lunes, 29 de septiembre de 2025

Adiós a Said El Jadidi, un querido amigo marroquí y una voz que enlazaba culturas


 

 Hay noticias sobre las que a todo periodista le resulta duro escribir, las que hablan de la muerte de un querido amigo. La muerte de mi querido amigo, el periodista marroquí Said El Jadidi me ha provocado un dolor que me hace difícil el escribir y solo encuentro fuerzas para hacerlo porque sé que el habría esperado que así lo hiciera.

No solo ha partido un periodista de raza y un pionero del periodismo en español en Marruecos; se ha marchado un amigo, un hermano mayor que con su voz serena y su sonrisa cálida me enseñó como forjar lazos de amistad entre Marruecos y el mundo hispano y latinoamericano.

El hombre detrás del periodista

Said había nacido en Tetuán, y siempre llevaba esa tierra en la mirada. Se formó en Inglaterra y España, pero jamás perdió el pulso de Marruecos. Volvió porque sentía que aquí estaba su misión: tender puentes. Lo hizo desde la Radio Televisión Marroquí, donde se convirtió en el primer presentador de informativos en español. Quienes lo vimos en esa pantalla recordamos no solo la impecable dicción, sino también la tranquilidad que transmitía, como si dijera: “Confía, esta noticia está contada con respeto”.

Un puente entre orillas

Su verdadero legado está en haber demostrado que Marruecos y el mundo hispano no son extraños, sino vecinos que pueden entenderse. Said hablaba en español con acento marroquí, y lo hacía con orgullo. En cada artículo, en cada informativo, en su portal Info Marruecos o en su blog Con Acento Marroquí, con el que tuve el honor de colaborar, él nos recordaba que las palabras no tienen fronteras.

A veces bromeaba diciendo: “Soy más español que muchos españoles y más marroquí que muchos marroquíes”. En realidad, era ambas cosas a la vez: un ciudadano del diálogo.

El maestro discreto

Nunca le gustó presumir de sus logros, aunque eran muchos. Colaboró con El País, con TVE, con medios latinoamericanos, y en los noventa fue condecorado por España con la Orden al Mérito Civil. Pero si uno le preguntaba, cambiaba de tema. Él prefería hablar de literatura, de música o de fútbol. Y, sobre todo, le gustaba hablar de la vida, con esa calma contagiosa que lo hacía un conversador único.

Muchos periodistas marroquíes, españoles y argentinos lo considerábamos un maestro, aunque él nunca aceptó ese título. Para Said, enseñar consistía en abrir puertas, no en dar lecciones. A mi particularmente, me abrió las puertas de sus publicaciones con una generosidad poco común en estos tiempos.

El amigo que se nos va

La última vez que lo vi, fue también nuestro primer encuentro personal ocurrió durante mi última visita a Rabat en 2018. Said tuvo la deferencia de viajar desde Tetuán a Rabat, tan solo para compartir un breve encuentro de una hora en el hotel donde me alojaba. Yo integraba una delegación de la Asociación de Amigos del Reino de Marruecos en Argentina y tenía una agenda muy estricta.

En esa oportunidad, intercambiamos algunos presente y mucho afecto. Luego hablamos de los vínculos entre Argentina y Marruecos. En ese momento no imaginaba que sería nuestra despedida. Hoy, al recordar esa mañana, siento un nudo en la garganta.

Su ausencia duele, pero también deja una herencia enorme: la certeza de que el periodismo puede ser diálogo, respeto y puente entre los países hermanos.

Hasta siempre, amigo Said

Decir adiós a Said El Jadidi no es sencillo. Su voz se ha apagado, pero quienes lo conocimos sabemos que seguirá resonando en cada crónica en español sobre la realidad marroquí.

Descansa en paz, querido amigo. Gracias por la luz, por la calma, por la sonrisa. Donde quiera que Dios te haya recibido hasta allí llegara como siempre mi fraternal abrazo.

 

Moldavia: un tablero geopolítico en tensión


 

El domingo 28 de septiembre de 2025 Moldavia celebró unas elecciones parlamentarias observadas con atención por Bruselas, Moscú y las capitales vecinas.

Contenido:

El resultado de los comicios del pasado domingo —una victoria clara del Partido de la Acción y la Solidaridad (PAS), la formación pro-europea vinculada a la presidenta Maia Sandu— reafirma el giro occidental de la política moldava y abre una nueva fase en la relación con Rusia y en el intento de Chişinău por aproximarse a la Unión Europea. Según conteos y recuentos oficiales, PAS obtuvo algo más del 50% de los votos y una mayoría de escaños que le permite gobernar con relativa comodidad y en solitario. La votación estuvo marcada por incidentes de desinformación, amenazas y acusaciones de intentos de injerencia desde Moscú.

¿Por qué importa Moldavia en el escenario europeo?

Moldavia es, en términos geoestratégicos, un país pequeño, con apenas 2,6 millones de habitantes y un PIB per capita de los más bajos de Europa, pero situado en un lugar crítico: limita con Ucrania y está a dos horas de avión de la capital de Rumanía, miembro de la OTAN y la UE. Además de su posición en la orilla occidental del Dniéster, Moldavia contiene dos factores que multiplican su importancia: la existencia de la región separatista de Transnistria y una extensa diáspora que influye en la política interior. El avance de un gobierno pro-europeo en Chişinău no es sólo una decisión doméstica: constituye un movimiento que, si se consolida, cambia el equilibrio en la periferia oriental de la UE y plantea desafíos directos a la capacidad de Rusia para proyectar influencia en la región. Esa trascendencia es hoy la razón por la que la UE, Estados Unidos y la OTAN siguen con máximo interés los pasos de Moldavia.

Moldavia y Rusia: memoria histórica

La relación entre Moldavia y Rusia tiene raíces profundas en la historia soviética. La república moldava formó parte de la Unión Soviética como la República Socialista Soviética de Moldavia; allí se implementaron políticas de ingeniería cultural y demográfica que acabaron por consolidar identidades y líneas divisorias (entre la Moldova de lengua románica y las poblaciones rusófonas/ukrainófonas, especialmente en la franja del Dniéster). Tras la disolución de la URSS, la independencia de 1991 dejó múltiples legados: economía dependiente de mercados orientales, infraestructuras energéticas conectadas a Rusia y la huella de ejércitos y aparatos administrativos rusos que favorecieron, a comienzos de los 90, la creación de la entidad de facto de Transnistria, un seudo Estado que carece de reconocimiento internacional y donde Rusia mantiene 1.500 efectivos de su Ejército. Esa historia explica por qué Moscú conserva palancas (idioma, redes empresariales, militares y mediáticas) que van más allá de la mera vecindad.

Qué puede cambiar si Moldavia avanza hacia la UE o la OTAN

Un avance real hacia la adhesión a la Unión Europea o la OTAN implicaría transformaciones de largo alcance —económicas, institucionales y de seguridad— y a la vez provocaría reacciones de Moscú porque reduciría las zonas grises donde ejerce influencia.

  • Si Moldavia se acerca a la UE: la integración económica y la convergencia regulatoria harían que las empresas y las élites moldavas se anclaran progresivamente al mercado europeo. Habría incentivos masivos para reformas anticorrupción y judiciales. Sin embargo, la UE no ofrece de inmediato garantías de seguridad; por tanto, aunque el acercamiento debilitaría la influencia rusa en lo económico y mediático, no eliminaría el riesgo de coerción a través de energía, desinformación o apoyos a movimientos locales prorrusos.
  • Si Moldavia intentara acercarse a la OTAN: la opción es la más explosiva geopolíticamente. La OTAN es una alianza de seguridad; la adhesión de un país con un conflicto congelado (Transnistria) y presencia militar rusa en su territorio virtualmente garantiza una nueva línea de fricción con Moscú. En la práctica, la entrada en la OTAN es políticamente más difícil y más remota que la adhesión a la UE, pero su mera discusión aumentaría la tensión regional y la probabilidad de medidas de presión de Rusia.

Los instrumentos de presión de Rusia sobre Moldavia hoy

Rusia dispone de varios resortes para influir en Chişinău: presencia militar (las fuerzas vinculadas a Transnistria), control (parcial) de suministros energéticos, la influencia sobre sectores rusófonos y la capacidad de desinformación y operaciones cibernéticas (prácticas documentadas en los últimos procesos electorales). Tras las elecciones, Moscú ya señaló críticas sobre el proceso. Por ejemplo, denuncias por la limitación de mesas de votación en Rusia para la diáspora. El Kremlin ha denunciado que mientras que en España se abrieron 15 centros de votación, en Rusia solo funcionaron 2 centros. También criticó que no se permitieran observadores rusos de la Duma Estatal en la misión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y advirtió sobre supuestas irregularidades, en una narrativa que sirve tanto para justificar medidas como para erosionar la legitimidad del gobierno vencedor.

Tres escenarios probables para Moldavia y sus relaciones con Rusia

A continuación se plantean los tres escenarios que reúnen mayor probabilidad en el horizonte de mediano plazo. Los escenarios no son mutuamente excluyentes; contienen variables que pueden superponerse.

1) Consolidación pro-europea (escenario optimista pero exigente) — Probabilidad: media

Descripción: Con mayoría parlamentaria estable, el gobierno de PAS impulsa reformas administrativas, avances hacia la armonización legislativa con la UE y una campaña diplomática efectiva. La UE responde con asistencia técnica, acuerdos sectoriales y un calendario de acercamiento que concrete la candidatura otorgada en 2022. La economía mejora gradualmente y la migración y diáspora siguen estrechando los vínculos con Europa.

Riesgos y límites: la adhesión plena es larga; las reformas internas son costosas políticamente y pueden generar resistencias. Rusia recurre a presiones energéticas, campañas mediáticas y apoyo encubierto a actores prorrusos (principalmente en Transnistria y Gagauzia), pero sin escalada militar directa. Resultado: Moldavia se desplaza hacia la órbita europea, reduce la dependencia rusa y las tensiones se gestionan a través de la diplomacia y la asistencia occidental.

2) Estancamiento y conflicto híbrido (escenario más probable) — Probabilidad: alta

Descripción: PAS gobierna, pero la combinación de tensiones domésticas (economía, corrupción persistente) y las tácticas de Rusia (desinformación, limitación de mercado energético, movilización de la diáspora prorrusa) generan un estancamiento. Transnistria continúa como zona de inestabilidad latente; incidentes fronterizos, cortes de gas o bloqueos comerciales se vuelven instrumentos recurrentes.

Riesgo real: episodios de violencia local o campañas masivas de protesta organizadas desde el exterior que buscan desgastar al gobierno pro-UE. La integración europea avanza a ritmo lento; la OTAN permanece fuera del horizonte inmediato. Resultado: consolidación incompleta del rumbo europeo, continuas crisis de baja intensidad y alta vulnerabilidad estratégica. Este escenario es el más consistente con la historia reciente y el patrón de “presión sin guerra” que ha caracterizado la política rusa en la periferia.

3) Retroceso hacia la neutralidad forzada o compromiso (escenario pesimista) — Probabilidad: baja-media

Descripción: Si los factores económicos y sociales se combinan con una campaña política prorrusa eficaz (y con fallos de la coalición gobernante), Moldavia puede ver un retroceso: acuerdos de “neutralidad reforzada”, compromisos sobre el estatus de Transnistria o gobiernos que busquen un equilibrio entre Occidente y Moscú.

Condicionantes: tal retroceso requeriría una derrota política clara del bloque pro-europeo en alguna votación clave o una crisis económica que movilice a las clases populares contra las reformas. Resultado: un periodo de mayor ambigüedad estratégica donde ni la UE ni Rusia obtienen una victoria decisiva; la región se estabiliza en un limbo que en el largo plazo puede perpetuar la fragilidad democrática y económica de Moldavia

Riesgos inmediatos y recomendaciones estratégicas

Riesgos principales: escalada de operaciones de desinformación, uso del suministro energético como palanca coercitiva, instrumentalización de la diáspora y, sobre todo, el factor Transnistria, donde la presencia de efectivos y armamento ligados a Rusia constituye la amenaza más directa a la integridad territorial.

Recomendaciones generales (para actores occidentales y para Chişinău):

  • Aumentar la asistencia técnica para reformas judiciales y anticorrupción; la legitimidad interna es la mejor defensa contra campañas externas.
  • Diversificar el aprovisionamiento energético y blindar la infraestructura crítica.
  • Intensificar el apoyo a la sociedad civil y medios independientes para contrarrestar la desinformación.
  • Mantener canales diplomáticos con Rusia para reducir el riesgo de escalada, a la vez que se refuerzan las garantías políticas y económicas desde la UE.

Conclusión

Las elecciones del 28 de septiembre confirman un momento clave: el electorado moldavo, al menos en esta vuelta, se ha pronunciado mayoritariamente a favor de un proyecto pro-europeo. Pero la realidad estratégica de Moldavia —fronteras con Ucrania, la anomalía de Transnistria y la historia de vínculos soviéticos— convierte a ese mandato en el primer eslabón de una carrera incómoda. La evolución dependerá tanto de la capacidad del gobierno para traducir votos en reformas y prosperidad, como de la habilidad de la Unión Europea y sus aliados para ofrecer incentivos creíbles y protección frente a la amplia gama de tácticas que Rusia ya ha utilizado en la región. En el mejor de los casos, Moldavia puede desplazar su anclaje hacia Europa sin rupturas; en el peor, la disputa por su órbita seguirá siendo fuente de inestabilidad —pero ahora queda claro que el mapa político interno ha dado un paso en la dirección de Bruselas.

 

Comentario del libro La venganza de la geografía de Robert D. Kaplan



Robert D. Kaplan publicó La venganza de la geografía en 2012, en un momento de transición geopolítica marcado por el ascenso de China, las guerras de Oriente Medio y la crisis de hegemonía estadounidense. La tesis central es clara:

 

EL AUTOR

Robert D. Kaplan, nació en Nueva York, el 23 de junio de 1952. Es periodista, analista político, escritor y geopolítico estadounidense. Es autor de catorce obras sobre política exterior y libros de viajes, entre los que destacan: Monzón: un viaje por el futuro del Océano Índico, Fantasmas balcánicos: viaje a los orígenes del conflicto de Bosnia y Kosovo y El retorno de la antigüedad: la política de los guerreros.

Es hijo de Philip Alexander Kaplan y Phyllis Quasha. Su padre le transmitió su pasión por la Historia. Tras licenciarse en inglés en la Universidad de Connecticut, en 1973, intentó sin éxito integrarse en la prensa de las grandes ciudades estadounidenses antes de quedar fijo en un periódico pequeño de Vermont. Con el dinero ganado se pagó un viaje a Túnez, el primero de la centena de países que visitó después. Estuvo viviendo algunos años en Israel, donde llegó a ser miembro de Tsahal y realizó algunos reportajes sobre Oriente Medio y Europa del Este. Se instaló después algún tiempo en Portugal antes de instalarse en Atenas, donde conoció a su futura esposa canadiense, Maria Cabral. En 1984, viajó a Irak para cubrir la guerra de Irán - Irak. Reside en Massachusetts.

Actualmente se desempeña como redactor del Atlantic Monthly y colaborador asiduo de The Washington PostThe New York TimesThe New RepublicThe National InterestForeign Affairs y The Wall Street Journal entre otros periódicos y revistas. También es analista principal de la consultora geopolítica Stratfor.

Escribe controvertidos ensayos sobre la naturaleza del poder estadounidense abriendo debates académicos y periodísticos y en las más altas instancias del gobierno. Es tema habitual en su obra la reemergencia cultural e histórica de las tensiones suspendidas temporalmente después de la Guerra Fría.

En marzo de 2008, fue designado senior fellow del Center for a New American Security en Washington. Fue corresponsal en varios países durante conflictos armados y consultor de las Fuerzas Especiales del Ejército estadounidense. Es frecuentemente invitado a discutir asuntos mundiales y geopolíticos con generales y almirantes. Su último libro, Soldados imperiales: la milicia norteamericana en terreno, explica el papel que cumplen los soldados estadounidenses en la ejecución efectiva de la política exterior de EE. UU.

En 2011, la revista Foreign Policy incluyó a Kaplan en la lista de los “Top 100 global Thinkers”.

Trayectoria profesional

En 1988, publicó su primer libro, Surrender or Starve: The Wars Behind The Famine, consagrado al hambre en Etiopía durante los años ochenta y sus causas, entre las cuales no cuenta sólo la sequía y la política extranjera americana, sino también la política de colectivización agrícola del régimen de Mengistu. Después viajó a Afganistán, donde escribió para el Reader's Digest artículos sobre la guerrilla antisoviética. Publicó en 1990 su libro Soldiers of God: With the Mujahidin in Afghanistan, donde cuenta esta experiencia en la Guerra de Afganistán.

Ninguno de estos libros se vendía bien, y el tercero, Balkan Ghosts, consagrado a la cuestión yugoslava, fue rechazado por numerosos editores antes de ser finalmente publicado en 1993. Sin embargo, cuando las Guerras de Yugoslavia terminaron, este libro fue a caer en las manos del presidente americano Bill Clinton, lo que convirtió a su autor en celebérrimo; convenció a Clinton, según dijeron ciertos funcionarios de la Casa Blanca, de que no debía intervenir en Bosnia-Herzegovina. Allí afirma que los conflictos balcánicos son debidos a resentimientos de orden histórico, por lo que son incontrolables por los otros países o la ONU.

Publicó el mismo año The Arabists. La tesis de los "odios étnicos ancestrales" desanimó los análisis serios del conflicto, impidiendo medir las responsabilidades en estas guerras, como por ejemplo en Kosovo: A Short History de Noel Malcolm; Clinton expresó públicamente su lamento de haber tomado en serio esta tesis. Desde este periodo, su trabajo y sus ideas comenzaron a ser estudiados de cerca por las altas esferas del poder americano. En 1994 y 1995 viajó a África del Oeste y a Turquía y Asia central, a Irán y a India. En el curso de este viaje publicó The Ends of the Earth. Viajó después a través de Norteamérica y publicó An Empire Wilderness en 1998.

En febrero de 1994, publicó en Atlantic Monthly un ensayo muy controvertido titulado The Coming Anarchy (“La anarquía que llega”). Afirma ahí que el aumento de la población, la urbanización y el despojo de los recursos naturales harán frágiles a los gobiernos del Tercer Mundo y crearán un nido de anarquía con el riesgo de crear un estado de guerra permanente en ciertas zonas y representar una amenaza para el mundo. Escribió en especial: “África Occidental ha llegado a ser el símbolo de la crisis demográfica, ambiental y social mundial en la cual la anarquía criminal aparece como el verdadero peligro estratégico”.

En 2000, Kaplan publicó una colección de artículos bajo el título de The Coming Anarchy que contenía el precedente así como otros ensayos políticos, entre ellos el controvertido Was Democracy Just A Moment? donde explica que la democracia es un concepto típicamente occidental que no es exportable más que a países desarrollados que dispongan de una clase media importante, un sistema educativo competente y bien formado, fronteras bien establecidas, una economía estable y una relativa paz social. Asegura también que los países del Tercer Mundo deben dotarse de autocracias moderadas e inteligentes, en las que un mínimo de libertades esté garantizado, lo que les permitirá desarrollarse y, un día, parecerse a los países occidentales y democratizarse eficazmente. Toma por ejemplo el caso de Singapur bajo el régimen autoritario de Lee Kuan Yew y las violencias perpetradas bajo los regímenes democráticos de Colombia, Ruanda y Sudáfica. Por otra parte, afirma que el "periodo democrático" de Occidente es un simple pasaje de la Historia, y que en un futuro próximo aparecerán regímenes "democráticos" en apariencia en los cuales el poder estará de facto en las manos de una oligarquía compuesta de multinacinales, grupos de presión y empresas de comunicación que, según él, gobiernan ya en países como los Estados Unidos y Japón.

La popularidad de las tesis iconoclastas de Kaplan ha aumentado en el mundo anglosajón tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Publicó Warrior Politics: Why Leadership Demands a Pagan Ethos. Afirma allí que los gobiernos occidentales no deben aplicar la "moral judeocristiana" en sus actividades públicas, sino adoptar la "moral pagana" para así concentrarse sobre la moralidad del resultado y no sobre la moralidad de los medios comprometidos para hacerlo llegar, mostrándose así discípulo de Maquiavelo y su razón de Estado. En 2004, publicó Mediterranean Winter, un simple libro de viajes.

En octubre de 2005, publicó Imperial Grunts: The American Military on the Ground, donde habla sobre la acción de las Fuerzas especiales americanas en Colombia, Irak y Mongolia. Profetiza el fin de una época, la de la guerra realizada con masas de soldados, por ejemplo en Irak, donde el "dinosaurio" que es el ejército estadounidense debe afrontar una guerrilla compuesta de infantería ligera, poco numerosa y paramilitar. Por otra parte, se felicita del renacimiento en el ejército estadounidense de un espíritu militar heredero de los Estados Confederados de América. Defiende también una pretendida civilización de ciertas regiones del mundo por parte de los Estados Unidos, usando los mismos métodos que durante las denominadas “Guerras Indias”. Por otra parte publicó en junio de 2005 un artículo titulado "How we would fight China" donde sugiere que una guerra entre los Estados Unidos y China es inevitable.

Al español se han traducido sus libros Fantasmas balcánicosViaje a los confines de la tierra y Rumbo a Tartaria, entre otros.

