lunes, 10 de noviembre de 2025

Mali: el laboratorio del caos en el corazón del Sahel


 

Mali, antaño modelo de estabilidad en África Occidental, se ha convertido hoy en el epicentro de una tormenta perfecta: golpes de Estado encadenados, avance yihadista, fractura étnica, y la sustitución del poder occidental por la influencia militar rusa.

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A cinco años del derrocamiento del presidente Ibrahim Boubacar Keïta, Mali es un Estado fallido que presenta un mosaico de zonas sin ley donde los grupos terroristas y las milicias paramilitares se disputan el control del territorio, mientras el Estado maliense se reduce a un cascarón en torno a su capital.

El origen de un Estado fallido

Desde su independencia de Francia en 1960, Mali ha transitado entre regímenes militares, promesas democráticas y crisis económicas crónicas. Los enfrentamientos con la minoría tuareg del norte —que reclama un Estado propio, Azawad— han sido una constante. En 2012, la caída del régimen de Gadafi en Libia trajo a Mali un aluvión de combatientes tuaregs y arsenales enteros. Su alianza inicial con los islamistas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) derivó en una guerra interna por el control del norte, preludio del colapso del Estado.

Francia intervino en 2013 con la Operación Serval, luego Barkhane, para evitar que los yihadistas tomaran Bamako. Pero, pese a la superioridad militar gala, la insurgencia se adaptó y expandió su radio de acción hasta Burkina Faso y Níger. El Sahel se convirtió en el nuevo frente global del terrorismo islámico.

De la tutela francesa a la protección rusa

La creciente hostilidad popular hacia la presencia francesa y el fracaso de la estrategia militar occidental prepararon el terreno para un nuevo giro geopolítico. Los golpes de Estado de 2020 y 2021, ambos encabezados por el coronel Assimi Goïta, consagraron la ruptura con París y el acercamiento a Moscú.

En 2021, la junta militar expulsó a las tropas francesas y, dos años después, también a la misión de la ONU (MINUSMA). En su lugar aterrizó el grupo paramilitar ruso Wagner, rebautizado, en 2024, como Africa Corps, un cuerpo armado dependiente del Ministerio de Defensa ruso. Según fuentes occidentales, más de un millar de sus mercenarios operan en Mali como “asesores”, aunque su verdadero papel se asemeja al de una guardia pretoriana del régimen.

Su método combina operaciones militares brutales y la explotación económica de recursos naturales —especialmente el oro— como forma de financiación. Varios informes internacionales documentan masacres de civiles atribuidas a las fuerzas conjuntas malienses y rusas, particularmente en la región de Mopti.

El 25 de julio de 2024, una operación en el norte, cerca de la frontera con Argelia, se saldó con una debacle: decenas de rusos y soldados malienses muertos o capturados por rebeldes tuaregs del Marco Estratégico Permanente para la Defensa del Pueblo Azawadiano (CSP-DPA). Las imágenes difundidas mostraron vehículos blindados chinos destruidos y prisioneros rusos, un golpe propagandístico devastador para Moscú y Bamako.

El auge del yihadismo

Mientras la junta estrechaba lazos con Rusia, el país caía en un espiral de violencia. En el norte y centro operan al menos cuatro grupos principales separados por rivalidades tribales y religiosas:

  • Jama’at Nasr al-Islam wal-Muslimin (JNIM), vinculado a Al Qaeda y dirigido por Iyad Ag Ghali, controla vastas zonas rurales.
  • Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), escisión rival del anterior, responsable de ataques masivos en la frontera con Níger.
  • Ansar Dine y Movimiento por la Unidad y la Yihad en África Occidental (MUYAO), más fragmentados, mantienen presencia residual.

El JNIM ha impuesto desde septiembre de 2025 un bloqueo económico sobre Bamako, interceptando camiones de combustible que provienen de Senegal y Costa de Marfil. Su objetivo: asfixiar la capital. Las consecuencias son dramáticas: escasez de gasolina, mercados desabastecidos, cierre de escuelas y hospitales, y un auge del mercado negro.

La ejecución pública de Mariam Cissé, una joven influencer que apoyaba al Ejército, simboliza la brutalidad del conflicto. Los milicianos del JNIM la secuestraron y asesinaron ante cientos de personas en la ciudad de Tonka. Su muerte es reflejo de una estrategia de terror destinada a quebrar cualquier apoyo popular al régimen.

El “Afganistán del Sahel”

El avance de los yihadistas hasta los alrededores de Bamako marca un punto de inflexión. Analistas europeos hablan de un “Afganistán del Sahel”: un Estado desmembrado donde el poder militar apenas sobrevive gracias al apoyo extranjero. La Unión Africana ha pedido una “respuesta internacional robusta y coherente” ante la expansión del extremismo, mientras Estados Unidos y la Unión Europea recomiendan a sus ciudadanos abandonar el país.

Según el coronel español Ignacio Fuente Cobo, “la presencia rusa no ha aumentado la seguridad; al contrario, ha alimentado la decepción y las dudas sobre su eficacia. Los franceses, al menos, mantenían a los yihadistas alejados de la capital”.

Fracturas regionales y tensiones geopolíticas

El caos maliense desborda sus fronteras. Argelia, que durante años medió en los acuerdos de paz con los tuaregs, ha roto relaciones diplomáticas con Bamako tras el derribo de un dron maliense en su espacio aéreo. Mali, Níger y Burkina Faso —los tres gobernados por juntas militares— han respondido con la creación de la Alianza de Estados del Sahel, una coalición político-militar que cuenta con respaldo de Moscú.

En este tablero, Marruecos también ha movido ficha: entrena a soldados malienses y ofrece cooperación militar, lo que ha irritado a Argel. Francia y España, mientras tanto, intentan reforzar su presencia en Mauritania, último bastión de estabilidad en el oeste del Sahel, temerosos de que el caos avance hacia el Atlántico y amenace las rutas migratorias y comerciales hacia Europa.

El costo humano del colapso

Más de dos millones de malienses se han visto desplazados por la violencia, y las cifras de muertos superan los 15.000, desde 2012. La inseguridad alimentaria afecta a casi la mitad de la población y la gobernanza estatal ha desaparecido de dos tercios del territorio. Las aldeas del norte viven bajo la ley islámica impuesta por los yihadistas; las del centro, bajo el miedo a las represalias del ejército o de los mercenarios rusos.

La “yihad económica”, como la llaman los analistas locales, ha paralizado la vida cotidiana: “Todo depende del carburante. Si cortas el suministro, el país entero lo sufre”, confiesa Alassane, empleado de una ONG en Bamako.

Un futuro incierto

El coronel Goïta, que prometió elecciones para 2022 y luego las pospuso indefinidamente, se aferra al poder en un país exhausto. Rusia, pese a los fracasos del Africa Corps, ha afianzado su influencia diplomática y económica. Pero el control territorial efectivo sigue en manos de los yihadistas.

Mali, que alguna vez fue símbolo del renacimiento democrático africano, se ha transformado en un escenario donde las potencias extranjeras libran una guerra por delegación y la población civil paga el precio del abandono.

En palabras del investigador Bakary Sambe, del Instituto Timbuktu:  “El Estado maliense ya no controla nada. Bamako es una isla sitiada en medio de un mar de violencia”.

El Sahel, advierten los expertos, podría ser el próximo gran frente de inestabilidad global: una franja de desierto, pobreza y armas, donde el fracaso de Mali amenaza con arrastrar a toda África Occidental hacia el abismo.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

El Rey de Marruecos, Mohammed VI, sitúa la sanidad marroquí a la vanguardia de África


 

El nuevo Complejo Hospitalario Universitario de Rabat, una "estructura de referencia internacional" de 280.000 m², y el de Agadir, pionero en robótica, encarnan la visión del monarca para garantizar el acceso equitativo a servicios de última generación

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El Reino de Marruecos ha dado este lunes un salto cualitativo en su infraestructura sanitaria con la inauguración del Complejo Hospitalario Universitario (CHU) Internacional Mohammed VI en Rabat. En una ceremonia presidida por el propio monarca, Su Majestad el Rey Mohammed VI, acompañado por el Príncipe Heredero Moulay El Hassan, cortó la cinta de una instalación que aspira a ser un emblema de la “nueva era de infraestructuras sanitarias modernas e inteligentes” en el continente.

Simultáneamente, el Soberano dio Sus Altas Instrucciones para la puesta en servicio inmediata del Complejo Hospitalario Universitario (CHU) Mohammed VI de Agadir, un polo médico de excelencia destinado a transformar la atención sanitaria en la región de Souss-Massa.

Ambos proyectos, realizados bajo el impulso de la Fundación Mohammed VI de Ciencias y Salud, son la materialización de la “Alta Benevolencia” y la visión estratégica del Rey. Ilustran una doble ambición: por un lado, ofrecer a todos los ciudadanos un acceso equitativo a servicios sanitarios de última generación y, por otro, consolidar la formación del capital humano como pilar de la reforma sanitaria nacional.

Rabat: buque insignia de tecnología y conocimiento

El complejo de Rabat es una estructura de dimensiones colosales construida sobre una superficie de 280.000 m². Agrupa en un mismo campus dos entidades complementarias: el Hospital Universitario Internacional (190.000 m²) y la Universidad Mohammed VI de Ciencias y Salud (90.000 m²).

El hospital, concebido como un establecimiento de nueva generación centrado en el paciente, arranca con una capacidad de 600 camas, ampliable a 1.000. Su núcleo lo forman más de 30 polos de excelencia médico-quirúrgicos y técnicos, cubriendo especialidades de vanguardia como la cirugía robótica, la neurocirugía, la cardiología intervencionista y la oncología.

