En abril de 2019 la
marina rusa boto el K-329 un submarino de propulsión nuclear con armamento
atómico de carácter estratégico.
El pasado 23 de abril, la
Federación de Rusia botó su submarino de propulsión nuclear K-329 Bélgorod en
los astilleros en la norteña ciudad de Severdvinski (Arcangel) el mayor de su
tipo y el primero armado con el letal torpedo nuclear robótico “Poseidón”.
Este nuevo submarino aumentará considerablemente la capacidad de disuasión de
la armada rusa y posiblemente le permita contrarrestar la expansión del escudo antimisiles
de los Estados Unidos en torno a las fronteras de Rusia.
El Bélgorod las siguientes
dimensiones: 184 metros de eslora y 18,2 de manga y tiene un desplazamiento en
inmersión de casi 24.000 toneladas y puede sumergirse a una profundidad
posiblemente superior a los 500 metros.
Este nuevo submarino ruso es
capaz de desplazarse a velocidades de hasta 200 kilómetros por hora.
Las palas de sus hélices tiene
un diseño especial y están construidas en materiales secretos que permitirían
al submarino desplazarse con muy bajo nivel de ruido.
El Bélgorod se encuentra en
periodo de pruebas por los próximos dos años, luego se incorporará a las flotas
rusas del Atlántico Norte y el Ártico regiones donde la actividad de los
submarinos rusos se ha multiplicado considerablemente en los últimos años.
El submarino gigante también
tiene un minisubmarino de 180 pies equipado instalado debajo de él. Este minisubmarino
tiene una tripulación de 25 hombres que puede emplearse para investigación,
rescate y operaciones militares especiales.
La principal capacidad letal
del Bélgorod proviene de su capacidad de transportar cinco vehículos nucleares
robóticos “Poseidón” concebidos para destruir puertos y ciudades
costeras que pueden recorrer hasta diez mil kilómetros a velocidades de entre
60 y 70 nudos (de 110 a 130 km/h).
El Poseidón tiene un
largo de veinte metros, son propulsaos por mini reactores nucleares, y en su
interior puede trasladar una ojiva nuclear de hasta cien megatones (o 100.000
kilotones), que pueden ser detonados bajo el agua para causar una suerte de “tsunami
radioactivo” y amenazar las ciudades costeras con olas de hasta trescientos
pies de altura.
Según el coronel retirado
Viktor Barents, especialista militar del diario ruso Komsomolskaya Pravda, “un
Poseidón lanzado a la línea costera del enemigo puede acercarse a la costa,
apostarse allí y esperar la orden de atacar. Imagínese que seis Poseidon a la
vez lleguen a una costa con una carga de megatones cada uno…”
La gran importancia del submarino
Bélgorod radica en que no será un nave integrante de la Armada Rusa, sino que
sus mando natural es el propio presidente Vladimir Putin, no el comando naval
ruso.
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