Una simple
llamada telefónica entre Rabat y Beirut hecha por tierra una elaborada maniobra
propagandística del Frente Polisario y sus aliados.
Ante el aislamiento internacional que sufre por las
continuas adhesiones que recibe, de países de todo el mundo, la Iniciativa para
la Negociación de un Estatuto de Autonomía para la región del Sáhara (uno de
las últimas naciones en expresar su adhesión y apoyo fue Brasil, el gigante
sudamericano y octava economía del planeta), como única solución realista,
justa y posible al diferendo en el Sáhara, el Frente Polisario ha pretendido
infructuosamente aprovechar el clima de tensiones generado en las sociedades
árabes para montar una absurda maniobra propagandística en El Líbano.
Aprovechando sus vínculos con el Partido Social
Nacionalista Sirio, agrupación política que actúa en El Líbano, Siria,
Jordania, Irak y Palestina.
Este partido, si bien es la segunda fuerza política en
Siria, alienta propuestas tan exóticas e irrealizables como las de los
polisarios. Aboga por el establecimiento de una “Gran Siria” que
abarque el denominado “Creciente Fértil”, que incluye lo que es la
actual Siria, Líbano, Irak, Kuwait, Jordania, Palestina, Israel, Chipre, Sinaí,
las provincias de Hatay y Cilicia, invocando los límites geográficos y la
historia común de las personas dentro de esos límites.
Con los apoyos
del Partido Social Nacionalista Sirio y del grupo terrorista chií Hezbollah, el
Frente Polisario organizó un encuentro donde se pretendió emparentar a la
situación en el Sáhara marroquí con el conflicto en Palestina intentando muy
torpemente confundir a las sociedades árabes.
Pero, el
gobierno de El Líbano atento a preservar los tradicionales vínculos fraternales
que lo unen a Marruecos y el respeto y reconocimiento a la figura del Rey
Mohammed VI, Amir
al-Mu’minin (Comendador de los Creyentes) y presidente del Comité Al-Qods;
salió inmediatamente a cortar de raíz el intento de montar una campaña de
desprestigio contra el Reino magrebí.
En una rápida y decidida acción
diplomática el ministro libanés de Asuntos Exteriores, Abdallah Bou Habib,
declaró ante la prensa la importancia de las relaciones bilaterales entre Marruecos
y El Líbano, reafirmando la posición de su país en favor de la integridad
territorial del Reino.
El un comunicado de prensa
publicado por el ministerio de Asuntos Exteriores de El Líbano, el canciller
Bou Habib indicó que Beirut desea reforzar “los históricos y profundamente
arraigados lazos de fraternidad que lo unen a Marruecos y a su honorable
pueblo.”
Por otra parte, tras una
conversación telefónica con el embajador marroquí en Beirut, el ministro también
expreso la “condena por parte de El Líbano de cualquier posición y
declaración que perjudican al Reino de Marruecos y amenazan su estabilidad e
integridad territorial”.
“El Líbano elogia las relaciones
fraternales con Marruecos y aspira siempre a reforzar la cooperación entre los
dos países hermanos en todos los ámbitos”, concluyó.
Este nuevo fracaso del Frente
Polisario en sus campañas de desprestigio hacia Marruecos no hace más que
demostrar que tras casi cincuenta años de confrontación abierta, y mucha sangre
derramada, los dirigentes separatistas carecen de una estrategia efectiva o de
una propuesta superadora y realista que contribuya a solucionar el diferendo.
Los separatistas insisten con su
viejas tácticas de propaganda mentirosa, que constituyen su zona de confort,
pero que no aportan solución alguna.
Esta guerra de propaganda que el
Frente Polisario no puede ganar, es únicamente útil para que la dirigencia del
Polisario mantenga sus privilegios y negocios, sin aportar solución alguna al
conflicto ni alivio a la aberrante situación en que viven los habitantes de los
campamentos de Tinduf.
En este cruel juego de mentiras,
maniobras propagandísticas y engaños, mal que les pese los dirigentes
separatistas tarde o temprano deberán reconocer que Marruecos tiene las mejores
cartas.
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