Una
represalia yihadista riega de sangre, cadáveres y caos las calles del barrio
diplomático de Uagadugú, capital de Burkina Faso.
SANGRE
EL EN BARRIO DIPLOMÁTICO
Pese a los esfuerzos
internacionales para poner fin a sus actividades, la red terrorista Al Qaeda ha
logrado superar la muerte de su fundador Osama bin Laden y esta demostrado una
inusitada vitalidad en el corazón de África.
Operando a través de sus
filiales en la región sahelo – sahariana los yihadistas que responden a las
directivas de Al Qaeda siguen amenazando la paz y estabilidad del mundo.
Un claro ejemplo de ello fue
el atentado a las instalaciones del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y al
complejo de la embajada de Francia, en el coqueto barrio diplomático de
Uagadugú. Burkina Faso es uno de los países más pobre del Sáhel, región situada
entre las arenas de Sáhara y las selvas tropicales africanas.
El atentado, perpetrado el
pasado viernes 2 de marzo, arrojó un saldo de, al menos, 28 muertos -entre
ellos 8 terroristas y 9 integrantes de los cuerpos de seguridad- y 80 personas
heridas.
La acción terrorista fue
reivindicada, a través de la agencia Al Jabar, por el grupo denominado ´Jamaật Nasr Al Islam wa Al
Mouminin (Frente Nusr Al Islam),
que puede traducirse como “grupo de apoyo al Islam y a los musulmanes”.
Una franquicia de Al Qaeda en el
Magreb Islámico (AQMI), creada hace un año para agrupar a distintas
organizaciones yihadistas que operaban en la región sahelo – sahariana, a los
efectos de hacer frente a la creciente presencia militar occidental allí. La
organización yihadista nació bajo la consigna de: “una bandera, una
organización, un emir.”
Expertos occidentales consideran que
el ataque del viernes fue una represalia por una acción llevada a cabo, el 14
de febrero de 2018, por fuerzas francesas de la Operación Barkhane, en el norte
de Malí contra un convoy de yihadistas en que viajaba el líder del Frente Nusr
Al Islam, Iyad Ag Ghali y en el que resultó muerto uno de sus máximos
dirigentes Mohammed Al Hasan Al Ansari.
También un nuevo
castigo para el gobierno del presidente Roch Marc Christian Kabore por su
participación en el grupo G-5 del Sahel (que forman Burkina Faso, Mali, Sudán
de Sur, Mauritania y Níger). El G-5 ha conformado, en julio de 2017, una fuerza
conjunta, el FC-G5S, de cinco mil hombres financiada y armada por la Unión
Europea, Francia y los Estados Unidos.
No es la primera
vez que las calles de Uagadugú se ven sumidas en el horror de un ataque
terrorista. El 16 de enero de 2016, un ataque contra el Hotel Splendid y el
café Cappuccino, también en pleno barrio diplomático, dejó un total de 29
muertos, pertenecientes a 18 nacionalidades distintas. En esa ocasión, la
acción se la atribuyó la facción de AQMI, Al Murabitoum (Los que firman con
sangre) que dirige el famoso yihadista argelino Mokhtar Belmokhtar,
conocido como “Bellaovar” (El Tuerto) o “Mister Malboro”.
Más tarde, el 14 de agosto
de 2107, un nuevo ataque se produjo en la terraza del café Istanbul, situado en la Avenida Kwame
N’kurumah, a metros del Hotel Splendid y el café Cappuccino, produjo otras 24
víctimas fatales. Los terroristas que efectuaron el ataque pertenecían a
AQMI.
LAS
FRANQUICIAS SE UNEN
Ante la creciente presencia occidental (Operación Barkhane,
Misión de Entrenamiento de la Unión Europea en Mali (EUTM-Malí), Misión
Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí,
FC-G5S, etc.), los grupos terroristas decidieron coordinar sus esfuerzos.
