El constante crecimiento en las encuestas del
economista libertario Javier Milei lo está convirtiendo en una real alternativa
de poder y es motivo de preocupación de los partidos y candidatos tradicionales,
como así también del sector progresista de la inteligencia.
La política argentina muestra un nuevo fenómeno, la
aparición de un outsider que desafía a los partidos y políticos tradicionales:
el economista libertario Javier Milei que, convoca multitudes de jóvenes en sus
actos, no deja de subir en las encuestas y amenaza con convertirse en la
sorpresa de las elecciones presidenciales de octubre de 2023 y en el nuevo
presidente argentino el 10 de diciembre, repitiendo el efecto disruptivo que en
su momento protagonizaron Alberto Fujimori, Pedro Castillo, Jair Bolsonaro o
Donald Trump.
Veamos algunas de las posibles causas de ese
crecimiento en las adhesiones al político libertario, dividiendo
arbitrariamente las causas en estructurales y coyunturales.
Causas estructurales
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Milei
asumió actividades políticas plenas hace tan solo tres años, no arrastra
errores del pasado y, el lectorado no lo considerara responsable por el fracaso
económico que vive el país.
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La actual
crisis económica (126% de inflación interanual, la más alta de América Latina, 40%
de pobreza al 31 de diciembre de 2022, actualmente es aún más, y el dólar
paralelo a $408 pesos, cuando estaba a $46 cuando sumió Alberto Fernández) y el
incremento de los problemas de seguridad ciudadana, narcotráfico y corrupción
política se han convertido en “asignaturas pendientes” de la democracia
argentina.
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Desde
diciembre de 1983, cuando finalizó la dictadura militar, el país ha sido
gobernado por peronistas y radicales en distinto tipo de alianzas y
combinaciones y el resultado de sus gestiones, desde el punto de vista
socioeconómico, es catastrófico. Este resultado ha desvalorizado a la
democracia entre los argentinos. Las antiguas consignas de Raúl Alfonsín de que
“con la democracia se come, se trabaja y se educa” han demostrado ser
una trágica falacia y así lo siente la gente.
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Todos
los analistas y las percepciones de los ciudadanos de a pie coinciden en
señalar que la crisis económica (con una inflación en el mes de marzo de 7.7%)
se agravará aún más en los meses venideros afectando las posibilidades
electorales del gobernante Frente de Todos (FdT)
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En la
oposición, la coalición Juntos por el Cambio (JxC) ha demostrado ser una
alianza inestable donde sus componentes disputan agriamente los espacios de
poder y las pujas de protagonismo entre sus integrantes (Gerardo Morales,
Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri, Patricia Bullrich,
Jorge Macri, María Eugenia Vidal, para nombrar tan solo a los más notorios) se
exponen públicamente desalentando al electorado.
Los argentinos se han acostumbrado en los últimos años
a que una vez en el gobierno, las alianzas electorales dan paso a
desestabilizadoras guerras internas por el poder. Así ocurrió entre Fernando de
la Rúa, Raúl Alfonsín y Carlos “Chacho” Álvarez durante el gobierno de
la Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación (de 1999 a 2001),
entre Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner en tiempos del gobierno del Frente
para la Victoria (de 2003 a 2007), entre Cristina Fernández de Kirchner y
Julio Cobos (de 2007 a 2011) y desde 2020 entre Cristina y Alberto Fernández. El
electorado sabe que los políticos argentinos son malos para compartir el poder,
por lo tanto, desconfían de que las alianzas electorales sean una alternativa
de gobierno estable y eficiente, solo las votan si no tienen otra alternativa
posible.
-
Javier
Milei cuenta con un partido de reciente creación La Libertad Avanza (LLa), por
lo tanto, su candidatura no enfrenta rivales internos, no hay facciones ni
alianzas electorales que le resten libertad de acción. Tampoco deberá crear
cargos artificiales dentro del futuro gobierno para pagar favores electorales o
compensar a los aliados que integran una coalición. Tiene menos riesgos de
luchas internas por el poder. Tampoco carga, por el momento, con políticos
tradicionales con un pasado cuestionable o que han migrado continuamente de
espacios políticos y de ideas, como si los hay en el FdT y en JxC.