La dotación tecnológica del CHU de Rabat marca un hito en el continente:

  • Bloque Quirúrgico: Cuenta con 24 quirófanos ultramodernos, 19 de ellos concentrados en un bloque integrado de 3.400 m² que incluye salas híbridas y robotizadas.
  • Cuidados Críticos: Dispone de 143 camas para cuidados críticos, de las cuales 30 son incubadoras de reanimación neonatal.
  • Diagnóstico de Precisión: Está equipado con un PET-IRM (Tomografía por Emisión de Positrones - Resonancia Magnética), un equipo precedente en Marruecos y en toda África, que se suma al PET-SCAN para diagnósticos de alta precisión.
  • Laboratorios: El complejo alberga la primera plataforma de laboratorio totalmente automatizada en África, que cubre todas las fases del análisis (química, inmunología, hematología). Además, cuenta con el único laboratorio digitalizado de anatomía patológica de Marruecos, garantizando una trazabilidad y precisión inéditas.
  • Servicios Únicos: Incluye una unidad de tratamiento de quemaduras graves y un servicio de oxigenoterapia hiperbárica e hipobárica, único en el país, destinado a tratamientos avanzados e investigación fisiológica.
  • Automatización: Dispone de una farmacia hospitalaria robotizada para optimizar la dispensación de medicamentos.

Junto al hospital se erige la Universidad Mohammed VI de Ciencias y Salud, un polo académico con capacidad para 8.000 estudiantes. Con 15 auditorios, 72 aulas y 217 salas de trabajos prácticos, la universidad incluye facultades de Medicina, Odontología, Farmacia, Medicina Veterinaria y escuelas de Ciencias de la Salud y Enfermería. Un centro internacional de simulación médica completa la oferta, permitiendo a los estudiantes formarse en condiciones que reproducen la realidad profesional.

Agadir: Modernidad en la respuesta social

Paralelamente a la inauguración en la capital, la orden real de poner en marcha el CHU Mohammed VI de Agadir subraya la preocupación real por el equilibrio territorial. Este centro, construido sobre 30 hectáreas con una inversión de 3,1 mil millones de dírhams (unos 310 millones de dólares), dotará a la región de Souss-Massa de una infraestructura de 867 camas.

El CHU de Agadir no es menos impresionante en su dotación. Es el primer establecimiento en África en integrar el robot quirúrgico “Revo I”. Esta tecnología permite intervenciones mínimamente invasivas con una precisión micrométrica, visión 3D de alta definición y un confort quirúrgico sin precedentes tanto para el cirujano como para el paciente.

Además, el centro dispone de un polo cardiológico avanzado con dos salas de cateterismo, una farmacia central con robot de distribución —una primicia a escala regional— y una central de esterilización totalmente automatizada.

Este hospital de referencia beneficiará a una población de unos tres millones de personas. Su apertura es una respuesta directa a las necesidades de la región, que en el pasado fue escenario de reclamos por las deficiencias del antiguo hospital. Ahora, los ciudadanos de Souss-Massa ya no tendrán que desplazarse a otras ciudades para someterse a cirugías complicadas o tratar patologías difíciles.

Sostenibilidad e impacto nacional

La visión del monarca para estas nuevas infraestructuras trasciende lo puramente médico. El complejo de Rabat, en un gesto de compromiso con el medio ambiente, ha obtenido la certificación de Alta Calidad Medioambiental (HQE) en su nivel “Excepcional”. Está equipado con 8.800 m² de paneles fotovoltaicos que cubren más del 10% de sus necesidades energéticas y permiten una reducción del 40% en sus emisiones de carbono.

En conjunto, estas dos grandes estructuras hospitalarias no solo refuerzan la soberanía sanitaria del Reino, sino que también generarán miles de puestos de trabajo directos e indirectos, contribuyendo al desarrollo económico regional y nacional.

Con estas inauguraciones, Mohammed VI refuerza la posición de Marruecos como un centro médico y científico líder en el continente africano. Más que hospitales, estos complejos representan un modelo marroquí de “medicina inteligente y justicia sanitaria”, que refleja la constante preocupación del Soberano por la salud y el bienestar de su pueblo.

 

martes, 4 de noviembre de 2025

COMITÉ INTERNACIONAL PARA EL DIÁLOGO Y LA PAZ

DECLARACIÓN N° 2/2025

 

 

El COMITÉ INTERNACIONAL PARA EL DIÁLOGO Y LA PAZ tiene la inmensa satisfacción de felicitar a Su Majestad el Rey de Marruecos, Mohammad VI y por su intermedio a todo el pueblo marroquí por el brillante logro alcanzado con el reconocimiento por parte de la Organización de Naciones Unidas de la plena soberanía del Reino de Marruecos sobre su Sáhara y la adopción del Plan de Autonomía propuesto por el Reino como la única solución posible y justa para poner fin a un diferendo artificial de cincuenta años que ha alterado la paz en el Norte de África.

El Plan de Autonomía propuesto por Marruecos es una solución justa que reconoce los intereses y particularidades culturales de la población saharaui y al mismo tiempo los derechos soberanos de Marruecos sobre la totalidad de su territorio.

En esta forma los saharauis podrán incorporarse plenamente a la sociedad marroquí manteniendo sus tradiciones y valores, bajo su propio gobierno local, en un ámbito de plena armonía y reconciliación con el resto de los marroquíes sin que existan vencedores ni vencidos.

La reciente decisión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha reconocido muy justamente los esfuerzos que durante siete décadas ha llevado a cabo el pueblo marroquí bajo la sabía conducción de la monarquía alauí para lograr una plena independencia e integridad territorial.

