En el próximo
gobierno el control de la Justicia será un factor clave debido a la gran
cantidad de dirigentes políticos, empresariales y sindicales procesados y
presos entre ellos Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri.
El próximo gobierno deberá definir qué actitud asumirá con respectos del
gran número de dirigentes políticos, empresarios y sindicalistas peronista
detenidos en prisión preventiva e imputados en diversas causas judiciales por
corrupción en libertad.
Además, existe la posibilidad de que dirigentes del actual gobierno,
comenzando por el propio presidente Mauricio Macri por la causa del Correo
Argentino, sean sometidos a una revisión judicial de su accionar durante los
últimos cuatro años.
En este escenario, será de vital importancia el control del aparato
judicial por parte del futuro gobierno para asegurar su independencia o inclinarlo
en uno u otro sentido.
El conocido periodista Jorge Lanata, en su programa del domingo 22 de
septiembre de Periodismo para Todos,
hizo una velada referencia a este hecho en una sátira en que CFK y Mauricio
Macri aparecían atrapados en un ascensor y reclamaban auxilio a Alberto
Fernández que se hacia el distraído y daba a largas sacarlos de su encierro.
El control de la Justicia es relevante, porque la expresidente CFK se
encuentra procesada en trece causas y en siete de ellas con pedido de prisión
preventiva. Incluso uno de estos pedidos tiene confirmación de la Corte Suprema
de Justicia. Además, algunas de estas causas también involucran a sus hijos
Máximo y Florencia.
Para Cristina Kirchner es una prioridad cerrar cuanto antes esas causas.
Lógicamente, no podría indultarse a sí misma por lo cual necesita que lo haga
otro presidente. En este sentido, CFK depende de que Alberto Fernández
intervenga en su favor para resolver sus problemas judiciales.
Por otra parte, algunos de los políticos y empresarios hoy detenidos han
guardado silencio, negándose a mejorar su situación procesal al colaborar con
la Justicia, porque han recibido promesas de que un retorno del peronismo al
gobierno significaría un inmediato alivio de su calvario judicial. Pero, sino
reciben la libertad a corto plazo esos detenidos por corrupción podrían
sentirse traicionados y verse tentados de convertirse “arrepentidos”,
revelando los nombres de otros involucrados en loe hechos que se le adjudican.
Mientras que Alberto Fernández, quien no se encuentra involucrado en
proceso judicial alguno, puede emplear a la Justicia para presionar y
disciplinar tanto a CFK como a Mauricio Macri y sus partidarios.
Por lo tanto, durante el próximo gobierno el Poder Judicial seguramente
sufrirá grandes transformaciones. Algunos jueces se jubilarán, otros serán
destituidos y se nombrarán nuevos magistrados en el fuero federal y en la Corte
Suprema de Justicia y probablemente también un nuevo Procurador General de
Justicia, además del ministro del área.
Por lo tanto, Alberto Fernández y CFK competirán intensamente para
situar a hombres de su mayor confianza en esos cargos.
La justicia es el ámbito que mejor domina Alberto Fernández y al que
mayor atención le prestó cuando era Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner. Como
hijo de un juez y abogado penalista conoce como nadie los laberintos peligrosos
de los tribunales de Comodoro Py. Tiene relaciones con todos los jueces de la
Corte Suprema. Maneja los secretos de la mayoría de los fiscales y da clases
desde hace años en la Facultad de Derecho.
Posiblemente, sitúe en la Corte Suprema a su amigo y contertulio durante
años de sus almuerzos en el Club Americano, León Carlos Arslanian (1941).
Arslanian integró el tribunal que en 1985 condenó a las cupulas
militares del Proceso de Reorganización Nacional (1976 – 1983), en el llamado “Juicio
a las Juntas”. Se desempeñó como juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en
los Criminal y Correccional de la Capital Federal. Fue ministro de Justicia
entre 1989 y 1992 durante el gobierno de Carlos S. Menem. Entre 1998 y 1999 ocupó
el ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Fue
ministro de Seguridad de la provincia de Bs. As., nuevamente, durante la
gobernación de Felipe Solá.
El estudio jurídico que integra con el exjuez y ex Subsecretario de
Seguridad de la provincia de Buenos Aires Martín Arias Duval (1968) representa
a importantes firmas multinacionales como la empresa minera chino – canadiense Barrick
Gold, que opera en la provincia de San Juan.
Arslanian es conocido también como un influyente lobista de la comunidad
armenia en Argentina.
Su socio Martín Arias Duval es otro de los juristas estrechamente
ligados a Alberto Fernández destinado a ocupar cargos de responsabilidad tanto
en el área de Justicia como de Seguridad.