Bibliografía de Kaplan

  • Surrender or Starve: The Wars Behind the Famine, 1988 (Rendición o hambre: viajes por Etiopía, Sudán, Somalia y Eritrea, Barcelona, Ediciones B, 2005).
  • Soldiers of God: With the Mujahidin in Afghanistan, 1990 (Soldados de Dios: un viaje a Afganistán con los guerrilleros islámicos, Barcelona, Ediciones B, 2002).
  • Balkan Ghosts: A Journey Through History, 1993 (Fantasmas balcánicos: un viaje a través de la historia, Madrid, Acento, D.L., 1995).
  • The Arabists: The Romance of an American Elite, 1993
  • The Ends of the Earth: From Togo to Turkmenistan, from Iran to Cambodia, A Journey to the Frontiers of Anarchy, 1997 (Viaje a los confines de la tierra, Barcelona, Ediciones B, 1997).
  • An Empire Wilderness: Travels into America's Future, 1998 (Viaje al futuro del Imperio: la transformación de Norteamérica en el siglo XXI, Madrid, Suma de Letras, 2001).
  • The Coming Anarchy: Shattering the Dreams of the Post Cold War, 2000 (La anarquía que viene: la destrucción de los sueños de la posguerra fría, Barcelona, Ediciones B, 2000).
  • Eastward to Tartary: Travels in the Balkans, the Middle East, and the Caucasus, 2000 (Rumbo a Tartaria: un viaje por los Balcanes, Oriente Próximo y el Cáucaso, Barcelona, Ediciones B, 1991).
  • Warrior Politics: Why Leadership Demands a Pagan Ethos, 2001
  • El retorno a la Antigüedad: la política de los guerreros, Barcelona, Ediciones B, 2002.
  • Mediterranean Winter: The Pleasures of History and Landscape in Tunisia, Sicily, Dalmatia, and Greece, 2004 (Invierno mediterráneo: un recorrido por Túnez, Sicilia, Dalmacia y Grecia, Barcelona, Ediciones B, 2004).
  • Imperial Grunts: The American Military On The Ground, 2005 (Gruñidos imperiales: el imperialismo norteamericano sobre el terreno, Barcelona, Ediciones B, 2007).
  • Hog Pilots, Blue Water Grunts: The American Military in the Air, at Sea, and on the Ground, 2007 (Por tierra, mar y aire: las huellas globales del ejército americano, Barcelona, Ediciones B, 2008).

 

 

  • Monsoon: The Indian Ocean and The Future of American Power, 2010 (Monzón: un viaje por el futuro del Océano Índico, Madrid, El Hombre del Tres, 2012).
  • The Revenge of Geography: What the Map Tells Us About Coming Conflicts and the Battle Against Fate, 2012 (La venganza de la geografía: como los mapas condicionan el destino de las naciones, Barcelona, RBA, 2013).
  • Waste Land: A World in Permanent Crisis, 2025. Random House. ISBN 9780593730324 (Tierra baldía: Un mundo en crisis permanente, Barcelona, RBA, 2025. ISBN 9788411328807).

El texto

Kaplan sostiene que la geografía nunca ha dejado de ser determinante. Frente al entusiasmo por la globalización y el discurso del “fin de la historia”, el autor subraya que la geografía “cambia el destino de las naciones”.

“La distribución del espacio, el clima y otras circunstancias exclusivamente físicas serán los parámetros que definirán el devenir de las diferentes regiones mundiales durante el próximo siglo”, afirma sin dudarlo Robert Kaplan.

Primera parte: Visionarios

Esta sección recupera a los grandes pensadores de la geopolítica y demuestra que su vigencia sigue siendo ineludible.

  • De Bosnia a Bagdad: Kaplan recuerda cómo la caída del Muro de Berlín generó una falsa ilusión de que las divisiones humanas podían borrarse, ignorando que la geografía imponía límites más profundos:

“La desaparición del muro de Berlín nos cegó ante los impedimentos geográficos reales que todavía nos dividían y seguían aguardándonos”.

  • Heródoto y sus sucesores: Heródoto es presentado como el primer historiador que entendió la geografía como fuerza estructural de la historia.
  • Mackinder y el “corazón continental”: se retoma su célebre idea de que quien domine Eurasia controlará el mundo.
  • Mahan y el poder marítimo: Kaplan recuerda que, en un mundo globalizado, el control de rutas navales sigue siendo decisivo.
  • La distorsión nazi y la “crisis de espacio”: advierte que el pensamiento geopolítico puede ser manipulado, pero no por ello pierde valor como marco de análisis.

Kaplan resume así el sentido de esta genealogía intelectual:

“Cuanto más extendemos nuestra mirada a lo largo del paso de los siglos, mayor es el papel que desempeña la geografía”.

Segunda parte: El mapa de principios del siglo XXI

Kaplan aplica los marcos teóricos a regiones estratégicas:

  • Europa: describe el continente como espacio fragmentado, donde Alemania siempre buscó expandirse hacia el este y el oeste al carecer de barreras naturales:

“En el corazón de Europa, los alemanes siempre se han erigido en una fuerza dinámica encerrada en una ‘gran cárcel’ de la que desean fugarse”.

  • Rusia: define a Moscú como potencia del “Heartland”, inevitablemente expansionista por su ubicación y carencia de fronteras naturales protectoras.
  • China: país que combina el impulso continental con la necesidad de proyectar poder marítimo.
  • India: atrapada entre el Himalaya y el océano Índico, condicionada por su rivalidad con Pakistán y su tensión con China.
  • Irán: Kaplan lo llama “pivote iraní” por su centralidad entre el Golfo Pérsico, Asia Central y el subcontinente indio.
  • El antiguo Imperio Otomano: Turquía y Oriente Medio son ejemplo de cómo los mapas coloniales crearon Estados frágiles:

“Cuanto más conozcamos la historia y la geografía de cualquier país de Oriente Medio, menos nos sorprenderá lo que allí acontezca”.

En esta parte, Kaplan acuña la expresión que da título al libro:

“La geografía se venga cuando ignoramos sus lecciones. Las montañas, los desiertos y los mares vuelven a imponerse como fuerzas que limitan o potencian el poder de los Estados”

Tercera parte: El destino de Estados Unidos

Kaplan reflexiona sobre el futuro de la potencia norteamericana:

  • Advierte que la estabilidad de EE. UU. depende no solo de Eurasia, sino también de su relación con México y América Latina:

“México es más importante para Estados Unidos que Irak o Afganistán, porque representa la frontera que condiciona su seguridad interna y su cohesión social”

Cita a Fernand Braudel para remarcar la importancia de la historia de larga duración, donde el territorio y la demografía pesan más que los acontecimientos coyunturales.

  • Concluye que EE. UU., aunque es la mayor potencia naval, debe reconocer que el equilibrio mundial pasa por Eurasia y, en particular, por contener el ascenso de China.

Conclusiones

La tesis de Kaplan se resume en una frase:  “Lo único perdurable es la ubicación de los pueblos en el mapa”

De este modo, el libro constituye un alegato contra el idealismo y un llamado al realismo geopolítico. Los mapas, dice Kaplan, no son un vestigio del pasado sino la brújula indispensable para anticipar conflictos y estrategias en el siglo XXI.

 

martes, 23 de septiembre de 2025

Marruecos estrecha lazos con América Latina


 

El Reino de Marruecos ha intensificado en los últimos meses su apuesta diplomática por reforzar sus vínculos con América Latina, una región que el reino alauí considera clave en su estrategia de diversificación de alianzas y consolidación de apoyos en foros multilaterales.

Contenido

El reconocimiento de Paraguay a la soberanía marroquí sobre el Sáhara y el reciente encuentro entre el canciller argentino, Gerardo Werthein, y su homólogo marroquí, Nasser Bourita, ilustran la nueva dinámica de acercamiento político y económico entre ambas orillas del Atlántico.

Paraguay da un espaldarazo decisivo a Rabat

El 23 de septiembre, en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano, anunció que su país reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara y adelantó la inminente apertura de un consulado paraguayo en las provincias del sur del reino

Se trata de un gesto de enorme trascendencia para Rabat, que lleva décadas desplegando esfuerzos diplomáticos para que gobiernos latinoamericanos apoyen sus derechos soberanos sobre el Sáhara.

“Apoyamos la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara y tenemos la intención de abrir pronto un consulado paraguayo en esta región”, afirmó Ramírez Lezcano, subrayando además que el presidente paraguayo, Santiago Peña, planea visitar Marruecos antes de que termine el año.

La decisión sitúa a Paraguay en un grupo cada vez más amplio de países latinoamericanos que, de forma explícita o implícita, respaldan la posición marroquí. Este apoyo no solo consolida la legitimidad internacional de los derechos soberanos de Marruecos sobre el Sáhara, sino que también abre la puerta a nuevas oportunidades de cooperación en sectores estratégicos como la energía, la agricultura y la seguridad alimentaria.

Argentina y Marruecos, hacia una agenda estratégica común

Un día antes, el 22 de septiembre, Nasser Bourita y Gerardo Werthein mantuvieron un encuentro bilateral también en Nueva York, en los márgenes de la Asamblea General de la ONU. El canciller argentino destacó la “amistad histórica” entre ambas naciones y expresó la voluntad de Buenos Aires de estrechar la cooperación en diversos ámbitos

La reunión se desarrolló en un contexto en el que Marruecos ha reforzado su liderazgo internacional en materia migratoria. Ante la Asamblea, Bourita presentó los avances de su país en la gestión del fenómeno, defendiendo un enfoque solidario y rechazando la politización del debate. Marruecos ha promovido en los últimos años instrumentos continentales como la Agenda Africana sobre Migración y ha convertido a Rabat en sede del Observatorio Africano de la Migración.

Fuentes diplomáticas consultadas subrayan que la sintonía con Argentina no se limita al plano multilateral. “Existe un interés mutuo en avanzar en temas como la innovación agrícola, la transición energética y la cooperación Sur-Sur”, señalan, recordando que tanto Buenos Aires como Rabat buscan reforzar su presencia en foros internacionales a través de alianzas diversificadas.

Una apuesta por la proyección atlántica

El giro diplomático hacia América Latina responde también a la estrategia atlántica anunciada por el rey Mohamed VI, que concibe a Marruecos como un puente entre África y el continente sudamericano. Rabat busca posicionarse como un socio fiable en un espacio geopolítico en el que confluyen desafíos comunes: seguridad alimentaria, cambio climático, gestión de flujos migratorios y desarrollo de infraestructuras.

La apertura de un consulado paraguayo en el Sáhara y el diálogo con Argentina se suman a otras iniciativas de acercamiento que Marruecos ha desplegado en Brasil, Chile y República Dominicana, con la intención de articular un bloque latinoamericano favorable a sus intereses en organismos internacionales.

Un tablero en transformación

El reconocimiento de Paraguay y el acercamiento con Argentina marcan un punto de inflexión en la política exterior marroquí hacia América Latina. En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, Marruecos logra tejer una red de alianzas que refuerza su posición en el escenario internacional.

Para Asunción, el alineamiento con Rabat puede abrir la puerta a inversiones en sectores productivos y a un mayor acceso a mercados africanos. Para Buenos Aires, el entendimiento con Marruecos ofrece un socio estratégico con creciente influencia en África y en el mundo árabe. Y para Rabat, ambos movimientos consolidan un respaldo político que le permite encarar con mayor fuerza el pulso diplomático en torno al Sáhara.

 

domingo, 21 de septiembre de 2025

Mohammed VI apuesta a la modernización de Casablanca


 

El rey de Marruecos inaugura un conjunto de proyectos portuarios clave en la capital económica del país, con el objetivo de convertirla en un polo financiero, turístico e industrial de referencia en África y el Atlántico Sur.

 

Contenido:

Casablanca, la mayor ciudad de Marruecos y su motor económico, vuelve a ser el epicentro de la estrategia modernizadora impulsada por el rey Mohammed VI. El monarca inauguró esta semana un conjunto de proyectos de envergadura en el complejo portuario de la ciudad, con una inversión que supera los 5.000 millones de dírhams (unos 450 millones de euros), destinados a transformar la infraestructura pesquera, naval y turística del mayor puerto del norte de África

Las nuevas instalaciones incluyen un puerto pesquero de última generación, un astillero de dimensiones inéditas en el continente, una moderna terminal de cruceros y un complejo administrativo que agrupa a todas las agencias vinculadas a la gestión marítima. La apuesta no es solo local: las obras forman parte de la visión más amplia del soberano para situar a Marruecos como un eje estratégico del comercio atlántico y africano.

