martes, 1 de septiembre de 2020

EL PELIGROSO OFICIO DE SER OPOSITOR EN RUSIA


 

Considerando la cantidad de dirigentes opositores y periodistas que en la Federación de Rusia murieron asesinados a disparos o envenenados resulta evidente que ejercer estos oficios en la patria de Vladimir Putin es una tarea de alto riesgo.

En Rusia, históricamente quién ocupó el poder, fueran los zares, los bolcheviques o los nuevos demócratas trató a los opositores con mano dura y sin clemencia. Esto no parece haber cambiado en los veinte años que lleva en el poder el nuevo amo del Kremlin: Vladimir Putin.

El zar Iván IV Vasilievich, llamado Iván, El Terrible, gran príncipe de Moscú y de Todas Rusia, primer monarca ruso en adoptar oficialmente el título de “Zar” (1530 – 1584) creó la “Oprichina”, la primera policía política que conoció el país. Sus miembros vestían totalmente de negro y montaban caballos negros. Además, llevaban atada a su montura de sus caballos una cabeza de perro: para olfatear la traición y una pequeña escoba para barrerla. Los oprichini eran “perros del Zar” que eliminaban si piedad a sus opositores.

Más tarde, Pedro I Alekséievich Romanov, conocido como “Pedro, El Grande” (1678 – 1725), aplastó la rebelión de los regimientos Streltsi, que constituían la guardia del Kremlin, en 1697, ajusticiando a mil streltsi y otros seiscientos fueron torturado con el knut (un látigo de varias tiras de cuero trenzado terminado en una bola de plomo). El propio Zar Pedro ejecuto con sus manos a los cinco cabecillas del motín. Los Streltsi que sobrevivieron fueron marcados a fuego como traidores y exiliados, el cuerpo militar fue disuelto.

Cuando los bolcheviques tomaron el poder en octubre de 1917, encargaron al comunista polaco Feliks Edmúndovich Dzerzhinski (1877 – 1926), a quien Lenin llamó “El Feliks de Hierro”, la creación del primer organismo de inteligencia y contrainteligencia soviético. Así nació la Comisión Extraordinaria de Todas las Rusias para Combatir la Contrarrevolución y el Sabotaje, que pasaría a la historia bajo el acrónimo en ruso de “Cheka” y sería responsable del “Terror Rojo” durante la Guerra Civil posterior a la Revolución de Octubre (1917 – 1921). Miles de opositores zaristas, anarquistas, socialista y liberales terminaron sus días en los sótanos del edificio que antes ocupara la Compañía de Seguros de Todas las Rusias, en la Plaza Lubyanka de Moscú.

Durante los años de gobierno de Iósif Vissariónovich Dzuhagashili, más conocido por su seudónimo de Iósif Stalin (1878 – 1953) se creó la primera red de campos de concentración del mundo: el “Gulag” (Dirección de Campos y Colonias de Trabajo Correccional -Glávnoye Upraviéniye Ispravítelno Trudovyj Legeréy i Kolóny) para albergar a millones de opositores reales o imaginarios. También llevó acabo los juicios de Moscú contra sus rivales dentro del PCUS, el Ejército e incluso la propia NKVD (el servicio de inteligencia sucesor de la CHEKA y antecesor de la KGB). Como culminación del terror estalinista, el dictador ordenó el asesinato de Lev Davidovich Bronstein, conocido como León Trotski, en su exilio de México en 1940.

Actualmente, también quien se opone a los designios del inquilino del Kremlin corre el riesgo de terminar sus días de forma trágica. En las últimas décadas, una larga lista de políticos opositores, desertores de los servicios de inteligencia, periodistas demasiado curiosos y personas preocupadas por las restricciones a las libertades individuales y las violaciones a los derechos humanos han sido sistemáticamente asesinados a tiros o envenenados, tanto en Rusia como en sus refugios del extranjero.

El 26 de abril de 1994, por ejemplo, fue asesinado de un disparo de fusil en la puerta de su casa el diputado Andréi Aizderdzis perteneciente al Partido Liberal Democrático, fundado por el ultranacionalista Vladimir Zhirinovski, en ese entonces el partido opositor con mayor número de diputados en la Duma. Las autoridades responsabilizaron por el crimen a Dmitriv Majnenko que huyó pero pudo ser capturado.