En este contexto, el 2 de marzo de
2017, los líderes de varias organizaciones yihadistas que operan en el Sahel en
representación de Al Qaeda dieron a conocer, mediante un vídeo, su decisión de
unirse en una nueva agrupación denominada ´Jamaật
Nasr Al Islam wa Al Mouminin. El vídeo fue subido a la cuenta de
Instagram, Al Zalaqa Media, que pasó a ser el órgano de difusión oficial de
este nuevo grupo yihadista.
´Jamaật Nasr Al Islam wa Al
Mouminin se formó con la unión de los grupos
denominados Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Al Murabitoum (Los que
firman con sangres), Ansar al Din (Defensores de la Fe) y el Frente de
Liberación de Macina.
En la reunión constitutiva, difundida
a través del vídeo- AQMI estuvo representada por el Emir de su rama del Sahara,
Djamel Okacha (Yahya abu al Hamman) y el cadi (juez) Abu ´Abd al-Rahman al
Sanhaji, responsable de los asuntos judiciales del grupo. Al Murabitoum, que ha
llevado a cabo varios ataques terroristas de importancia, como el perpetrado
contra la planta gasífera de In Amenas, situada en el suroeste de Argelia, que
se saldó con la muerte de 32 terroristas y 23 trabajadores de la planta tomados
como rehenes. Este grupo fue creado, en 2010, por el argelino Mokhtar
Belmokhtar, pero fue representado en la ocasión por el comandante adjunto,
Mohamed Ould Novini (Mohammed Al Hassan al Ansari), precisamente el dirigente
que resultó muerto por el ataque francés del pasado 14 de febrero.
El grupo Ansar al Din, es una
organización yihadista que agrupa especialmente a los tuaregs Ifora. Los combatientes de Ansar al Din llevan largas
barbas y banderas negras con el “Shahada” –credo islámico
inscrito en blanco. En el encuentro, Ansar al Din fue
representado por su emir Iyad Ag Ghaly (también conocido como Abu Al Fadl).
Por último, el Frente de Liberación
de Macina, grupo creado hace tres años por su Emir, Mohamed Koufa, es muy
activo especialmente en el centro de Malí entre los integrantes de la etnia fulani. Los fulani son veinte millones
de personas dispersas por todo el oeste de África.
´Jamaật Nasr Al Islam wa Al Mouminin permite a los yihadistas presentar un frente unificado con
integrantes de las diversas etnias que pueblan la región: tuareg, fulani, árabe
y amazigh -bereber- lo que facilitará el reclutamiento de nuevos integrantes.
El Emir de la agrupación es el tuareg
Iyad Ag Ghaly quien jura lealtad al Emir de Al Qaeda en el Magreb Islámico, Abu
Musab ´Add al Wadud (Abdelmalek Droukdel), y hace también juramento de
fidelidad al emir general de Al Qaeda, Aymen Al Zawahiri y al emir del emirato
islámico de Afganistán, Haibatullah Akhundzada, a quien el mismo Al Zawahiri
juró lealtad, en junio de 2016, adoptando la misma actitud que Osama Bin Laden
cuando prometió lealtad al Mullah Omar.
EL EMIR IYAD AG GHALY
Iyad Ag Ghaly,
un notable tuareg ifora, del clan de los Irayakanes. Nacido en 1954, la región
de Kidal, en proximidades de la frontera con Argelia, es bajo de estatura, con
larga barba negra y semblante adusto. Entre los tuaregs se lo considera un
erudito y un notable respetado y consultado por la comunidad, que lo apoda
el “León del Desierto” o “El Estratega”.
Hijo de
ganaderos, apasionado por las carreras de camellos en su juventud, Iyad Ag
Ghali desarrolló entre otras actividades la de mecánico y empleado
administrativo en Libia y Argelia. En 1988 fundó el Movimiento Popular para la Liberación de Azawad, que acaudilló la
rebelión de 1990 a 1996. En la noche del 28 de junio de 1990, Yyad Ag Ghaly
dirigió los ataques del Movimiento Popular para la Liberación de Azawad (MLPA)
en Tidemén y Menaka (en el extremo Este) que originaron la muerte de dieciocho
personas, incluidos cuatro soldados de Mali. Con estas incursiones nocturnas
comenzaron las rebeliones tuaregs en el norte de Mali.
