CONFERENCIANTE INVITADO
El embajador Youssef Amrani es miembro del Gabinete Real de Marruecos, recientemente a concurrido al Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales para exponer sus ideas sobre la política internacional de su país. El embajador Amrani ha tenido la atención de brindarnos el texto de su disertación, que consignamos seguidamente.
INTRODUCCIÓN
La identidad africana de
Marruecos viene a reflejar la historia de esta tierra, su geografía, mezclas
humanas, valores culturales y ancestrales lazos espirituales;
África constituye la
prolongación natural de nuestro país, así como su hinterland y profundidad
estratégica, no sólo desde un punto de vista político, sino también
securitario, espiritual, cultural, económico y financiero;
Orgulloso de esta evidente
dualidad de su pertenencia geográfica al continente africano y su manifiesta
apertura sobre el mundo occidental, motivada por una ventajosa posición
geoestratégica, Marruecos, desde la independencia, obra constantemente por consolidar
sus relaciones seculares con los países africanos hermanos, poniendo en marcha
una política de solidaridad efectiva y de innovadora cooperación;
El compromiso de Marruecos a
favor de su continente se ha verificado en la lucha por la libertad y la dignidad
del continente, así como a través de los esfuerzos desplegados a favor de la
unidad e integración de África, amén del irreversible apoyo al desarrollo de
los pueblos africanos;
Tal compromiso hacia nuestros
socios africanos constituye una constante de la política exterior y de la
actividad diplomática del Reino. Efectivamente, la acción diplomática de
nuestro país en el continente se ejerce en muchas direcciones, enmarcándose
dentro de un compromiso a favor de la promoción de una creativa y audaz cooperación
Sur-Sur, en armonía con las expectativas de los países africanos socios,
poniendo especialmente el acento sobre los sectores prioritarios del
desarrollo;
Esta solidaridad ha quedado
particularmente ilustrada mediante las numerosas visitas efectuadas por Su
Majestad el Rey Mohammed VI a las tierras africanas, así como por la ampliación
y diversificación de dominios y alcance de los programas de cooperación con los
países africanos;
Con el fin de inyectar una
nueva dinámica a la cooperación marroquí-africana, se debe aprovechar
óptimamente el potencial de mejora de nuestras relaciones bilaterales con los
países africanos, construyendo sobre la base de nuestros logros y fructificando
las oportunidades que se nos ofrece, gracias a nuestras numerosas bazas y a la
evolución del contexto regional e internacional;
Tomando en consideración los
imperativos del respeto de las constantes nacionales, integridad territorial,
buena vecindad y seguridad colectiva, el refuerzo de las relaciones de
Marruecos con los países africanos se funda sobre el desarrollo y arraigo de
los intereses compartidos;
LOS FUNDAMENTOS DE LA
POLÍTICA AFRICANA DEL REINO
La política exterior del Reino
con respecto a África ha sido decidida, concebida e impulsada por Su Majestad
el Rey Mohammed VI que, desde su entronización, no ha cesado de hacer de la
cooperación con los países africanos un eje principal de la política exterior
del Reino;
He aquí una visión del
Soberano cimentada en cuatro fundamentos que son: el anclaje histórico, la
solidaridad activa y la escucha de las ambiciones de nuestros hermanos
africanos, un compromiso constante a favor del desarrollo socioeconómico de
África, además de una perspectiva renovada;
Este compromiso se traduce
también mediante actualizadas y renovadas formas de cooperación que se asientan
sobre profundos logros, en particular los seculares lazos civilizatorios,
espirituales, humanos, geográficos y económicos;
La actual gira de Su Majestad
el Rey Mohammed VI viene a consolidar los logros y arraigar los fuertes lazos
que nos unen con estos países, inyectándoles una nueva dinámica, con el fin de
ampliar el espectro de la actual cooperación. También constituye una señal
fuerte del apego del Reino a su vital y estratégica prolongación natural,
sobre una base de comprensión mutua, solidaridad y cooperación activa;
La política exterior del Reino
con respecto a África se ha intensificado a través del refuerzo de tres ejes de
acciones específicas y complementarias, a saber, la promoción de la paz y la
seguridad, el imperativo de un crecimiento compartido y el deber de
solidaridad;
PROMOCIÓN DE LA PAZ Y
SEGURIDAD
El primer eje de nuestra
política exterior con respecto a África abarca nuestro compromiso constante a
favor de la promoción de la paz y la seguridad en el continente, hecho que se
desprende claramente de la acción diplomática de Marruecos en el seno de las
principales instancias subregionales e internacionales, principalmente la ONU
donde Marruecos ha sido miembro no permanente del Consejo de Seguridad, junto
con Argentina, en tanto que portavoz del continente ante los distintos retos
políticos, securitarios y socioeconómicos a los cuales se enfrenta la región
del Sahel y el Sahara, y todo el continente africano;
La estabilidad en África
descansa sobre determinados principios fundamentales, entre los que se cuenta
el respeto de la unidad e integridad territorial de los Estados; sobre
mecanismos de gobernanza, como pueden ser la ONU y el Consejo de Seguridad, y
sobre los Estados fuertes. Actualmente, este modelo ha sido fragilizado
principalmente a causa de la porosidad de las fronteras de numerosos países
