sábado, 30 de marzo de 2019

EL REINO DE MARRUECOS DUEÑO DE SU POLÍTICA EXTERIOR




La cumbre entre los reyes Mohammed VI de Marruecos y  Abdala II de Jordania permitió avanzar hacia una asociación estratégica entre ambos reinos de cara a la próxima reunión de la Liga Árabe, en Túnez, el domingo 31 de marzo.

El encuentro de amistad y trabajo entre los reyes Mohammed VI y Abdala II, en Rabat, esta semana ha servido para profundizar aún más la asociación estratégica pluridimensional entre ambos reinos y fijar pautas comunes para la próxima reunión de la Liga Árabe, un bloque regional signado en este momento por enfrentamientos y divisiones.

La Liga Árabe se reunirá el próximo domingo 31 de marzo en Túnez en un momento en que se han incrementado las tensiones Medio Oriente por las recientes medidas adoptadas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, los problemas de gobernabilidad que enfrentan los presidentes de Argelia y Sudán (ausentes a la reunión), los conflictos en Libia y Siria, la reconstrucción de Irak y los enfrentamientos entre los países del Golfo.

La visita del rey Abdala II, respondió a una invitación de su homólogo marroquí y constituye el segundo viaje de este tipo del monarca hachemita a Rabat en dos años, tras su viaje de marzo de 2017.

Ambos monarcas dedicaron largas conversaciones a puertas cerradas para analizar los problemas que hoy afectan al mundo árabe alcanzando importantes coincidencias.

Recientemente, el presidente Trump rompió el precario equilibrio de poder en Medio Oriente al aceptar unilateralmente un cambio en el estatus internacional de la ciudad de Jerusalén y de los denominados Altos del Golán.

En diciembre de 2017, los Estados Unidos conmovieron al mundo al reconocer a la ciudad de Jerusalén como capital del Estado de Israel y trasladar su embajada a la ciudad santa.
El pasado 25 de marzo, Trump avanzó aún más. Al reunirse con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el presidente estadounidense suscribió una declaración en la que reconoció la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán.

Los Altos del Golán constituyen un territorio estratégico de 1.200 kilómetros cuadrados habitada por unos veinte mil drusos sirios y una similar cantidad de colonos judíos asentados ilegalmente allí, contraviniendo las leyes internacionales.

Israel se apoderó de los Altos de Golán durante la Guerra de los Seis Días, en 1967, después de que Siria utilizara durante años la meseta estratégica para hostigar las colonias judías en Galilea.

Israel fortificó fuertemente las alturas instalando allí una unidad militar de élite la “Brigada Golani” y creando asentamientos ilegales en el valle. Finalmente, Israel se anexo esos territorios, en 1981, por una ley de la Knéset.

Marruecos y Jordania fijaron una posición común con respecto a estos conflictivos temas en la declaración conjunta que los reyes Mohammed VI y Abdala II suscribieron al término de la visita del monarca jordano, declarando “que la defensa de Jerusalén y sus santuarios de todos los intentos por cambiar su estatus histórico, legal y político […] tiene una importancia primordial para los Estados.”

En el caso de Siria, las partes destacaron el rol del mundo árabe en la solución de la crisis siria por vía política y conforme a la resolución 2254 de la ONU.

“En virtud de las leyes internacionales, las Alturas del Golán son territorios sirios ocupados y las declaraciones sobre su pertenencia a Israel son ilegítimas y violan el derecho internacional”, continúa la declaración.

Tal como señala el documento suscripto la “visita ilustra sobre la profundidad de las relaciones de fraternidad, cooperación y solidaridad que unen a los dos países hermanos en favor de la voluntad común de los dos soberanos”, reza la nota.

Al dar a conocer la declaración conjunta, el canciller marroquí Nasser Burita adelantó cuál será la posición del Reino magrebí en la reunión de la Liga Árabe del próximo domingo.

Burita manifestó: “desde el punto de vista del Reino de Marruecos, las relaciones con los países del Golfo, en particular con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, siempre han sido relaciones históricas profundas. Marruecos siempre ha insistido en preservarlas y reforzarlas”.

“A veces, podemos estar en desacuerdo en ciertos temas, ya que la política exterior es una cuestión de soberanía. En Marruecos, también se basa en principios y constantes”, agregó.
Burita señaló también que “la coordinación debería hacerse en dos sentidos. No debe ser una carta sino que debe cubrir todas las cuestiones importantes en el Oriente Medio y el Norte de África, al igual que la crisis en Libia.”

En esta forma, Burita destacó los lazos históricos de Marruecos como parte del mundo árabe pero también la independencia del Reino para defender sus intereses nacionales y su soberanía sin dejarse presionar por las intensiones hegemónicas de otros Estados.

Por último, cabe recordar que Jordania y Marruecos son considerados por los observadores internacionales como los dos más firmes y confiables aliados de los países occidentales en el mundo árabe, presentan el rostro más racional, amable y moderno de las monarquías árabes, en contraposición de los más conservadores reinos del Golfo Pérsico muchas veces vinculados a las expresiones más radicalizadas del islam.



miércoles, 27 de marzo de 2019

FINALMENTE EL EJÉRCITO ARGELINO ABANDONA A BOUTEFLIKA



Después de más de un mes de continuas protestas callejeras en régimen argelino comienza a dar señales de buscar una salida negociada a la crisis de gobernabilidad desplazando al anciano y enfermo presidente Abdelaziz Bouteflika pero intentando mantener el statu quo.

