domingo, 8 de septiembre de 2019

LA DISPUTA POR LA AMAZONIA



El debate sobre el destino de la Amazonia sigue sin resolverse, y se enmarca en el conflicto Norte – Sur que ha caracterizado la discusión ambiental internacional desde mediados del siglo XX, es por lo  que siete países amazónicos se reunieron en Leticia, Colombia, para establecer un acuerdo que proteja a esta región del narcotráfico, la deforestación y la minería ilegal.

EL PULMÓN DE LA HUMANIDAD

La amazonia, es una vasta región de la parte central y septentrional de América del Sur que comprende la selva tropical de la cuenca del río Amazonas. Las adyacentes regiones de las Guayanas y el Gran Chaco también poseen selvas tropicales, por lo que muchas veces se las considera parte de la Amazonia.

La región de la Amazonia, con sus casi 7.000.000 km², es el mayor bosque tropical del planeta; actúa como sumidero de CO² y regulador de temperatura, lo que le otorga un papel clave en la lucha contra el cambio climático. Representa también el mayor banco genético del planeta, el mayor campo de estudio sobre los seres vivos y el mayor laboratorio viviente disponible para la investigación y desarrollo científico.[i] El 11 de noviembre de 2011 la selva amazónica fue declarada una de las siete maravillas naturales del mundo.

Brasil acoge el 64,3% del bioma total amazónico, compartido por ocho países y un territorio colonial: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Suriname y Venezuela, más el territorio colonial de la Guyana Francesa.

Factor de fuerza y base de futuros desarrollos, la Amazonia constituye también un factor de vulnerabilidad. Su carácter de “desierto verde” propicia la actividad de diversos elementos desde las políticas depredatorias de algunos estados hasta actividad de diversos elementos criminales que van desde los “movimientos de campesinos sin tierra” y los grandes latifundios sojeros y ganaderos que pujan por la extensión de la frontera agropecuaria, la minería ilegal desarrollada por “garimpeiros” y empresas internacionales que operan clandestinamente protegidos por milicias irregulares, narcotraficantes y grupos guerrilleros como las disidencias de la Fuerzas Armadas de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional de Colombia, los grupos peruanos Sendero Luminoso y el Movimiento Túpac Amaru, el Ejército del Pueblo Paraguayo y los cárteles de la droga colombianos, peruanos y ecuatorianos además de la creciente actividad de los grupos criminales brasileños: el Primer Comando de la Capital y el Comando Vermelho.[ii]

Por último, tanto sus riquezas minerales como su diversidad biológica despiertan la codicia de los países más industrializados y la convierten en blanco de las organizaciones no gubernamentales defensoras del medio ambiente que no dudan en realizar activas campañas destinadas a lograr la “internacionalización de la Amazonia” o su transformación como “Patrimonio de la Humanidad”. Es oportuno recordar las palabras el ex vicepresidente Al Gore, quien en 1989 no dudó en afirmar: “Contrario a lo que los brasileños piensan, la Amazonia no es su propiedad, sino que pertenece a todos nosotros”.[iii]

LA REACCIÓN REGIONAL

La Amazonia se encuentra regulada por dos instrumentos internacionales el Tratado de Cooperación Amazónica de 1978 y la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) pero estos acuerdos internacionales han demostrado ser insuficientes para evitar los incendios forestales y la depredación minera.

Es por ello que el pasado viernes 6 de septiembre, los presidentes y representantes de siete países sudamericanos firmaron el #Pacto de Leticia por la Amazonia” para coordinar la preservación de los recursos naturales de la zona.

El pacto fue firmado por los presidentes de Colombia, Iván Duque, de Perú, Martín Vizcarra; Bolivia, Evo Morales; Ecuador, Lenin Moreno, así como el vicepresidente de Surinam, Michael Ashwin Adhin; el canciller brasileño, Ernesto Araujo y el ministro de Recursos Naturales de Guyana, Raphael Trotman.

El presidente venezolano Nicolás Maduro y la representación de la Guayana Francesa fueron excluidos por motivos políticos.

LA AMENAZAS ACECHAN A LA AMAZONIA
Más allá de los tratados y las declaraciones en algunos países como Brasil, Bolivia y Paraguay hay sectores interesados en incrementar el desmonte de la selva amazónica. En especial, para incrementar las tierras destinadas a la ganadería y el sembrado de soja. Estos sectores muestran en general un total desconocimiento de las características del suelo amazónico. Y es que, pese a lo lujuriante de su vegetación, sus árboles de 80 metros y una espesa jungla que impide dar un paso, no existe en el mundo una tierra más estéril una vez que se han tumbado esos árboles y se ha quemado esa maleza.

Cuando los campesinos limpian un pedazo de terreno saben de antemano que obtendrán una primera cosecha excelente, una segunda mala, y una tercera prácticamente inexistente. Al tercer año, han de reanudar el ciclo en otro lugar y se da el paradójico caso de que son a la vez, campesinos y nómadas, por lo que acostumbran a vivir en casas flotantes o en chozas fáciles de desmontar.

La razón de la pobreza de esas tierras se debe a su corto espesor, ya que se encuentran asentadas sobre una capa de arcilla roja casi impenetrable de extremada acidez. Debido a ello se encuentran poco pobladas por toda la diminuta fauna que en otros climas hace la tierra rica y productiva; lombrices, gusanos, ácaros, ciempiés, saltamontes, termitas y larvas que airean y fertilizan los campos. En la Amazonia su número es ínfimo, por lo que sobre la superficie se extiende siempre una gruesa capa de vegetación en constante putrefacción, y la formación de nuevos suelos resulta tan lenta que todo intento de cultivo se convierte en inútil. Nada crecerá allí donde los árboles sean derribados; nada más que maleza estéril ya que los nuevos árboles tardarán cientos de años en alcanzar su tamaño original.

No obstante, algunos de los que la están destruyendo lo saben. Convertirán en pasto los gigantescos bosques, expoliarán los minerales, sustituirán los árboles por plantaciones de soja, pero las primeras lluvias torrenciales se llevarán la escasa tierra porque ya no estará afirmada por fuertes raíces. Lo que la naturaleza tardó un millón de años en crear unas cuantas empresas de política avariciosa puede destruir en el transcurso de nuestra generación con lo que la Amazonia habrá pasado de virgen a muerta sin transición.[iv]

Pero, mientras que los incendios de bosques se hacen evidentes y ocupan espacio en los medios de prensa internacionales otras formas de daño ecológico que amenazan a la Amazonia son menos evidentes aunque pueden ser tan dañinos como estos.

En noviembre de 2018, Nicolás Maduro, anunció un “Plan Oro” que permitirá a Venezuela obtener un beneficio estimado de cinco mil millones de dólares anuales, a partir de 2019. “El oro fortalecerá nuestras reservas internacionales y fortalecerá las finanzas nacionales”, dijo, y aseguró que su Gobierno había estado negociando con inversores extranjeros para vender el valioso mineral.

Los yacimientos de oro en Venezuela se encuentran en el llamado “Arco Minero del Orinoco” en el estado Bolívar. Es una vasta extensión de tierra, selva en su mayor parte, que abarca 114.000 km², desde Guyana a Colombia, donde pueden encontrarse todo tipo de minerales: petróleo, gas, hierro, aluminio… pero sobre todo diamantes y oro. Mucho oro.
Según algunas estimaciones, el territorio venezolano podría albergar hasta cuarenta millones de toneladas de diamantes, mientras que con respecto a las existencias de oro, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en 2016, Venezuela es el tercer exportador de América Latina con 15% del total de la región, superado únicamente por Brasil (17%) y Perú (31%).[v]

“Al igual que los diamantes de sangre (en África), el oro que se extrae de Venezuela, fuera de cualquier protocolo, es oro sangriento”, afirmó el general Manuel Cristopher Figuera, exjefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN).[vi]

Las compañías que operan en el “Arco Minero del Orinoco” suelen emplear tecnología y prácticas obsoletas que utilizan productos químicos peligrosos, con lo cual envenenan recursos hídricos vitales con mercurio, cianuro y otras sustancias tóxicas. Las operaciones mineras también continúan despejando grandes áreas de selva tropical, algunas de ellas protegidas por la ley venezolana, como el Parque Nacional Canaima, sitio que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad.[vii]

Estos son tan sólo algunos de los desafíos que enfrenta la Amazonia y a los cuales la comunidad internacionales deberá prestar atención en los próximos años.

PACTO DE LETICIA POR LA AMAZONÍA
Los Jefes de Estado y Jefes de Delegación del Estado Plurinacional de Bolivia, la República Federativa del Brasil, la República de Colombia, la República del Ecuador, la República de Guyana, la República del Perú y República de Surinam reunidos en Leticia, Colombia, el 6 de septiembre de 2019:
Reafirmando los derechos soberanos de los países de la región Amazónica sobre sus territorios y sus recursos naturales, incluyendo el desarrollo y el uso sostenible de esos recursos, conforme es reconocido por el derecho internacional;
Conscientes del valor de la Amazonía para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, así como, de sus bosques húmedos tropicales, fuente del 20% del agua dulce del planeta y regulador del clima, que provee servicios ecosistémicos esenciales para el desarrollo sostenible de las poblaciones amazónicas;
Teniendo en cuenta que en la Amazonía habitan más de 34 millones de personas, incluyendo pueblos indígenas y tribales y pueblos en condición de aislamiento voluntario y contacto inicial (PIACI) poseedores de saberes ancestrales, conocimientos tradicionales y diversidad cultural y lingüística, que deben protegidos;
Reafirmando todos los principios de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, teniendo en cuenta la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, incluyendo el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas y las capacidades respectivas, a la luz de las diferentes circunstancias nacionales, la Convención sobre Diversidad Biológica, la Convención de Lucha contra la Desertificación y Degradación del Suelo, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres; el Convenio de Minamata sobre el Mercurio; así como los tratados regionales, como los principios y propósitos del Tratado de Cooperación Amazónica y otros acuerdos internacionales relevantes para el desarrollo sostenible de la Amazonía y ecosistemas mundiales;
Conscientes de la importancia de la implementación y generación de sinergias entre la Agenda 2030 y sus Objetivos para el Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y el proceso de construcción de un marco global para la biodiversidad posterior a 2020;
Reafirmando que para la conservación y el desarrollo sostenible de la Amazonía se requieren los esfuerzos de los países amazónicos, y expresando su preocupación frente a la deforestación y degradación forestal que se presenta por diferentes causas en cada uno de los países, teniendo en cuenta sus respectivos marcos regulatorios, incluyendo las causas de deforestación que, según la evidencia necesaria, pudiesen estar asociadas al cambio climático y sus factores estructurales, y manifestando su compromiso de incrementar los esfuerzos nacionales y regionales para afrontar esta problemática de manera integral y urgente;
Reafirmando que la cooperación entre los países amazónicos es una condición importante para la conservación de la Amazonía, que genere oportunidades para el desarrollo sostenible y el bienestar de su población;
Considerando que, si bien existen mecanismos y programas financieros establecidos, incluyendo la banca multilateral, que complementan los esfuerzos de los países amazónicos y que contribuyen a la solución de estos desafíos, se requiere incrementar la provisión y movilización de recursos financieros para el cumplimiento de los compromisos asumidos en el marco de estos mecanismos para la consecución de este objetivo;
Alentando a la comunidad internacional a cooperar por la conservación y el desarrollo sostenible de la Amazonía, sobre la base del respeto a sus respectivas soberanías, prioridades e intereses nacionales, decidimos suscribir el presente:
PACTO DE LETICIA POR LA AMAZONÍA
1. Fortalecer la acción coordinada para la valoración de los bosques y la biodiversidad, así como para luchar contra la deforestación y degradación forestal, con base en las políticas nacionales y sus respectivos marcos regulatorios.
2. Establecer mecanismos de cooperación regional y de intercambio de información que permitan combatir las actividades ilegales que atentan contra la conservación de la Amazonía.
3. Crear la Red Amazónica de Cooperación ante desastres naturales entre los Centros de Operaciones de Emergencias para coordinar y articular los sistemas nacionales de prevención y atención de desastres con el objeto de atender de manera efectiva las emergencias de impacto regional, como incendios forestales de gran escala.
4. Intercambiar e implementar experiencias en el manejo integral del fuego, fomentando el desarrollo de políticas, instrumentos y acciones técnicas, basadas en la prevención de incendios forestales, la promoción de alternativas al uso del fuego en el medio rural y el fortalecimiento de capacidades técnicas, científicas e institucionales.
5. Concretar iniciativas de restauración, rehabilitación y reforestación acelerada en las zonas degradadas por incendios forestales y actividades ilegales incluyendo la extracción ilegal de minerales con miras a la mitigación del impacto, y recuperación de especies y funcionalidad de ecosistemas.
6. Incrementar los esfuerzos asociados al monitoreo de la cobertura boscosa y demás ecosistemas estratégicos de la región con el fin de contar con informes periódicos, en particular, en lo que respecta a la generación de un sistema de alertas tempranas por deforestación y degradación para actuar con un enfoque preventivo.
7. Intercambiar información para mejorar las capacidades de monitoreo del clima, la biodiversidad, los recursos hídricos e hidrobiológicos de la región bajo un enfoque de cuenca hidrográfica y basado en comunidades.
8. Promover iniciativas de conectividad de ecosistemas prioritarios y figuras de protección para la conservación de la biodiversidad por medio del uso sostenible, restauración y gestión de paisajes, respetándose las soberanías nacionales.
9. Intercambiar e implementar experiencias en el manejo integrado de los sistemas de áreas protegidas de los países amazónicos en los niveles regional, nacional y subnacional para su gestión efectiva y en beneficio de las poblaciones locales, a través de la promoción del desarrollo de programas y/o proyectos de conservación y uso sostenible.
10. Fortalecer los mecanismos que apoyen y promocionen el uso sostenible del bosque, los sistemas productivos sostenibles, los patrones de producción y consumo responsable y que promuevan las cadenas de valor y otros enfoques de producción sustentable, incluyendo las basadas en biodiversidad.
11. Impulsar acciones conjuntas orientadas al empoderamiento de las mujeres que habitan la región amazónica para fortalecer su participación activa en la conservación y desarrollo sostenible de la Amazonía.
12. Fortalecer las capacidades y la participación de los pueblos indígenas y tribales y de las comunidades locales en el desarrollo sostenible de la Amazonía reconociendo su papel fundamental en la conservación de la región.
13. Fomentar procesos de investigación, desarrollo tecnológico, transferencia de tecnología y gestión del conocimiento con el propósito de orientar la adecuada toma de decisiones e impulsar el desarrollo de emprendimientos ambientales, sociales y económicos sostenibles.
14. Desarrollar y articular entre los países amazónicos actividades de educación y creación de conciencia sobre el rol y función de la Amazonía, los principales retos y amenazas que enfrenta para su conservación y uso sostenible de los bosques y la protección de los conocimientos tradicionales de las comunidades que la habitan; así como sobre los escenarios de riesgo de desastres para el fortalecimiento de la resiliencia de las poblaciones amazónicas.
15. Trabajar conjuntamente para fortalecer los programas y mecanismos financieros, reivindicar los compromisos de los países asumidos en estos espacios, movilizar recursos públicos y privados, incluyendo la Banca Multilateral, según corresponda, para la implementación de este Pacto.
16. Avanzar rápidamente en la formulación de la segunda fase del Programa Paisajes Sostenibles de la Amazonía ante el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
DECLARAMOS:
Nuestra voluntad de acoger el presente Pacto de Leticia por la Amazonia.
Nuestro compromiso de coordinar, a través de las Cancillerías y las autoridades competentes, la formulación de un plan de acción para el desarrollo de las acciones adoptadas, así como de realizar reuniones de seguimiento para evaluar el avance en la formulación e implementación de dicho plan.
Nuestra intención de cooperar y nuestro llamado a otros Estados interesados, a la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y demás organizaciones regionales e internacionales a cooperar para la consecución de las acciones aquí acordadas construyendo en armonía con los esfuerzos nacionales y en atención a las solicitudes de los países amazónicos signatarios de este Pacto y con pleno respeto a su soberanía.


[i] TORMENTO, Carlos: La problemática de la Amazonia, en Revista de la Escuela de Guerra Naval, N° 41, Año XXVI, diciembre de 1994. Ps. 88 y 104. P. 95.
[ii] AGOZINO, Adalberto C.: Teoría de la geopolítica. Ed. Dosyuno. Bs. As. 2016. P. 311.
[iii] GACHO CARMONA, Isabel: La amazonia, los límites de la soberanía y el mundo que viene. Artículo publicado en https://www.politicaexterior.com/actualidad/la-amazonia-los-limites-la-soberania-mundo-viene/
[iv] VÁZQUEZ-FIGUEROA, Alberto: ¿Por qué incendian el Amazonas? Artículo publicado en https://www.elmundo.es/opinion/2019/09/05/5d6ff0bd21efa0e6558b46a9.html
[v] MONTES, Sebastián: Estados Unidos apunta contra el oro, que equivale a 11% de las exportaciones de Venezuela. Colombia 02/11/2019. Tomado de smontes@larepublica.com.co
[vi] COTOVIO, Vasco, SOARES, Ivo y BONETT, William: Un rastro de oro sangriento conduce al gobierno de Venezuela. Investigación de CNN. 20/08/2019. Tomado de https://cnnespanol.cnn.com/2019/08/20/un-rastro-de-oro-sangriento-conduce-al-gobierno-de-venezuela.
[vii] COTOVIO, Vasco, SOARES, Isa y BONNETT, William: op- cit.

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