Unos meses más tarde, el 1° de noviembre de 1994, fue asesinado a golpes en su casa de Moscú, el diputado comunista Valentín Martemiánov. No se encontró al culpable.

El 2 de febrero de 1995 fue asesinado en la ciudad de Zaraisk, en la región de Moscú, el diputado Serguei Skórochin también del Partido Liberal Democrático. Tampoco en este caso se identificó al homicida.

El 26 de noviembre de 1995, un custodio en estado de ebriedad asesinó en la ciudad de Petrousk-Zabaikalski, en la región de Chita, al diputado Serguei Markidónov, del Partido Estabilidad. Muy oportunamente el homicida se suicidó.

El 3 de diciembre de 1996 fue secuestrado y asesinado en la ciudad de Starovelichkóskaya, en la región de Krasnodar, Yuri Poliakov, diputado perteneciente al partido izquierdista Narodovlastie (Poder Popular). Los autores del crimen nunca fueron hallados.

El 1° de julio de 1998, Vladimir Putin se convirtió en Director del Servicio Federal de Seguridad -FSB- (Federalnaya Stuzhaba Bezopasnosti). Fue el paso previo a su encumbramiento como Primer Ministro y luego como Presidente de Rusia. Desde ese mismo momento los asesinatos de opositores se incrementaron.

El 3 de julio de 1998, en su domicilio de la aldea de Kótovo, en la región de Moscú, murió en extrañas circunstancias el diputado y coronel Lev Rojin, antiguo jefe de las tropas rusas en la Guerra de Chechenia y líder de un movimiento político denominado: “En Apoyo al Ejército”. Su pistola fue hallada junto al cuerpo, pero la teoría del suicidio siguió la detención y procesamiento de su esposa Tamara, quien fue condenada a siete años de cárcel.

El 21 de agosto de 2002, fue asesinado de dos disparos en la cabeza mientras paseaba su perro en compañía de dos custodios, el diputado y copresidente del desaparecido partido “Rusia Liberal”, fundado por el empresario Boris Berezovski, Vladimir Golovliov. Dos meses antes, el diputado Golovliov había escapado a un intento de asesinato gracias a la defensa de su perro, en esta ocasión no tuvo tanta suerte. El asesino nunca fue identificado.

Valentín Tsvetkov, gobernador de Magadan, en el Extremo Oriente ruso, encontró la muerte el 18 octubre del 2002. Recibió un certero disparo en la muy transitada calle Novi Arbat del centro de Moscú. El organizador del asesinato, Martin Babakejián, que había cobrado cien mil dólares para cumplir su objetivo, se escondió en España hasta su detención en Marbella en el 2006. Dos años después, un tribunal de Moscú lo sentenció a 19 años de cárcel.

El diputado Serguéi Yushenkov, de 52 años,  perteneciente al partido Rusia Liberal fue asesinado el 17 de abril de 2003 de varios disparos en el pecho, al lado del edificio en el que vivía en Moscú. La pistola empleada por el asesino se encontró junto a su cuerpo. El diputado liberal era conocido por su oposición a la guerra de Chechenia

El diputado de la Duna y periodista del periódico opositor Nóvaya Gazeta Yuri Shchekochijin quien había escrito sobre crimen organizado y corrupción, murió el 3 de julio del 2003, según sus compañeros envenenado con talio. La investigación finalizó en el 2009, sin resultados.

Paul Klébnikov, era un periodista estadounidense de ascendencia rusa que se desempeñaba como editor de la edición rusa de la revista Forbes cuando el 9 julio del 2004 fue abatido a las puertas de su oficina por varios pistoleros, que le dispararon desde un coche. En ese entonces, fue el undécimo periodista muerto durante la era Putin, según el Comité para la Protección de los Periodistas. En el año 2006 los fiscales acusaron de organizar el asesinato a Jozh-Ajmed Nujáyev, uno de los líderes de la mafia chechena sobre quien Klébnikov había escrito. La investigación se reabrió en el 2009, pero hasta ahora no ha dado resultados.

