jueves, 13 de junio de 2024

Los primeros seis meses de Milei


 

El presidente argentino Javier Milei cumple seis meses en la Casa Rosada con algunos logros y muchas frustraciones

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El gobierno de Javier Milei cumple sus primeros seis meses y el balance es muy complicado. El principal logro que puede exhibir el gobierno de La Libertad Avanza es haber alcanzado el equilibrio fiscal y haber evitado, algo que la mayoría de los observadores económicos consideraban muy probable; caer en una hiperinflación y más aún, reducir la inflación a niveles que nunca pudo alcanzar el gobierno de Alberto Fernández, después de la intempestiva salida de Martín Guzmán del ministerio de Economía.

Estos logros no fueron gratuitos. El gobierno debió descargar el precio del ajuste sobre los sectores más desfavorecidos y con menor capacidad de resistencia: los jubilados, empleados públicos y trabajadores informales, estos últimos constituyen el 50% de la mano de obra ocupada.

El gobierno también suspendió la obra pública, aún aquellas obras que contaban con financiamiento internacional. Según la Cámara Argentina de la Construcción, hay cerca de cuatro mil proyectos de obra pública frenados y se perdieron cien mil puestos de trabajo en ese sector.

La política de shock aplicada aceleró la recesión existente que se potenció con la supresión de ministerios y organismos públicos (ministerio de la Mujer, INADI, etc.) con grandes recortes en las planillas de empleados contratados por el Estado, que dispararon los niveles de desempleo y el índice de pobreza en el primer trimestre de 2024.

Según el economista Federico Poli, la recesión podría alcanzar al -6% convirtiéndose en la sexta más profunda de la histórica contemporánea argentina. En el primer trimestre de 2024, se habrían perdido 122.900 empleos registrados, la mitad de ellos en el sector privado, según un informe elaborado por la Secretaría de Trabajo

En cuanto a la pobreza, que no deja de incrementarse desde 1983, alcanzó en el primer trimestre de 2024, al 55,5% de la población argentina, cerca de 25 millones de personas pobres, según datos del Observatorio Social de la Universidad Católica.

El poder de compra de los salarios se deterioró mientras los costos de los servicios esenciales aumentaron más del 300% debido a la desregulación de tarifas y a la política de reducción de subsidios. Los datos asociados al consumo reflejan los efectos de la recesión. En marzo de 2024, las ventas de los supermercados sufrieron una caída interanual del 9,3%, mientras que los centros de compras registraron una baja de 11,3%.

Además, el 32,5% de los trabajadores formales habitan en hogares en situación de pobreza.

Curiosamente, en medio de esta fuerte crisis económica el presidente cuenta con altos índices de aprobación.

Según la última encuesta de la consultora Giaccobe & Asociados, Milei cuenta con una imagen positiva del 58,7%.

El gobierno libertario ha logrado dos éxitos importantes, de gran impacto en los sectores medios: ha terminado con las movilizaciones, marchas y cortes de calles y avenidas en el centro de la ciudad de Buenos Aires. Un problema que se había tornado endémico desde diciembre de 2001.

Por el otro lado, ha quebrado el mecanismo perverso que permitía a los llamados “movimientos sociales” (la mayoría de ellos grupúsculos o partidos de izquierda) financiar su activismo político con fondos públicos originariamente destinados a la asistencia alimentaria de los más pobres y coaccionar a estos últimos para que asistieran obligatoriamente a sus marchas, “acampes” y otros actos políticos.

El gobierno libertario constató que muchos de los merenderos y comedores populares eran inexistentes, que la comida enviada se vendía ilegalmente en la zona y que en las rendiciones de gastos había gran cantidad de facturas apócrifas, denunciando a los responsables que resultaron procesados penalmente. La mayoría de los dirigentes sujetos a proceso judicial eran políticos muy activos en las protestas durante los gobiernos del kirchnerismo.

Otro importante logro alcanzado por Milei, ha sido su decisión de enfrentar el avance de la “cultura woke”, suprimiendo organismos que la difundían y que estaban sobrepoblados de militantes políticos que no cumplían funciones administrativas de ningún tipo. Eliminó el lenguaje inclusivo en la administración pública, aunque no avanzó respecto a las políticas de género existentes. Mantuvo la legislación en favor del conglomerado LGTBI (matrimonio igualitario), la legalización del aborto (aunque el presidente siempre se definió como un “militante de la vida”.)