Desde 1991 hasta
la tregua formal con el gobierno de Mali, en 1996, Iyad Ag Ghaly lideró el
grupo más radical del MPLA y fue el quien firmó los Acuerdos de Tamanrasset, en
Argelia, en nombre del pueblo tuaregs que luchó por su independencia. En 2003,
tuvo una participación decisiva en la negociación que llevó a la liberación de
catorce turistas alemanes secuestrados por los yihadistas argelinos del Grupo
Salafista para la Peregrinación y el Combate (GSPC).
Entre 2005 y
2008, Ag Ghaly fue designado por el presidente Amadou Toumani Toure como
diplomático maliense en Jeddah, Arabia Saudí. Allí el líder tuareg sufrió una
importante transformación. Hasta entonces Ag Ghaly prestaba poca atención a la
religión, incluso mostraba afición al consumo de alcohol y cigarrillos, la vida
disipada, la poesía y la música. Pero en Arabia Saudí cambio radicalmente. Se
incorporó al movimiento religioso Tablighi Jammat, adquirió aspecto piadoso,
cambió de hábitos, se dejó crecer una gran barba y comenzó a frecuentar a los
propagandistas del yihadismo. Su comportamiento no tardó en llamar la atención
de las autoridades y pronto fue llamado a Bamako.
A finales de
2011, Iyad Ag Ghali intentó asumir el liderazgo del grupo tuareg Kel Adagh,
pero fracaso. Incapaz de asumir la conducción total del Movimiento Nacional
para la Liberación de Azawad en la rebelión, creó su propia organización
salafista. Así, se hizo conocer como líder de Ansar al Din al iniciarse el
alzamiento tuareg, en marzo de 1212.
El 3 de abril de
2012, Iyad Ag Ghaly, en una entrevista radial en la recientemente capturada
ciudad de Tombuctú, anunció la imposición de la sharía, el velo a las mujeres,
y la aplicación de brutales castigos tales como la lapidación a los adúlteros,
y la mutilación punitiva de ladrones y blasfemos. El anuncio causó que casi la
totalidad de la población cristiana de la ciudad huyera hacia Burkina Faso.
Al asumir como
emir del ´Jamaật Nasr Al Islam wa Al
Mouminin, Iyad Ag Ghali dio a conocer una
nómina de once países en tres continentes considerados como enemigos de la
organización.
Seis países pertenecen al África
Sahel: Chad, Níger, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea y Senegal.
Otros cinco son occidentales: los
Estados Unidos, Francia, Alemania, Suecia y los Países Bajos.
Ag Ghaly también definió la
estrategia militar del nuevo grupo que según él busca “ampliar su
presencia en una extensa zona geográfica, debilitar al enemigo y dirigirse a
donde sea necesario. También convocar a todos los musulmanes contra el enemigo
común a través de una búsqueda de apoyo y la construcción de relaciones
populares entre la gente.”
Los expertos sospechan de los
vínculos que Iyad Ag Ghaly mantendría con los servicios de inteligencia
argelinos, debido a que el terrorista tuareg suele huir a Argelia cada vez que
las fuerzas francesas los persiguen en Malí.
CONCLUSIONES
Ante el retroceso de sus
operaciones en Irak y Siria, decenas de combatientes yihadistas se están
trasladando de Medio Oriente a África. En opinión de Dominique Thomas, investigador
de la Ecole des Hautes Etudes en Sciencies Sociales: “Hay dos frentes en los
que AQMI invierte enormemente: Libia, donde sus redes se extienden a Dema y Benghazi,
en el este del país, y el Sahel, con voluntad de establecerse en Burkina Faso.”
El ataque del viernes sería una prueba de esta instalación.
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