africanos, la paralización de las instituciones multilaterales frente a
determinadas crisis y la ausencia de compromiso de algunos Estados fallidos
para con la paz y estabilidad. Si efectivamente el actual modelo se muestra
ineficaz y es puesto en cuestión sobre todo en África, no es menos verdad que
la comunidad internacional no ha podido proponer soluciones alternativas y
sobre todo la reforma del Consejo de Seguridad. Esta misma constatación es
compartida aquí en América Latina;
Además, las encarnizadas
luchas étnicas se propagan cada vez más en África, debido a la proclamación de
grupos terroristas tales como Boko Haram, Ansar Eddin, Ansar
al-Islam Aqmi, que no conocen fronteras y otorgan primacía a las regiones sobre
la noción de Estado;
Marruecos siempre ha
preconizado una acción para reforzar los Estados y permanece determinado a
acompañar a sus socios africanos en sus acciones soberanas para construir un
proyecto común, con el objetivo de instaurar espacios de paz y prosperidad
compartida, dentro del respeto de los parámetros fundamentales de la resolución
pacífica de los diferendos, la no intervención en los asuntos internos y el
respeto de la unidad e integridad territorial de los Estados;
El imperativo de la seguridad
y estabilidad tendría que constituir el zócalo sobre el que han de asentarse
las iniciativas. En este sentido, nuestra cooperación está llamada a integrarse
en las distintas acciones y estrategias adoptadas tanto a escala subregional,
como regional e internacional, con el fin de aportar su valor añadido y
contribuir a la pacificación de nuestro espacio común, dentro del total respeto
de la soberanía y unidad nacional y territorial de nuestros respectivos países;
Este compromiso del Reino no
es nuevo, ya que Marruecos ha participado de manera eficaz en diversas
operaciones de mantenimiento de la paz, como la llevada a cabo en la República
Democrática del Congo y Côte d´Ivoire (¿Costa de Marfil?);
El 31 de enero de 2010,
y con una participación de 1562 miembros de las FAR en las OMP, Marruecos ocupa
el puesto 18 en el ranking de los países que contribuyen con tropas a
escala mundial, el 3º en el mundo árabe y el 8º en el continente africano;
Sirva de ejemplo el caso
maliense, en el que Marruecos no ha cesado de apoyar a este país con el
objetivo de restablecer su unidad e integridad territorial en este difícil
periodo. La acción multiforme a favor del Malí se materializó mediante una
participación concreta y voluntarista en el marco de los esfuerzos de las
Naciones Unidas para la búsqueda de una solución definitiva a este conflicto,
movilizando a la comunidad internacional acerca de la urgencia de esta
cuestión. Todo ello ha quedado reflejado en la adopción de la resolución 2085
bajo la presidencia marroquí del Consejo de Seguridad;
Finalmente, los enfoques
securiatrios y militares ya no son suficientes para afrontar estos desafíos,
por lo que la promoción del desarrollo económico y social ha de ser llevada a
cabo de manera simultánea;
EL IMPERATIVO DE CRECIMIENTO
COMPARTIDO
El imperativo de crecimiento
compartido, por converger con nuestra labor solidaria, se funda sobre la
convicción de que nuestro éxito no puede ser sino colectivo. A la vez que
rechazamos las tesis fatalistas relativas a África, estamos convencidos de que
nuestro continente posee todos los recursos necesarios para llevar con éxito su
verdadero despegue económico y responder a las necesidades y aspiraciones de su
población;
Desde esta óptica, es
fundamental aprovechar las numerosas oportunidades que se nos presentan,
desarrollando de manera más importante nuestras capacidades respectivas e
intercambiando nuestras experiencias y saber hacer con el fin de aprovechar
mejor las potenciales sinergias en todos los dominios;
La acción diplomática del
Reino se asienta sobre esta convicción, esta voluntad y este pragmatismo. La
misma se traduce sobre todo a través de un compromiso activo a favor de la
promoción de una cooperación Sur-Sur audaz, creativa y multidimensional;
En efecto, la
cooperación con los países africanos ya no constituye una opción sino más bien
un imperativo que permite a los países del Sur responder a las aspiraciones de
sus pueblos de alcanzar un desarrollo humano equitativo y un crecimiento
económico sostenible. Ello queda necesariamente supeditado a una creciente
implicación de los operadores marroquíes en los esfuerzos de transferencia del
saber hacer y del intercambio de experiencias;
Conviene aprovechar el potencial
que encierra nuestro continente y las oportunidades que se nos ofrecen, así
como superar los distintos retos, a fin de efectuar un salto cualitativo y
cuantitativo en materia de desarrollo;
En relación con las
perspectivas de dicha cooperación, nuestro país dispone de múltiples bazas que
permiten profundizar sus relaciones con África, entre las que destacan la
diversidad de su economía y la experiencia adquirida en numerosos dominios,
como bien reconocen sus socios africanos. Por otra parte, convendría
capitalizar el sólido sistema financiero de la economía marroquí, cuyos actores
públicos y privados destacan por su éxito africano;
En este sentido, las
inversiones marroquíes en África se distinguen por su variedad y riqueza
sectorial, a la imagen de los servicios que constituyen un componente esencial
de la demanda africana. Marruecos es el segundo mayor inversor del Continente.
El cúmulo de las inversiones marroquíes realizadas en África en los 5 últimos
años, se eleva a 1,7 mil millones de dólares. Estas inversiones se centran
especialmente en el sector de la construcción y obras públicas, TIC, Banca,
electrificación, industria farmacéutica, transporte aéreo, minas,…
especialmente en el sector bancario, transporte aéreo, seguros y
telecomunicaciones;
Actualmente, el objetivo
consiste en incrementar, consolidar y profundizar los logros de nuestro
partenariado económico con África, a fin de fructificar el conjunto de
oportunidades económicas y comerciales que Marruecos y los países africanos
socios ofrecen.
DEBER DE SOLIDARIDAD
Con respecto al deber de
solidaridad, los programas de cooperación iniciados por Marruecos han
experimentado una ampliación y un dinamismo significativos debido al
crecimiento sustancial del número de países beneficiarios y de la
diversificación de las formas del apoyo aportado;
Marruecos ha obrado por la
puesta en marcha de numerosos proyectos de desarrollo en varios países
africanos, en dominios tales como la sanidad, la agricultura, las lluvias
artificiales, la gestión de recursos hídricos, la irrigación, la lucha contra
la langosta, la electrificación, el desarrollo de infraestructuras básicas y la
educación y formación, entre otros dominios;
La formación de cuadros en el
ámbito universitario, técnico y profesional, ha constituido, igualmente, una de
las actividades más destacadas, con resultados muy tangibles. En efecto,
Marruecos recibe a más de 8000 estudiantes en los establecimientos superiores,
entre los cuales, 6500 becarios, procedentes de 42 países africanos;
La solidaridad de Marruecos se
manifiesta, asimismo, a través de la ayuda humanitaria a favor de los
países afectados por catástrofes naturales y conflictos (donación de
cereales, medicamentos, material médico, hospitales de campaña…) así como bajo
forma de cooperación que se asienta sobre profundos logros, especialmente, los
seculares lazos culturales y espirituales;
Con este ánimo, el Soberano ha
inaugurado el Instituto Mohammed VI para la formación de imames, con una
capacidad de 1000 plazas, destinado a acoger a estudiantes marroquíes y a otros
procedentes de los países africanos, sobre todo;
Esta institución se enmarca
dentro de la puesta en marcha de una estrategia que pretende inculcar los
valores del Islam de la medianía, a las nuevas generaciones de imames, con
vistas a proteger nuestro entorno y de modo particular nuestra juventud, contra
las veleidades del extremismo, y preservar su identidad, marcada por la
ponderación, la apertura y la tolerancia, y afianzando su resplandor religioso;
Consciente del papel crucial
de la atención humana que se ha de dedicar a la situación de los
migrantes, Marruecos, bajo el impulso del Soberano, ha puesto en marcha, una
nueva política migratoria para los migrantes subsaharianos, humanista en su
filosofía, global en su contenido, responsable en su enfoque y pionera
regionalmente, con el objetivo de garantizarles los derechos fundamentales,
conforme a los compromisos internacionales;
La cuestión migratoria se
relaciona con una responsabilidad compartida, en un momento en que se hace
necesario promover el surgimiento de un verdadero “pacto” Norte-Sur en torno a
la temática migratoria y de asilo, fundamentado esencialmente sobre el refuerzo
de las sinergias entre migración y desarrollo;
Efectivamente, la migración ha
de ser abordada desde un planteamiento global que haga de la misma un factor
más bien positivo y no discriminante, del que se desprenda una nueva
arquitectura continental que aporte respuestas globales y solidarias,
construidas sobre el principio de corresponsabilidad entre los países de
origen, tránsito y destino;
La Iniciativa Real a favor de
una nueva visión de la política migratoria nacional, innovadora en la región,
que toma en consideración la dignidad humana y se distingue por su naturaleza
multidimensional, da la prueba de la capacidad del Reino para apropiarse las
realidades africanas, además de mantener bien alto las legítimas ambiciones de
los pueblos de nuestro continente;
Esta iniciativa se apoya
igualmente en la consolidación de los partenariados, cooperando a favor
