La interrupción del tráfico comercial en
la región de Guerguerat, en el sur de Marruecos, por parte de militantes del
Frente Polisario es una nueva provocación de los separatistas cuando debe
renovarse el mandato de la MINURSO.
El ex Secretario de Estado Henry Kissinger dijo que cuanto más problemas tiene un líder o un gobierno en su frente interno, por activismo opositor, crisis económica, etc.; más aventurera se convierte su política internacional y se ve en la tentación de provocar un conflicto armado para cohesionar sus filas.
Los
ejemplos en tal sentido abundan, es suficiente con mencionar la decisión de la
dictadura militar argentina de invadir las Islas Malvinas en 1982.
En
este contexto se inscribe la provocación montada ayer por el Frente Polisario
en el paso fronterizo de Guerguerat, obstruyendo el tráfico civil y comercial
de camiones de la ruta N°1 de Marruecos que sirve de enlace al sur de Marruecos
con Mauritania, y otros países subsaharianos.
Cabe
destacar que la interrupción del flujo comercial de alimentos y otros productos
marroquíes suele provocar una inmediata carestía de estos productos en los
mercados subsaharianos por desabastecimiento.
Unas
decenas de militantes del Frente Polisario ocuparon la franja de amortiguación de
cinco kilómetros de ancho que separa las aduanas del Reino de Marruecos y de la
República de Mauritania efectuando actos de vandalismo contra la cinta asfáltica
y quema de neumáticos para impedir la circulación vial.
El
Frente Polisario atraviesa por una situación particularmente comprometida, ha
perdido apoyo internacional con el continuo drenaje de países que retiran su
reconocimiento a la inexistente República Árabe Saharaui Democrática, la
interrupción de sus actividades internacionales de proselitismo y captación de fondos,
como el Programa Vacaciones en Paz y la fuga de importantes cuadros políticos
hacia sus rivales del Movimiento Saharaui por la Paz y el estancamiento en que
se encuentra la cuestión del Sáhara después de cuatro décadas de negociaciones.
El
descontento de la población de los campamentos oscila entre la forzada
resignación y la rebeldía demandando cambios cualquiera de estas aptitudes
afectan al envejecido liderazgo separatista. Es por lo que cualquier incidente
con Marruecos les resulta útil para remozar el apoyo de sus partidarios y
ejercer presión sobre Naciones Unidas para que intente forzar a Marruecos a
aceptar sus demandas.
Los
dirigentes del Frente Polisario saben muy bien que no están en condiciones de
llevar adelante un conflicto militar contra Marruecos por eso se limitan a
realizar provocaciones para que cualquier respuesta del Reino aparezca ante el
mundo como una agresión y ellos poder seguir alimentando el mito de minoría
perseguida.
Por
otra parte, el incidente en Guerguerat sirve a Argelia para desviar la atención
sobre la criminal violación a los derechos humanos ocurrida esta semana en el
campamento saharaui de Dakhla en el sur del territorio argelino, cuando sus
soldados quemaron vivos a dos jóvenes mineros ilegales.
Por el
momento, el Secretario General de la ONU, António Guterres, ordenó a los
manifestantes del Frente Polisario retirarse de la zona, permitir el libre
tránsito de los camiones y no llevar a cabo ninguna acción que altere el status
de la zona.
Todo
este tipo de provocaciones se repiten frecuentemente en vísperas de la votación
en el Consejo de Seguridad de la ONU del informe del Secretario General de la ONU
sobre el Sáhara y de la renovación del mandato de la MINURSO, previsto a
finales de este mes.
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