Intervención del Dr. Adalberto C. Agozino
Agradezco al amigo Hach Ahmed y a los
organizadores de este importante evento a favor de la paz, la justicia y los
derechos humanos la oportunidad de poder dirigirme a un auditorio tan
calificado de hombres que buscan la paz y el entendimiento entre los pueblos para
intentar aportar algunas reflexiones.
Señores y Señoras
Nos encontramos en esta conferencia porque el
Conflicto en el Sáhara sigue abierto e irresuelto después de casi cincuenta
años.
El filósofo griego Heráclito decía que nadie se
baña dos veces en el mismo río, porque tanto el hombre como el río han cambiado
en el segundo baño.
También la situación en el Sáhara y sus
principales actores han cambiado. El territorio del Sáhara ya no es una
olvidada colonia española sumida en el atraso. En estos cincuenta años el
Sáhara ha sufrido una profunda transformación y hoy atraviesa una realidad demográfica,
económica y de desarrollo transformador muy distintos de la vigente en 1975.
También los protagonistas de la política de los
años setenta han cambiado. Hoy los actores no son ni Hassan II, ni Juan Carlos
I, ni Mohamed Sidi Brahim Basir, ni Mohamed Abdelaziz o Muhammad Gadafi y la
región ha pasado por las convulsiones generadas por las llamadas “Primaveras Árabes”.
Lo único que no ha cambiado en cinco décadas es
la intransigencia de los dirigentes del Frente Populista que se niega a buscar
nuevas propuestas que permitan lograr un diálogo constructivo y negociaciones
realistas.
El Frente Polisario pretende mantener al
Conflicto del Sáhara dentro de la lógica de un juego de suma cero. Dónde para
que una parte gane algo, la otra parte debe perderlo. Esta es una lógica que no
permite avanzar en el diálogo. Debemos trabajar para construir una nueva
lógica, un esquema más constructivo donde se contemplen los intereses y
necesidades de ambas partes en una relación en que ambas partes resulten
ganadoras. Debemos trabajar para construir en el Sáhara una paz sin vencedores
ni vencidos.
Señores y Señoras
El físico Albert Einstein solía afirmar que era
un grave error hacer las mismas cosas y esperar un resultado distinto.
Pero, el Frente Polisario insiste en hacer las
mismas cosas, se niega a presentar una propuesta alternativa o a discutir
seriamente la Propuesta de Autonomía y descentralización regional presentada
por Marruecos en Naciones Unidas.
Su intransigencia es precisamente la causa de
su creciente aislamiento internacional y de que generaciones de saharauis que
nunca han pisado el territorio del Sáhara Occidental languidezcan en miserables
campamentos en el Sur de Argelia.
Es que con el correr de los años, el Frente
Polisario se ha burocratizado y su dirigencia se ha aburguesado transformándose
en una camarilla que olvidando los ideales de independencia de la juventud se
ha atrincherado en sus privilegios y negocios ilícitos cerrándose a toda
posibilidad de cambio o solución realista.
Una dirigencia antidemocrática, autoritaria y
totalmente corrompida aferrada a sus cargos.
En este contexto de estancamiento, el
Movimiento Saharaui por la Paz (MSP) constituye una auténtica bocanada de aire
fresco, una auténtica expresión de los saharauis que buscan la paz, el diálogo
y una solución justa, realista y posible a este conflicto.
El MSP se ha convertido en muy pocos años en
una auténtica representación de todos los componentes sociales y de las tribus
del Sáhara con una dirigencia sana, transparente y democrática.
El Frente Polisario se niega a dialogar con el
Movimiento Saharaui por la Paz y en aceptarlo también como representante de un
importante sector de la opinión saharaui.
Es que la democracia y los derechos humanos son
incompatibles con el Frente Polisario. Esta organización insiste en aferrarse a
un modelo soviético que ha quedado perimido y obsoleto desde 1989, cayó cuando
fue derribado el infame muro de Berlín.
En este sentido la propuesta de Marruecos de
negociar un Estatuto de Autonomía donde los saharauis con total libertad
organicen su propio gobierno local, conforme a sus propias leyes y tradiciones.
Respetando la opinión de sus representantes tradicionales, pero bajo la
soberanía marroquí. Esta es la única solución posible, justa y realista y es
bueno reiterarlo.
La importancia del MSP radica precisamente en
este punto. En la incorporación de un nuevo actor libre de compromisos y con
dirigentes audaces y realistas dispuestos a superar los arcaicos condicionantes
ideológicos, los antiguos odios y tabúes para avanzar en un diálogo fructífero
que permita avanzar en la búsqueda de soluciones.
Recordando a Heráclito, podríamos decir que el
MSP es un nuevo actor que llega para bañarse en el cambiante río de la política
del Norte de África.
Es para mí un honor y un orgullo poder
contribuir con mi participación de este evento donde se reúnen tantas
personalidades del mundo preocupadas por la paz. Un evento que seguramente
contribuirá a la instrumentación de nuevas condiciones que fomenten el diálogo
y avancen en la búsqueda de soluciones que saquen del estancamiento a este
antiguo conflicto y contribuyan a mejorar el destino de aquellos que han
quedado atrapados en los campamentos de Tinduf.
Para concluir, quiero saludar el valor y los
grandes esfuerzos llevados a cabo por los hombres que han creado el Movimiento
Saharaui por la Paz arriesgando su propia seguridad y la de sus familias. Que
tuvieron el valor y la decisión para romper sus antiguos lazos de amistad y
militancia para llevar a cabo la titánica tarea de gestar un nuevo movimiento
político que realmente represente y luche por los derechos de los saharauis.
Es precisamente en las grandes y riesgosas empresas
donde se pone en evidencia la estatura de los grandes líderes.
Saludo al Movimiento Saharaui por la Paz,
auténtico representante de los saharauis y le auguro un seguro éxito en esta
dura empresa, comprometiéndome a sumar mi esfuerzo en apoyo de sus actividades.
Muchas gracias por su paciencia.
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