jueves, 30 de octubre de 2025

Los tentáculos del Comando Vermelho llegan a la Argentina


 

La organización criminal más antigua de Brasil, protagonista de la mayor masacre policial en la historia de Río de Janeiro esta semana, utiliza el territorio argentino como un centro logístico y financiero clave para su guerra

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Buenos Aires. Mientras Río de Janeiro entierra a sus muertos tras la “Operación Contención”, la ofensiva policial más letal de su historia que esta semana dejó un saldo de más de 130 fallecidos en los complejos de favelas de Alemão y Penha, la onda expansiva de esa violencia resuena a 2.000 kilómetros de distancia, en las calles de Buenos Aires. El objetivo de la redada era el Comando Vermelho (CV), la organización criminal más antigua y poderosa de Brasil. Pero el monstruo que libra una guerra casi paramilitar contra el Estado brasileño, empleando drones con explosivos y fusiles capaces de derribar helicópteros, no es solo un problema de Brasil. El Comando Vermelho ha echado raíces profundas en Argentina, convirtiendo al país en una retaguardia estratégica para el lavado de sus narcodólares, una fuente de provisión de armamento y un corredor logístico clave para el tráfico de cocaína.

La organización, nacida en los años setenta en la prisión de Candido Mendes de una alianza entre presos comunes y militantes de izquierda encarcelados por la dictadura militar, mutó hace décadas. Dejó atrás cualquier ideología para convertirse en un cartel de cocaína que opera más como una “red de franquicias” descentralizada que como una jerarquía rígida. Hoy, esa red se extiende por toda Sudamérica, y sus tentáculos financieros y logísticos en Argentina son evidentes y sofisticados.

El Brazo Financiero: De Nordelta a las Criptomonedas

La prueba más contundente de la infiltración económica del CV en Argentina se conoció como la "Operación Crypto". En septiembre de 2023, una investigación de la Justicia federal argentina desarticuló una compleja red dedicada a legalizar activos del narcotráfico brasileño. La estructura no operaba desde las sombras de un barrio marginal, sino desde el corazón del lujo argentino: una mansión en el exclusivo barrio privado de Nordelta, en Tigre, y oficinas en Palermo, Buenos Aires.

Los cabecillas de la trama, según la Justicia, eran el brasileño Marcelo Clayton Alves de Sousa y el ciudadano chino Hang Wang. Ambos lograron escapar justo antes de los allanamientos y hoy permanecen prófugos. Desde su base en Nordelta , la red movió más de 520 millones de dólares procedentes del Comando Vermelho.

El método combinaba la vieja escuela con la alta tecnología financiera. El dinero ilícito llegaba desde Brasil en efectivo, camuflado en autobuses de una empresa de turismo educativo , y era inyectado en las “cuevas” financieras de Buenos Aires. A partir de ahí, se blanqueaba a través de:

  • Criptoactivos: La red realizó al menos 425 operaciones con criptomonedas para mover fondos a través de las fronteras de manera anónima.
  • Empresas Fachada: Crearon compañías para simular operaciones legales , incluyendo una dedicada a la exportación de vinos desde Mendoza a Brasil.
  • Bienes de Lujo: El dinero se usó para comprar propiedades y una flota de vehículos de alta gama, incluyendo un BMW Serie 330i, un Mini Cooper y una Ford Ranger.

Este mes de octubre, el Tribunal Oral Federal N°7 de Buenos Aires condenó a ocho miembros de la organización a penas de tres años de prisión en suspenso y multas millonarias, un golpe judicial que confirma la magnitud de la operación. Sin embargo, los cerebros financieros, Alves de Sousa y Wang, siguen libres.

El Arsenal Argentino para la Guerra en Río

Si el dinero fluye hacia el sur, las armas fluyen hacia el norte. La violencia extrema exhibida por el CV en Río de Janeiro, que esta semana costó la vida a cuatro policías, se alimenta de un mercado negro de armamento que tiene en Argentina un proveedor crucial.

El caso más reciente y de mayor escala es el de Diego Hernán Dirisio, un empresario argentino apodado por las autoridades brasileñas como “el mayor contrabandista de armas de América Latina”. Dirisio fue detenido en febrero de 2024, en Córdoba, junto a su pareja, la exmodelo paraguaya Julieta Nardi.

La investigación, bautizada “Operación Dakovo”, destapó un esquema de triangulación masiva. La empresa de Dirisio, International Auto Supply (IAS), con sede en Asunción, Paraguay , importó legalmente más de 43.000 armas (pistolas, fusiles y municiones) de fabricantes europeos en Croacia, Turquía, República Checa y Eslovenia. Una vez en Paraguay, las armas eran "raspadas" para borrar sus números de serie y contrabandeadas a Brasil , donde terminaban en manos tanto del Comando Vermelho como de su rival, el Primeiro Comando da Capital (PCC).

Pero la conexión armamentística no es nueva. Informes de seguridad brasileños de principios de la década de 2000 ya revelaban una preocupante presencia de material bélico argentino en las favelas. En abril de 2003, la policía de Río interceptó un camión con 50 granadas defensivas FMK2 , de fabricación estatal argentina (Fabricaciones Militares). Para ese año, ya se habían incautado 338 granadas de ese tipo.

Una investigación posterior rastreó los lotes y descubrió que las espoletas (detonadores) de algunas granadas incautadas habían sido vendidas originalmente a la Dirección de Arsenales del Ejército Argentino. Un informe de la policía carioca de 2003, que analizó las armas incautadas durante la década anterior, ubicaba a Argentina como el tercer proveedor extranjero de armas de fuego para los narcos de Río y el segundo mayor proveedor de granadas, dominando el 23% de ese mercado.

Presencia en la Triple Frontera

La presencia del Comando Vermelho en Argentina no es solo financiera o armamentística; también es territorial y logística, especialmente en la porosa región del noreste. El grupo criminal ha encontrado en la provincia de Corrientes una plataforma ideal para el narcotráfico.

En 2013, la “Operación Ciervo Blanco” desbarató una red del CV que operaba en la zona de Santo Tomé, Corrientes, en la frontera con Brasil. La organización utilizaba estancias ganaderas como bases logísticas con pistas de aterrizaje clandestinas. Su método era el “bombardeo de cocaína”: avionetas que sobrevolaban los campos y arrojaban los cargamentos de droga que luego seguían por tierra a Brasil.

El líder de esta célula era Marino Di Valdo Pinto de Brum , un jefe ("Dono") del Comando Vermelho y hombre de confianza del líder histórico de la facción, Luiz Fernando da Costa, alias “Fernandinho Beira-Mar”.

Esta operación en Corrientes es solo una pieza del rompecabezas regional. El Comando Vermelho libra una guerra territorial por el control de las rutas en la triple frontera amazónica (Brasil, Colombia y Perú). Informes de inteligencia señalan que el CV ha desplazado a las mafias locales y controla la producción de cocaína en el lado peruano de la frontera, utilizando la ruta fluvial del río Amazonas para mover la droga. A esto se suma su consolidada presencia en Bolivia y Paraguay para el abastecimiento de cocaína y marihuana.

Una Amenaza Transnacional

La masacre de esta semana en Río de Janeiro, que buscaba sin éxito la captura del capo regional Edgar Alves de Andrade, alias "Doca" o "Urso" —a quien se investiga por más de 100 homicidios —, es el síntoma más visible de una guerra alimentada por una economía criminal que ha trascendido fronteras.

El Comando Vermelho ya no es solo una pandilla carcelaria; es una empresa criminal transnacional con una facturación multimillonaria. Su capacidad para infiltrarse en el sistema financiero argentino, lavar cientos de millones de dólares a través de criptomonedas y bienes de lujo , y al mismo tiempo asegurarse el suministro de arsenales de guerra europeos a través de empresarios argentinos, demuestra una sofisticación alarmante.

La violencia extrema que aterroriza a Río de Janeiro no es un problema aislado. Es una amenaza directa a la seguridad regional. Se financia desde mansiones en Nordelta y se arma con fusiles gestionados desde Córdoba. Mientras el Comando Vermelho siga utilizando a los países vecinos como su retaguardia logística y financiera, la violencia criminal en Brasil está destinada a continuar, y la estabilidad de Argentina y toda la región pende de un hilo.

 

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