El COMITÉ INTERNACIONAL PARA EL DIÁLOGO Y LA PAZ, una institución nacida para impulsar el diálogo entre los pueblos en la búsqueda de la paz no puede menos que congratularse con la instancia abierta por Naciones Unidas para el inicio de la negociación que resuelva definitivamente, por procedimientos consensuados y pacíficos, este diferendo que ha generado todo tipo de tensiones en el Magreb, demorando su integración y progreso, al tiempo que provocaba pérdidas de vidas y grandes padecimientos a los saharauis injustamente retenidos lejos de su patria ancestral en Marruecos.

A partir de esta resolución de Naciones Unidas se inicia un largo y esperanzador camino hacia la reconciliación de todos los marroquíes, cualquiera sea su origen tribal, en su hogar del Sáhara marroquí bajo la sabía protección de su Rey, Mohammed VI.

El COMITÉ INTERNACIONAL PARA EL DIÁLOGO Y LA PAZ reitera sus mejores augurios para el pueblo marroquí en el inicio de esta nueva era de concordia y esperanza que se abre con el reconocimiento de su soberanía en el Sáhara efectuado por Naciones Unidas.

 

Dra. Graciela L. Cosentino                                Dr. Miguel Ángel Rodríguez Mackay

                       Presidente                                                           Director del Consejo Asesor    

 

La compleja violencia en Nigeria provoca la intervención del presidente Trump


El presidente estadounidense Donald Trump parece dispuesto a ir a fondo para ganar el premio Novel de la Paz, no solo ha terminado con diversos conflictos bélicos sino que ahora sale en defensa de los cristinos perseguidos en Nigeria.

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La ya de por sí volátil situación de seguridad en Nigeria, el país más poblado de África, ha escalado a una crisis diplomática tras las contundentes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Este fin de semana, Trump amenazó abiertamente con una intervención militar y la suspensión de “toda la ayuda” si el Gobierno nigeriano no frena lo que calificó como una “masacre masiva de cristianos”.

En una serie de publicaciones en su plataforma Truth Social , el mandatario republicano afirmó que el cristianismo enfrenta una “amenaza existencial en Nigeria” y aseguró haber dado instrucciones al Pentágono (al que se refirió como “Departamento de Guerra”) para “prepararse para una posible acción”. La intervención, advirtió, sería “rápida y brutal” o “rápida, feroz y dulce”, con el objetivo de “borrar por completo a los terroristas islámicos”.

La reacción en Abuya no se hizo esperar. El Gobierno nigeriano rechazó las acusaciones y la presidencia sugirió una reunión entre Trump y el presidente Bola Tinubu. Un portavoz de Tinubu, Daniel Bwala, matizó que Trump “tiene su propio estilo de comunicación” y que la amenaza podría ser una “táctica de negociación”. El propio Tinubu había rechazado previamente la caracterización de Nigeria como un país intolerante, asegurando que “no refleja nuestra realidad nacional”.

El laberinto de la violencia nigeriana

Expertos y analistas coinciden en que la realidad sobre el terreno es mucho más compleja y matizada de lo que sugieren las declaraciones de Trump. Nigeria, dividida casi por igual entre un norte predominantemente musulmán y un sur mayoritariamente cristiano, es escenario de múltiples conflictos superpuestos donde pierden la vida tanto cristianos como musulmanes.

Los focos de inseguridad son diversos: una insurgencia yihadista en el noreste, bandidaje y secuestros indiscriminados en el noroeste, y violentos enfrentamientos por la tierra y los recursos entre agricultores (mayoritariamente cristianos) y ganaderos de la etnia fulani (musulmanes) en el llamado “cinturón medio” del país.

Si bien los asesinatos en zonas de mayoría cristiana atraen gran atención internacional, como los ataques a aldeas agrícolas o el tiroteo masivo en una iglesia en Owo, en 2022, los datos disponibles no respaldan una persecución exclusivamente anticristiana. Analistas señalan que en el norte, de mayoría musulmana, la gran cantidad de las víctimas de los ataques yihadistas son musulmanas.

No obstante, líderes cristianos locales sí denuncian una violencia sistemática. John Joseph Hayab, de la Asociación Cristiana de Nigeria (CAN), declaró a CNN que coincide con la afirmación de Trump sobre los “asesinatos sistemáticos de cristianos” en el norte, aunque matizó que ha habido “un ligero cambio en los últimos dos años”.

El terror de Boko Haram y el yihadismo

Un actor central en la violencia que azota el noreste de Nigeria es el grupo terrorista yihadista Boko Haram. Este grupo, junto a facciones como la Provincia de África Occidental del Estado Islámico (ISWAP) , busca imponer una interpretación radical de la ley islámica.

Boko Haram ha atacado sistemáticamente tanto a cristianos como a musulmanes moderados. Ya en 2012, el grupo lanzó un ultimátum ordenando a los cristianos que abandonaran el norte del país. Sus tácticas incluyen ataques brutales contra comunidades, asesinatos, mutilaciones, secuestros y atentados contra iglesias. Según un informe de la organización “Mártires cristianos de Nigeria”, más de 50.000 cristianos habrían sido asesinados en el país en los últimos 14 años.

Un fenómeno global en aumento

La situación en Nigeria se enmarca en un contexto global de creciente hostilidad hacia los cristianos. Según la asociación Puertas Abiertas (Open Doors), más de 380 millones de cristianos en todo el mundo están expuestos a persecución y discriminación severas, lo que representa a uno de cada siete creyentes. Otro informe cifra en más de 365 millones los que enfrentan altos niveles de discriminación.

Las formas de persecución varían desde la prohibición de rezar, la demolición de iglesias y los arrestos hasta la violencia extrema y las masacres.

El Índice Mundial de Persecución 2025, que cubre el período de octubre de 2023 a septiembre de 2024, muestra un aumento de la violencia. Durante ese tiempo, 4.476 cristianos fueron asesinados por su fe en todo el mundo. El África subsahariana es el epicentro de esta violencia letal, concentrando 4.192 de esos asesinatos.

Nigeria figura entre los países donde la persecución ha alcanzado un nivel “extremo”, junto a naciones como Corea del Norte (que suele encabezar el ranking), Somalia, Yemen, Libia, Sudán y Eritrea. Las causas de esta persecución global son variadas, destacando el extremismo islámico y el auge del nacionalismo religioso.

Probable Evolución:

Analistas de seguridad advierten que la amenaza de Donald Trump, lejos de solucionar el problema, podría agravarlo. Una operación militar unilateral de Estados Unidos en Nigeria sería “previsiblemente impopular” y podría “desestabilizar aún más el país”.

Nnamdi Obasi, del International Crisis Group, subrayó que una intervención de este tipo no abordaría las causas subyacentes de la inestabilidad, que incluyen el extremismo, las tensiones por los recursos y el bandolerismo.

Además, han surgido temores de que las declaraciones de Trump puedan estar vinculadas a intereses estratégicos. Algunos analistas señalan la creciente importancia de Nigeria por sus yacimientos de minerales clave y elementos de tierras raras, muchos de los cuales se encuentran precisamente en el conflictivo noreste.

Otros observadores hablan de intereses más personales en la declaración de Trump, no dejan de destacar la manifiesta intención del presidente republicano de obtener el Premio Novel de la Paz, para igualarse con su archirrival el expresidente Barak Obama.

Cualquier se el móvil real de la cuestión, la mayoría de los expertos coincide en que la solución debe provenir del propio Gobierno nigeriano, instándolo a “intensificar los esfuerzos para poner fin a las matanzas de ciudadanos” y a combatir la desinformación con datos, en lugar de depender de “un salvador extranjero

domingo, 2 de noviembre de 2025

El Rey de Marruecos proclama la “victoria definitiva” en el Sáhara y sella su estrategia de 70 años


 

El monarca anuncia el “archivo definitivo” del conflicto del Sáhara tras una resolución de la ONU, culminando una ofensiva diplomática que ha consolidado el apoyo de potencias clave. En un discurso que conmemora, también los cincuenta años de la Marcha Verde, el soberano alauí tiende la mano a Argelia y a los saharauis retenidos en los infames campamentos de Tinduf desde una posición de triunfo.

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El Rey de Marruecos, Mohammed VI, ha proclamado un “decisivo punto de inflexión” en la histórica disputa por el Sáhara, declarando que el conflicto artificial ha sido “definitivamente archivado”. En un discurso a la nación, cargado de simbolismo al coincidir con el 50º aniversario de la Marcha Verde y el 70º de la independencia de Marruecos, el monarca ha presentado la última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU como la validación final de la soberanía marroquí y de su iniciativa para un Plan de Autonomía.

El discurso no es solo una celebración; es la coronación de una visión estratégica de largo plazo, meticulosamente ejecutada por la monarquía alauí durante décadas. El propio Rey marcó este cambio de paradigma en un discurso anterior, afirmando que el país pasaba “de una fase de gestión a una de transformación” en lo que respecta a su integridad territorial. La alocución del monarca detalla los frutos de esa transformación.

Una red de apoyos internacionales

El eje central de la estrategia real ha sido la construcción de una red de apoyos internacionales que hiciera insostenible cualquier solución fuera de la propuesta marroquí. El Rey Mohammed VI afirmó con satisfacción que “las dos terceras partes de los Estados miembros de las Naciones Unidas consideran ahora que la iniciativa de autonomía es el único marco para resolver este conflicto”.

Esta victoria diplomática se ha cimentado sobre el reconocimiento de la “soberanía económica” de Marruecos sobre las provincias del sur. El monarca destacó las decisiones de “principales potencias económicas” que han estimulado la inversión y el desarrollo de la región.

El discurso es explícito en sus agradecimientos, dibujando el mapa de la coalición que ha permitido este desenlace:

  • Estados Unidos: Una mención especial “bajo el liderazgo de nuestro amigo Su Excelencia el Presidente Donald Trump, cuyos esfuerzos hicieron posible abrir el camino hacia una solución definitiva”.
  • Potencias Europeas: Agradecimientos directos a “nuestros amigos en Gran Bretaña y España, y particularmente en Francia”, así como a la Unión Europea.
  • Otras potencias: El Rey Mohammed VI incluyó a Rusia en el grupo de potencias que han impulsado el desarrollo económico de la región.
  • Aliados tradicionales: Un profundo agradecimiento a los “países árabes y africanos hermanos” por su “inquebrantable e incondicional apoyo”.

