El Parlamento Europeo en una resolución
urgente aprobada por 669 votos a favor y sólo 3 en contra condenaron la
represión llevada a cabo por el gobierno argelino contra los activistas de los
derechos humanos y periodistas independientes que demandan mayores libertades
civiles y políticas.
La
resolución del Parlamento Europeo del 26 de noviembre pasado subraya que los
arrestos políticos y las detenciones arbitrarias de activistas pacíficos del
Hirak, de dirigentes sindicales y periodistas han aumentado desde el verano de
2019, en violación a los derechos humanos fundamentales a un juicio justo y a
una aplicación regular de la ley.
Recordemos
que la inestabilidad social y política en Argelia se desató en marzo de 2019
ante el anuncio del anciano y discapacitado presidente Abdelaziz Bouteflika, de
80 años, de competir por un quinto período presidencial consecutivo.
Los
estudiantes los martes y los abogados los viernes llenaban las principales
avenidas y plazas de Argel demandando la renuncia de las autoridades, la
renovación de los elencos políticos y mayores libertades democráticas. Había nacido
el movimiento Hirak de protesta pacífica.
En un
principio, el gobierno toleró las protestas esperando que se agotara por
cansancio de los militantes. No obstante, esto no ocurrió. Muy por el
contrario, con el correr del tiempo el movimiento de protesta se consolidó y
adquirió mayor apoyo popular.
Nada
detuvo la protesta, ni el golpe de Estado que apartó del poder a Bouteflika ni
las elecciones condicionadas por las fuerzas armadas que consagraron a otra
figura del régimen, el ex ministro de Bouteflika, el jurista Abdelmadjid
Tebboune.
El
inicio de la pandemia del coronavirus covid 19 con el establecimiento de
restricciones sanitarias a la concentraciones y desplazamientos de la población
permitieron al régimen argelino vetar las protestas. También le dio la
oportunidad a las autoridades argelinas para intensificar la represión en un
intento por acallar las voces críticas mediante la intimidación, las golpizas
en las estaciones de policía y de la Dirección General de Seguridad Interior
(DGSI), la aplicación de penas de cárcel y multas a los periodistas
independientes, el bloqueo de sitios web, la censura a programas de televisión
y la persecución de los disidentes que se expresaban en las redes sociales.
Tal
como ocurrió en agosto de 2019 con el periodista Mohamed Khaled Drareni,
corresponsal de TV5 Monde, condenado a tres años de prisión y multado con
50.000 dinares argelinos por filmar a la policía mientras atacaba a los
manifestantes en Argel.
Durante
la sesión del Parlamento Europeo, la presidenta de la Comisión de Derechos
Humanos de dicho Parlamento, María Arena, expresó el apoyo de la institución
comunitaria al pueblo argelino “ante la adversidad de un régimen que
reprime, arresta, acosa durante meses”, argumentando que “la pandemia ha
empeorado la situación.”
Por su
parte, el eurodiputado Mounir Satouri, citando uno por uno los nombres de los
argelinos detenidos arbitrariamente en su país por ejercer su derecho a la
palabras, llamó a la liberación inmediata de todos los presos de conciencia en
Argelia.
La
prolongada crisis de gobernabilidad que vive Argelia en los últimos años tiene
diversos orígenes y causas. Por un lado la existencia de un liderazgo
envejecido que está en poder desde los tiempos de la Independencia en la década
de los años sesenta que se resiste a dejar el poder en manos de las nuevas
generaciones. Por el otro, el estancamiento de la economía dependiente en un
95% de sus exportaciones de gas y petróleo que generan riqueza pero no aportan
los empleos suficientes para compensar el crecimiento de la población.
Finalmente,
la situación personal del presidente electo en octubre de 2019, Abdelmadjid
Tebboune al cual no se ha visto en público desde el 15 de octubre de este año.
Tebboune, de 75 años, sufrió el contagio del covid 19 y fue trasladado a
Alemania para su tratamiento. Desde entonces su estado de salud es un misterio.
Las versiones oficiales aseguran que ha superado la enfermedad y que se
encuentra en franca recuperación. Pero, otras fuentes afirman que como una
consecuencia derivada del covid, Tebboune había sufrido un accidentes cerebro –
arterial que lo habría incapacitado para gobernar.
Los
cierto, es que la situación interna de Argelia es sumamente confusa y comienza
a preocupar al resto del mundo. Pero, los más preocupados son los dirigentes
del Frente Polisario que dependen política y económicamente de Argelia para su
supervivencia, especialmente en este momento, en que han intensificado su
confrontación propagandística con Marruecos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario