La histórica visita del presidente francés François
Hollande a la ciudad puerto de Tánger para reunirse con el rey Mohammed VI,
inaugura una nueva etapa en la asociación entre Francia y Marruecos.
La visita realizada, el pasado 19 y 20 de septiembre,
por el presidente francés a Marruecos ha servido de punto de partida para una
más íntima colaboración entre el país galo y el reino del Magreb.
El presidente Hollande respondió a una invitación
formulada por el rey Mohammed VI visitando la ciudad portuaria de Tánger en la
costa mediterránea. El encuentro entre ambos mandatarios ha servido para poner
fin a pasados malentendidos entre el Eliseo y Rabat afianzando los intereses
comunes en materia de seguridad, cooperación económica y preservación del medio
ambiente.
Francia, país que comparte importantes lazos
culturales con Marruecos, mucho más allá de la francofonía, es además el
principal socio económico de Rabat en materia de inversiones. Aunque
actualmente España se ha convertido en el socio número uno en los intercambios
comerciales. Unas 750 filiales de empresas francesas están instaladas en
Marruecos creando más de 120.00 puestos de trabajo. Entre las firmas francesas
instaladas en Marruecos cabe mencionar por su importancia a Renault que posee,
desde 2012, un gigantesco centro de producción en Tánger con capacidad para
fabricar más de 200.000 vehículos al año.
También la firma PSA Peugeot Citroën ha firmado este
año un convenio con el ministro marroquí de Industria, Comercio, Inversiones y
Economía Digital, Moulay Hafid Elalamy, en el que se comprometió a realizar una
importante inversión de 557 millones de euros con destino a la construcción de
una importante fábrica automotriz.
La fábrica francesa se instalará en la localidad de
Ameur Seflia, cerca de la costa atlántica, a unos setenta kilómetros de la
ciudad de Rabat y dependerá de la plataforma industrial integrada de la Zona
Libre Atlántica, en la región de Gharb Chrarda Bni Hssen.
La nueva instalación industrial deberá comenzar su
producción en 2019, inicialmente fabricando anualmente unas 90.000 unidades y
pronto acrecentaría su capacidad hasta alcanzar las 200.000 unidades según se
incremente la demanda de vehículos en la región.
El complejo industrial marroquí de PSA Peugeot Citroën
producirá motores y vehículos del segmento “B
y C”, es decir, los automóviles
compactos y medianos, que la compañía considera la parte más rentable del
mercado regional.
Cuando el complejo alcance su plena producción,
generará unos 4.500 puestos de trabajo directo y 20.000 empleos indirectos. También
permitirá el desarrollo de un área de investigación y desarrollo que ocupará a
unos 1.500 ingenieros y técnicos superiores.
Es por ello que, la visita de la delegación francesa
-integrada por cinco ministros y un considerable número de empresario-, que
acompañó al presidente Hollande fue también una ocasión oportuna para presentar
los nuevos vagones del TGV marroquí, construidos por la firma francesa Alstom y
que, a partir del año 2018, prestaran servicios entre las ciudades de Tánger y
Casablanca, una importante inversión de 58 millones de euros.
FORMACIÓN DE IMANES
En el plano estrictamente político, Mohammed VI y
Hollande comparten la preocupación por reforzar a las corrientes del Islam que
propician la moderación y la tolerancia religiosa frente al avance de los
grupos más radicalizados.
En este campo, la ocasión fue propicia para que el
ministro de Asuntos Islámicos de Marruecos, Ahmed Taufiq y el ministro de
Asuntos Exteriores de Francia, Laurent Fabius, en un encuentro presidido por el
rey Mohammed VI y el presidente francés, suscribieran un acuerdo bilateral que
permitirá a los imanes franceses recibir formación teológica en el Instituto
Mohammed VI. Desde 2013, Mohammed VI, como Emir de los Creyentes, había
respondido favorablemente al pedido de Malí para que interviniera en la
formación teológica de algunos de sus imanes en los “valores de la tolerancia y la apertura”. En esta forma se gestó,
en 2015, el Instituto Mohamed VI, que brinda a sus alumnos un programa de
estudios de tres años. Hasta el momento unos cuatrocientos imanes provenientes
de Malí, Guinea Conakry, Costa de Marfil, Túnez y Francia y podría, en el
futuro, albergar hasta mil religiosos estudiando en sus instalaciones.
Francia ha enviado a cincuenta imanes que al concluir
su perfeccionamiento en Marruecos cumplirán otro ciclo de estudios adicionales en
su país centrada en sociología de la religión, teología, idioma francés y en
los valores de la democracia francesa.
El tercer aspecto en que Marruecos y Francia han
encontrado intereses en común ha sido la preservación del medio ambiente, en
especial la prevención del cambio climático. En este campo, ambos estadistas
suscribieron el “Llamamiento de Tánger”,
una hoja de ruta de quince puntos donde entre otros aspectos: “Marruecos y Francia se comprometen a no
escatimar esfuerzo alguno para trabajar en favor de la adopción, con motivo de
la Conferencia de París, de un acuerdo universal, global, sostenible,
equilibrado y jurídicamente vinculante –apoyándose en los principios de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático- que permita
limitar el calentamiento climático por debajo de dos grados Celsius y logra una
economía con bajas emisiones de carbono.”
ASOCIACIÓN DE EXCEPCIÓN
En esta forma ambas naciones acordaron posiciones
comunes para la próxima Cumbre de Cambio Climático propiciada por Naciones
Unidas en París, entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre próximos, y la
consiguiente, en abril de 2016, en Marrakech.
La histórica visita de François Hollande a Tánger, la
primera de un mandatario francés a esta ciudad, ha permitido consolidar una “asociación de excepción” entre
Marruecos y Francia que contribuirá al desarrollo y la estabilidad de toda la
región mediterránea. Además, es una clara señal del creciente prestigio de
Marruecos como interlocutor de África con la Europa comunitaria.
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