Casablanca, la capital económica de Marruecos

Fundada en su forma moderna a principios del siglo XX, Casablanca se ha consolidado como la metrópoli industrial y financiera del reino. Con más de 4,2 millones de habitantes, concentra la mitad de la banca comercial del país, un tercio de su producción industrial y el 50 % de los flujos comerciales internacionales gracias a la actividad combinada de los puertos de Casablanca y Mohammedia

El puerto de Casablanca, uno de los más grandes del mundo construidos de forma artificial, es además base principal de la Marina Real marroquí. Desde aquí se exportan fosfatos —el oro blanco del Magreb—, junto a productos pesqueros, textiles, materiales de construcción y derivados electrónicos. El peso estratégico de esta ciudad no se limita a Marruecos: Casablanca actúa como bisagra entre Europa y África y, a su vez, como puerta hacia el Atlántico Sur.

Proyectos de envergadura para un nuevo puerto

Los proyectos inaugurados por Mohammed VI buscan reforzar esa posición. El nuevo puerto pesquero, con capacidad para más de 360 embarcaciones, dispone de una lonja moderna, plantas de hielo, áreas de almacenamiento y un centro de acogida para marineros, mejorando las condiciones laborales y la seguridad de los trabajadores del mar.

El astillero, por su parte, representa un salto industrial para Marruecos: con un dique seco de 240 metros de eslora y equipamientos capaces de atender a buques de gran tonelaje, la instalación pretende colocar al país en el mapa de la reparación y construcción naval internacional.

A estas infraestructuras se suma la terminal de cruceros, diseñada para recibir hasta 450.000 pasajeros al año, con muelles y pasarelas de acceso adaptados a los estándares internacionales. El complejo administrativo, finalmente, centraliza los servicios dispersos en un único espacio, agilizando la gestión aduanera, portuaria y comercial.

La visión de Mohammed VI: modernización y proyección atlántica

Estos proyectos no son aislados. Forman parte de una estrategia de modernización de la red portuaria nacional que, bajo el reinado de Mohammed VI, ha dado lugar a infraestructuras de alcance internacional como el puerto de Tánger Med o los futuros de Nador West Med y Dajla Atlántico.

La estrategia implementada por el monarca alauí es clara: transformar Marruecos en un hub económico capaz de conectar África con Europa y con el Atlántico Sur. En esa línea se inscribe la Iniciativa Atlántica, anunciada por Mohammed VI en 2023, que busca integrar a los países africanos sin litoral en una red de infraestructuras y corredores comerciales hacia el océano Atlántico.

Casablanca, por su dinamismo financiero e industrial, es el epicentro natural de este proyecto. El refuerzo de su puerto no solo amplía la capacidad de Marruecos para atraer inversiones extranjeras, sino que también se inscribe en una lógica geopolítica más amplia: hacer del Atlántico africano un espacio de cooperación, seguridad y desarrollo compartido.

Entre tradición y modernidad

La remodelación portuaria de Casablanca ilustra la dualidad de Marruecos bajo el reinado de Mohammed VI: un país que preserva su tradición, pero que se proyecta hacia el exterior con infraestructuras modernas y estándares internacionales.

La apuesta del soberano ha tenido un impacto visible en la vida urbana: desde el embellecimiento de grandes avenidas hasta la dinamización del turismo de negocios y cruceros. Con estas inversiones, Casablanca se prepara para consolidarse como metrópoli global en el Atlántico, a medio camino entre la Europa comunitaria, África occidental y las rutas hacia América Latina.

Un nodo clave en el Atlántico Sur

La importancia estratégica de Casablanca se refleja en su capacidad para convertirse en punto de enlace hacia el Atlántico Sur, un espacio cada vez más relevante en las dinámicas comerciales globales. Desde los fosfatos exportados hacia Brasil y Argentina hasta los vínculos crecientes con países africanos del golfo de Guinea, Marruecos apuesta por una proyección transatlántica que lo convierta en actor central del comercio sur-sur.

En este contexto, la modernización del puerto no solo responde a necesidades locales, sino que consolida el lugar de Marruecos en un tablero estratégico internacional donde confluyen Europa, África y América.

Escenarios futuros

  1. Consolidación regional: Casablanca se afianza como principal centro económico del Magreb y polo logístico para África occidental.
  2. Proyección atlántica: Marruecos amplía sus vínculos con América Latina, aprovechando los corredores marítimos y las exportaciones estratégicas.
  3. Hub global: Si la iniciativa atlántica logra sumar a varios Estados africanos, el país podría convertirse en una de las principales plataformas logísticas del hemisferio sur.

 

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Crisis en el techo del mundo



Nepal, tierra de montañas míticas y de espiritualidad ancestral, enfrenta un brote de violencia política que obliga a redefinir su pacto social y político para evitar que la joven república naufrague en un mar de inestabilidad.

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Buenos Aires: Encajonado entre dos gigantes, India y China, la República Federal Democrática de Nepal es un país cuya geografía ha condicionado tanto su historia como su presente. Con una superficie de 147.182 kilómetros cuadrados, se encuentra ubicado en el Himalaya, rodeado en el norte por la República Popular China y en el sur por la India.

Este pequeño estado himalayo alberga ocho de los catorce picos más altos del mundo, incluido el Everest (8.849 metros). Sus territorios se extienden desde las húmedas llanuras del Terai hasta las cumbres gélidas que rozan el cielo. La capital, Katmandú, situada en un fértil valle, concentra buena parte de su población y es el epicentro de su vida política y cultural.

Una república joven con viejas fracturas

Nepal es hoy una república federal democrática, pero su camino hacia esta forma de gobierno ha sido convulso. Hasta 1990 fue una monarquía absoluta, más tarde una monarquía parlamentaria, y finalmente una república proclamada en 2008, tras una sangrienta guerra civil que dejó más de 12.000 muertos. La Constitución de 2015 dividió el país en siete provincias y estableció un sistema parlamentario, con un presidente como jefe de Estado y un primer ministro como jefe de Gobierno.

El pluralismo político es intenso, pero también caótico. Más de una veintena de partidos han tenido representación en la Asamblea, lo que se traduce en alianzas frágiles y gobiernos de corta duración. Desde la abolición de la monarquía, ningún Ejecutivo ha logrado completar un mandato sin sobresaltos.

De la monarquía al laberinto republicano

La caída de la dinastía Shah, en 2008, tras más de 240 años de reinado, abrió un proceso de transformación que se celebró como histórico. Los maoístas, que durante una década habían combatido en la selva y en las aldeas contra el Ejército real, entraron en la arena política y se convirtieron en una de las principales fuerzas parlamentarias. Sin embargo, las promesas de estabilidad y desarrollo pronto se vieron erosionadas por la corrupción, el clientelismo y la rivalidad entre facciones.

Los desastres naturales —como el devastador terremoto de 2015— y las tensiones con India y China han añadido más capas de vulnerabilidad. A ello se suma una economía dependiente de las remesas de millones de nepalíes que emigran cada año a Oriente Medio y al sudeste asiático.

El estallido de 2025: la generación Z contra la élite

La actual crisis estalló a principios de septiembre, cuando el Gobierno de Khadga Prasad Sharma Oli bloqueó 26 plataformas de redes sociales, entre ellas Facebook, X y YouTube, alegando incumplimiento de regulaciones locales. La medida, en un país donde el 80 % del tráfico de Internet pasa por estas plataformas, fue percibida como un intento de censura. La reacción fue inmediata: miles de jóvenes —la llamada “protesta de la Generación Z”— salieron a las calles.

Lo que empezó como una defensa de la libertad digital se transformó en un cuestionamiento frontal al sistema político. La indignación se alimentó del desempleo juvenil, cercano al 20 %, y del rechazo a los llamados “Nepo Kids”, hijos de políticos y empresarios que exhiben lujos en redes sociales mientras la mayoría del país sobrevive con dificultades.

La represión policial, que dejó al menos 19 muertos el 8 de septiembre, convirtió las protestas en un estallido social sin precedentes desde 2006. Al día siguiente, los manifestantes incendiaron el Parlamento y atacaron las residencias de varias figuras políticas, entre ellas el ex primer ministro Sher Bahadur Deuba y la canciller Arzu Rana Deuba. La violencia alcanzó niveles dramáticos: la esposa de otro exjefe de Gobierno fue quemada viva en su casa y el ministro de Finanzas, Bishnu Paudel, fue desnudado y arrojado al río Bagmati por la turba.

Renuncias en cascada y vacío de poder

Acorralado, Oli dimitió el 9 de septiembre en una carta dirigida al presidente Ram Chandra Poudel. Antes lo habían hecho el ministro del Interior y otros miembros del gabinete. Veinte diputados del Rastriya Swatantra Party renunciaron en bloque y pidieron un “gobierno civil interino”. Naciones Unidas y Amnistía Internacional exigieron una investigación independiente por el uso de munición real contra los manifestantes.

La renuncia del primer ministro, lejos de calmar los ánimos, ha abierto un vacío de poder en un país que acumula crisis políticas desde la abolición de la monarquía. El Ejército se ha desplegado en las calles de Katmandú y en otras ciudades, pero su papel futuro en la gobernabilidad del país sigue siendo incierto.

Un futuro en suspenso

El levantamiento juvenil ha puesto en evidencia las fracturas de una república todavía en construcción. El detonante fue la prohibición de las redes sociales, pero en el fondo laten reclamos más profundos: el hartazgo ante la corrupción endémica, la precariedad económica y una élite política incapaz de ofrecer respuestas.

Nepal, tierra de montañas míticas y de espiritualidad ancestral, enfrenta ahora un desafío de otra naturaleza: redefinir su pacto social y político para evitar que la joven república naufrague en un mar de inestabilidad.

Escenarios para Nepal tras la crisis de 2025

1.    Transición ordenada hacia un gobierno interino

El Parlamento, presionado por la sociedad civil y la comunidad internacional, acuerda formar un gobierno provisional de unidad nacional con participación de las principales fuerzas políticas y figuras independientes. Este Ejecutivo tendría el mandato de convocar elecciones anticipadas, restablecer la confianza institucional y aprobar reformas para limitar la corrupción y garantizar la transparencia. Este escenario abriría un camino difícil, pero viable, hacia la estabilización.

2.    Escalada de violencia y militarización del poder

Las protestas continúan y la violencia se intensifica, el Ejército podría asumir un papel central en la gobernabilidad, ya sea de manera formal —con un gobierno militar— o indirecta, tutelando a un Ejecutivo débil. Esto supondría un retroceso democrático y una posible radicalización de la sociedad, con riesgo de que el país entre en un ciclo prolongado de inestabilidad y represión.

3.    Reforma política negociada con protagonismo juvenil

La llamada “Generación Z” consigue mantener la presión social y fuerza a la élite política a emprender una reforma profunda. Se discutiría una nueva ley electoral, la regulación de la corrupción y mecanismos de participación directa. De materializarse, este escenario podría sentar las bases de una democracia más inclusiva, con un recambio generacional en la política y una nueva legitimidad para el sistema republicano.