Las cada vez más frecuentes y violentas
protestas de los marroquíes saharauis retenidos en Tinduf impiden al Frente
Polisario presentarse como representante de este grupo étnico.
Desde hace cuarenta y cinco
años, el Frente Polisario retiene ilegalmente a un número impreciso de
marroquíes de origen saharaui en los infames campamentos de Tinduf.
Los campamentos de Tinduf,
situados en medio de la inhóspita hamada argelina, son un conjunto de tiendas
de campaña y construcciones precarias, sin cloacas ni agua corriente. En un
hábitat totalmente degradado por años de hacinamiento donde pululan parásitos y
alimañas de todo tipo que afectan a la salud de la población allí internada.
Los pobladores de los
campamentos no realizan actividades económicas de ningún tipo, viven de la
ayuda humanitaria que la Unión Europea y diversas ONG de todo el mundo envían.
Tan solo intercambian algunos servicios entre sí, comercian con algunos productos
que llegan ilegalmente al lugar y con objetos y regalos que reciben de los
eventuales visitantes extranjeros que, como el actor hispano – estadounidense
Javier Bardem- practican el “turismo revolucionario” concurriendo al sur
de Argelia.
En la medida que el paso de
tiempo y la falta de expectativas de que esta situación de oprobio finalice con
una aceptación de las irracionales demandas del Frente Polisario el descontento
de la población retenida crece. El descontento generalizado por la pobreza y la
manifiesta corrupción de los altos mandos del Frente Polisario supera incluso
el régimen interno de control policial establecido por los líderes separatistas
para mantener controlada a la población.
Cada vez con mayor frecuencia
los dirigentes del Polisario deben reprimir duramente a la población para
evitar que se rebele contra su autoridad.
Esto fue lo que ocurrió el
pasado jueves 27 de febrero cuando las milicias armadas que operan como policía
política del Frente Polisario en el campamento de Smara debió reprimir
duramente a un grupo de manifestantes civiles que expresaban su descontento en
un acto presidido por el Secretario General del Frente, Brahim Gali, para
conmemorar un nuevo aniversario de la supuesta creación de la falsa RASD.
El saldo de estos choques fue
de un miliciano muerto y una decena de manifestantes detenidos. El miliciano
falleció al caer de un vehículo armado de seguridad y se atropellado por otro
de los móviles que efectuaban la represión.
El detonante del conflicto en
esta ocasión fue una fuga -aparentemente simulada por las propias autoridades
del Polisario- de dos detenidos acusados de haber asesinado, en 2004, a un
comerciante de la tribu “Tidrarin”, cuyo nombre era Oulda Ould Boukhari
Bamba.
Unos doscientos manifestantes
en su mayoría originarios de esta misma tribu reclaman desde el comienzo de
esta semana, el inicio de una investigación judicial independiente para
identificar a los altos responsables del Polisario que facilitaron la fuga de los
dos sospechosos detenidos: Iddih Ould Mohamed Lagdhaf y Didi Ould Othman Bamba.
Los familiares del comerciante
asesinado acusan al propio Brahim Ghali de encubrimiento y complicidad en la
fuga de los acusados que huyeron al norte de Mali para unirse a las guerrillas yihadistas
de AQMI -Al Qaeda en el Magreb Islámico-.
Recordemos que el propio Ghali
enfrenta ante la justicia española un proceso judicial por la violación de una
joven saharaui cuando se desempeñaba como supuesto “embajador” de la inexistente
RASD en Argel.
En esta ocasión, la represión
de las milicias del Frente Polisario empleando pick-up artillados y tanquetas,
además establecieron el toque de queda para confinar a la población en sus
precarias viviendas.
Estas protestas se producen en
Tinduf cada vez con mayor frecuencia, solo que el Frente Polisario apela al
terror y a su aparato propagandístico para evitar que estos hechos se difundan
en el exterior.
En esta ocasión, no pudieron
impedir que el hecho trascendiera porque la protesta coincidió con la
realización de un evento de propaganda internacional denominado “Sáhara
Maratón”. Los simpatizantes del Polisario vieron azorados como los
separatistas reprimían duramente a la población local y se apresuraron a
documentarla con sus teléfonos celulares a través de fotos y filmaciones.
El telón ha caído y cada vez
será más difícil para los separatistas del Frente Polisario continuar con la
mentira de que son los legítimos representantes de los saharauis.
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