En octubre de 2004, el líder opositor ucraniano prooccidental Viktor Yushchenko, de cincuenta años, pidió una “investigación seria” sobre el envenenamiento que le desfiguró el rostro y casi termina con su vida. Yushchenko dijo estar “muy contento de estar vivo” en declaraciones desde Viena, donde los médicos dijeron que la enfermedad que alteró su rostro antes de las elecciones presidenciales fue causada por una toxina.

Los médicos afirmaron que fue víctima en septiembre de un envenenamiento con dioxina y que esta toxina probablemente fue administrada “por vía oral (...) por terceros”. En esos momentos entre Europa y Rusia existía una pugna sobre las influencias que podía sufrir Ucrania, país que en el pasado ha servido de puente entre Moscú y Occidente.

El presidente Leonid Kuchma, quien apoyaba a su rival Yanukovich, tampoco hizo comentario alguno sobre el informe de los médicos austríacos. Pese al silencio oficial sobre el envenenamiento del líder opositor, “Todo el mundo sabía que Yushchenko había sido envenenado”.

La dioxina empleada para envenenar a Yushchenko es una sustancia que, según los expertos en toxicología, puede tener efectos múltiples a largo plazo sobre la salud humana. El cloracné, una enfermedad de la piel es el síntoma más frecuente de la TCDD (tetraclorodibenzo-p-dioxina), la molécula más tóxica de todas, y la toxicidad del resto de dioxinas se mide comparativamente con la de la TCDD. Pero las dioxinas también pueden provocar varias enfermedades crónicas, incluyendo cardiovasculares y degeneración hepática.

La dioxina se acumula en los tejidos grasos de los seres vivos y todos los estudios realizados con animales revelaron que es cancerígena. Es una sustancia muy poderosa y de efecto residual a largo plazo. Para que el organismo elimine la mitad de la dioxina ingerida se necesitan al menos siete años. Los investigadores todavía están tratando de determinar si la dioxina también está asociada en el hombre a problemas reproductivos y deficiencias del sistema inmunológico.

La dioxina pertenece a una familia de sustancias químicas de propiedades y toxicidad similares. Existen setenta y cinco tipos diferentes de dioxinas o dibenzodioxinas policloradas, 135 furanos o dibenzofuranos policlorados y 209 bifenilos policlorados.

Los responsables del ataque contra Yushchenko habrían intentado sacarlo de la carrera electoral. Las toxinas que utilizaron fueron las sustancias cancerígenas del tipo TCDD, informó la clínica donde fue tratado. El cuadro clínico del político no solo llenó su rostro de marcas y pústulas y le ensanchó las facciones, sino que le generó úlceras y gastritis, entre otros males.

El fiscal general de Ucrania informó en el 2006 que la dioxina con la que fue envenenado Yuschenko fue producida en Rusia o EE.UU, debido a la complejidad de la sustancia.

El político ucraniano se salvó de la muerte, pero especialistas austriacos que lo trataron en diciembre del 2004 coincidieron en que una dosis mayor habría sido mortal. Yuschenko habría ingerido la toxina durante el transcurso de una comida con altos funcionarios de los servicios secretos ucranianos, “herederos del KGB soviético”.

Los médicos austriacos que lo trataron precisaron que en las muestras sanguíneas del político se encontró “una cantidad al menos mil veces mayor a la concentración normal en la sangre” de la sustancia cancerígena.

Finalmente, Yuschenko ganó la Presidencia y gobernó Ucrania hasta el 2010. Desde el 2005 empezó a recibir tratamiento contra el envenenamiento.

La siguiente víctima célebre de asesinato en Rusia fue el banquero Andréi Kozlov. La fama de Andréi Kozlov se debió a la creación de un sistema de seguro de depósitos y fundó la Agencia de Seguro de Depósitos para restaurar la fe del público en el sistema bancario después de la crisis financiera de 1998. Kozlov impidió que otros bancos siguieran operando, negándoles el acceso al sistema de seguro de depósitos. Como jefe de supervisión bancaria, Kozlov retiró las licencias de los bancos sospechosos de lavado de dinero y otros delitos. En 2004, Kozlov tomó el control de Sodbiznesbank, acusando al banco de participar en el lavado de dinero del rescate de la toma de rehenes. En 2006 revocó la licencia del Neftyanoi Bank. 

En 2005, el diario financiero ruso Kommersant informó que Kozlov es “valorado como un profesional de primera línea. También se le da el crédito debido como uno de los que iniciaron la formación del mercado de valores en Rusia”. Después de su muerte, Kommersant reconoció a Kozlov por combatir los “esquemas grises”, prácticas de importación ilegal que minimizan los aranceles aduaneros y los pagos del impuesto al valor agregado. 

 

El 8 de septiembre de 2006, el viernes antes de su asesinato, Kozlov pronunció un discurso en una conferencia bancaria en Sochi, diciendo: “Aquellos que han sido descubiertos lavando dinero delictivo probablemente deberían tener prohibido permanecer en la profesión bancaria de por vida. Esas personas deshonra al sistema bancario”

 

Raiffeisen Zentralbank en Austria y Diskont Bank en Rusia han sido acusados ​​de lavado de dinero. En septiembre de 2006, Andrey Kozlov revocó la licencia de Diskont. Días después fue asesinado. 

 

El 14 de septiembre, Kozlov estaba cerca del polideportivo Spartk con su conductor, Alexander Semyonov, cuando les dispararon. Semyonov murió en el lugar y Kozlov murió después de que los médicos realizaron una cirugía de emergencia sin éxito. Posteriormente, la policía encontró armas que sospechaba que se usaron en los ataques: una “pistola hecha a mano y una pistola Baikal modificada ... en la hierba alta a trescientos metros del lugar del incidente”.

 

En el 2008. un antiguo banquero, Alexéi Frenkel, fue sentenciado a diecinueve años de cárcel por organizar el asesinato de Kozlov después de que su banco, VIP-Bank, perdiera la licencia.

 

También la periodista Anna Politkóvskaya cayó bajo las balas de los sicarios supuestamente vinculados con el Kremlin. Politkóvskaya alcanzó gran popularidad por sus denuncias sobre los abusos cometidos por las fuerzas rusas en la Segunda Guerra de Chechenia. En 2004, Politkóvskaya sobrevivió a un intento de envenenamiento en Brelan con un tóxico vertido en su té.

El 7 de octubre de 2006 un asesino le disparo cinco veces cuando esperaba el ascensor en el edificio de apartamentos donde vivía. Uno de los proyectiles impactó en la nuca de la periodista. En junio de 2014, dos acusados Lom-Aligaitukáyev y Ruslan Majmúdov, fueron condenados por asesinato a cadena perpetua. Pero no se avanzó sobre quienes contrataron a los sicarios y porque lo hicieron.

En 2006, Putin firmó una ley que legalizaba los asesinatos selectivos en el extranjero, el mismo año en que un equipo de asesinos rusos utilizó un isótopo radiactivo para asesinar a Aleksander V. Litvinenko, en Londres.

Alexander Litvinenko, un antiguo agente del KGB soviético. En noviembre de 1998, él y otros oficiales del Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en inglés) acusaron a sus superiores de asesinar a un magnate ruso.

Litvinenko fue arrestado en Moscú, aunque finalmente los cargos fueron desestimados en el año 2000. A Litvinenko se le concedió asilo en Londres, donde escribió dos libros en los que acusaba a Putin de organizar un atentado terrorista relacionado con su ascenso al poder y ordenar  el asesinato de la periodista Anna Politkovskaya.

Finalmente, Alexander Litvinenko fue envenenado en 2006, en el hotel Milenium de Londres, después de beber una taza de té, que contenía polonio radiactivo, que le habían ofrecido dos ciudadanos rusos.

 

Litvinenko terminó muriendo, tras veintitrés días de cruel agonía, en los que sus órganos se fueron destruyendo poco a poco, y el caso fue un escándalo internacional. Una investigación de las autoridades británicas determinó que el antiguo agente ruso de inteligencia había ingerido polonio 210 y que su muerte probablemente fue ordenada de manera directa por el presidente de Rusia, Vladimir Putin aunque él siempre lo ha negado.

 

El 19 de enero de 2009, Anastasia Babúrova periodista de los diarios Izvestia, Financial News y Nóvaya Gazeta fue asesinada de un disparo en la nuca junto al abogado defensor de los derechos humanos Stanislav Markélov. Babúrova había investigado la actividad de los grupos neonazis en Rusia y era una conocida militante ecologista y anarquista.

En noviembre de 2009, la justicia rusa condenó a Nikita Tijonov, de 29 años, a cadena perpetua y a su novia Yevguenia Janis de 24, a dieciocho años de prisión por los asesinatos de Barbúrova y Markélov.

Una estrecha colaboradora de Politkóvskaya, la también periodista y defensora de los derechos humanos, Natalia Estemirova, quien solía investigar los secuestros y asesinatos cometidos por las tropas rusas en Chechenia hasta que ella misma se convirtió en víctima.

El 15 de julio de 2009, cuando caminaba cerca de su domicilio en la ciudad de Grozni, capital de la República Rusa de Chechenia fue secuestrada. Ese mismo día su cuerpo con varios disparos en la cabeza fue hallado en un bosque al costado de la carretera cerca de Gazi Yurt, en la vecina República Rusa de Ingushetia.

Estemirova trabajaba para la ONG “Memorial de Chechenia” investigando violaciones a los derechos humanos para reportar a organizaciones internacionales.

El acaudalado empresario ruso Boris Berezovski fue encontrado sin vida el 23 marzo de 2013 en su casa en Ascot, cerca de Londres.

Berezovski hizo una fortuna importando a Rusia automóviles Mercedes Benz durante los años 1990 y estableciéndose como distribuidor de vehículos familiares fabricados por la compañía rusa AvtoVAZ. Se hizo dueño de la compañía petrolera Sibnft y se convirtió en el accionista mayoritario del principal canal de televisión ruso, ORT, que él convirtió en un medio de propaganda para Borís Yeltsin en la fase final de las elecciones presidenciales de 1996. Aunque ayudó a Vladimir Putin a llegar a la presidencia y, tal como se mencionara, fundó el partido Rusia Liberal que inicialmente sirvió de base parlamentaria a Putin. Una vez en la presidencia, Putin recuperó el control de la cadena televisiva ORT y atemperó las ambiciones políticas de los oligarcas rusos, que tenían muy mala fama entre la población. ​

Tras el ascenso de Putin a la presidencia de Rusia, Berezovski pasó a la oposición y abandonó apresuradamente el país al ser acusado de defraudar a un gobierno regional por valor de trece  millones de dólares estadounidenses. Posteriormente se le concedió asilo político en el Reino Unido. Desde entonces no dejaba de anunciar públicamente que tiene una misión: la de derrocar a Putin “por la fuerza”.​ En el Reino Unido se asoció con Ajmed Zakáyev, Alexander Litvinenko y Alexander Goldfarb en lo que se ha dado en denominar “el Círculo Londinense” de los exiliados rusos. Fue  fundador de la Fundación Internacional para las Libertades Civiles.

En el año 2007 un tribunal moscovita declaró a Berezovski culpable de desfalco masivo in absentia. Fue sentenciado a seis años de cárcel y condenado a devolver los nueve millones de dólares que habría robado de la aerolínea estatal Aeroflot.​ Las autoridades rusas también lo han acusado de estar involucrado en los asesinatos de varios líderes críticos del régimen de Putin, entre los cuales están el desertor del Servicio Federal de Seguridad Alexander Litvinenko y Anna Politkóskaya, en un intento de desestabilizar al país y desacreditar a Putin. Se dictaron contra él órdenes de arresto en Rusia y Brasil por acusaciones de fraude, desfalco y lavado de dinero. ​

Berezovski salió ileso de un intento de asesinato en 1994, en Rusia. Hubo otros supuestos atentados contra su vida cuya autoría atribuía a los agentes rusos

Otra célebre víctima de las iras del Kremlin fue el opositor Boris Nemtsov, el principal rival de Vladimir Putin en la década de 1990. Nemtsov había sido gobernador, diputado y viceprimer ministro durante la presidencia de Boris Yeltsin.

Nemtsov, de 55 años, paseaba el 22 de febrero de 2015, con una amiga por el puente de Piedra que cruza el río Moscova, a unos centenares de metros de la muralla del Kremlin, cuando un desconocido que se desplazaba en un automóvil Lada Priora color blanco, le disparó al menos seis veces. Cuatro proyectiles impactaron en la espalda del político opositor ruso quien falleció en el acto.

