lunes, 17 de junio de 2019

OTRO PAÍS ABANDONA LA MENTIRA DE LA RASD




El presidente de El Salvador, Nayib Bukele anuncia que su país retira el reconocimiento a la falsa RASD y restablece sus vínculos con el Reino de Marruecos.

El nuevo presidente de El Salvador, Nayib Bukele parece comprender que en el siglo XXI la política exterior de un país no puede guiarse por posiciones ideológicas sino por el realismo y la búsqueda de los reales intereses nacionales.

Es por ello que ha terminado con la pantomima de considerar a la falsa República Árabe Saharaui Democrática -RASD- como a un Estado y cesó, este sábado 15 de junio, sus relaciones diplomáticas con el Frente Polisario, pese a las presiones ejercidas por Cuba y el gobierno bolivariano de Venezuela.

En su anuncio el presidente Bukele reconoció que: “El Salvador, de alguna manera, reconoció a una república que no existe, que no tiene territorio, ni personas y que es una república virtual”. Más claro imposible.

El mandatario subrayó que con la finalización de los nexos con la inexistente RASD “nos estamos abriendo a relaciones diplomáticas reales y duraderas con todo el mundo árabe y en especial con Marruecos”.

Es evidente que de poco sirvió la farsa de que el imaginario presidente de la RASD, Brahin Gali asistiera a la asunción del cargo por el presidente Nayib Bukele, el nuevo mandatario no parece dispuesto a guiarse por prejuicios ideológicos o presiones regionales.

Es que en muchos países han comenzado a reconocer que no pueden obtener mucho de la alicaídas economías de Cuba o Venezuela, devastadas por años de políticas económicas desacertadas, la corrupción generalizada y la inoperancia de sus burocracias estatales. Por lo tanto, buscan relacionarse con países en crecimiento y de verdadera gravitación internacional como lo es, cada día más, el Reino de Marruecos.

Marruecos es el país más estable del Magreb y su economía en plena expansión recoge inversiones no sólo de Europa sino de socios considerados hasta ahora como no tradicionales, como China, India o Rusia.

Por otra parte, el reino alauí brinda su generosa cooperación para el desarrollo y asistencia humanitaria a otros Estados hermanos más necesitados. Es por ello que el presidente Bukele anunció que tiene un acuerdo con el Reino de Marruecos en materia de desarrollo agrícola, irrigación y comercio bilateral.
El Salvador se suma así a otros países que en los últimos años han abandonado la ficción de la RASD para restablecer sus vínculos con Marruecos como Paraguay (2014), Zambia (2016) y Malaui (2017). De los 193 países que integran la Organización de Naciones Unidas tan sólo 28 reconocen a la supuesta RASD como un Estado.

El peligro de esta situación es que el creciente aislamiento diplomático que sufre el Frente Polisario y los problemas de gobernabilidad que vive Argelia, tras el golpe de Estado que terminó con veinte años de gobierno del anciano presidente Abdelaziz Bouteflika y las continuas protestas callejeras, podrían llevar a los separatistas a asumir posiciones aún más aventureras y radicalizadas en materia de política internacional fortaleciendo sus vínculos con países aventureros como Venezuela e Irán y con grupos terroristas yihadistas.

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