Esta ofensiva diplomática ha logrado que la resolución de la ONU defina los pilares para una solución política “en el marco de los legítimos derechos de Marruecos”. Rabat, sintiéndose vencedor, se compromete ahora a actualizar su iniciativa de autonomía para que sea la “única base de negociación”.

La monarquía y la "causa nacional"

El discurso subraya el compromiso de más de setenta años de la monarquía alauí con lo que Marruecos considera su “causa nacional”. El Rey vincula el momento actual directamente con la figura de su padre, Hassan II, “artífice” de la Marcha Verde , presentando la resolución de 2025 como la culminación de la recuperación de ese territorio iniciada en 1975.

Esta continuidad dinástica refuerza el vínculo entre el trono y el pueblo en torno a la integridad territorial. El Rey rindió homenaje a los “inmensos sacrificios consentidos por las Fuerzas Armadas Reales y las Fuerzas de Seguridad” y al pueblo marroquí en su conjunto.

En una clara muestra de la centralidad de esta causa para la cohesión nacional, el monarca expresó su “orgullo y consideración” por los habitantes de las provincias del sur, quienes "constantemente han reafirmado su apego a los valores sagrados de la Nación".

Una mano tendida desde la victoria

Habiendo consolidado su posición, el Rey adoptó un tono magnánimo, asegurando que Marruecos “no considera tales transformaciones como una victoria” y busca una solución “sin vencedores ni vencidos”.

Desde esta posición de fuerza, el monarca lanzó dos mensajes clima de reconciliación:

  1. A los campamentos de Tinduf: Un “sincero llamamiento" a los “hermanos en los campamentos” para que aprovechen la “histórica oportunidad” de reunirse con sus familias y contribuir al desarrollo de su patria “en el seno del Marruecos unido”. En un gesto de profundo calado político, el Rey, como “garante de los derechos y libertades”, reafirmó que “todos los marroquíes son iguales, sin diferencia alguna” entre los que regresen y los que ya están en la patria.
  2. A Argelia: Una invitación directa y personal a su “hermano”, el Presidente Abdelmadjid Tebboune, para “emprender un diálogo fraternal y sincero”. El objetivo, según el Rey, es “superar las diferencias y construir nuevas relaciones” basadas en la confianza y la buena vecindad.

El discurso marca, por tanto, el “antes y un después del 31 de octubre de 2025” que proclamó el Rey. Es la declaración de un “Marruecos unificado, desde Tánger hasta Lagwira”, que cierra un capítulo de cincuenta años y abre uno nuevo donde la soberanía marroquí ya no está en discusión.

 

sábado, 1 de noviembre de 2025

Gran victoria del pueblo marroquí: la ONU reconoce la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara


  

El Consejo de Seguridad, con 11 votos a favor y el impulso de EE UU, adopta la propuesta marroquí como la “solución más viable” y margina la vía del referéndum. La histórica decisión, es un gran éxito diplomático, gestado por la conducción estratégica del Rey Mohammed, que supone una debacle total para el Frente Polisario y Argelia.

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El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha dado este viernes un giro histórico al prolongado diferendo sobre el Sáhara Occidental. En una votación decisiva, el máximo órgano de decisión de la ONU aprobó una resolución que, por primera vez, respalda de forma explícita el Plan para la Negociación de un Estatuto de de Autonomía, presentado por Marruecos en 2007, como la única base para la resolución del conflicto.

La resolución, redactada e impulsada por Estados Unidos , fue aprobada por 11 votos a favor, ninguno en contra y tres abstenciones. Los miembros permanentes Rusia y China, junto con Pakistán, optaron por la abstención. Argelia, miembro no permanente del Consejo y principal sostenedor del Frente Polisario, decidió no participar en la votación en señal de protesta.

El texto aprobado también renueva por un año más la misión de la ONU en la región, la MINURSO , pero su calado político reside en el cambio de paradigma que impone: desaparece la alusión a un referéndum de autodeterminación, una vía que se ha mostrado estancada durante décadas. En su lugar, el Consejo califica la iniciativa marroquí de autonomía como la "solución más viable" y la establece como la única base para las futuras negociaciones.

Un éxito de la "sabia conducción estratégica" de Mohammed VI

La resolución de la ONU no es un hecho aislado, sino la culminación de una delicada maniobra diplomática de largo recorrido, producto de la sabia conducción estratégica de Su Majestad el rey Mohammed VI que forjó una solida red de alianzas internacionales que apoyaron la justicia de su causa. Rabat ha logrado en los últimos años consolidar una visión que ha pasado de ser una propuesta a convertirse en la única solución realista y posible por la comunidad internacional.

