoria nacional, innovadora en la región, que toma en consideración la dignidad humana y se distingue por su naturaleza multidimensional, da la prueba de la capacidad del Reino para apropiarse las realidades africanas, además de mantener bien alto las legítimas ambiciones de los pueblos de nuestro continente;
Esta iniciativa se apoya igualmente en la consolidación de los partenariados,  cooperando a favor de una gestión óptima de las migraciones, en todos los niveles, incluido el ámbito bilateral y regional, especialmente a través la CEDEAO et la UMA;
Conclusión
La política africana de Marruecos ha sido marcada por el afianzamiento de la cooperación, a la vez que ha ido consolidando los logros del pasado.  Dicha política se distingue por:
  • Un creciente interés otorgado al sector económico en las relaciones de  Marruecos con los países del África subsahariana;
  • El desarrollo de verdaderas relaciones de partenariado susceptibles de servir óptimamente los recíprocos objetivos de desarrollo de las dos partes;
  • La asociación del sector privado a la realización de esta nueva política;
  • La adhesión de Marruecos a nuevos espacios regionales africanos (CEN-SAD);
  • El desarrollo de relaciones y la conclusión de acuerdos con nuevos grupos regionales tales como la Unión Económica y Monetaria de los Estados Africanos del Oeste (UEMOA) y la Comunidad Económica y Monetaria del África Central (CEMAC);
La evolución del marco institucional que rige las relaciones de Marruecos con África permite desprender algunas tendencias fundamentales que merecen ser subrayadas:
  • Las relaciones con África se fundan mayormente sobre la promoción del crecimiento compartido. En efecto, la evolución de la gobernanza en estos países y las posibilidades de alternancia que ofrece, repercuten positivamente sobre la política africana de Marruecos, al fundarse ahora sobre bases sostenibles e independientes de las coyunturas políticas;
  • En sus negociaciones con el África subsahariana, Marruecos se orienta hacia la conclusión de acuerdos regionales que facilitarían el acceso directo a los mercados regionales, evitando el inconveniente de estrechez de los mercados nacionales;
Este compromiso ha permitido a los operadores económicos marroquíes, ahora incorporados a la acción exterior del país en el Continente, materializar numerosos proyectos de inversión en el Continente así como “vulgarizar” el acto de emprender e intercambiar en el plano comercial con los países socios;
A pesar de los esfuerzos desplegados tanto por los poderes públicos como por el sector privado, un esfuerzo  suplementario se antoja necesario. El objetivo buscado, no es otro sino ofrecer una mayor visibilidad a los diferentes intervinientes, identificar las palancas de crecimiento y definir un enfoque por bloques regionales africanos;
En este sentido, un enfoque regional, por “bloques ” se antoja necesario. A este respecto, la proyección de intereses económicos y comerciales en la región de la Unión Monetaria y Económica de África del Oeste (UEMOA) podría ser desarrollada en un primer momento, antes de ser extendida a otras comunidades económicas regionales africanas. En este sentido, hemos de inspirarnos de las experiencias de integración que dieron sus pruebas de éxito en América Latina, Mercosur Celac y la comunidad andina;
La acción exterior de Marruecos en África que debe evolucionar en función de las mutaciones de nuestro Continente y de los intereses compartidos, se enmarca dentro de una perspectiva de dinamismo e innovación; dicha acción sigue, sin embargo, revistiendo toda la prioridad en la agenda diplomática de nuestro país, en consideración de que este continente encarna la esperanza, en un contexto internacional marcado por las agudas y concomitantes crisis económicas, financieras y demográficas. Nuestro continente avanza por una vía de consolidación de reformas y modernización de su economía, haciendo que su participación en la gobernanza mundial sea cada vez más importante.  Así pues, frente a los múltiples desafíos y amenazas a la estabilidad de los países africanos, sólo un enfoque global y coherente, que concilie la acción securitaria, es susceptible de realizar el desarrollo humano y preservar la identidad cultural y cultual de África. Si cierto es que las acciones de prevención de conflictos y gestión de crisis son necesarias para el mantenimiento de la paz y la reconstrucción postconflicto, no es menos cierto que sólo el desarrollo económico puede ser un motor de crecimiento y un elemento de estabilización a favor del desarrollo humano, el progreso económico y la  fuerte cohesión social.


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