Un nuevo virus, denominado nCoV, que provoca el
Síndrome Respiratorio Agudo Severo, similar al que entre 2002 y 2003 asoló al
mundo, ha aparecido en China y se expande rápidamente por Asía.
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) alertó este martes de una posible amenaza tras el descubrimiento de un
nuevo coronavirus en China que ya causó víctimas mortales en China y que se
expande a otros países de Asia.
Tras tomar muestras virales de
pacientes y analizarlas en el laboratorio, funcionarios de China y la OMS
concluyeron que la infección es un coronavirus. Los coronavirus son una amplia familia de virus, reciben su nombre por la forma
de “corona de proteínas” que se observa al analizarlas en microscopio.
Hasta el momento los científicos habían determinado que solo seis de este tipo de
virus (el nuevo sería el séptimo) infectan a los seres humanos.
El síndrome respiratorio agudo severo
(SARS, por sus siglas en inglés) que provocó la muerte de 774 de las 8.098
personas infectadas en un brote que se dio en China en 2002, era un coronavirus.
En su forma más leve, el nuevo virus
detectado, al que han llamado “nCoV”, causa un resfriado común. El síntoma más frecuente del nuevo virus es
la fiebre, aunque algunos casos incluye dificultades para respirar,
fatiga y tos seca.
El análisis del código genético del nuevo
virus muestra que está más estrechamente relacionado con SARS que
con cualquier otro coronavirus humano.
Autoridades de la ciudad central de
Wuhan, capital de la provincia de Hubei, donde se detectó por primera vez la
infección el 31 de diciembre pasado, dijeron que ya hay más de doscientos casos
confirmados del nuevo coronavirus, cuatro de ellas víctimas fatales, pero los expertos británicos calculan que la cifra podría ser de unos 1.700.
Según la Comisión de Salud Municipal
de Wuhan, los primeros afectados eran principalmente vendedores y compradores
de un mercado de mariscos, considerado epicentro
del brote y que fue cerrado mientras se realiza una desinfección ambiental.
El virus ha causado neumonía a
algunos pacientes y se ha determinado que al menos tres personas murieron por enfermedades
respiratorias en la ciudad de Wuhan, en el centro de China, en diciembre. Si
bien el brote surge sobre todo en China, ha habido dos casos más en Tailandia, uno en Japón y otro en Corea del Sur,
todos ellos relacionados con personas de Wuhan o que han visitado la ciudad.
El doctor Zhong Nanshan, reconocido
experto en afecciones respiratorias y jefe del equipo médico que intenta
contener el virus ha explicado que se confirmó que los dos casos de la
provincia de Guangdong se produjeron por una transmisión de persona a
persona.
La rápida propagación del virus
inquieta a las autoridades, en momentos en que millones de sus conciudadanos se
aprestan a viajar para celebrar el Año Nuevo Lunar, que
comienza esta semana. Wuhan tiene once millones de habitantes y sirve como
un importante centro de transporte.
“El reciente
brote de una nueva neumonía por coronavirus en Wuhan y otros lugares debe
tomarse en serio”, ha dicho este
lunes el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, en su primera
declaración pública sobre la crisis. “Los comités del partido, los gobiernos
y los departamentos relevantes en todos los niveles deben poner en primer lugar
la vida y la salud de las personas”.
La Organización Mundial para la
Salud, agencia de Naciones Unidas, confirmó que laboratorios chinos ya
secuenciaron el genoma del nuevo coronavirus y facilitaron la información a la
comunidad sanitaria mundial para ayudar en el diagnóstico de posibles casos
fuera del país.
Para poner en perspectiva el problema
del nuevo virus detectado cabe recordar que recientemente un informe redactado
por la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación, un panel de expertos,
políticos, jefes de organismos y líderes de la Cruz Roja y
la Medialuna Roja, convocado por la OMS y el Banco Mundial, para evaluó la
capacidad del mundo para protegerse de las emergencias sanitarias, detectar los
puntos débiles para atender estas emergencias y proponer estrategias de preparación.
Para su análisis, el grupo revisó lo
ocurrido durante la pandemia de gripe H1N1 de 2009,
en la que a nivel mundial murieron entre 150.000 y 570.000 personas durante el
primer año que circuló el virus, según el Centro para el Control y Prevención
de Enfermedades de EE. UU. También revisaron el brote de ébola de
2014-2016 en África, que a enero de 2016 había causado 11.315 muertes.
Su conclusión fue que muchos de los aprendizajes
y recomendaciones que surgieron de esas crisis “se aplicaron de forma
deficiente o no se aplicaron en absoluto". "Prodigamos
esfuerzos cuando surge una amenaza grave y nos olvidamos rápidamente
cuando la amenaza remite”.
En el caso de una pandemia,
colapsarían muchos sistemas nacionales de salud, particularmente en países
menos desarrollados, advirtió el Informe.
“La pobreza y la fragilidad exacerban los brotes de
enfermedades infecciosas y ayudan a crear las condiciones para las pandemias”, afirmó Axel van Trotsenburg, director ejecutivo interino del Banco
Mundial y miembro del panel.
La investigación sostiene que otros
factores que podrían empeorar la situación son la falta de confianza en las
instituciones que se ve en muchos países y la circulación de información
errónea que puede dificultar una comunicación efectiva para controlar la
enfermedad.
El estudio también menciona que, si
bien los desarrollos científicos y tecnológicos brindan nuevas herramientas que
promueven la salud pública, también permiten que los microorganismos causantes
de enfermedades sean diseñados o recreados en laboratorios.
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