Comentario al libro de memorias del
militante peronista y nacionalista católico Enrique “El mono” Graci Susini.
Los
libros editados por el autor, especialmente si se trata de memorias, son por su
rareza las joyas principales de cualquier biblioteca por tratarse de ediciones
de pocos ejemplares y que por tanto no suelen ingresar en el sistema de
distribución de las grandes cadenas de librerías.
Sin
publicidad, con pocos ejemplares y escasos puntos de venta al cabo de pocos
años el investigador encuentra referencias al libro en algunos autores pero el
libro en cuestión es inhallable.
De
hecho he tenido muchos inconvenientes para conseguir mi ejemplar. Tome noticia de
este a través de un encuentro casual en la Avenida Córdoba con Freddy Zarattini
quien me invitó a asistir a la presentación del libro esa misma tarde y así
también poder reunirme con algunos amigos comunes. Lamentablemente no pude
asistir por problema de agenda, especialmente por vivir a 75 km de la ciudad de
Buenos Aires.
Finalmente
en medio del aislamiento generado por la pandemia y gracias a las compras por
internet pude conseguir un ejemplar del libro.
No me
arrepiento ni olvido consta de 397 páginas, impreso con una amplia galera y un tamaño
de letra bastante reducido para reducir el número de páginas y por ende los
costos. Lo cual se comprende plenamente por la necesidad de bajar costos cuando
se trata de una edición en que el autor asume la inversión económica que
demanda la publicación y, como hemos mencionado, no cuenta con un sistema de
comercialización que le permita recuperar el dinero invertido.
En el
prólogo, el Dr. Bernardino Montejano dice: “El libro aparece para mi gusto
demasiada violencia: desafíos, puñetazos, pistolas, a veces sangre. Esto
desfigura la realidad de mi amigo, hombre recto, justo, bondadoso, pacífico en
el fondo, a veces a pesar de las apariencias.” Apreciación que suscribo,
agregando que quizás hay también demasiados duros adjetivos sobre algunos
personajes que podrían haberse ahorrado.
Enrique
Graci Susini ha tratado de realizar una síntesis nada fácil entre peronismo,
nacionalismo y catolicismo militante. Aunque resulta muy difícil comprender
cuanto tiene de peronista Graci que expresa su repudio hacia todos los
gobiernos peronistas posteriores a 1955.
Graci
Susini no ahorra duras críticas contra Héctor J. Cámpora, Carlos S. Menem,
Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Curiosamente,
solo tiene un cálido recuerdo para María Estela Martínez Carta de Perón. Pocos
peronistas y aún menos argentinos pueden compartir esa opinión sobre “La Señora”.
A lo
largo de su agitada vida, “El mono Graci” ha sufrido por su militancia
política una muy desproporcionada cuota de cárcel, exilio y torturas, que sin
embargo no parecen haber logrado quebrar su espíritu rebelde ni sus ideales.
Si
bien, no ha desempeñado cargos públicos relevantes – su paso más destacado por
la función pública fueron los tres años en que se desempeñó como Jefe de
Policía de la provincia de San Juan (1973 – 1976)- ha sido testigo y
protagonista de muchos acontecimientos relevantes de la política en la segunda
mitad del siglo XX.
Su
conducta personal de honradez y apego a los principios del nacionalismo y del
catolicismo le granjearon la amistad de gran número de figuras relevantes de la
política y la cultura de su tiempo de los cuales el autor da detallada cuenta a
lo largo del libro.
No es
posible pasar por alto que Graci es muy duro con algunos conocidos y amigos peronistas
por su apoyo, especialmente, a los gobiernos de Carlos Menem o del matrimonio
Kirchner mientras que omite toda crítica de este hecho con respecto a otros
personajes muy cercanos a sus afectos como: Hugo Anzorreguy, Gerardo Conte
Grand, José Luis Gioja o Juan Bautista “Tata” Yofre.
Aunque
en el caso de Gerardo Conte Grand, es necesario aclarar que luego de ser
funcionario de Menem y parte del Grupo Talcahuano, que apoyó inicialmente a
Néstor Kirchner, no sólo se apartó de ambos mandatarios, sino que los enfrentó
decidida y públicamente cuando sus fallas éticas (y delitos) se hicieron
evidentes.
Entre
las muchas anécdotas mencionadas por Graci Susini en sus memorias posiblemente
la más conmovedora de todas sea la mención del Secretario de Inteligencia de
Carlos Menem, el Dr. Hugo Anzorreguy, invitando al casamiento de su hija a su
amigo Enrique Graci Susini, el 5 de octubre de 1990.
Anzorreguy
no ignoraba que la gente de Mohammed Alí Seineldín preparaban un alzamiento
(que finalmente estalló el 3 de diciembre de 1990) en el que Graci tenía un
papel relevante. Entonces le dice a su amigo: “Pase lo que pase, te quiero
mucho”. Poniendo la amistad por encima de las pasiones políticas del momento.
Tengo
demasiados puntos en común con Enrique Graci Susini, comenzando por nuestro
paso por las aulas del Liceo Militar General San Martín y siguiendo por un
puñado de amigos y conocidos cuyo tiempo hemos compartido (aunque Graci ha
vivido una década más que yo); como para poder ser objetivo.
Sin
embargo, encontré a “No me arrepiento ni olvido” un libro de fácil y
agradable lectura, lleno de interesante anécdotas, recuerdos, retratos de
personas y relatos de acontecimientos que enriquecerán cualquier visión que el
lector pueda tener de la política argentina entre 1955 y 2019.
Por lo
tanto, la recomendación es que el lector realice el esfuerzo de conseguir un
ejemplar antes de que se agote la edición. Algún día valorará este consejo.
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