Bolivia enfrenta un confuso panorama
político de cara a los próximos comicios presidenciales de este año en virtud
del enfrentamiento entre el presidente Luis Arce y el expresidente y líder
cocalero Evo Morales.
Contenido:
La
República Plurinacional de Bolivia se encuentra en la antesala de unas
elecciones presidenciales que prometen ser las más disputadas de los últimos
años. Programadas para el 17 de agosto de 2025, estas elecciones determinarán
al presidente, vicepresidente y los nuevos miembros de la Asamblea Legislativa
Plurinacional para el período 2025 - 2030.
El
escenario político se encuentra marcado por la división dentro del Movimiento
al Socialismo (MAS), la emergencia de nuevos bloques opositores y un contexto
de crisis económica y política que añade incertidumbre al proceso.
La
fractura en el MAS y la pugna Arce - Morales
El
partido oficial, el izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS), se encuentra
dividido en dos facciones irreconciliables: la liderada por el actual
presidente Luis Arce y la encabezada por el expresidente Evo Morales. La
disputa no es producto de diferencias ideológicas o políticas sino que tiene su
origen en la intención de Morales de volver a postularse, a pesar de que el
Tribunal Constitucional Plurinacional ha ratificado su inhabilitación por haber
cumplido tres mandatos.
Las
aspiraciones del líder cocalero chocan con la intención del actual presidente
Luis Arce de ir por la reelección. Recordemos que Arce, antiguo ministro de
Economía de los gobiernos de Evo Morales, llegó a la presidencia gracias al
apoyo de su actual rival.
Morales,
sin embargo, ha buscado otras alternativas para asegurar su participación en la
contienda. Sus seguidores han anunciado que se encuentran en búsqueda de una
sigla partidaria alternativa para postularlo, mientras el MAS, bajo el control
de Arce, prevé definir su binomio presidencial en un congreso programado para
finales de marzo.
Mientras
tanto, Evo Morales enfrenta un proceso judicial por presunto abuso a una menor
y tráfico de personas, con una orden de detención en su contra. A pesar de
estos obstáculos legales, sus seguidores lo han proclamado como "único
candidato legítimo" de la izquierda, lo que genera un ambiente de
tensión y posibles desafíos legales en los próximos meses.
La
oposición y el intento de unidad
Por
el lado de la oposición, tras el fracaso en 2020 para articular un frente común
contra el MAS, varios partidos y líderes locales han decidido formar alianzas
para evitar la dispersión del voto. En diciembre de 2024, se consolidó el "Bloque
Unido de Oposición", conformado por figuras como el expresidente
Carlos Mesa, el empresario Samuel Doria Medina, el exmandatario Jorge
"Tuto" Quiroga y el gobernador cruceño Luis Fernando Camacho.
A
este bloque se sumaron agrupaciones menores como Cambio 25, liderado por
Vicente Cuellar, y el Frente Revolucionario de Izquierda. No obstante,
persisten diferencias entre los líderes opositores, lo que podría poner en
riesgo la viabilidad de una candidatura única para enfrentar al MAS.
Entre
los otros postulantes se encuentran Manfred Reyes Villa, actual alcalde de
Cochabamba; Branko Marinković, exministro de Economía y Finanzas; y Chi Hyun
Chung, un pastor evangélico y médico que ha ganado notoriedad en elecciones
pasadas con un discurso conservador.
Un
contexto económico y social complejo
El
panorama electoral boliviano está marcado por una crisis económica agravada por
la escasez de dólares, el aumento del endeudamiento y la caída de reservas
internacionales. Esto ha generado un descontento creciente en la población, que
podría influir en la orientación del voto.
Además,
el polémico intento de golpe de Estado de junio de 2024, liderado por el
excomandante del Ejército Juan José Zúñiga, ha dejado secuelas en la
estabilidad institucional del país.
En
el plano social, las protestas de sectores afines a Morales y la creciente
polarización entre oficialismo y oposición podrían derivar en episodios de
conflicto durante la campaña electoral. Las denuncias de persecución política y
la injerencia del gobierno en el poder judicial son otras variables que podrían
afectar el desarrollo del proceso electoral.
Conclusión
Las
elecciones de 2025 en Bolivia se perfilan como una contienda clave para el
futuro del país. Con el partido oficial, el MAS, dividido, la oposición de
centroderecha tiene una posibilidad única para derrotar al oficialismo pero
para ello deberá consensuar una candidatura común que evite la dispersión del
voto antiMAS. Una tarea nada sencilla. Todo ello deberá realizarse en un contexto
económico complejo e incierto. El panorama político boliviano se presenta, por
lo tanto, altamente competitivo y cargado de incertidumbre. Habrá que estar
atentos a la definición de candidaturas en los próximos meses porque será un
momento determinante para conocer el rumbo que tomará país del altiplano en los
próximos cinco años.
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