Después está el ex ministro del Interior de Carlos S. Menem y de
Justicia de Néstor Kirchner, Gustavo Beliz quien actualmente desempeña en
Buenos Aires un importante cargo del Banco Interamericana de Desarrollo. Beliz
se alejó herido del entorno de Néstor Kirchner después de un enfrentamiento con
el influyente agente de la SIDE, Jaime Stiusso. Néstor Kirchner luego que dejo
el cargo lo persiguió para que no consiguiera otro trabajo en el sector privado
por lo cual el exministro debió exilarse en un cargo del BID en Washington y
luego en América Central. Ahora está de regreso y se ha mostrado en la Facultad
de Derecho junto al candidato del Frente de Todos.
Con sólidos vínculos en el sector más conservador de la Iglesia
Católica, Beliz es un hombre de Alberto Fernández que guarda un profundo rencor
hacia los Kirchner. Lo mismo ocurre con la socia de Alberto, la bogada Marcela
Losardo que en 2009 fue expulsada de su cargo en el ministerio de Justicia de
mala manera cuando los Kirchner se enteraron de una reunión secreta entre el ex
Jefe de Gabinete y el vicepresidente Julio C. Cobos.
En el ambiente político se sabe que hablar con Losardo es hablar con
Alberto Fernández. Marcela fue su compañera en la Facultad de Derecho y lo ha
acompañado en todos los cargos públicos que este ha ocupado. Es su socia en
desarrollos inmobiliarios (Inmuebles Callao S. A.) y hacia su estudio (Losardo
y Asociados SRL) se derivan muchos de los clientes que buscan el asesoramiento legal
del ex jefe de Gabinete.
Losardo también tiene contactos e influencia en Comodoro Py, fue quien le
presentó a Alberto a la hoy jueza Elena Highton de Nolasco, además integró el
Consejo de la Magistratura donde exhibió gran cintura política y buena relación
con el radicalismo.
Además su esposo, el conocido escribano Fernando Mitjans, es un hombre
importante en el mundo del futbol. Es dirigente del Club Boca Juniors donde
encabeza parte de la oposición a Daniel Angelici. Mitjans es además escribano
de la Asociación del Futbol Argentino, presidente del Tribunal de Justicia de
la AFA y de Apelaciones de la FIFA. Su padre fue escribano de Juan D. Perón y del
popular programa televisivo “Feliz Domingo para la Juventud” que de emitía por el
canal 9.
Otros juristas peronistas cercanos a Alberto Fernández son el ex
ministro de Justicia Alberto Iribarne y Juan Manuel Olmos, editor y presidente
de la Fundación Oktubre. Todos estos juristas están llamados a ocupar
cargos vinculados con la Justicia en un próximo gobierno del candidato del
Frente para Todos.
Por el lado de CFK, los candidatos más firmes a integrar la Corte
Suprema de Justicia u ocupar importantes cargos en ese ámbito son: Carlos
Zannini, exsecretario Legal y Técnico de la presidencia y frustrado candidato a
vicepresidente con Daniel Scioli; el ex jefe de la AFI, Oscar Parrilli, los
abogados Eduardo Barcesat y Carlos Beraldi. También están los integrantes de la
Agrupación Justicia Legítima donde hay juristas de segundo nivel muy
flexibles a las necesidades de la expresidente.
Esta disputa por el control de la Justicia no es casual. Indica la
existencia de una sórdida competencia entre dos sectores del Frente para Todos.
El constituido por el peronismo histórico que cierra filas en torno de Alberto
Fernández y está formado por gobernadores de provincias, políticos moderados y
los sindicalistas que controlan la central obrera de la CGT, por un lado.
En el otro bando se sitúan los miembros del partido Unidad Ciudadana,
allí militan los kirchneristas de “paladar negro”, figuras incondicionales que
responden disciplinadamente al comando de “la Jefa” y de su hijo y
heredero, Máximo Kirchner.
Este panorama no deja de inquietar a una buena parte del electorado
argentino incluso de aquellos sectores moderados que votaron al Frente de Todos
cansados del severo ajuste económico llevado a cabo por el presidente Macri.
Nadie sabe con certeza que pasara con el Frente de Todos cuando hayan
derrotado finalmente al macrismo y ya no
exista una causa común que los mantenga unidos y llegue el momento de la
disputa por los cargos y las “cajas” de la política en el futuro
gobierno.
Los argentinos aún recuerdan que en la década de los setenta los
peronistas resolvieron sus disputas apelando a la violencia. La llamada “Masacre
de Ezeiza”, el 20 de junio de 1973, cuando Juan D. Perón regresaba a la
Argentina fue una de las más sangrientas batallas entre peronistas pero no la única.
Nadie quiere ver repetirse esos muy lamentables hechos.
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