Las “primaveras árabes”, que se iniciaron en 2011, tuvieron mal final. En la mayoría de los casos de demandas de democracia y mayores libertades individuales derivaron en anarquía, caos y cruentas guerras civiles (Libia y Siria) o dieron paso a regímenes aún más represivos que aquellos a los que se proponían derribar, como ocurrió en Egipto con el general Abdelfatah Al Sisi.

Los argelinos tienen muy presente esta realidad como así también la dura experiencia del “decenio negro” (1991 – 2002) cuando los enfrentamientos entre el Ejército y los islamistas dejó un saldo de al menos doscientos mil muertos y desaparecidos y un número mucho mayor de torturados, encarcelados, desplazados o exiliados.

Por lo tanto, los manifestantes han extremado sus cuidados para que las protestas no deriven en violencia. También evitaron cualquier vinculación con los partidos y grupos políticos, en especial con los islamistas. Una de las consignas más coreadas es muy ilustrativa al respecto: “No queremos ni barbudos (islamistas) ni kamis (sus túnicas) ni policías.” La guerra civil dejó un trauma en la sociedad argelina que no va a facilitar el regreso de los islamistas al poder. Por otra parte, hoy los islamistas se encuentran divididos, desacreditados y carecen de líderes influyentes.

El régimen también ha moderado el empleo de la fuerza limitándose a controlar las manifestaciones sin intentar impedirlas ni reprimirlas. Pareciera que el régimen argelino trata por todos los medios de evitar que la crisis de gobernabilidad se internacionalice.

Argel intenta evitar la suerte de las dictaduras latinoamericanas, con quienes por otra parte mantiene fluidos vínculos, que actualmente enfrentan protestas similares: la Venezuela chavista de Nicolás Maduro y la Nicaragua del comandante sandinista Daniel Ortega.

Los dirigentes argelinos temen que si se agrava el conflicto las potencias occidentales apliquen a su país sanciones diplomáticas o económicas que limiten sus viajes y estadías europeas o bloqueen los fondos que tienen depositados en Europa y en diversos paraísos fiscales.

Además, saben que cualquier sanción económica terminaría por impactar también en la tambaleante economía del país magrebí absolutamente dependiente de sus exportaciones del petróleo y gas.

Es por lo que el gobierno y la oposición callejera no tienen interés en que se llegue a una confrontación abierta y violenta. Es por lo que desde el estallido de la crisis el régimen ha estado retrocediendo lenta y gradualmente al hacer concesiones y buscar una negociación que calme los ánimos.

Primero debió aceptar las protestas callejeras aunque formalmente se encuentran prohibidas desde 2001. Luego trajo de regreso al presidente Abdelaziz Bouteflika, interrumpiendo su tratamiento en Suiza, para que renunciara a competir en las elecciones de abril por un quinto mandato, el pasado 13 de marzo.

Al mismo tiempo suspendió sin fecha los comicios presidenciales. La renuncia encubría un intento de producir una transición supervisada por Bouteflika -que prolongaría de hecho más allá de las previsiones constitucionales la duración de su cuarto mandato- y tutelada por figuras vinculadas al régimen.

Era una suerte de “autogolpe” destinado a ganar tiempo y asegurar el control del proceso, de sus participantes y del cronograma del proceso de transición.

En este sentido la convocatoria a una “Conferencia Nacional”, y no a una “Asamblea Constituyente”, hacía difícil que pudiera garantizar la inclusión y representatividad necesaria para la construcción del nuevo marco institucional y político reclamado por el movimiento ciudadano argelino.

Pero, los argelinos después de años de temor y obediente resignación estaban artos y no toleraban más las maniobras dilatorias del régimen por lo que mantuvieron la presión en las calles.

Fue entonces cuando, acorralado, el régimen argelino se vio forzado a descartar al anciano y enfermo Bouteflika para apaciguar las protestas.

El martes 25, el jefe de Estado Mayor del Ejército y viceministro de Defensa, el general Ahmed Gaid Salah, hasta entonces uno de los más firmes apoyos de Bouteflika, ha proclamado la necesidad de aplicar el artículo 102 de la Constitución que permite declarar incapacitado para seguir ejerciendo el cargo al presidente por motivos de salud. En un discurso transmitido por la televisión pública, el alto funcionario militar ha reivindicado el carácter pacífico de las protestas, “que demuestran la grandeza del pueblo argelino, su conciencia y madurez”, pero no sin destacar que esas movilizaciones podrían ser “explotadas” por sectores “maliciosos y hostiles”, “de dentro y fuera del país”, que “usan maniobras dudosas para atacar la estabilidad” de Argelia.

En este sentido, el jefe del Ejército ha dicho que para evitar que el país caiga en “una situación incierta” hay que defender los “intereses supremos” de Argelia y buscar una solución “a la crisis” dentro del “marco institucional”, que es la “única garantía para la preservación de una situación política estable”. “En este contexto, se hace necesario, incluso imperativo, adoptar una solución para salir de la crisis que responda a las legítimas demandas del pueblo argelino y que garantice el respeto de la Constitución y al mantenimiento de la soberanía del Estado”, ha argumentado.

Al día siguiente, otro connotado personero del régimen Ahmed Ouyahia, presidente del cogobernante partido Agrupación Nacional Democrática (RND), y primer ministro durante veinte años hasta su destitución el pasado 11 de marzo, se sumó al planteo reclamando la dimisión del presiden Bouteflika.

De aprobarse ese curso de acción los pasos iniciales comprenderían la siguiente hoja de ruta:

Se reuniría el Consejo Nacional o el Consejo Constitucional para valorar la propuesta de aplicar el artículo 102 de la Constitución, que estipula que: “En caso de que el presidente de la República; por causa de enfermedad grave y duradera, esté totalmente imposibilitado para ejercer las funciones de su cargo, deberá reunirse el Consejo Constitucional y, una vez comprobada por todos los medios adecuados esta realidad, debe proponer por unanimidad al Parlamento declarar el estado de impedimento.”

Tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado deben aprobar por una mayoría cualificada de dos tercios la aplicación del artículo 102 y la inhabilitación del presidente por un período de 45 días durante el cual la jefatura del Estado quedará en manos del presidente del Consejo Constitucional, Abdelkader Bensalah.

Pasado los 45 días previstos por la ley, y si la incapacidad persiste, el Consejo Constitucional debe volver a reunirse para declarar la “vacante del poder” y pedir a las cámaras la apertura del periodo de transición definitivo.

Recibida la solicitud, el plenario del Senado y de la Cámara baja deben volver a reunirse y aprobar la puesta en marcha finalmente del artículo 104 de la Constitución, que cede el poder al presidente del Consejo Constitucional, quien debe convocar en 90 días a nuevas elecciones presidenciales a las que el mismo no puede presentarse.

De esta forma la figura clave del proceso de transición pasa a ser Abdelkader Bensalah, un político de la “generación de los liberadores” quien, con sus 77 años, es un personaje controvertido para una parte de los argelinos ya que, al igual que Bouteflika, nació en una zona difusa de la frontera colonial entre Argelia y Marruecos, asignada a este último país en época del Protectorado francés.

Su apariencia de burócrata gris y sus modales -casi siempre- ajustados, no le han impedido convertirse en una figura incombustible, mucho menos visible que la del presidente Abdelaziz Bouteflika. Pero no de menor impacto en los recovecos del régimen. Los manifestantes que protestan contra el régimen lo conocen muy bien y no lo olvidan en sus cánticos y pancartas, donde siempre expresan su repudió hacia él.

No obstante, aún queda por verse si finalmente el llamamiento de los militares se impone y el régimen apela a la aplicación del artículo 102 o esta intempestiva declaración es tan sólo otra más de las maniobras dilatorias.

Quienes, por estos días, están siguiendo con particular preocupación los movimientos en la cúpula del poder argelino, son los dirigentes del Frente Polisario que ven como sus apoyos políticos y económicos amenazan con esfumarse a breve plazo.

Un nuevo gobierno argelino puede verse tentado a no seguir invirtiendo dinero y esfuerzos políticos para defender la causa de los separatistas. También puede buscar reducir las tensiones con Marruecos que fuerza a Argel a sostener una costosa carrera armamentista y frena la integración y el desarrollo del Magreb.

Argelia podría terminar aceptando una solución realista para el Conflicto del Sáhara. Tal como propone Marruecos a través de la Iniciativa para la Negociación de un Estatuto de Autonomía en esa región.

En cualquiera de estos casos, los separatistas polisarios pueden terminar convirtiéndose en una moneda de cambio entre Argel y Rabat.

Por otra parte, uno de los principales apoyos del Polisario en América Latina, junto con Cuba, la Venezuela chavista no pasa por un buen momento y debe emplear todos sus recursos económicos, políticos y diplomáticos para sobrevivir y no le sobra nada para sostener a un grupo parasitario y actualmente sin ningún peso internacional como son los separatistas del Polisario.

En otras palabras, el fin de Bouteflika puede ser también el principio del fin para el Frente Polisario.


sábado, 16 de marzo de 2019

VEINTE COSAS QUE TE CONVENDRÍA SABER SOBRE ROBERTO LAVAGNA




El economista Roberto Lavagna se perfila como posible candidato del Partido Justicialista en las elecciones de octubre de 2019, He aquí algunas cosas que usted debería saber sobre él.


2.- Si se convierte en presidente el 10 de diciembre de 2019, tendrá 77 años y será el segundo presidente de más edad en la historia argentina. Sólo superado por Juan Domingo Perón en su tercer mandato (78 años declarados, 80 años reales) y por delante de Hipólito Yrigoyen que en su segundo mandato tenía 76 años.

3.- Lavagna de asumir la presidencia con 77 años no sólo sería el presidente más viejo desde que se restableció la democracia en 1983 sino que superaría la media de edad de los presidentes al asumir el cargo por veinte años (media de 57,6% años).

4.- Se graduó en 1967 de Licenciado en Economía en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Aunque realizo un posgrado en Econometría y Política Económica en la Universidad de Bruselas y ejerció la docencia universitaria durante muchos años, su título de “Doctor” en solo “Honoris Causa” por la Universidad de Concepción del Uruguay.

5.- Sus detractores, como la diputada Elisa Carrió, le adjudican una personalidad dominada por la autoconfianza y el mesianismo que lo llevan a comportarse frío, distante y por momento soberbio.

6.- Ha publicado siete libros, el último de ellos en 2015 titulado “Construyendo la oportunidad”.

7.- Su esposa, Claudine Marechal es de nacionalidad belga. Tiene tres hijos varones y cinco nietos. Sus tres hijos son profesionales universitarios: Sergio es ingeniero, Marco es licenciado en Economía y Diputado Nacional (2015 – 2019) y Nicolás es médico.

8.- Lavagna defiende el derecho a la vida y es firme opositor a la legalización del aborto.

9.- Fue funcionario público jerárquico (de Director Nacional hasta Ministro) de seis presidentes: Juan D. Perón, María Estela Martínez Carta de Perón, Raúl Alfonsín, Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.

10.- En 1975, junto al economista Ricardo Delgado fundó la consultora Ecolatina,  que dirigió hasta el año 2000 en que fue reemplazado por su hijo Marco después de graduarse de economista y hasta asumir como diputado en 2015.

11.- Recibió el Premio Konex por su trayectoria en la Economía en 2006.


12.- En 2007 creó el partido político “Concertación para Una Nación Avanzada” (UNA) y estableció una alianza electoral con la Unión Cívica Radical y otros partidos. La fórmula Roberto Lavagna – Gerardo Morales (actual gobernador de Jujuy por Cambiemos) obtuvo 16,89% de los votos situándose tercero tras la triunfadora Cristina Fernández de Kirchner y la segunda Elisa “Lilita” Carrió. La única provincia en que la candidatura de Lavagna se impuso en esa elección fue Córdoba donde obtuvo el 35,22% de los votos contra 23,82% de Cristina Fernández de Kirchner.

13.- En 2015 se incorporó al Frente Renovador creado para apoyar la candidatura presidencial del entonces diputado Sergio Massa.

14.- Mantiene fuertes vínculos tanto con la Unión Cívica Radical (ocupó cargos en todos los gobiernos radicales), como con el Partido Justicialista y el sindicalismo peronista, especialmente con Luis Barrionuevo, Armado Cavalieri, Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez, Roberto Fernández, José Luis Lingieri y Carlos Acuña.

15.- Fue Embajador Extraordinario y Plenipotenciario ante los Organismos Económicos Internacional (Ginebra) y ante la Unión Europea (Bruselas) de 2000 a 2002.

16.- En 2002, durante la presidencia de Eduardo Duhalde reemplazó a Jorge Remes Lenicov en el ministerio de Economía y reencauzó la actividad económica. Continúo al frente de ese ministerio durante los primeros años del gobierno de Néstor Kirchner, interviniendo en la renegociación de la deuda pública nacional entonces de default. 

17.- Tras las elecciones de 2005 en que se enfrentaron los Kirchner con los Duhalde, fue eyectado del cargo por Néstor Kirchner quien lo acusó de no haberlo apoyado durante la campaña electoral.

18.- Diversas fuentes periodísticas le atribuyen mantener una relación especial con el empresario Paolo Rocca CEO del más grande grupo empresarial del país la firma Techint SRL. Los detractores de Lavagna le adjudican la sanción de la Ley 25.924, conocida como “Ley Techint”, que estableció un régimen especial de promoción industrial que concedía importantes facilidades impositivas a las grandes empresas del sector. El 18 de diciembre de 2018, Paolo Rocca y Roberto Lavagna cerraron un seminario organizado por Techint para 350 empresarios Pymes clientes y proveedores del grupo económico.

19.- Entre los principales impulsores políticos de la candidatura de Roberto Lavagna se cuentan el expresidente Eduardo Duhalde, su esposa Hilada “Chiche” Duhalde y el dirigente radical Ricardo Alfonsín que lo proyectan como una alternativa del peronismo para superar la grieta y la polarización electoral entre Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri.

20.- Sus partidarios sostienen que una vez en la presidencia renegociará la deuda con el FMI, controlará la inflación e impulsará políticas  de reactivación económica y en favor de la industria nacional. Se lo considera una pieza clave del “Lobby Industrialista” que integran los economistas Aldo Pignanelli, Ignacio de Mendiguren, Matías Tombolini y su hijo Marco Lavagna, y recibe el apoyo de la Unión Industrial Argentina y el Movimiento Productivo Argentino entre otras organizaciones.

miércoles, 13 de marzo de 2019

EL RÉGIMEN ARGELINO SE ENDURECE FRENTE A LAS PROTESTAS CALLEJERAS



Tras veinte días de protestas callejeras el gobierno de Abdelaziz Bouteflika ha suspendido sin fecha las elecciones presidenciales de abril.

Nadie bien informado puede ignorar que Argelia no es una auténtica democracia sino un sistema opaco que no respeta ni su propia Constitución ni su sistema jurídico.
Un régimen antidemocrático y autoritario que solo tolera una discrepancia política suave, pero nada que realmente amenace su hegemonía.

Argelia es un país donde la prensa es sometida a diario a una férrea censura y los jóvenes blogueros que satirizan al presidente son condenados a largas sentencias de cárcel. Incluso los médicos que se atrevieron a reclamar por la falta de inversiones en la sanidad pública fueron duramente represaliados y cuatro mil de ellos optaron por marcharse del país.

Desde su independencia de Francia en 1962, en tiempos de la Guerra Fría, el coloso del Magreb se convirtió en un país socialista con fuertes vínculos con el Bloque Soviético.