Líder de la oposición liberal, Nemtsov era uno de los principales críticos de la injerencia rusa sobre Ucrania y la anexión de la península de Crimea. Su asesinato se produjo dos días antes de la “Marcha de la Primavera” una gran movilización opositora contra la guerra en Ucrania.

En 2017, cinco hombres, todos ellos oriundos de Chechenia fueron culpados de organizar y perpetrar el asesinato. Uno de ellos, Zaur Dadáev, fue imputado como autor de los disparos y condenado a una pena de veinte años de prisión.

El 25 de mayo de 2017, Dmitry Popkov, un periodista siberiano de 42 años, fue asesinado a tiros en su casa de la ciudad de Minusinsk, en la región de Krasnoyarsk. Era el director del diario Ton-M, fundado en 2014, muy crítico del partido de Putin “Rusia Unida” y de las autoridades locales. Popkov había sido brevemente miembro del Consejo Municipal de Minisnsk hasta que fue destituido.

EL ESPÍA SKRIPAL

Otro de los casos más célebres de envenenamiento que involucran al Kremlin fue el atentado contra el coronel Sergei Skripal del Glavnoye Razvedyvatelnoye Upravlenie (GRU), el departamento de inteligencia y contrainteligencia militar de Rusia y su hija.

Skripal fue detenido, en 2006, en Rusia acusado de actividades de espionaje, desde 1990, en favor del servicio secreto del Reino Unido, el célebre Servicio Secreto de Inteligencia o MI6.

El coronel Skripal nació en 1951. En 1972 se graduó como oficial de ingenieros de las tropas aerotransportadas. Luego fue reclutado por la inteligencia militar, el GRU y destinado como agregado militar en España. Allí fue reclutado por el MI6 que pagaba sus informaciones a través de una cuenta bancaria en España. Al parecer, el militar ruso brindó a los británicos y españoles información sobre la actividad en Europa de los grupos mafiosos rusos y sus vinculaciones con el gobierno de su país.

Los rusos imputaron a Skripal de haber revelado a los británicos la identidad de sus agentes que operaban en Europa a cambio de aproximadamente cien mil dólares.

Finalmente, Skripal fue juzgado, destituido y condenado a trece años de prisión por “alta traición en forma de espionaje”. Pero, solo cumplió una pequeña parte de la condena.

El 8 de julio de 2010, fue amnistiado por el entonces presidente Dmitry Medvedev, junto a otros tres rusos acusados de espionaje, como parte de un acuerdo de intercambio de agentes con los estadounidenses. Los Estados Unidos liberaron a diez espías rusos detenidos por el FBI, entre los que se encontraba la glamorosa agente Anna Chapman (nacida Kushchenko), a quién la prensa llamaba la “Mata Hari rusa”.

El intercambio de agentes, el mayor desde el fin de la Guerra Fría se llevó a cabo en Schewechat, el aeropuerto internacional de la ciudad de Viena.

Una vez liberado, Skripal se trasladó el Reino Unido donde se reunió con su esposa e hijos. Allí siguió colaborando con los británicos instruyendo a los futuros agentes del MI6 en las tácticas empleadas por la inteligencia rusa.

Pero, su esposa Ludmila falleció, en 2012, de cáncer de útero. Más tarde, en noviembre de 2017, su hijo Alexander de 43 años, murió mientras realizaba una visita turística a San Petersburgo al parecer de una falla hepática. Su hija Yulia, que residía en Moscú, desde 2014, trabajando como vendedora, había viajado al Reino Unido para acompañar a su padre en la fecha en que se celebraba el cumpleaños de su hijo recientemente muerto.

El domingo 4 de marzo, Sergey Skripal, de 67 años, y su hija Yulia fueron encontrados inconscientes, semiparalizados y con síntomas de intoxicación en un banco del centro de compras “The Maltings”, en la ciudad británica de Salisbury donde el exmilitar ruso había establecido su residencia luego de la liberación.

Al parecer, los Skripal habían estado paseando por el centro comercial, bebieron algo en el pub Carteles de The Mill y luego almorzaron en el restorán italiano “Zizzi”, donde el exespía comió un plato de risotto. Al salir de restaurante se sintieron mal y se sentaron en un banco del paseo para recurarse. Inmediatamente fueron trasladados al hospital distrital en gravísimo estado.

El primer agente de policía en atender a los rusos intoxicados, el sargento de la policía, Nick Bailey sufrió también una fuerte intoxicación y debió ser atendido en  cuidados intensivos. Otras 21 personas que se encontraban en el centro comercial padecieron también síntomas de intoxicación con Novichok un agente nervioso. El gobierno británico culpó a Rusia por el ataque, pero Rusia lo negó.

Tras un mes en estado de coma y varios meses más de tratamiento tanto Sergey y Yulia Skripal lograron recuperarse del envenenamiento y permanecieron ocultos en el Reino Unido.

EL CASO NAVALNY

El 20 de agosto de 2020, el líder opositor ruso Alexéi Navalny, uno de los últimos dirigentes opositores residentes en Rusia, debió ser internado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Siberia tras beber una taza de té que, según su portavoz, estaba envenenado. Navalny, de 44 años y una de las voces de la oposición rusa más sonoras en Occidente, debió ser conectado a un respirador pulmonar artificial tras ser ingresado de urgencia en el hospital de la ciudad de Omsk, donde el avión en el que regresaba a Moscú tuvo que aterrizar de emergencia para poder hospitalizarlo. Uno de los médicos que lo atendieron en ese momento dijo que estaban luchando para salvar su vida.

Navalny se encuentra en estado grave y conectado a un ventilador pulmonar artificial, con una fuerte intoxicación. Según la portavoz del líder opositor, Kira Yarmysh. Navalny tomó un vuelo de Tomsk, capital de la provincia homónima del distrito federal de Siberia, y al principio todo fue bien. Pero al rato el líder opositor se sintió mal, le pidió una servilleta a Kira Yarmysh, se secó el sudor frío de su cara y le dijo a su portavoz, que lo acompañó en su gira siberiana, que le hablara, porque quería concentrarse en el sonido de la voz. “Empecé a conversar con él, llegó el carrito con bebidas y le pregunté si un vaso de agua le ayudaría; me respondió negativamente, fue al baño y luego perdió el conocimiento”, relató Yarmysh.

La portavoz dijo suponer que Navalny, que ha calificado como de “golpe de Estado” las reformas constitucionales de Putin para perpetuarse en la presidencia, había sido envenenado, seguramente con algo mezclado en la taza de té que fue lo único que bebió en el aeropuerto de Tomsk, antes de subirse al avión. “Los médicos creen que la toxina fue absorbida con rapidez al encontrarse el líquido caliente”, ha añadido. Yarmish dijo que no dudaba que “han hecho lo mismo que un año atrás”, cuando sufrió una intoxicación estando detenido.

Según Yarmysh, Navalny se halla en coma y el médico en Omsk se negó a hablar con la médica particular de Navalny, Anastasia Vasílieva, que encabeza el opositor sindicato Alianza de Médicos.

En el hospital de Omsk llamaron a la policía y también llegaron representantes del Ministerio de Sanidad provincial. Estos aseguraron que al líder opositor se le hicieron todos los exámenes médicos necesarios para determinar qué ha causado el grave estado en que se encuentra.

Navalny había viajado en Siberia a Novosibirsk y Tomsk, ciudades en las que habrá elecciones y en las que se han registrado candidatos apoyados por los partidarios del líder opositor. En Moscú, los abogados de Navalny han adelantado que presentarán una denuncia por atentado contra su vida y exigen una investigación exhaustiva de lo ocurrido.

Navalny es líder más carismático de la oposición extraparlamentaria, que ha desempeñado un papel clave en las manifestaciones contra el actual régimen después de todas las elecciones que se realizan en Rusia. Además, Navalny durante años encabezó el Fondo de Lucha contra la Corrupción, que periódicamente revelaba las fortunas y bienes raíces de funcionarios rusos.

Realizó un documental sobre la supuesta riqueza adquirida de manera irregular por el ex primer ministro Dmitry Medvédev que acumuló veinte millones de reproducciones, nada más publicarlo. Su actividad gira en torno a la corrupción de las élites y su oposición a los acuerdos secretos.