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Hasta
el momento ni el FdT o JxC han presentado un programa estructurado para sacar
al país de la crisis, su propuesta es continuar con el sistema de economía
dirigista cerrada basada en mayores impuestos (los argentinos pagamos 164
tributos distintos), retenciones al campo, cepo cambiario, subsidios de todo
tipo, tarifas subsidiadas de combustibles, energía, telefonía, etc. y acuerdos
de precios y salarios que nunca se cumplen. Este tipo de plan económico fue
implementado por primera vez, por el ministro José Ver Gelbard, en 1973,
durante el tercer gobierno peronista y fracaso estrepitosamente generando la
primera hiperinflación con el “Rodrigazo” de 1975. Desde entonces, ese
plan, con algunas variables, se ha intentado reiteradamente y siempre ha
fracasado, tal como lo demuestran las sucesivas hiperinflaciones y crisis
severas que sufrió la Argentina durante los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos
Menem, el “corralito bancario” de Fernando de la Rúa y la actual hiperinflación.
Causas Estructurales
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Las
encuestas actuales, donde Milei no deja de crecer, son provisorias, están
basadas más que nada en relevamientos de imagen positiva y negativa. No serán realmente
encuestas de intención de voto hasta que se oficialicen las fórmulas
presidenciales para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) el
24 de junio próximo. Cuando estén todas las fórmulas oficializadas podrá medirse
con exactitud cuál es la intención de voto en favor de Javier Milei.
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Hoy
todas las encuestas parecen indicar que Milei sería uno de los eventuales
candidatos presidenciales que disputarán la segunda vuelta electoral.
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El
economista libertario, contra todas las previsiones, se ha beneficiado por
haber iniciado su campaña presidencial a comienzos de 2022. No ha sufrido
desgaste como anunciaban todos los analistas, sino que ha crecido
continuamente. Pero, esta ventaja inicial puede disminuir una vez que estén
definidas otras fórmulas.
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Milei
se ha beneficiado por la crisis económica. Algunos votantes pueden pensar que
después sufrir los reiterados fracasos de la economía dirigista implementada
por peronistas y radicales durante décadas ha llegado el momento de probar la
receta liberal para ver si soluciona los problemas del país.
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Milei
tiene una propuesta económica disruptiva, clara y de simple comprensión:
cambiar las reglas de juego bruscamente, suprimir impuestos, terminar con los
privilegios de todo tipo que han enriquecido a los políticos y empresarios que
viven del Estado, abrir la economía, dolarizar, suprimir el cepo y reducir al
Estado a su mínima expresión.
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Su
mejor argumento de campaña, es decir: “sé lo que hay que hacer, se cómo
hacerlo y estoy dispuesto a hacerlo”.
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Después
de una fase disruptiva, donde Milei se hizo conocido por el electorado en base
a un peinado estrafalario, presentaciones a lo rockstar, insultos y
frases de alto impacto, ahora el economista ha entrado en una fase estructural
donde con un discurso mucho más moderado trata de demostrar que no es el
demente irracional que algunos creen. En este sentido, se dedica a explicitar
en todas las entrevistas, reportajes y presentaciones públicas sus propuestas
económicas y de gobierno, también en forma clara y detallada.
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Como
es el único vocero de su espacio, no hay contradicciones, doble discurso u
opiniones encontradas. Nadie habla por él.
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No ha explicitado
quienes serán sus candidatos, así ha evitado que estos sean cuestionados o
atacados hasta el 24 de junio cuando deban oficializarse las listas de
candidatos. También ha evitado que aquellos de sus colaboradores que no vean
cumplidas sus aspiraciones de ocupar ciertas posiciones en las listas, migren a
otros espacios. Para ellos, el 24 de junio será muy tarde para abandonar a
Milei.
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Por el
momento, Milei solo ha adelantado que su vicepresidente será una mujer y su
ministro de Economía un hombre, que su gabinete estará formado por tan solo
ocho ministerio, que eliminará el ministerio de la Mujer y el Instituto
Nacional contra la Discriminación (INADI), que no suprimirá los planes de ayuda
social a la población de menos recursos, que si eliminará los pagos a los
medios de comunicación para difundir propaganda oficial (Entre diciembre de
2020 y el 30 de abril de 2023, el gobierno de Alberto Fernández gasto $16.242
millones de pesos, unos U$S 40 millones de dólares, en propaganda oficial, la
llamada “pauta oficial” que se abona a 2.432 medios de prensa, pero que el 10%
se destina la conglomerado de medios Clarín) En otras medidas propone eliminar
la obra pública y reemplazarla por un sistema de concesiones (tal como se
realiza en Chile), implementar un cupón o “váucher” educativo para que
los alumnos elijan el establecimiento en donde estudiar, impulsando la
competencia educativa entre escuelas, colegios y universidades y crear un
sistema voluntario y privado de seguro de desempleo, etc.
A modo de síntesis, solo podemos
esperar hasta las PASO de agosto para saber si realmente Javier Milei es una nueva
y renovadora fuerza política o tan solo en producto de una manipulación de las
encuestas por parte de las consultoras y los medios de comunicación.
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