En los últimos veinte años, Argelia ha sido gobernada por el mismo hombre Abdelaziz Bouteflika, un político proveniente de las filas del hegemónico Frente de Liberación Nacional que acostumbra “ganar” las elecciones por más del 80% de los votos.

El problema es que Bouteflika hoy tiene 82 años y está seriamente discapacitado desde que, en 2013, un accidente cerebro vascular lo confinó a una silla de ruedas.

Desde entonces el anciano presidente no pronuncia discursos, no aparee en público y el pueblo solo lo conoce por antiguas fotografías estáticas. Bouteflika tampoco asiste a cumbre internacionales de primeros mandatarios ni recibe a los jefes de gobierno que visitan su país.

El verdadero poder reside en un oscuro entramado de clanes encabezados por el hermano menor del presidente, Said Bouteflika, el Ejército representado por el Jefe de Estado Mayor, Ahmed Gaid Salah, un general de 79 años, y un grupo de poderosos empresarios que monopolizan los grandes negocios argelinos.

En los últimos años, los problemas de gobernabilidad en Argelia no sólo se originan en la vejez y precaria salud del presidente, sino también en una economía dependiente en un 95% de las exportaciones de gas y petróleo a Europa afectadas por el fuerte descenso internacional de estos productos.

El hartazgo ante el estancamiento económico pronto comenzó a invadir a los jóvenes ante la falta de trabajo y oportunidades de crecimiento personal.

Para ellos las opciones se reducían a la resignación, el exilio o la rebelión. Durante años la presión invisible del régimen forzó la paciencia y los más disconformes optaron por buscar un mejor destino en Europa. Ahora las cosas han comenzado a cambiar y el gobierno se muestra impotente para controlar el descontento.

En enero el gobierno anunció elecciones presidenciales para el 18 de abril de este año. Desde hacia meses los cánticos contra el gobierno eran frecuentes en los estadios de futbol, pero el 22 de febrero la protesta llegó a las calles, dos días antes que Bouteflika fuera trasladado a Ginebra “para un tratamiento de rutina”, se suspendiera la inauguración del nuevo aeropuerto en Argel y el anciano presidente anunciara la postulación para un quinto mandato consecutivo.

Las protestas de los viernes, convocadas por las redes sociales, sin líderes evidentes ni organizaciones políticas de sostén, fueron haciéndose cada más multitudinarias y se expandieron hacia las principales ciudades argelinas.

Para contenerlas el gobierno suspendió las clases en colegios y universidades intentando desmovilizar a los estudiantes. Pero fue inútil, la protesta del pasado viernes 8 de marzo fue particularmente masiva.

Impotente, el gobierno respondió trayendo de regreso a Bouteflika para anunciar que retiraba su postulación. Además, violando la constitución el régimen decidió suspender los comicios presidenciales sin fecha. En un acto que en la práctica constituye un auténtico golpe de Estado.

Para justificar la medida el gobierno anunció la convocatoria a una conferencia nacional “inclusiva e independiente” presidida por una “personalidad independiente, consensual y experimentada” que será responsable de conducir este proceso. Pero no proporcionó ni un calendario ni una “hoja de ruta” para el desarrollo de este supuesto proceso democratizador.

Esto ha hecho pensar a la oposición en calles que el gobierno tan sólo intenta ganar tiempo hasta que comience el mes de Ramadán a fines de abril para encontrar un candidato alternativo a Bouteflika, que preserve el statu quo entre los grupos dirigentes, y, al mismo tiempo, “planchar” las demandas de cambios profundos.

Por lo cual, la oposición está convocando a una nueva y aún más masiva jornada de protesta para el próximo viernes 15 de marzo.

La pregunta es si el régimen aceptará las demandas de una transición democrática ordenada o intentará ahogar las protestas con una violenta represión como hizo con los islamistas en la década del noventa.

Por el momento, nadie sabe con certeza como evolucionará la situación en el país más grande y más poblado del Magreb.

sábado, 9 de marzo de 2019

RODRÍGUEZ ZAPATERO OTRO SOCIALISTA DEL SIGLO XXI CON GUSTOS DE BURGUÉS




El ex jefe de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, uno de los más importantes defensores internacionales de la revolución bolivariana y del régimen de Nicolás Maduro, ha adquirido una lujosa vivienda de dos millones de euros para vivir como un revolucionario.

José Luis Rodríguez Zapatero gobernó España, en nombre del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, de 2004 a 2011. Durante su gobierno España entró en recesión, el desempleo se disparó, el sistema financiero colapsó y estalló la burbuja inmobiliaria.

La debacle financiera terminó obligándolo a adelantar las elecciones en julio de 2011 para el 20 de noviembre de ese año. Su partido el PSOE perdió la elección a manos del Partido Popular y fue reemplazado al frente del ejecutivo por Mariano Rajoy.

Después de integrarse por algunos años, como otros ex jefes de gobierno españoles, al Consejo de Estado, renunció en 2015 para presidir el Consejo Asesor de la opaca Fundación Alemana del Instituto para la Diplomacia Cultural, un think thank con sede en Berlín. El Instituto para la Diplomacia Pública es presidido por expresidente rumano Dr. Emil Constantinescú (1996 – 2000).

La misión fundamental del Instituto para la Diplomacia Pública ha sido definida por Rodríguez Zapatero como: “… es la paz, el diálogo, son las relaciones entre los pueblos, las culturas y las civilizaciones, es hacer que cada uno sea protagonista de su tiempo y que ese tiempo sea un tiempo a favor del entendimiento y la tolerancia.”

Todas estas intenciones son muy loables. Pero en ocasiones, tal como dice un antiguo refrán: “el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.”

Rodríguez Zapatero, desde 2016, ha participado de iniciativas para el diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y los partidos de la oposición venezolana.

Iniciativas que han hecho muy poco por la paz y la democracia en Venezuela pero que han permitido al dictador bolivariano ganar tiempo y mantenerse en el poder mientras desgastaba a la oposición.

Es evidente que su actual actividad en favor de la paz, la tolerancia y el entendimiento entre los pueblos debe ser una tarea muy bien remunerada porque el político socialista ha podido comprarse una lujosísima vivienda de 400 metros cuadrados de edificación en la localidad de Valdemarín, en Aravaca, junto al Hipódromo de la Zarzuela. La zona considerada como el Beverly Hills de Madrid y dónde el metro cuadrado de edificación se cotiza a 5.335 euros. Claro que Rodríguez Zapatero afirma que sólo pagó por la vivienda 800.000 euros.

Algo un poco difícil de creer cuando se analizan las lujosas instalaciones del inmueble.
Se trata de una casa moderna construida con muros estructurales de hormigón y lozas macizas formando las diferentes plantas. Son 400 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, con acabados de lujo y ascensor privado. Tres dormitorios cada uno con su respectivo baño, además de un baño para las visitas en la planta baja, garaje para varios autos, dependencias de servicio, patio japonés en el salón, terraza con una piscina de un carril concebida para la práctica de la natación.

El subsuelo alberga las dependencias de servicio, una zona de estar y el gimnasio.

El cerramiento exterior del complejo de 18 viviendas se compone de los mismos muros de hormigón combinados con madera natural y grandes ventanales de vidrio. La carpintería exterior, de color acero inoxidable, comprende ventanales y mamparas de vidrios laminados de seguridad, persianas eléctricas y un amplio y sofisticado sistema de seguridad.

Las áreas comunes del complejo comprenden el garaje, los accesos y la cancha de pádel.
Como puede apreciarse luchar por el socialismo y la paz mundial parece ser una actividad muy rentable a juzgar por como vive José Luis Rodríguez Zapatero, que nunca ejerció otro oficio que el de político o el revolucionario Pablo Iglesias del partido Unidos Podemos. Un archienemigo del capitalismo que el año pasado adquirió su modesta “jaima” de 260 metros cuadrados de edificación en un predio de 2.300 metros cuadrados, por la modesta suma de 600.000 euros, en la localidad de Galapagar.

Sabiendo que los generosos “honorarios profesionales” abonados por Venezuela e Irán contribuyeron al bienestar de la familia formada por los diputados de Podemos, Pablo Iglesias e Irene Monero, cabe preguntarse  cuánto ha contribuido Nicolás Maduro al confort habitacional de su camarada del socialismo del siglo XXI José Luis Rodríguez Zapatero.

miércoles, 6 de marzo de 2019

BUHARI REELECTO EN NIGERIA




El presidente nigeriano Muhamadu Buhari obtuvo una clara victoria electoral por una diferencia de cinco millones de votos más que su principal competidor.

Finalmente, el presidente Muhamadu Buhari obtuvo un nuevo mandato para permanecer por un nuevo período de cinco años en Aso Rock, la villa presidencial de Nigeria situada en la ciudad capital de Abuya.

Candidato por el partido Congreso de todos los Progresistas, Buhari obtuvo el 56% de los votos válidos frente al 41% de su más próximo competidos, el candidato del Partido Demócrata Popular, Atiku Abubakar, un próspero empresario y exvicepresidente.

Los comicios se realizaron, después de una postergación de una semana por problemas logísticos, el sábado 23 de febrero y del que sólo participó el 40% de los 72 millones de electores habilitados.

Buhari se impuso en 19 de los 36 estados que integran Nigeria, mientras que Abubakar triunfó en 17 de ellos y en la capital.

El 3% restante de los votos se distribuyó entre los 71 candidatos presidenciales restantes.
Como suele ocurrir en los procesos electorales africanos la violencia fue uno de los grandes protagonistas de los comicios. Aproximadamente, doscientos sesenta personas perdieron la vida desde octubre de 2018 en hechos de violencia vinculados de diversa forma con el proceso electoral. Entre ellas figuran los 16 muertos ocurridos el día de la votación y los 47 muertos ocurridos en los días posteriores.

También como es frecuente en estos procesos el candidato derrotado denunció que se había cometido fraude y ocurrió sin éxito a la justicia.

Durante la campaña electoral, Buhari presentó un programa de gobierno que denominó “El siguiente nivel” que en realidad proponía tan sólo la continuación de las políticas y programas aplicados en su pasada administración, como los planes de inversión social, el gasto para la inversión en infraestructura básica financiada con déficit y la creación de empleos en el sector público.

Nada nuevo y muy poco para cambiar el rumbo del país más poblado de África, que ni siquiera sabe con certeza cuantos habitantes tiene -el último e incompleto censo data de 2006-.

Que es la primera economía del continente pero la mayor parte de su población debe arreglarse con ingresos de menos de dos dólares diarios y que ha superado a la India como el país con mayor número de pobres. Nigeria tiene 87 millones de pobres contra 73 millones de la India.

El otro gran problema del gigante africano es la violencia. En 2015, según un informe elaborado por el Peace Reserch Institute Oslo y el Uppsala Conflict Data Program, el 23% de las muertes provocadas por ataques terroristas del mundo (aproximadamente una de cada cuatro víctimas) se produjo en Nigeria.

El principal responsable de esas muertes es el grupo yihadista Jama´Atu Ahlis Sunna Wal-jihad Lidda´Awati, que podría traducirse como “personas comprometidas con la propagación de las enseñanzas y la yihad del Profeta”, pero a quien todos incluso las autoridades de la ONU- identifican por la sigla de Boko Haram.

Este grupo salafista se fundó en 2002, en la localidad de Maidunguri, en el Estado nigeriano de Borno. Su fundador fue Ustaz Mohammed Yusuf, militante y líder de este hasta 2009.  En el año 2004 al inicio de las acciones armadas su sede fue trasladada a Kanamma, en el Estado de Yobe, donde se constituyó una central operativa denominada “Afganistán”.

En julio de 2009, tras la muerte de Mohamed Yussuf, histórico líder de Boko Haram y unos ochocientos de sus seguidores a manos del ejército nigeriano, su mano derecha Abubakar Shekau se hizo cargo del liderazgo del grupo salafista.

La noche del 14 al 15 de abril de 2014, terroristas del grupo Boko Haram se apoderaron de un instituto educativo en Chibok donde secuestraron a 223 jóvenes estudiantes trasladándolas hacia la frontera con Camerún. El hecho conmocionó al mundo y despertó la solidaridad internacional. En los meses siguientes se recuperaron a aproximadamente 150 de las niñas secuestradas.

En agosto de 2016, surgió un conflicto interno y un grupo encabezado por Abu Musab al Barnawi -seudónimo que supuestamente oculta a un hijo del asesinado fundador de Boko Haram, Mohammed Yusuf- con el apoyo del Estado Islámico -o ISIS según la sigla en inglés o DAESH como se lo conoce en el mundo islámico- anunció que un grupo de Boko Haram se desvinculaba del emir Abubakar Shekau y pasaba a denominarse “Provincia de África Occidental del Estado Islámico”.

Más allá de sus posibles diferencias y rivalidades personales y tribales, estos grupos son islamistas salafistas que practican la yihad o guerra santa y demandan la aplicación de las leyes islámicas “Al Ṧari´a” -Sharía-.

Además de la proliferación de grupos islamistas salafista yihadistas en los estados del noreste del país: Borno, Yobe y Adamawa. En el sur del territorio nigeriano, allí donde se realiza la explotación petrolera en el Delta del río Níger, operan múltiples milicias tribales que practican la guerra de guerrillas y han llevado a la militarización total de la región.

Estas milicias reclutan sus miembros entre los pueblos ogoni e ijaw, los más afectados por la depredación medioambiental de las empresas petroleras multinacionales; y demandan una más equitativa distribución de la renta petrolera.

Estos grupos prosperan en base a la extorsión a las mismas empresas extranjeras que combaten. La más grande e importante de estas milicias es el Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger -MEND- fundado por Godswill Tamuno y Jomo Gbomo, en diciembre de 2005.

En el cinturón medio del país, la violencia se produce por conflictos étnicos entre los pueblos de pastores y agricultores por la posesión de las tierras agrícolas.

Además, el empleo de la violencia letal es sumamente frecuente en situaciones de conflicto civil, tales como los robos a mano armada y los asesinatos extrajudiciales originados por conflictos comerciales o disputas sociales. La tasa de homicidios es de 9,85 cada 100.000 habitantes. En 2015, se registraron 17.843 asesinatos en todo el país, aunque probablemente esta cifra sea sustancialmente mayor, por la existencia de muertes no denunciadas y cadáveres no encontrados por las autoridades, especialmente en la zona rural.

Este segundo mandato de Mahamadu Buhari será el último. Tanto porque así lo establece la constitución nigeriana como por el hecho de que el anciano presidente de 76 años se encuentra gravemente enfermo, a lo largo de su anterior mandato debió pasar en 170 días recibiendo tratamiento médico en Londres.

La reelección del anciano Buhari, lamentablemente no es una buena noticia para la estabilidad de Nigeria ni para África.

lunes, 4 de marzo de 2019

SE PROFUNDIZA LA CRISIS DE GOBERNABILIDAD EN ARGELIA



Las manifestaciones en Argelia contra el quinto mandato del presidente Abdelaziz Bouteflika provocan un muerto y cientos de heridos y detenidos.

Argelia vive desde hace diez días la peor ola de protestas desde que comenzó su vida independiente en 1962.

La indignación de los argelinos se desató cuando el pasado 10 de febrero el anciano presidente Abdulaziz Bouteflika, en el poder desde 1999, anuncio en una “Carta a los Argelinos” su decisión de presentarse en las elecciones presidenciales del 18 de abril próximo para acceder a un quinto mandato presidencial consecutivo.

Convocados a través de las redes sociales los jóvenes se precipitaron a las calles al grito de “Degage”, que en francés puede traducirse como “lárgate”, la misma consigna que emplearon los manifestantes tunecinos que, en 2011, expulsaron del poder al dictador Ben Alí, en el marco de la “Primavera Árabe”.

