sábado, 3 de agosto de 2019

EL PRESIDENTE MARIO ABDO BENÍTEZ SOBREVIVE A SU PRIMERA CRISIS




Antes de cumplir el primer año de su mandato, el presidente paraguayo Mario Abdo Benítez logra sortear por escaso margen la demanda de impeachment presentada por la oposición y un grupo de legisladores de su propio partido.

El joven presidente colorado Mario Abdo Benítez no las tiene todas consigo. La economía paraguaya después de una década de fuerte expansión enfrenta ahora intensos vientos en contra.

El mes pasado, el Banco Central debió reducir en más de la mitad su pronóstico de crecimiento para 2019 a un escaso 1,5% debido a un freno en la actividad comercial y la sequía que redujo la producción de soja y de energía hidroeléctrica.

La recesión económica se refleja en el mal humor y la preocupación que se observa en la población. Además, Abdo Benítez tampoco controla al oficialista Partido Colorado.

Mario Abdo Benítez, y su vicepresidente Hugo Vázquez se impusieron en la interna partidaria para designar al candidato presidencial al frente de la facción denominada “Colorado Añetete” (que en lengua guaraní se traduce como “auténticos”) frente al sector liderado por el empresario tabacalero y expresidente Horacio Cartés que se  denomina “Honor Colorado”.

El expresidente Horacio Cartés, que enfrenta problemas en la justicia por hechos de corrupción durante su gestión y sospechas por contrabando de cigarrillos, es un poderoso caudillo político de gran poder económico y mediático como propietario del influyentes diario La Nación.

Las relaciones entre el actual presidente y el expresidente no son las mejores y los legisladores colorados que responden a Cartés pueden en un crisis decidir la suerte de Abdo Benítez.

La primera crisis detonó por la negociación llevada a cabo para distribuir cuotas y fijar precios por la energía de la empresa hidroeléctrica binacional Itaipú entre la compañía brasileña Electrobras y la paraguaya Administración Nacional de Electricidad (ANDE), durante el periodo 2019 – 2022.

Esta empresa hidroeléctrica sobre el caudaloso río limítrofe Paraná, es considerada como la segunda más grande del mundo después de la “Tres Gargantas” de China. Su construcción requirió el anegamiento de gran parte del territorio paraguayo. Cuenta con una potencia instalada de 14.000 megavatios y abastece a los estados más prósperos de Brasil, como São Paulo, Río de Janeiro, Paraná y Río Grande do Sul, ente otros.

En 2018, Itaipú produjo el 90% de la energía eléctrica que consumió Paraguay y aportó 600 millones de dólares al fisco guaraní. Paraguay emplea solo el 7% de la energía producida y vende a Electrobrás todo el excedente que el corresponde. Su construcción y posterior explotación beneficiaron históricamente a Brasil.

Los paraguayos consideran que Brasil paga un precio irrisorio por la energía que compra a su socio y vecino. “Reclamamos el pago a precio de mercado”, demanda Ricardo Canesse, un especialista en temas hidroeléctricos del opositor Frente Guasú.

En mayo pasado, los presidente Mario Abdo Benítez y Jair Bolsonaro suscribieron un acta estableciendo precios y cupos para la producción de Itaipú. Brasil obtuvo una importante reducción en el precio que paga por la electricidad excedente que adquiere. La oposición consideró la negociación como “traición a la patria” diciendo que ocasionaría una pérdida de entre doscientos y trescientos millones de dólares al Paraguay.

Conocidos los términos del acuerdo secreto, el presidente de ANDE, Alcides Jiménez, que había sido marginado de las negociaciones, se negó a refrendar el acta e hizo publico su contenido y detalles de las tratativas, incluidos algunos audios que dejaron muy mal parado al vicepresidente Hugo Velázquez.

La crisis pronto se expandió obligando al presidente Mario Abdo Benítez a aceptar la renuncia del ministro de Relaciones Exteriores, Luis Castiglioni, del embajador paraguayo en Brasilia, Hugo Saguier Caballero y el director de Itaipú, José Alderete. Pero estas renuncias no fueron suficientes para contener la crisis.

Inmediatamente, los legisladores “cartistas” que integran el sector “Honor Colorado” comunicaron su apoyo a los legisladores opositores para someter a juicio político al presidente y vicepresidente.

Más tarde y luego de una negociación entre el presidente Mario Abdo Benítez y Horacio Cartés sumado al anuncio de que los gobiernos de Paraguay y Brasil acordaban dejar sin efecto el acta suscripta y continuar las negociaciones respecto de la energía producida por Itaipú, los legisladores se Honor Colorado retiraron su apoyo al juicio político y la crisis se descomprime inmediatamente.

Durante el desarrollo de la crisis en Paraguay el gobierno brasileño se pronunció en respaldo del presidente Benítez. “Esperamos que la cooperación con el presidente Abdo pueda continuar, lo que permitirá la plena implementación de las iniciativas en marcha y la realización de nuevos avances, incluidos los acuerdos de mutuo beneficio sobre Itaipú”, Indica el comunicado emitido por la Cancillería brasileña.

Itamaraty incluso mencionó que cualquier alteración del orden institucional en Paraguay daría lugar a la aplicación de la llamada “cláusula democrática” del Tratado del Mercosur y a la suspensión de la participación del país guaraní en el organismo regional.

Hemos consultado al respecto al académico y periodista paraguayo Francisco Jiménez Duarte sobre las consecuencias futuras de la crisis. El analista paraguayo manifestó sus dudas sobre qué concesiones debió realizar el presidente Benítez para obtener el respaldo del empresario Horacio Cartés.

Por otro lado, el Dr. Jiménez Duarte mostró preocupación por la debilidad política en que queda el presidente Mario Abdo Benítez para negociar con su par brasileño Jair Bolsonaro, el Anexo C del Tratado de Itaipú que vence en 2023.

La renegociación exitosa de ese tratado es considerado como una reivindicación nacional y un tema estratégico por los políticos y expertos paraguayos que lo vinculan con la futura prosperidad del país.


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