Las autoridades rusas incluyeron en 2019 a este fondo en la lista agentes externos, lo que implicaba una serie de limitaciones al funcionamiento de esa organización. Esto, unido a varios juicios abiertos en su contra, llevaron a Navalny a anunciar la liquidación del fondo en junio pasado y sus intenciones de crear un nuevo organismo para continuar su labor.

Las grandes manifestaciones contra el fraude legislativo en 2011 y 2012 pusieron a Navalny cara a cara con la opinión pública. Navalny —que en las elecciones a alcalde de Moscú en 2013 obtuvo más del 27% de los votos— no ha podido participar en las elecciones de los últimos años debido a diversos procesos judiciales que las autoridades han entablado contra él por supuestos delitos económicos. En 2017 quedó inhabilitado para ocupar cargos públicos y, en base a ello, se le prohibió presentarse a las elecciones presidenciales de 2018.

En las municipales y regionales de 2019, en lugar de llamar a la abstención electoral  como otros opositores, organizó la participación de la oposición con un llamamiento a apoyar en cada circunscripción al candidato con más posibilidades de ganar a los candidatos del partido gubernamental Rusia Unida. Esta táctica, llamada “votación inteligente”, logró consolidar a los contrarios de Rusia Unida y resultó exitosa, reduciendo significativamente el número de representantes del partido oficial, que en algunas provincias, como Jabárovsk, llegó a perder la mayoría.

La actividad opositora d Navalny lo convirtió víctima de varios atentados. El 26 de abril de 2017, fue rociado con un líquido verde que le dejó la cara manchada. El “zelyonka” (que se traduce como verde brillante) es una sustancia que se emplea con frecuencia como antiséptico en Rusia y que se ha convertido recientemente en el arma de preferencia contra los críticos al gobierno de Putin. Se lo emplea porque mancha la piel de la víctima y es difícil de sacar, lo cual se convierte en un problema para aquellos que participan en actividades públicas. 

“Se ve cómico (cubriendo parte de la cara), pero es extremadamente doloroso” declaró el opositor ruso  en un tuit tras el incidente. Posteriormente, Navalny fue trasladado a un hospital donde la diagnosticaron una quemadura química en su ojo derecho que le redujo en un 80% su visión. Posteriormente, el político ruso debió de ser operado en una clínica de Barcelona y su recuperación demando varios meses.

En esta última ocasión -el ataque con té envenenado- Navalny también debió ser atendido en el extranjero, en parte por la gravedad de su estado y en parte porque sus familiares y partidarios sospecharon que los médicos rusos querían hacer aparecer la agresión como un problema de salud. Así, después de que los médicos de Omsk lograran estabilizar el estado de Navalny -y de muchas presiones por parte de la familia y del gobierno alemán- el opositor fue trasladado a Berlín, el 22 de agosto, en un avión sanitario.

La Unión Europea ha hecho un llamamiento a las autoridades rusas para que lleven a cabo una investigación independiente sobre la supuesta intoxicación del opositor ruso. “Es imperativo que las autoridades de Rusia inicien sin demora una investigación independiente y transparente”, dijo el comunicado publicado por el Servicio Europeo de Acción Exterior.

Como en otros casos el Kremlin negó la existencia de un atentado contra la vida del político opositor y deslindó toda responsabilidad sobre el hecho.

CONCLUSIONES

La gran cantidad de atentados con disparos y venenos sobre desertores y opositores al gobierno ruso no pueden ser un hecho casual ni explicarse únicamente por el accionar de grupos criminales, en especial aquellos atentados que se produjeron en el extranjero. Resulta evidente que estos asesinatos responden a una acción concertada y continuada contra todas las personas que afectan intereses vitales de Rusia (Chechenia, Ucrania, Crimea, etc.), rebelan hechos de corrupción oficial o representen una amenaza o molestia sería contra el liderazgo de Vladimir Putin.

Aunque seguramente algunos de estos hechos no son responsabilidad de las autoridades rusas, la mayoría de ellos sí lo son, sin duda alguna, y evidencian el carácter autoritario del actual gobierno ruso y lo peligros que es el oficio de opositor en Rusia.

 

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