lunes, 20 de julio de 2015

DESINFORMACIÓN O EL VASO MEDIO LLENO


En ocasiones la profesión de informar se puede convertir voluntaria o involuntariamente en una actividad de desinformación.
La desinformación pude realizarse a través de la mentira directa o de la mentira indirecta. Hablamos de mentira indirecta cuando un hecho se interpreta claramente con la intención de perjudicar a una persona, una empresa o un movimiento social o político.
Este último es el caso que se aprecia claramente en las interpretaciones que algunos analistas políticos hacen de los guarismos electorales del domingo 19 de julio en la ciudad de Buenos Aires.
Presentar una votación de segunda vuelta electoral donde un candidato se impone a su rival contundentemente por casi cuatro puntos porcentuales como una derrota es sin lugar a dudas una total falacia. Es una falacia por diversas razones, veamos algunas de ellas.
En primera instancia, como muy bien ha aclarado el dirigente del Frente Renovador, Alberto Fernández, las segundas vueltas electorales, debido a la polarización obligatoria de los votantes, suelen resolverse por márgenes electorales muy estrechos, donde el vencedor rara vez obtiene sobre su rival una ventaja superior a los cinco puntos.
En segundo término, cuando el candidato socialista Miguel Lifschitz, hace un mes, se impuso en los comicios de Santa Fe al candidato del PRO, Miguel del Sel, por tan solo dos mil votos, los analistas no salieron a decir que los socialistas habían perdido la elección. Muy por el contrario, todos los comentarios cargaron las tintas sobre la derrota del PRO y su impacto sobre las posibilidades presidenciales de Mauricio Macri.
Por otra parte, el PRO concurrió en esta ocasión a las urnas en solitario, enfrentando a la totalidad de las fuerzas políticas porteñas, incluidos a sus aliados en la coalición Cambiemos.
En tanto, que la candidatura del economista Martín Lousteau fue apoyada por la Coalición Cívica-ARI, de Lilita Carrió, la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista, Partido Socialista Auténtico y Confianza Pública integradas en el espacio ECO –Energía Ciudadana Organizada-, además recogió para la segunda vuelta el apoyo del GEN de Margarita Stolbizer, de los votantes del peronismo kirchnerista agrupado en el Frente para la Victoria y de todos los grupos y grupúsculos de la izquierda independiente, incluidos el MST y el Partido Obrero.
En esa contienda, en un feroz mano a mano del PRO contra el resto del espectro político porteño, Rodríguez Larreta cosechó casi el 52% de los votos, agregando casi siete puntos porcentuales a lo obtenido en la primera vuelta. Esto es una victoria clara y contundente, de ninguna manera puede ser interpretada como un fracaso.
Presentar este triunfo como una derrota, y más aún como un serio revés electoral que hace peligrar las posibilidades presidenciales de Mauricio Macri, implica evidentemente realizar una interpretación errónea o interesada de los datos.

¿Usted qué piensa? ¿Cómo ve el vaso medio vacío o medio lleno? 

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