Más países africanos ratifican con hechos
concretos su apoyo a la soberanía del Reino de Marruecos sobre el Sáhara.
La
influencia internacional de Marruecos, de la mano de su rey Mohammed VI, crece
día a día y se aprecia en hechos concretos, como los que hacen a su soberanía
sobre el Sáhara.
Durante
los veinte años del reinado de Mohammed VI, el reino magrebí retorno al seno de
la Unión Africana, se convirtió, con 1.700 millones en inversiones, en el
segundo inversor africano en el continente (sólo superado por Sudáfrica), es el
principal donante de ayuda humanitaria para los países africanos y un activo interviniente
en la misiones de paz de Naciones Unidas. Con una participación de 1.865
miembros de las Reales Fuerzas Armadas en las misiones de paz, Marruecos ocupa
el puesto 18 en el ranking de los países que contribuyen con tropas a escala
mundial, el 3° en el mundo árabe y el 8° en el continente africano.
Al
tiempo que Mohamed VI, es mundialmente reconocido como en el estadista de mayor
peso y prestigio tanto en el contexto africano como entre las naciones árabes.
En 2017, el Rey de Marruecos, fue designado como “Líder de la Unión Africana sobre la cuestión de la migración”, y, presidente del Comité al Qods perteneciente a
la Organización de Cooperación Islámica.
El reino magrebí se convirtió en el gran motor industrial del norte de
África, además de ser la democracia más estable de la región. Esa estabilidad y
liderazgo atraen inversiones extranjeras a su territorio, le dan un mayor
protagonismo en las misiones de paz de Naciones Unidas, lo convierten en
sede de eventos internacionales como la “Cumbre de la Tierra – Río
1992” (que ha albergado en dos ocasiones en 2001 y 2016) de la Conferencia
de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (COP22), la Cumbre Africana para la Acción (2016)
o la Conferencia Intergubernamental de Adopción del Pacto Mundial,
así como el Foro Global para la Migración y el Desarrollo que
se realizarán en Marruecos en diciembre de 2018.
Está importante expansión del “poder blando” de Marruecos ha
hecho que algunos países sientan la necesidad de contar con el respaldo
económico y político del Reino y para ello expresan su amistad y solidaridad,
no sólo con declaraciones públicas, sino también con gestos concretos. En
especial, con acciones materiales de reconocimiento de la soberanía marroquí
sobre el Sáhara. Comenzando con la visita de autoridades extranjeras a las
provincias del Sur de Marruecos para asistir a eventos internacionales de
diversa naturaleza -como el Foro entre Marruecos y los países del Pacífico que
reunió a los ministros de Relaciones exteriores de doce países-, sigue el hermanamiento
de ciudades y ahora de la apertura de oficinas consulares en la región
sahariana.
Así, por ejemplo, en junio de 2019, Costa de Marfil abrió un consulado
honorario en la ciudad de Laayún.
Le siguió Gambia, que esta vez eligió a la bella ciudad de Dakla, la
perla del Atlántico africano, para abrir próximamente un consulado.
La semana pasada fue la “Unión de Comoras” quién decidió
inaugurar un consulado general en Laayún. Evento que contó con la participación
en la ciudad sahariana marroquí del ministerio de Asuntos Exteriores,
Cooperación Africana y Residentes Marroquíes en el Extranjeros, Nasser Bourita
y el ministro de Relaciones Exteriores de Comoras, Souf Mohamed El Amine.
Recordemos que la ex colonia de Comoras es un país del sureste de África
formado por tres islas situado en el extremo del canal de Mozambique en el
océano Índico, entre el norte de Madagascar y el este Mozambique.
Comoras es el único Estado en ser miembro de la Unión Africana, de la
Organización Internacional de la Francofonía, de la Organización para la
Cooperación Islámica, de la Liga Árabe y de la Comisión del Océano Índico.
En los próximos meses Comoras también abrirá una embajada en Rabat para “cubrir
no sólo el Reino de Marruecos, sino también otros países de la subregión”,
anunció el ministro El Amine durante el acto inaugural del Consulado General de
Laayún.
Todo indica que gradualmente, primero los países africanos y luego el
resto del mundo, comenzará a reconocer los justo títulos de soberanía del Reino
de Marruecos sobre el Sáhara.
Los rivales regionales de Marruecos -en especial Argelia-, comprenderán
la inutilidad de sus maniobras desintegradoras y dejarán de apoyar las
fantasías separatistas del Frente Polisario y esa patraña de la falsa República
Árabe Saharaui Democrática, para ser realistas y permitir que avance la
integración y la estabilidad del Magreb que traerá paz y prosperidad a los
pueblos que lo habitan.
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