Este éxito diplomático se ha cimentado en el apoyo explícito de potencias mundiales. La Administración del presidente Donald Trump en Estados Unidos ha sido un actor clave, primero al reconocer la soberanía marroquí sobre el territorio en 2020 y ahora al patrocinar esta resolución. El embajador estadounidense ante la ONU, Mike Waltz, calificó el voto de “histórico” e instó a las partes a usar la propuesta marroquí como “la única base” para una solución.

A Washington se han sumado otros miembros permanentes del Consejo, como Francia y el Reino Unido, además de socios clave como España.

El resultado de esta estrategia es palpable: más de 120 países a nivel global reconocen ya el plan de autonomía como la mejor solución, y más de 30 naciones han abierto consulados en Dajla y El Aaiún, las principales urbes de la región, en un reconocimiento de facto de la soberanía marroquí.

El pronunciamiento del organismo internacional despertó el jubilo del pueblo marroquí que salió a celebrar el reconocimiento de su soberanía en el Sáhara.

En un discurso inédito dirigido a la nación tras la votación, el rey Mohammed VI calificó la jornada como “un decisivo punto de inflexión” y el inicio de una “nueva conquista” para “archivar definitivamente este conflicto artificial”. El monarca agradeció expresamente a Estados Unidos, Francia, Reino Unido y España por sus “esfuerzos para garantizar el éxito de este proceso pacífico”.

Los grandes derrotados: el Frente Polisario y Argelia

La decisión del Consejo de Seguridad supone un serio revés para las aspiraciones del Frente Polisario y para su principal aliado, Argelia. La ausencia de Argelia en la votación fue justificada por su representante, Amar Bendjama, como un rechazo a un texto que, en su opinión, "provoca un desequilibrio entre las dos partes" y no refleja "la doctrina con respecto a la descolonización".

El Frente Polisario, que en 2020 dio por roto el alto el fuego de 1991 , rechaza la autonomía como única vía e insiste en una consulta que incluya la independencia. Sin embargo, la nueva resolución margina esta exigencia y deja al Polisario en una posición de creciente aislamiento internacional.

El detalle del plan de autonomía

La propuesta marroquí, ahora avalada por la ONU como base de negociación , fue presentada formalmente en 2007. El plan plantea la creación de una “región autónoma del Sáhara” con amplias competencias.

  • Autogobierno: La población saharaui elegiría sus propias instituciones legislativas (un parlamento regional) y ejecutivas (un gobierno local).
  • Competencias delegadas: La región gestionaría sus propios asuntos en los ámbitos administrativo, judicial, económico, tributario, cultural, social y de infraestructuras.
  • Soberanía marroquí: El Estado central (Rabat) conservaría las competencias de soberanía, como la defensa, las relaciones exteriores, la moneda, la bandera y los asuntos religiosos.

En su discurso, el rey Mohammed VI tendió la mano tanto a la población de los campamentos de Tinduf como a Argelia. El soberano hizo un “sincero llamamiento” a los “hermanos en los campamentos” para que aprovechen esta “histórica oportunidad” y regresen para contribuir al desarrollo de la región autónoma.

Además, en un gesto conciliador, el monarca invitó directamente a su “hermano”, el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune, a “emprender un diálogo fraternal y sincero” para “superar las diferencias y construir nuevas relaciones”, abriendo una puerta para resolver un conflicto que, según Rabat, ha entrado en su fase definitiva.

Conclusión

Podemos concluir aseverando que la soberanía marroquí en el Sáhara que logró el rey Hassan II con la histórica “Marcha Verde” de 1975, su hijo Mohammed VI la consolidó definitivamente treinta años más tarde al lograr su reconocimiento por parte de la ONU y de toda la comunidad internacional

 

jueves, 30 de octubre de 2025

Sudán: la tragedia guerra que el mundo insiste en ignorar


Sudán, cuna de civilizaciones antiguas, vuelve a ser rehén de sus propias heridas y de la indiferencia del mundo. Mientras Gaza y Ucrania dominan los titulares, la guerra sudanesa se libra sin testigos. Una tragedia africana que no tiene cámaras, pero sí millones de víctimas olvidadas.

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Durante más de dos años, Sudán ha sido escenario de una guerra civil que amenaza con borrar del mapa a uno de los países más vastos y complejos de África. Lo que comenzó en abril de 2023 como una pugna de poder entre dos generales —Abdel Fattah al-Burhan, jefe del Ejército regular, y Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti, líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR)— se ha transformado en una catástrofe humanitaria de proporciones bíblicas.

Un conflicto nacido del fracaso de la transición

Ambos jefes militares habían sido aliados en el derrocamiento del dictador Omar al-Bashir, en 2019, tras tres décadas de régimen autoritario. La caída del viejo autócrata abrió un breve paréntesis de esperanza: una transición hacia la democracia que duró lo que tardaron los uniformados en volver a tomar el poder con el golpe de octubre de 2021. Desde entonces, Sudán se deslizó hacia el caos.

El detonante del conflicto fue la disputa sobre cómo integrar a las FAR —una milicia poderosa y autónoma nacida de los temibles Janjawed de Darfur— dentro del Ejército regular. En realidad, se trataba de una lucha por el poder y los recursos: el oro, las rutas del contrabando y el control del Nilo.

Dos generales, un país desangrado

Al-Burhan, que encarna la estructura tradicional del Ejército, controla el espacio aéreo, Port Sudán y buena parte del norte del país, con el respaldo de Egipto e Irán. Hemedti, en cambio, lidera una fuerza paramilitar financiada por el oro de Darfur y antiguos apoyos de los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. Su milicia dispone de armamento pesado, drones de origen extranjero y un aparato económico paralelo.

Ambos generales se presentan como salvadores de la nación, pero sus ejércitos han convertido las ciudades en ruinas. Jartum, la capital, fue bombardeada hasta quedar irreconocible. La región de Darfur, en el oeste, es hoy un infierno de ejecuciones, violaciones y desplazamientos masivos.

La masacre de El Fasher: el nuevo rostro del horror

A finales de octubre de 2025, las FAR tomaron la ciudad de El Fasher, último bastión del Ejército en Darfur. La ofensiva se saldó con más de 2.000 civiles desarmados asesinados, en su mayoría mujeres y niños, según Naciones Unidas, en lo que Amnistía Internacional calificó de “matanza planificada”. Durante la captura los paramilitares llevaron a cabo ejecuciones sumarias, ataques a civiles en las rutas de escape y redadas casa por casa donde violaban a las mujeres y niñas que encontraban.

Durante la captura, los paramilitares arrasaron barrios enteros y ejecutaron a centenares de mujeres y niños que huían por las carreteras. Los principales objetivos de las FAR fueron los grupos no árabes, entre ellos los pueblos Fur, Zaghawa y Masalit. Imágenes satelitales mostraron manchas de sangre en las calles. En el Hospital de Maternidad Saudí, 460 personas fueron ejecutadas a sangre fría, incluidos pacientes y personal médico. “Era como un campo de matanza”, relató un testigo a Reuters.

La ONU estima que alrededor de 35.000 personas han huido de la ciudad de El Fasher tan solo desde el domingo 26 de octubre, mientras que UNICEF advierte que “los 130.000 niños que viven en El Fasher corren el riesgo de sufrir graves violaciones a su integridad física.

Un país en ruinas

Sudán se ha convertido en un Estado fallido. No hay Gobierno operativo, ni sistema judicial, ni red sanitaria. Más del 70 % de los hospitales han dejado de funcionar. Médicos sin Fronteras denuncia el secuestro de profesionales sanitarios para atender a los combatientes. Los brotes de cólera, sarampión y difteria se multiplican sin control.

Treinta millones de personas —más de la mitad de la población— dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Pero la respuesta internacional apenas cubre el 6,6 % de los fondos solicitados por la ONU. Los países vecinos, como Chad, Egipto y Sudán del Sur, acogen a millones de refugiados en condiciones precarias.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados calcula que 13 millones de personas han abandonado sus hogares, y que una de cada seis personas desplazadas del planeta hoy es sudanesa.

Las víctimas invisibles

Las principales víctimas son mujeres y niños, que constituyen el 88 % de los desplazados. La violencia sexual es utilizada como arma de guerra. Amnistía Internacional documenta violaciones sistemáticas y esclavitud sexual, crímenes que podrían tipificarse como de lesa humanidad.

“Los Janjaweed no tuvieron piedad de nadie”, cuenta Umm Amena, una madre de cuatro hijos que logró huir de Darfur tras dos días de masacres. En los campos de refugiados, el hambre se mezcla con la desesperanza: los menores mueren de desnutrición o enfermedades tratables.

Una guerra por el oro y el Nilo

Detrás del conflicto late un tablero geopolítico más amplio. Rusia, a través del ex grupo Wagner, ha explotado minas de oro sudanesas desde 2017 y aspira a instalar una base naval en Port Sudán, en el Mar Rojo. Los Emiratos y Arabia Saudita ven en el país un punto estratégico para controlar las rutas del comercio africano. Egipto teme que la desintegración de su vecino afecte al caudal del Nilo y agrave su disputa con Etiopía por la presa del Gran Renacimiento.

Sudán es, en definitiva, la bisagra entre el Sahel, el Cuerno de África y el Mar Rojo, una región donde confluyen intereses de potencias globales y rivales regionales.

El naufragio diplomático

La comunidad internacional ha fracasado estrepitosamente en su intento de mediar. Ni la ONU, ni la Unión Africana, ni los gobiernos árabes han logrado imponer un alto el fuego. Las treguas duran horas y los acuerdos de paz son papel mojado. Las conferencias en Londres o Nairobi se celebran sin los protagonistas del conflicto, y la guerra sigue su curso.

“Vergüenza para los perpetradores, pero también para los gobiernos que permiten que esta barbarie continúe”, declaró Erika Guevara Rosas, de Amnistía Internacional, en el segundo aniversario del conflicto.

De la revolución al desencanto

En 2019, miles de jóvenes y mujeres protagonizaron una revolución pacífica que hizo caer a Omar al-Bashir. Hoy, muchos de esos mismos manifestantes han muerto, están exiliados exiliados o guardan silencio. Su sueño de democracia fue devorado por los mismos militares que prometieron protegerlo.

Sudán, hoy constituye una tragedia africana con millones de víctimas inocentes que el mundo insiste en ignorar.