La dirigencia
del Frente Polisario se encuentra jaqueada por las disidencias internas, el
aislamiento internacional y la intranscendencia de sus acciones militares contra
Marruecos.
Contenido:
Tras cincuenta años de existencia el Frente Polisario
atraviesa por su mayor crisis existencial. En lo interno, se multiplican las
críticas a la conducción autocrática que perpetúa a los dirigentes históricos
sin permitir ni nuevas ideas, ni dirigentes que permitan superar el
estancamiento en que se encuentra el conflicto en el Sáhara. Esto origina
primero voces disidentes que demandan cambios como ahora propone, el ex
ministro de Relaciones Exteriores y virtual número dos de la conducción del
Polisario, Bachir Mustafá Sayed y años antes los dirigentes que se alejaron
para constituir el Movimiento Saharaui por la Paz.
Además, el Frente Polisario cada día tiene mayores
problemas para controlar a la población en los campamentos de Tinduf. Cada vez
con mayor frecuencia se registran asesinatos sin explicación, protestas de los
pobladores y se observa la deriva de los jóvenes hacia el delito o la
radicalización político-religiosa.
En los internacional se observa un creciente
aislamiento que manifiesta en la pérdida de apoyos concretos en los foros internacionales
y de financiamiento. Estos cambios afectan, tanto al Polisario, como a la
inexistente República Árabe Saharaui Democrática, una entidad que ya ningún
país importante reconoce salvo los aliados de Argelia: Rusia, Venezuela, Cuba,
Irán, Bolivia y Nicaragua.
En lo militar, el Frente Polisario se considera en
guerra con el Reino de Marruecos, el problema es que se han olvidado de
notificar a los marroquíes de que los están atacando. Un par de atentados
terroristas no son una guerra y no van a forzar por este medio al reino alauí a
modificar su política y propuestas para el Sáhara.
Un comunicado de prensa del Movimiento Saharaui por la
Paz desnuda la patética situación en que se encuentra el Frente Polisario. Dice
el comunicado: “El llamamiento hecho por el
que era hasta hace poco “número dos” de la cúpula del Polisario
(Bachir Mustafá Sayed) convocando
con carácter de urgencia a una conferencia nacional para “salvar” o enderezar
el proceso y evitar su colapso refleja no solo el estado de pánico que invade
al viejo liderazgo sino sobre todo la gravedad de la crisis y el estado de
agonía en el que se encuentra el movimiento guerrillero creado en los años
setenta del siglo pasado.
“La
receta que propone el ex número dos es, sencillamente, errónea y difícilmente
puede contribuir a subsanar la variedad de males que carcomen las estructuras,
la credibilidad y la imagen del Polisario en 2024. Convocar una enésima
“conferencia nacional” limitada a los activistas y comisarios de las instancias
de la organización será un esfuerzo inútil, más de lo mismo, un simple paño
caliente que solo prolongará el estado de coma.
“Desde
el MSP recomendamos la apertura de un debate serio, una reflexión profunda en
un ambiente de libertad y democracia y a partir de una agenda abierta a todas
las opciones y con la participación de representantes del Movimiento Saharauis
por la Paz y de otras corrientes políticas opositoras, así como una
representación amplia de la autoridad tradicional y de la sociedad civil
saharaui. Otra condición indispensable para que sea una cita histórica y
decisiva en pro del diálogo y la paz tiene que ver con el lugar, es decir que
sea en un país neutral y contar con la presencia de observadores
internacionales.”
Al
respecto, se debe considerar que Argelia, el verdadero poder detrás de los
separatistas, nunca permitirá el colapso total del Frente Polisario ni que
acceda a la conducción de esta organización ningún dirigente democrático y con
ideas propias.
Con el
paso del tiempo y debido a los cambios en la situación internacional, el
antiguo movimiento de liberación de los años setenta que ilusionaba a los
jóvenes de entonces con la construcción de una sociedad saharaui independiente,
se ha transformado en una estructura burocrática, antidemocrática y cuasi
delictiva dedicada a lucrar con la ayuda internacional y en un instrumento de
los intereses geopolíticos argelinos en su competencia con Marruecos por el
liderazgo regional.
Por lo
tanto, Argelia intentará mantener vivo el Conflicto en el Sáhara para intentar
desgastar a Marruecos y retardar lo más que pueda el ascenso del Reino como
potencia africana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario