La
historia de guerra otorga poca atención a las mujeres que se desempeñaron como
grandes conductores militares. Sólo un pequeño número de ellas como Boudica (26
– 61 d. de C), reina guerrera de los ícenos que condujo la resistencia de
varias tribus británicas contra la ocupación romana durante el reinado del
emperador Nerón, Zenobia o Septimia Bathzabbai Zainib (Julia Aurelia Zenobia)
(240 . 274), reina del imperio de Palmira (Siria), quien entre 267 y 272 se
enfrentó con éxito a la dominación romana hasta su captura por las tropas del
emperador Aureliano o la más conocida de las guerreras de la historia: Juana de
Arco (1412 – 1431), la
Si el
papel de las mujeres guerreras, en general, ha sido minimizado por los
historiadores militares, el ocultamiento o la ignorancia del papel histórico de
la mujer en el campo de batalla es aún mayor cuando estas conductoras militares
desarrollaron sus campañas en África.
En
general, la historia de los imperios africanos, con la excepción de Egipto o
Marruecos, ha sido poco estudiada y menos difundida. Al colonialismo europeo le
convenía por diversos motivos presentar a África como un inmenso espacio de
No
obstante, África tuvo, antes de la llegada de los dominadores europeos, una
compleja estructura de ciudades estados, reinos e imperios, grandes y
sofisticadas ciudades amuralladas, importantes rutas de tráfico comercial y
poderosas culturas. También, como es lógico esos Estados también tuvieron
hábiles estrategas y ambiciosos conquistadores de los cuales poco se conoce
fuera de ese continente.
A los
efectos de contribuir a superar esa carencia, desde Alternative Press Agency comenzaremos
a publicar una serie de artículos sobre mujeres guerreras y en especial mujeres
guerreras africanas. Comenzaremos esta serie con una reina guerrera hausa, el
grupo étnico más numeroso de África Occidental: Amina de Zaria que vivió entre
1533 y 1610.
LOS
HAUSA
Los
hausa hoy constituyen un pueblo del Sahel ubicado mayoritariamente en el norte
de Nigeria y en el sureste de Níger, pero tiene una presencia significativa
también en diferentes regiones de Camerún, Ghana, Costa de Marfil, Chad y
Sudán.
Existen
comunidades predominantemente hausa diseminadas por toda África Occidental y en
la tradicional ruta Hajj a través del desierto del Sáhara, especialmente
alrededor de la ciudad de Agadez. Unos pocos hausa se han desplazado hacia
importantes ciudades costeras de la región de Lagos, Acra, Ouagadougou, Kumasi
y Cotonú, así como a otros países como Libia.
La
mitología hausa dice que son descendientes de Bayajidda, quien llegó del este
huyendo de su padre. Bayajidda llegó a tierra de los Gaya, donde empleó
herreros para fabricar una daga con poderes sobrenaturales. Con su daga liberó
a los habitantes de Daura del poder maléfico de una serpiente sagrada que les
impedía sacar agua del pozo durante seis días a la semana. Agradecida, al reina
de Daura se desposó con Bayajidda. Entre los dos tuvieron siete hijos que
gobernaron cada uno de los siete estados hausa.
La
aparición de los estados hausa se produjo entre los años 500 y 700 d. C., pero
no fue hasta el siglo XIII en que realmente comenzaron a controlar la región.
En el
siglo XI, el islam llegó a los pueblos hausa con el arribó de Muhammad
Al-Maghili, un clérigo islámico, maestro y misionero llegado de Bornu. La
islamización inicial fue gradual a través de la difusión que le dieron
peregrinos y comerciantes.