de una gestión óptima de las migraciones, en todos los niveles, incluido el
ámbito bilateral y regional, especialmente a través la CEDEAO et la UMA;
Conclusión
La política africana de
Marruecos ha sido marcada por el afianzamiento de la cooperación, a la vez que
ha ido consolidando los logros del pasado. Dicha política se distingue por:
- Un creciente interés otorgado al sector económico
en las relaciones de Marruecos con los países del África
subsahariana;
- El desarrollo de verdaderas relaciones de
partenariado susceptibles de servir óptimamente los recíprocos objetivos
de desarrollo de las dos partes;
- La asociación del sector privado a la realización
de esta nueva política;
- La adhesión de Marruecos a nuevos espacios
regionales africanos (CEN-SAD);
- El desarrollo de relaciones y la conclusión de
acuerdos con nuevos grupos regionales tales como la Unión Económica y
Monetaria de los Estados Africanos del Oeste (UEMOA) y la Comunidad
Económica y Monetaria del África Central (CEMAC);
La evolución del marco
institucional que rige las relaciones de Marruecos con África permite
desprender algunas tendencias fundamentales que merecen ser subrayadas:
- Las relaciones con África se fundan mayormente
sobre la promoción del crecimiento compartido. En efecto, la evolución de
la gobernanza en estos países y las posibilidades de alternancia que
ofrece, repercuten positivamente sobre la política africana de Marruecos,
al fundarse ahora sobre bases sostenibles e independientes de las
coyunturas políticas;
- En sus negociaciones con el África subsahariana,
Marruecos se orienta hacia la conclusión de acuerdos regionales que
facilitarían el acceso directo a los mercados regionales, evitando el
inconveniente de estrechez de los mercados nacionales;
Este compromiso ha permitido a
los operadores económicos marroquíes, ahora incorporados a la acción exterior
del país en el Continente, materializar numerosos proyectos de inversión en el
Continente así como “vulgarizar” el acto de emprender e intercambiar en el
plano comercial con los países socios;
A pesar de los esfuerzos
desplegados tanto por los poderes públicos como por el sector privado, un
esfuerzo suplementario se antoja necesario. El objetivo buscado, no es
otro sino ofrecer una mayor visibilidad a los diferentes intervinientes,
identificar las palancas de crecimiento y definir un enfoque por bloques
regionales africanos;
En este sentido, un enfoque
regional, por “bloques ” se antoja necesario. A este respecto, la proyección de
intereses económicos y comerciales en la región de la Unión Monetaria y
Económica de África del Oeste (UEMOA) podría ser desarrollada en un primer
momento, antes de ser extendida a otras comunidades económicas regionales
africanas. En este sentido, hemos de inspirarnos de las experiencias de integración
que dieron sus pruebas de éxito en América Latina, Mercosur Celac y la
comunidad andina;
La acción exterior de
Marruecos en África que debe evolucionar en función de las mutaciones de
nuestro Continente y de los intereses compartidos, se enmarca dentro de una
perspectiva de dinamismo e innovación; dicha acción sigue, sin embargo,
revistiendo toda la prioridad en la agenda diplomática de nuestro país, en
consideración de que este continente encarna la esperanza, en un contexto
internacional marcado por las agudas y concomitantes crisis económicas,
financieras y demográficas. Nuestro continente avanza por una vía de
consolidación de reformas y modernización de su economía, haciendo que su
participación en la gobernanza mundial sea cada vez más importante. Así
pues, frente a los múltiples desafíos y amenazas a la estabilidad de los países
africanos, sólo un enfoque global y coherente, que concilie la acción
securitaria, es susceptible de realizar el desarrollo humano y preservar la
identidad cultural y cultual de África. Si cierto es que las acciones de
prevención de conflictos y gestión de crisis son necesarias para el
mantenimiento de la paz y la reconstrucción postconflicto, no es menos cierto
que sólo el desarrollo económico puede ser un motor de crecimiento y un
elemento de estabilización a favor del desarrollo humano, el progreso económico
y la fuerte cohesión social.
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