Las principales falencias que ha evidenciado el gobierno de La Libertad Avanza en estos primeros seis meses, son las mismas que se evidenciaban durante la campaña política.

No sólo Javier Milei es un outsider de la política, también lo son la mayoría de sus asesores más cercanos, los ministros y legisladores de su partido.

Los cuadros políticos que La Libertad Avanza ha llevado a la administración pública carecen de experiencia en la gestión del Estado y a la administración de cualquier tipo de organización compleja que involucre a gran número de personal.

Esta falta de experiencia ha llevado a que el gobierno cometa algunos errores y demoras importantes en la gestión.

A falta de cuadros políticos, el gobierno ha debido recurrir a incorporar dirigentes provenientes del PRO (la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo, el economista Federico Sturzenegger), del radicalismo (el ministro de Defensa Luis Petri y José Luis Vila como secretario de Estrategia Nacional, entre los más notorios.), antiguos menemistas (Rodolfo Barra, Guillermo Francos, Eduardo “Lule” Menem y Martín Menem) y hasta kirchneristas como el excandidato presidencial Daniel Scioli y la secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia, Leila Gianni) para completar los cargos de la nueva administración.

La combinación de funcionarios sin experiencia con otros de muy diverso origen político e ideológico atenta contra la cohesión del gobierno y desata fuertes pujas internas que luego repercute en los medios y las redes sociales.

Por otra parte, algunas de las estrategias implementadas por Milei no parecen ser las más adecuadas; como la decisión de unir en un solo ministerio las áreas de Desarrollo Social, Educación, Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Salud y Mujeres, Géneros y Diversidad.

Son demasiados temas diversos para ser gestionados eficazmente por un solo funcionario (además sin un equipo de funcionarios ni experiencia en la administración pública). Al mismo tiempo, con tantas áreas y con temas tan sensibles resulta casi imposible evitar el frecuente estallido de cuestionamientos o “escándalos” que terminan impactando sobre el mismo ministro deteriorando su imagen ante la sociedad.

También la estrategia de unir todos sus proyectos de reforma legislativa en una “ley ómnibus” tampoco ha funcionado bien. Hasta el momento la denominada “Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” pasó de un proyecto original de más de 600 artículos, que es la cantidad que tenía en enero pasado, a los 238 actuales, luego de largas y fatigosas negociaciones en la Cámara de Diputados, primero, y en el Senado, después.

Si se mira bien todo el recorrido legislativo de ese proyecto, debe convenirse en que el gobierno de Milei negoció e hizo más concesiones (resignó las privatizaciones de Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y Radio Nacional, entre otras) que las que se podían suponer de antemano y de las que dejaba entrever su discurso exaltado. En consecuencia, cabe preguntarse si el desdoblamiento de esta normativa en diversos proyectos no habría logrado mejores resultados.

Un presidente viajero

Tal como señala el analista Rosendo Fraga: “Javier Milei es el presidente argentino que más ha viajado al exterior y que menos leyes ha logrado sancionar: ninguna.”

El presidente ha viajado para retribuir los apoyos internacionales recibidos durante la campaña presidencial (con Santiago Abascal y Georgia Meloni especialmente), difundir su mensaje liberal y antisocialista (Foro de Davos, Conferencia de Acción Política Conservadora de Washington y otros): recibir premios, reunirse con empresarios de la tecnología digital o asistir a importantes cumbres internacionales (G-7 y Cumbre por la Paz). Hasta concurrió al obligatorio “besa manos” con el papa Francisco para recomponer formalmente las relaciones con el Vaticano tras los intercambios verbales de la campaña electoral.

Si bien volvió a posicionar a la Argentina en el mundo, después del eclipse sufrido durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y de Alberto Fernández, Milei puede tener cierta atracción en algunos sectores de los Estados Unidos y Europa, al menos entre los gobiernos, personalidades e instituciones de la centroderecha, pero en modo alguno en bien visto en América Latina y España.

Aliados y detractores

En la región y la península predominan gobiernos populistas de izquierda, que mantenían excelentes relaciones con los gobiernos kirchneristas, sus aliados ideológicos.

Estos gobierno perciben como un potencial enemigo al presidente libertario con su discurso antisocialista, antimarxista y anti populista.

El presidente argentino ha intercambiado duros conceptos con los mandatarios de Brasil, México, Colombia y España.

Nicaragua directamente rompió relaciones con Argentina y el gobierno socialista de Pedro Sánchez retiró a su embajadora en Buenos Aires después de que Milei se hizo eco de las acusaciones de corrupción contra la esposa del jefe de gobierno español.

Como los conflictos con los gobiernos de estos países se basan en diferencias ideológicas y de posicionamiento internacional y no por motivos negociables, parece poco probable un mejoramiento en las relaciones bilaterales con Argentina. No al menos, mientras los protagonistas sean los mismos (o sus sucesores mantengan el mismo alineamiento ideológico. Quizá pueda negociarse un “alto al fuego” en la pirotecnia verbal, pero poco más.

Javier Milei deberá basar su política internacional en un fuerte alineamiento con los Estados Unidos, Israel y aquellos países europeos con regímenes de centroderecha. De América Latina, al menos por el momento solo podrá contar con el apoyo de Paraguay y Uruguay y la silenciosa neutralidad del gobierno de Gabriel Boric, en Chile.

Deberá reforzar su política internacional en base a las buenas relaciones de Milei con figuras como: Donald Trump, Jair Bolsonaro, Santiago Abascal, Georgia Meloni, el húngaro Viktor Orbán o el polaco Jaroslaw Kaczynski y otras expresiones de derecha gobernantes en Grecia y Suecia.

Por otra parte, la oposición de izquierda, conformada por el peronismo kirchnerista, los gremialistas de la CGT y la CTA, los movimientos sociales, los pequeños partidos de izquierda y las organizaciones defensoras de los derechos humanos cuestionan y atacan si piedad el gobierno libertario.

Son los miembros del “club del helicóptero”, que esperan forzar la renuncia o el juicio político por insania del presidente Milei.

El kirchnerismo parece estar convencido que, si la política económica liberal y de reducción del Estado del Gobierno tiene resultado, quedará marginado del poder por décadas. Por lo tanto, intenta desestabilizar al gobierno liberal por todos los medios a su alcance: le traba toda iniciativa legislativa en el Congreso, ha llevado a cabo dos huelgas nacionales con movilizaciones en cinco meses, ha multiplicado los conflictos laborales en diversas empresas y actividades, especialmente en el transporte y la educación. También ha realizado todo tipo de marchas y movilizaciones callejeras.

Los medios de prensa que le son adeptos critican duramente al gobierno amplificando al infinito sus errores. También insisten ante la opinión pública con el tema del crecimiento de la pobreza y hasta del hambre entre los sectores más pobres y marginales.

Mientras que empleados kirchneristas, enquistados en la administración pública después de dieciséis años de gobiernos de ese signo político, aportan lo suyo con la difusión de versiones y rumores, pequeñas obstrucciones, sabotajes y denuncias de todo tipo.

Finalmente, el 2025 será un año electoral y el gobierno de Javier Milei no sólo deberá imponerse en las elecciones de medio término sino intentar reforzar su presencia en el Congreso Nacional. Tiene la ventaja de que solo deberá renovar dos bancas de diputados, todo lo demás será ganancia electoral Mientras que tanto el kirchnerismo como sus aliados de Cambiemos, deberán renovar un número mayor de diputados y senadores.

No obstante, para obtener un fuerte respaldo de su electorado el gobierno deberá reducir la inflación a menos del diez por ciento anual, levantar el cepo cambiario, lograr terminar con la recesión y, finalmente, convertir a La Libertar Avanza en un partido político con real presencia y poder electoral a nivel nacional.

Actualmente, la gente soporta estoicamente el brutal ajuste económico, pero no lo hará por siempre. En algún momento demandará un signo de alivio, una luz (aunque sea tenue) al final del túnel.

Ese momento podría llegar, en octubre del año próximo, cuando enfrente en soledad su decisión frente a la urna electoral.

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