Desde
el principio de la historia de este pueblo, los siete estados hausa se
especializaron en su producción de acuerdo con su situación y los recursos
naturales. Kano y Rano eran conocidos por su producción del índigo. El algodón
creció muy tempranamente en las grandes llanuras de estos estados, y se
convirtieron en los principales productores de telas, tejidos y tintes que
exportaban a otros Estados Hausa y fuera de sus fronteras. Zaria se especializó
en la producción de alimentos y era conocida por el tráfico de esclavos que
vendían a comerciantes árabes que los trasladaban a los mercados de esclavos de
Katsina y Kano. Katsina y Daura estaban especializados en el comercio debido a
su privilegiada situación geográfica que le permitía controlar las caravanas
del desierto norte. Gobier, localizado en el oeste, era un estado militarizado
responsable de la protección de las fronteras del imperio ante los ataques de
los reinos de Ghana y Songhai.
A
pesar de un crecimiento relativamente constante, las ciudades – estado eran
vulnerables a la agresión. Incluso siendo un reino musulmán fueron atacados por
fundamentalistas islamistas por fundamentalistas musulmanes entre 1804 y 1808.
En ese año de 1808, el último estado hausa fue finalmente conquistados por
Usman dan Fodio e incorporado al Califato de Sokoto hausa – fulani. Pero en
1886, llegaron los “comerciantes” británicos de la Compañía Real del Níger y,
en 1901, la región se convirtió en Protectorado en 1901 y en colonia británica
en 1914.
LA
REINA GUERRERA AMINA
Amina
vivió en tiempos del Renacimiento Italiano, cuando los grandes navegantes
europeos comenzaban a descubrir y colonizar nuevas tierras en África, América y
Asia. Fue contemporánea de Don Juan de Austria (1545 – 1578) que al frente de
los temibles tercios españoles, venció a la flota turca en la batalla naval de
Lepanto, el 7 de octubre de 1571.
Nació
en 1533, era hija de rey Nikatau, el gobernante número veintidós de Zazzau, y
la reina Bakwa Turunku. Fue la mayor de tres hermanos, su hermana menor de
nombre Zaira que dio nombre a la ciudad homónima, en el estado nigeriano de
Kaduna.
Al
parecer, Amina fue criada por su abuelo Sarkin Nohir y su esposa Marka quienes
la prepararon para mandar como reina y le permitieron desde niña recibir
instrucción militar.
Después
de la muerte de sus padres, alrededor de 1566, su hermano menor Karama se
convirtió en rey de Zazzau. Para ese entonces, Amina ya se había ganado respeto
como guerrera y comandaba la caballería del ejército de Zazzau. Siempre se negó
a casarse para no ser dominada por un esposo, no obstante, se dice que tuvo
numerosos amantes. Todavía hoy se la celebra en las canciones tradicionales de
alabanza hausa como
Después
de la muerte de su hermando en 1576, Amina fue coronada como reina o
Su
expansión militar le permitió ganar para el Reino de Zazzau grandes extensiones
de tierra hasta Kwararafa y Nupe. También se le atribuye la ampliación de las
rutas comerciales y la introducción del cultivo de la nuez de cola en la economía
del reino.
Para
proteger las tierras que conquistaba, Amina hacia construir ciudades rodeadas
de un doble muro de tierra y ramas, conocidos como
Un
relato trasmitido en forma oral le atribuye la costumbre de tomar a un hombre
-posiblemente a un prisionero de guerra- como amante por una noche y hacer que
sea asesinado por la mañana, tal como hace la mantis religiosa con sus
compañeros sexuales. Seguramente es solo un mito popular.
La
fuente más antigua que menciona las campañas militares de Amina es la obra Muhammad
Bello Ifaq al-Maysur, que data de 1836. También se la menciona en la
Se
desconocen las circunstancias exactas de la muerte de Amina, pero se cree que
murió en un lugar llamado Attaagar en 1610.
En
Nigeria, Amina es una heroína y símbolo nacional su estatua ecuestre se
encuentra frente al Teatro Nacional de las Artes en el estado de Lagos.
Por
sus campañas militares y la creación de ciudades fortificadas que se mantienen
en pie cuatrocientos años después Amina, la reina guerrera, se ha ganado un
lugar destacado en esta crónica de las mujeres en la guerra.
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