El secretario de Seguridad de la provincia
de Buenos Aires, Sergio Berni ha publicado ayer un interesante artículo con
múltiples lecturas.
Sergio
Berni es un personaje difícil de definir. Médico, abogado, militar, político,
peronista, kirchnerista, progresista y experto en seguridad inclinado hacia las
teorías de la “tolerancia cero”, funcionario proactivo y ambicioso. Cada
uno puede elegir la faceta que más le agrade para catalogar a “Superberni”,
tal como lo bautizó el periodista Jorge Lanata.
Lo
cierto es que ayer, Sergio Berni publicó en Infobae un singular artículo
comentando los incidentes ocurridos durante el velatorio de Diego Maradona
titulado: “Dejar hacer y dejar pasar: un pasaporte al fracaso”. Este
artículo se presta a muchas interpretaciones, veamos algunas de ellas:
Todos
contra la ministra Sabina Frederic
Es un
secreto a voces que Sergio Berni aspiraba a integrar el gabinete del presidente
Alberto Fernández como su ministro de Seguridad. Pero no puedo conseguir ese
puesto.
No se
sabe con exactitud porqué el presidente Alberto Fernández prefirió a la
antropóloga, cercana al CELS, Sabina Frederic para ese cargo.
Quizás
Alberto recelaba de la cercanía de Berni con Cristina Kirchner y prefería
ubicar a una persona de su confianza en esa posición clave o, quién inclinó la
balanza en favor de la antropóloga fue el influyente periodista Horacio Verbitsky
que, bajo la protección de Cristina, ha ubicado a “su gente” en
distintas posiciones de poder dentro del gobierno.
Lo
cierto es que Sergio Berni debió conformarse, como premio consuelo, con el
cargo de secretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
Desde
su cargo en la provincia, Berni no ha ahorrado esfuerzos en su autopromoción ni
ha perdido ocasión para hostigar a la ministra Frederic y desautorizar o
menospreciar al presidente de la Nación. Muchas personas recuerdan a Berni
diciendo que su jefa política y a quien responde es a Cristina Kirchner y a
nadie más.
En
momentos en que al gobierno del presidente Fernández le cuesta asimilar el
desaguisado en que culminó el velatorio de Diego Maradona. Buscando un
responsable todas las miradas se dirigieron a la ministra de Seguridad por los
desbordes y la invasión de barrar bravas a la Casa Rosada.
El
gobierno kirchnerista pretendió sacar provecho político de la muerte del ídolo futbolístico
para mejorar su imagen, muy deteriorada en los últimos tiempos por las medidas
sanitarias aplicadas para contener la pandemia del covid 19, sus efectos sobre
la economía y el ánimo de la población.
Pero
como muchas de las iniciativas encaradas por el gobierno su torpe
implementación terminó en un fracaso total transmitido en vivo y en directo a
todo el mundo.
Las
fallas de organización, la falta de planificación y coordinación entre las
fuerzas federales de seguridad generaron incidentes en los cuales se
comprometió la seguridad presidencial y se dañó el patrimonio histórico de la
Casa Rosada.
El tradicional
Patio de las Palmeras y otras áreas de la Casa de Gobierno fueron
intrusadas por barras bravas y público exaltado que vandalizaron las
instalaciones aterrando a funcionarios, empleados y periodistas allí
acreditados.
Alguien
debería hacerse responsable y la ministra de Seguridad encabezaba la lista.
Aníbal Fernández rápidamente se anotó para sucederla en el cargo. Pero Sergio
Berni no estaba dispuesto a resignar sus aspiraciones. Para hacerse notar
decidió publicar un artículo crítico señalando que: “Cuando un puñado
minúsculo d inadaptados genera desmanes, la respuesta debe ser clara e
inequívoca. Si se elige no hacer nada, los resultados nunca serán buenos.
Pareciera que se impuso el piloto automático como filosofía para la resolución
de problemas: no controlar y no responde a la violencia desatada sino desde la
contemplación meramente especulativa. Todo como producto de una confusión
conceptual que alimenta innecesariamente el caos. Pero también como
consecuencia de la falta de decisión, de coraje y de compromiso para
involucrarse de cuerpo y alma.”
Cuestionamientos
al Presidente
Sergio
Berni se define como un decidido “cristinista” alineado con “la Jefa”
y su representante, el gobernador Axel Kicillof, por lo menos hasta el momento
en que decida cambiar de bando.
Como
hemos dicho, sus fuertes críticas al Presidente fueron reiteradas y no iba a
dejar pasar una cuestión tan propicia para golpear a sus rivales cuando
atraviesan un momento de debilidad.
Berni
aprovecho los conflictos entre Alberto y Cristina para cuestionar las falla en
la política de seguridad del Gobierno nacional, siguiendo la línea de los “funcionarios
que no funcionan” denunciados por la carta de la vicepresidenta del mes
pasado.
Como
dice el refrán todos tratan de hacer leña del árbol caído y Berni siguió esa
norma.
¿Berni
candidato?
Como
hemos dicho, Sergio Berni es un político ambicioso y como tal tiene grandes
aspiraciones. Se imagina encabezando la lista de diputados nacionales en su
distrito en octubre de 2021 y desde allí proyectándose como un líder político
de alcance nacional.
Como
tantos otros, Berni estaría pensando en la sucesión de Cristina Fernández de
Kirchner y, en esta etapa, esta construyendo su imagen como futuro candidato
presidencial.
Si en
algún momento la gente se cansa de la sumatoria de errores e improvisaciones
del actual gobierno. Se imagina como una figura de recambio para el régimen
cuando las urnas o las cacerolas hagan sonar el “que se vayan todos”.
Berni
sabe que la inseguridad es una de las mayores preocupaciones de la población y
pretende utilizar las políticas de mano dura y tolerancia cero, aunque aclara: “En
el marco de la legalidad […] pero con la firmeza necesaria para restablecer el
orden”, para impulsar su popularidad.
Posiblemente
se imagine construyendo una coalición electoral entre el peronismo ortodoxo, el
kirchnerismo residual y sectores independientes de clase media con
preocupaciones materiales concretas: seguridad, desocupación, recesión,
inflación, etc.
Hoy
todo esto puede parecer muy especulativo y hasta utópico, pero quién apostaba
por la candidatura presidencial del casi desconocido gobernador de la provincia
de Santa Cruz, Néstor Kirchner en enero de 2002.
En la
política Argentina todo es posible y Sergio Berni parece contar con eso.
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