Bouteflika, al quien el pueblo suele denominarlo “la momia”, accedió al gobierno después de una sangrienta y brutal guerra civil llevada a cabo por las fuerzas armadas contra elementos islamistas. El conflicto se desarrolló entre 1992 y 2002 y se caracterizó por todo tipo de violaciones a los derechos humanos, incluso la muerte y desaparición de al menos 200.000 personas.

Después de un genocidio de tal magnitud, la actitud mesurada de Abdelaziz Bouteflika resultó de alivio. Pero con el tiempo se hizo evidente que el presidente era solo la cara visible de una “democracia tutelada” por la llamada “generación de los descolonizadores” que llevaron a cabo la lucha por la independencia y desde entonces controlan al ejército, al aparato de seguridad y al servicio secreto militarizado, la poderosa Dirección de Inteligencia y Seguridad, DRS (por su sigla en francés), además del partido oficial el Frente de Liberación Nacional.

Bouteflika es el responsable de consolidar en el tiempo un régimen represivo, opaco y con un “techo invisible” que veda todo acceso al poder a quienes no han tomado parte en la guerra de liberación o no es pariente cercano de la “casta de los descolonizadores” y sus secuaces. El resto de los argelinos deben optar por callarse o marcharse al exilio en busca de mejores oportunidades.

Durante su segundo mandato presidencial, en 2008, Bouteflika modificó la constitución argelina posibilitando la reelección indefinida del presidente -algo similar a lo que hizo en su momento Hugo Chávez en Venezuela-.

Pero, al igual que al líder bolivariano, la biología y el precio del petróleo le pusieron límites a sus planes, en 2013.

Mientras que los precios del petróleo, único sostén de la economía argelina, descendían precipitadamente el presidente sufrió un imprevisto accidente celebrar arterial que primero lo mantuvo internado en un hospital de Francia por ochenta días y luego lo confinó a una silla de ruedas sin poder hablar fluidamente. Desde entonces la verdadera situación en que se encuentra su salud constituye un muy bien guardado secreto de Estado y es fuente de todo tipo de especulaciones.

Desde el 2013, Bouteflika no concurre a cumbres internacionales, no recibe a los jefes de Estado que visitan Argelia ni da discursos públicos. Incluso ganó las elecciones presidenciales de 2014 sin aparece nunca en público ni recorrer el país. Es por ese motivo que los argelinos lo apodan “la momia” o “la imagen” porque solo lo conocen por fotos estáticas tomadas hace diez años. Son pocos los argelinos que recuerdan haber visto al primer mandatario en movimiento.

La economía de Argelia es dependiente en un 95% de sus exportaciones de hidrocarburos, gas y petróleo, vitales para el abastecimiento de la Europa Comunitaria. Es por ello que, tanto Francia como España, suelen cerrar los ojos ante la falta de democracia en Argelia. Con Libia sumida aún en la anarquía y Túnez con una estabilidad precaria, los líderes europeos temen que si se incrementan los problemas de gobernabilidad en Argelia, con sus 41 millones de habitantes, una nueva ola de migrantes se proyecte a las costas comunitarias o que incluso la crisis tenga repercusiones en las comunidades de inmigrantes argelinos residentes en Europa.

Además, lógicamente, de temer por la continuidad de sus esenciales suministros de hidrocarburos argelinos.

Con Abdelaziz Bouteflika, de 82 años, recluido desde hace una semana en una clínica de Ginebra para realizarse “exámenes médicos de rutina”, es evidente más que nunca que el poder real reside en la camarilla que controla la Mouradia, el palacio presidencial.

Es decir, por el hermano menor del presidente Said Bouteflika, el Jefe del Estado Mayor, el general Ahmed Gaid Salah, algunos jefes de clanes dentro del Frente de Liberación Nacional y un puñado de empresarios que se han enriquecido desmesuradamente gracias a la corrupción que impera en el país y al control de actividades económicas claves.

Estos son los hombres que pretenden que nada cambie y para ello han impulsado una quinta candidatura presidencial. Para aliviar las resistencias de la población han emitido un supuesto mensaje a la Nación de Bouteflika donde el presidente se compromete, que si es reelegido el próximo 18 de abril, convocará a un referéndum sobre una nueva constitución y respetará el pedido de la oposición de crear una comisión electoral independiente. “Me comprometo a no ser candidato en esa consulta”, precisó en la misiva. Claro que no ha dicho cuanto tiempo le demandará supuestamente adoptar esas medidas y cuál sería la participación del pueblo argelino en ese proceso.

El gobierno argelino pese a las resistencias avanza con la postulación de Bouteflika. Incluso notificó a la prensa internacional que no se le permitirá acceder al país para informar sobre la situación y el desarrollo de la campaña presidencial hasta dos semanas antes de los comicios.

Por el momento, los sectores juveniles opositores, apoyados por plataformas como los intelectuales de “Mutuwana” y el Movimiento Social por la Paz (MSP), el principal grupo islamista autorizado en Argelia, además de organizaciones de abogados y periodistas, no cesan en su actividad callejera pese a que ya se ha producido la muerte de un manifestante de 56 años, 183 heridos y un centenar de detenidos.

El futuro de la democracia en Argelia es por demás incierto en estos días.