La pérdida de apoyo internacional a sus
demandas y las deserciones en sus filas llevan a la dirigencia del Frente
Polisario a recurrir a acciones violentas para intentar revertir su decadencia.
Las
recientes acciones violentas de provocación llevadas a cabo por el Frente
Polisario en el paso fronterizo de Guerguerat y sus amenazas de dejar sin
efecto el alto al fuego de 1991 controlado por la Misión de Naciones Unidas
para el Referéndum en el Sáhara Occidental son un claro intento de revertir la
situación de desprestigio en que ha caído en todo el mundo esta organización
terrorista.
Las
fantasiosas demandas territoriales de este grupo separatista solo son apoyadas
por Argelia y un puñado de sus socios internacionales. Pero, el peso
internacional de Argelia ha descendido notablemente por sus problemas
económicos y el descrédito de un régimen autoritario y opaco. Por los cual los
apoyos internacionales a los separatistas del polisario también se reducen día
a día.
Hoy es
la República Cooperativa de Guyana, situada en el Norte de Sudamérica, quien en
un acto de realismo ha retirado su reconocimiento diplomático a la inexistente
República Árabe Saharaui Democrática -RASD-.
El
derecho internacional reconoce que un Estado tiene existencia real cuando
cuenta entre otros elementos con un territorio propio y reconocimiento como tal
por otras naciones.
Ahora
bien, la supuesta RASD no tiene otro territorio que el suelo que le presta
Argelia para asentar sus precarios campamentos en Tinduf, situados en pleno
corazón de la cruel Lahmada sahariana.
El
territorio que infructuosamente reclaman los separatistas pertenece
legítimamente al Reino de Marruecos. Así lo entienden los 164 Estados que se
niegan a participar de la farsa montada por el Frente Polisario y Argelia que
mantiene la fantasía de un Estado saharaui que sólo existe en la imaginación de
sus dirigentes y en la propaganda que difunde el gobierno de Argelia.
No
puede sorprender entonces que en su desesperación los separatistas vuelvan a
desempolvar sus tácticas terroristas y de acción directa para contener el
descontento entre la población de los campamentos y su vuelco hacia el naciente
Movimiento Saharaui por la Paz.
Un
claro ejemplo de la apelación a tácticas violentas por parte del Frente
Polisario es el ataque vandálico llevado a cabo por un puñado de activistas
polisarios apoyados por grupos de la izquierda radicalizada contra el Consulado
General del Reino de Marruecos en Valencia.
El
ataque, efectuado el pasado domingo 15 de noviembre, ha sido condenado
categóricamente por el gobierno del Reino de España que también se ha
comprometido a establecer quienes han sido responsables de la agresión y ha
aplicarles todo el peso de la ley.
No
obstante, este tipo de agresiones resultan absolutamente infructuosas. El
Frente Polisario puede ocasionar con sus acciones algún daño y cierto malestar
a Marruecos pero no es capaz de modificar la situación estratégica en la
región.
El Rey Mohammed VI ha sido muy claro al respecto, sentenciando que “Marruecos está en el Sáhara y que el Sáhara esta en Marruecos” y nada modificará esta realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario