Ante la
renuncia del presidente Joe Biden a competir por un nuevo período en la Casa
Blanca, el Partido Demócrata enfrenta el desafío de encontrar un nuevo
candidato. La vicepresidente Kamala Harris aparece claramente como la favorita
para obtener la nominación demócrata.
Contenido:
Finalmente, el presidente Joe Biden, de 81 años, ha
sucumbido a las presiones de los líderes del Partido Demócrata (especialmente
de los grandes donantes de fondos) y a resignado su postulación a competir por
un nuevo período presidencial en los comicios del próximo mes de noviembre.
La renuncia de Biden, no por esperada ha dejado de
convulsionar el panorama político de los Estados Unidos.
El Partido Demócrata enfrenta el desafío de aprobar
una nueva fórmula presidencial en la convención del próximo mes de agosto.
La favorita es la vicepresidente Kamala Harris, el
expresidente Bill Clinton y su esposa Hillary, además de varios gobernadores y
legisladores, que se aferrar a la vicepresidente como un factor unificador en
tiempos de crisis.
Harris es una figura bien conocida. En 2020 participó
de una campaña nacional. Tiene un equipo capaza de controlar el aparato de
campaña y la cuenta bancaria de la campaña Biden – Harris.
Hasta ahora, la fórmula Biden – Harris había recaudado
cientos de millones de dólares en fondos de campaña en los últimos dos años. Ese
dinero se ha empleado en la campaña de Biden, ha llegado al Comité Nacional
Demócrata y a varias organizaciones demócratas estatales. El 30 de junio, esas
organizaciones contaban con 240 millones de dólares. Si Harris es finalmente la
candidata designada podrá contar con ese dinero.
Algunos demócratas han argumentado que nombrar
directamente a un candidato es arriesgado, y dicen que el partido estaría mejor
con una competición y un proceso de selección más democrático. Eso requeriría
que otro candidato ingresara en la contienda.
Los posibles aspirantes con ambiciones de ocupar la
Casa Blanca tendrán que tomar una gran decisión: desafiar a Harris, en una
maniobra arriesgada que podría provocar divisiones perjudiciales dentro del
partido, o mantenerse al margen en nombre de la unidad demócrata.
El Partido Demócrata cuenta ahora con un amplio espectro
de eventuales postulantes. Entre los posibles candidatos a considerar hay un
puñado de gobernadores: Gretchen Whitmer de Míchigan, Josh Shapiro de
Pensilvania, Gavin Newsom de California, J. B. Pritzker de Illinois y Andy
Beshear de Kentucky. Otros posibles candidatos son Pete Buttigieg, secretario
de Transporte, y los senadores Amy Klobuchar, por Minnesota, y Cory Booker, por
Nueva Jersey, la expresidente de la Cámara de representantes, Nancy Pelosi e
incluso Michel Obama.
Si finalmente, Kamala Harris obtiene la nominación
demócrata en la convención de agosto deberá escoger un compañero de fórmula.
Quizá sea alguno de ellos el elegido.
Kamala
Kamala Harris nació el 20 de octubre de 1964 en
Oakland, California, de madre hindú tamil y padre jamaiquino. Sus padres eran
graduados extranjeros que realizaban estudios de postgrado en la Universidad de
Berkley. Su madre, Shyamala Gopalan era una médica oncóloga y su padre Donald
Harris es profesor de economía en la Universidad de Stanford.
Después del divorcio de sus padres, a los doce años se
trasladó con su madre y su hermana Maya a Montreal, Québec, Canadá donde ésta
trabajó como médica investigadora en el Hospital General Judío.
En 1981, después de graduarse, Harris se especializó
en ciencia política y economía en Howard, la universidad de la elite negra en
Washington, D.C. Más tarde, regresó a California, donde obtuvo su “Juris
Doctor” en la Universidad de California, Hasting College of the Law,
en 1989. Fue admitida en el Colegio de Abogados de California en 1990.
Desarrollo una carrera de veinticinco años en la
justicia de California que incluye dos mandatos como fiscal de distrito en San
Francisco y cinco años como Fiscal General de California.
Kamala siempre fue una mujer ambiciosa que puso su
carrera profesional y política por delante de otros intereses, como el de
formar una familia y tener hijo. En 2014, a los cincuenta años, contrajo
matrimonio con Douglas Emhoff, en parte para terminar con ciertas
especulaciones sobre su sexualidad cuando decidió iniciar una carrera política
con destino al Salón Oval. Su esposo es un próspero abogado de religión judía y
con dos hijos adultos de un matrimonio anterior. Kamala no tiene hijos
biológicos propios.
La persona de su círculo íntimo que tiene mayor
influencia sobre ella es su hermana Maya Harris. Maya también es abogada y
analista política del canal de noticias MSNBC (formado por la unión de las
empresas Microsoft y NBC, emite noticias por cable las 24 horas). El primer
canal de este género de los Estados Unidos antes de Fox News y CNN.
A lo largo de su vida, Kamala ha quebrado una serie de
techos de cristal. Fue la primera mujer afroamericana en servir como Fiscal de
Distrito en San Francisco, la primera mujer de color en desempeñarse como
Fiscal General en California y la primera mujer de color en convertirse en
Senadora de los Estados Unidos por California, en 2017, el Estado más poblado
de los Estados Unidos con treinta y nueve millones de habitantes. Es también la
primera mujer negra y asiática en ser elegida para el Senado. Fue la primera
mujer afroasiática en ocupar la vicepresidencia de los Estados Unidos.
Harris fue la cuarta mujer en aspirar a la
vicepresidencia de los Estados Unidos, después de Tonie Nathan, en 1972,
candidata por el Partido Libertario; Geraldine Ferraro que integraba la fórmula
de Walter Mondale, en 1984, y que la republicana Sara Palín acompañante de John
McCain en 2008. También fue la única mujer electa para la vicepresidencia de
los Estados Unidos.
En 2012, siendo Fiscal General de California, atrajo
la atención de su partido al hablar en la Convención Nacional Demócrata.
Sus posiciones políticas la acercan al sector más
radicalizado del Partido Demócrata y es una clara contracara de las políticas
de Donald Trump. Aunque coincide con el presidente en su apoyo al Estado de
Israel. Harris considera a los lazos entre los Estados Unidos e Israel
como “inquebrantables”.
Harris es una gran recaudadora de fondos aunque se
niega a aceptar contribuciones de campaña provenientes de corporaciones o Comités
de Acción Política que se financian de corporaciones.
Kamala apoya el matrimonio entre personas del mismo
sexo, el derecho al aborto, aún después de las veinte semanas, apoya el acuerdo
nuclear con Irán para evitar que este país adquiera armas de destrucción
masiva. Pertenece al Estado de California, clave en la elección y con gran
cantidad de aportantes a las campañas políticas. Los expertos consideran que
Harris es capaz de movilizar los votos de negros, hispanos e inmigrantes.
Defiende el Informe del Panel Intergubernamental sobre
el Cambio Climático y la Evaluación Nacional del Clima.
Patrocinó la Ley Choose Medicare, que
amplio el seguro de salud e incrementó los subsidios del ObamaCare.
Propone una reforma migratoria integral más tolerante
y que proteja a los “soñadores”, los migrantes que llegaron a Estados Unidos
siendo niños y que han hecho su vida en el país.
Se opone a la pena de muerte y es partidaria del
control de armas, busca “sacar las armas de la calle” aunque
ella misma es propietaria de un arma de fuego para “seguridad personal”.
La gran pregunta que deben hacerse los delegados a la
Convención Demócrata es si los estadounidenses están dispuestos a votar a una
mujer afroasiática, hija de inmigrantes, feminista, defensora del aborto,
apoyada por el ala más progresista del partido y que impulsa un programa
radical en favor de las minorías raciales y sexuales, para ocupar la Casa
Blanca.
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